Este drabble también ha sido publicado en Mundo SasuSaku.
Este escrito, a su vez, es la secuela de "Food Fight".
Los personajes de Naruto no me pertenecen a mí; le pertenecen a Masashi Kishimoto.
Maternal Fury
Caminaba con miedo hacia su hogar. Aún no sabía cómo se habría tomado su madre la noticia de su suspensión en el colegio luego de haber iniciado una inofensiva pelea de comida, pero una fuerte predicción le decía que no saldría vivo de esa casa.
Al llegar a la puerta de la mansión Uzumaki, el rubio tuvo un escalofrío al escuchar varios gritos desde el interior de su hogar. Con miedo entró y cerró de un portazo la puerta al escuchar cómo un plato se rompía. Naruto caminó hasta la cocina en donde pudo ver a su pelirroja madre con una sonrisa para nada inocente. Kushina Uzumaki miró, de manera fulminante, a su único hijo quien, por temor, retrocedió cuatro pasos.
—Querida madre, ¿cómo te sientes el día de hoy? —preguntó Naruto, intentando evadir un tema muy delicado, delicado para su salud.
—¡Uzumaki Naruto! —vociferó la pelirroja para luego acercarse al muchacho a grandes zancadas para después empezar a sacudirlo con fuerza—. ¡¿Por qué eres tan revoltoso, pequeño engendro del mal?! —cuestionó alzando aún más la voz, si es que eso era posible.
De un momento a otro, por las fuertes sacudidas, el de ojos celestes terminó tirado en el suelo a causa de la brutalidad de su progenitora quien, aprovechando la situación, se tiró encima de él para luego comenzar a abofetearlo de una manera muy cómica para después empezar a estrangularlo como en un dibujito animado. El rostro del joven se había tornado azul por la falta de oxígeno en sus pulmones pero, sin tomarle importancia a aquello, Kushina siguió con su cometido.
—¡Guerra de comida! —gritó la mujer mientras soltaba al rubio menor para agarrar unos cuantos huevos y comenzar a arrojarlos sin piedad al cuerpo de Naruto.
Se podía ver volar un montón de comida de un lado a otro, pero que siempre terminaba fusilando al pobre adolescente. De un momento a otro, la puerta principal se abrió dejando ver a cierto rubio mayor quien, al ver la situación que protagonizaban su esposa y su hijo, solamente se limitó a suspirar y sonreír nervioso.
Minato tendría que ir por muchos calmantes para lograr que su esposa soltara a su semi-moribundo hijo.
