Disclaimer: Los personajes y el mundo de Hey Arnold no me pertenecen, la historia sí, pero está hecha sin fines de lucro.

El chico miraba a la rubia sin que ella se percatara de su presencia.

La adolescencia hizo un buen trabajo con ella, atrás había quedado la imagen de niña fea. El cabello rubio ahora caía suelto por la espalda hasta llegar a la cintura, adornado con un listón rosa que hacía de diadema, la uniceja había desaparecido y el cuerpo había adquirido forma. Aunque todavía tenía mal carácter, ya no era la misma abusona de la primaria pero eso no la había convertido en un osito de felpa. No usaba maquillaje, sus ojos azules tenían un brillo extraño, casi salvaje. No era la más femenina, pero definitivamente era bonita.

Ella seguía sin notarlo, y Gerald seguía viendo a Helga.

Tenía una hoja en las manos, no tenía que ser adivino para saber que era una carta, una carta de Arnold.

Helga había leído la carta unas 10 veces, estaba a punto de aprendérsela de memoria, casi podía imaginar al cabeza de balón escribiéndola, a veces le era tan difícil pensar que ya habían pasado 4 años desde la última vez que lo vio.

Querida Helga:

Para cuando esta carta llegue a su destino, espero que ya estés nuevamente en Hilwood, también espero que hayas llegado bien de Francia. ¿Qué tal todo por allá? Aquí hace bastante calor. Anne está más grande y traviesa cada día, sus travesuras me recuerdan mucho a ti. Mis padres te envían saludos. Quiero contarte que he hablado con ellos y ya casi terminan su investigación, dentro de un año, regresaremos a Hilwood, los cuatro. Regresaré poco antes de que empiecen las clases en la preparatoria, espero que tú también. Aún me es difícil imaginarte en Francia, espero que consideres quedarte en el vecindario, te he extrañado mucho Helga. Contaré los días a partir de hoy hasta el día de mi regreso. Espero que tengas un excelente inicio de vacaciones.

Saludos desde San Lorenzo. Con cariño.

Arnold.

Desde que Arnold había decidido quedarse en la selva con sus padres muchas cosas habían cambiado. Había logrado cambiar un poco su carácter, aunque no se podía decir que fuera dulce y cursi como la señorita perfección, pero al menos ya no amenazaba ni golpeaba a nadie…muy a menudo. Siguieron comunicándose por carta, aun cuando ella dejo el vecindario para estudiar la secundaria en un internado en Francia, volviendo a casa a ver a sus amigos sólo en vacaciones. Sólo faltaba un año para entrar a la preparatoria, había estado considerando el volver pero ahora con la noticia de Arnold se volvía algo definitivo.

Se sentía tonta, no podía negarlo, Arnold le había dicho que le gustaba antes de separarse, pero no le parecía correcto pedirle que lo esperara, atarla a una promesa por una persona que no sabía cuánto tiempo estaría en la selva. Siguieron en contacto por supuesto, al menos una carta cada mes (todas guardadas celosamente), se volvieron amigos y se contaron un montón de cosas. Salió con más chicos, no lo ocultaba, pero nunca sintió esa magia, esas mariposas y esa ilusión que tenía por el cabezón, incluso ahora, sin nada dicho, sus cartas seguían causando que dejará de respirar.

No sabía cómo sentirse y tampoco sabía que iba a pasar. Le parecía que los siguientes 12 meses iban a ser una eternidad y además ¿quién le aseguraba que iba a pasar algo cuando ambos volvieran y se vieran después de tanto tiempo?

–Así que volviste sin avisar –Gerald finalmente se había cansado de espiarla y se acercó a sacarla de sus meditaciones.

–Vaya cabeza de cepillo, ¿cuánto tiempo llevas ahí? –cuestionó, los apodos no habían salido del vocabulario de la rubia.

–Acabo de llegar –mintió, de todas formas sabía en qué pensaba para estar tan callada –estaba dando un paseo cuando te vi y me pareció raro, creí que volvías mañana –por supuesto Phoebe estaba muy emocionada porque su mejor amiga regresaba y se lo había repetido al menos unas mil veces la semana pasada.

–Conseguí un vuelo hoy, llegué hace unas horas –respondió, sabía que su amiga se enfadaría con ella por no avisarle, pero todo había sido tan rápido que no le dio oportunidad y cuando llegó y vio la carta de Arnold simplemente se olvidó del resto del mundo.

Gerald observaba a Helga, al principio sus peleas eran igual de constantes que siempre, pero cuando la chica se había marchado al extranjero a estudiar la secundaria, él y Phoebe se habían vuelto más unidos, convirtiéndose en mejores amigos (para su gran contradicción). Se entendían bien, ambos con sus mejores amigos lejos, aunque claro, la asiática al menos veía a la rubia en vacaciones, él tenía años sin ver una sola vez al chico que consideraba prácticamente su hermano. Con el tiempo se fue llevando mejor con Pataki, no eran los mejores amigos, pero al menos la guerra había cesado.

Además tenía que admitir que una de las razones por las que seguía buscando peleas con la oji-azul era que creía que estaba jugando con los sentimientos de su amigo. Arnold Shortman increíble e inexplicablemente se había enamorado poco a poco de ella, poco antes de marcharse, y por las cartas que compartía con su amigo parecía que aún sentía algo. Pero ella había salido con Brainy, incluso con Wolfgang un par de veces y el sólo podía pensar que ella no sólo no sentía nada por su amigo, sino que además estaba jugando con sus sentimientos. Eso fue hasta que el mismo Arnold le confió en otra carta que no habían prometido nada, que cuando regresará, si aún sentían algo buscaría la manera de estar juntos, pero mientras tanto no podía hacerla esperar, no era justo. Tan típico de él.

