Disclaimer: Naruto pertenece a Masashi Kishimoto. Fanfiction escrito sin fines lucrativos.
Línea temporal: Universo alterno.
CONEJOS
Capítulo Único
No es que a Karin le gustara Suigetsu. Por supuesto que no, joder. Suigetsu, para empezar, no era su tipo. Es más, Suigetsu era la personificación de su no-tipo a la máxima potencia: no era para nada atractivo, era endemoniadamente idiota y fastidioso; un plasta y un imbécil que no sabía leer entre líneas. Era totalmente antihigiénico y tan vulgar y repugnante como sonarse los mocos en el mantel de la mesa. Hablaba con arrogancia, como si fuera la gran mierda, y usaba unas ropas que le ponían los pelos de punta porque su sentido de la moda era una basura total.
Sin embargo, a pesar de su horrible sentido de la moda, Karin se enrollaba, en toda la extensión de la palabra, con él. No importaba dónde fuera, ellos lo hacían sin mucho temor a las consecuencias: en el auto, en el baño público, detrás de unos arbustos, en callejones oscuros, en el armario del conserje, en un salón vacío. En fin, que no existía mal lugar para satisfacer sus necesidades primarias; incluso lo habían hecho varias veces en casa de Sasuke (el verdadero amor de Karin, aunque éste no le hiciera ni caso), pero habían cesado cuando él los encontró dándose duro contra la nevera de su cocina.
En defensa de Karin y Suigetsu, se debe decir que Sasuke era el peor anfitrión de reuniones jamás visto. Nunca se levantaba de su asiento y prefería mandar a los otros a que le llevaran lo que sea que quisiera o necesitara, y no le interesaba lo que hacían sus amigos en privado. Sólo que aquello no había sido en privado (su nevera estaba profanada) y eso sí que le había molestado, así que, con una voz en apariencia calmada, les había pedido que se marcharan. Pero su voz de calma no tenía nada, porque a Suigetsu y a Karin le pareció que sonaba igual que la primera trompeta del apocalipsis.
A partir de ese día tan fatal, Sasuke jamás los volvió a invitar a su casa. No fuera que profanaran algo más, como su preciado sofá o la mesa en la que comía.
¡Si sólo no se hubieran tardado tanto en llevarle las palomitas esa bochornosa escena no hubiera pasado! Ahora las posibilidades de que Karin consiguiera enrollarse con Sasuke se habían vuelto escasas (más).
Prácticamente nulas.
Cero posibilidades de enrollarse con el epítome de su sí-tipo.
Qué horror.
Ahora debía conformarse con tirarse a Suigetsu en su jardín y hacerlo todo el día como conejos.
Bueno, yo siempre leo los Karin-Suigetsu de Emiita (Emiita es awesome, todos deben leerla), y siempre quise escribir uno con ese estilo. Ya saben, un amor odio de esos bizarros xD y por eso este drabble se parece a los de ella (pero no es plagio, que Dios me libre).
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¡Besos embarrados de Nutella para todos!