–A Phoebe no le va a gustar que no le avisarás, ha estado emocionada durante todo el mes por tu regreso.

–Lo sé, pero ya se le pasará, soy demasiado genial para que este enojada conmigo durante mucho tiempo –bromeó, aunque claro era verdad, la pelinegra no duraba enojada mucho tiempo con nadie.

–Sabes –decidió cambiar el tema y atacar directamente –Arnold me ha dicho que regresará para estudiar la preparatoria aquí. ¿Tú también lo harás?

Entonces paso lo que siempre pasaba cuando el rubio era el tema de conversación. Sus mejillas se cubrieron de un leve sonrojo y desvió la mirada bastante incomoda. A veces el cepillo le soltaba una que otra indirecta, con lo cual estaba segura que él sabía que había pasado entre el menor de los Shortman y ella, pero siempre buscaba cambiar el tema, o hacer como que no entendía de lo que hablaba.

–No lo sé, no quiero toparme al cabeza de balón en cada esquina como antes –y ahí estaba, mintiendo de nuevo, que un rayo le cayera por cínica.

Por supuesto él sabía que estaba mintiendo, finalmente Phoebe le había dicho que creía que Helga aún sentía algo por su amigo y él estaba totalmente seguro que a pesar de todo, Arnold aún sentía algo por ella, así que decidió darle algo que pensar a la rubia, si podía ayudar a su hermano y torturar un poco a Pataki, bueno, no iba a desaprovechar la oportunidad.

–Unos meses antes de lo de San Lorenzo creí que me había vuelto loco –empezó a decir casualmente, aunque claro fue interrumpido.

–Entonces te golpeo una fuerte verdad –la chica alzó una ceja divertida.

–Muy graciosa Pataki –ella sólo encogió los hombros, las burlas sutiles también funcionaban de vez en cuando –creí que me había vuelto loco al pensar que mi mejor amigo duraba mucho tiempo viendo a una niña en particular, distraído todo el tiempo y curiosamente no sólo siendo gentil con ella cada que podía sino que…

–Bueno Geraldo, eso era algo muy común, el tonto de Arnoldo siempre se fijaba en cualquier tonta niña bonita y se la pasaba más embobado que de costumbre –era algo muy tonto, pero aún sentía celos de todas esas niñas en las que su amor solía fijarse.

–No me interrumpas Pataki, eso ya lo sé –se rió porque en parte era cierto, Arnold siempre vivía en las nubes –lo curioso era, que la otra forma de llamar su atención era buscándole pleito cada que podía, algo no muy normal en él –cuando vio que su interlocutora empezaba a incomodarse continuó –la chica que más lo molestaba, que siempre se burlaba de él, se supone que él debía ignorarla, tratar de evitarla y ahí estaba, buscando peleas cada que podía para llamar su atención.

Ella no pudo evitarlo, recordaba muy bien esos meses en que el bueno de Arnold, siempre bueno y noble de pronto le contestaba cada agresión, incluso algunas veces empezaba él con comentarios tontos, había aprendido a seguirle el juego y burlarse de ella terminando siempre con un irónico –como tú digas Helga.

–Cada vez que pensaba que ella le gustaba yo me respondía lo loco que estaba. Y eso funcionó. Hasta que él empezó a ser más obvio, quizá no para los demás, pero sí para mí. Empezó a ponerse celoso de Brainy, cada vez que este estaba cerca de ella, lo cual era muy frecuente, incluso llegué a pensar que lo odiaba realmente y también con Lorenzo, creo que nunca lo había visto así.

Eso la chica no lo sabía, y no recordaba a Brainy cerca de alguien que no fuera ella…. ¿Acaso Arnold había estado celoso de ella?

–No entiendo realmente como pasó, pero espero que puedas corresponder los sentimientos de Arnold, piénsalo –se puso de pie y la miró con burla –vamos a ver a Phoebe para que te mate.

Claro que ella sabía que se estaba burlando de ella, pero no podía evitar preguntarse si el rubio aún sentía algo por ella, si podrían tener algo cuando se volvieran a ver. Se puso de pie y desvió la mirada, el cabeza de cepillo no tendría por qué saber lo mucho que la altero esa plática.

–Vamos, tengo que decirle que haré la preparatoria en Hilwood –avanzó dejándolo atrás unos pasos en los que controlaba el latido de su corazón.

Y pensó que los siguientes 12 meses, realmente serían una eternidad.

Hola chicos y chicas, aquí estoy con una nueva historia, aunque no es el fandom que acostumbro, me encanta esta pareja y ya tenía varios días queriendo escribir algo sobre Arnold/Helga, voy a tratar de actualizar lo más pronto posible, puede que entre un cap y otro pasé un tiempo considerable, pero aún así procuraré que la historia tenga sentido. Serán una serie de historias, por eso la historia se llama momentos, y trataré de incluir más parejas típicas de esta serie.

Sin más por el momento me retiro, espero les guste la historia y me dejen un review diciéndome que opinan, volveré tan pronto como pueda.

Nos estamos leyendo. Un abrazo.

Atte: Coralyne.