Capítulo 1.- El fin de un nuevo inicio.

PVO Prisionero.

Abro mis ojos, y lo único que puedo observar es la obscuridad. Estoy siendo cargada por dos figuras con capas, a través de lo que puedo imaginar es un sistema de alcantarillado; mi sentido del olfato es saturado por el terrible olor que hay alrededor. Existe muy poca luz, posiblemente sea una noche nublada. El agua del drenaje empapa la falda de mi vestido. Mi cabeza se siente pesada, y mi cuerpo se siente como si una estampida de caballos hubiera pasado por el, al menos cien veces.

Al final del túnel observo tres figuras: una alta y dos más pequeñas a cada lado; asumo que se trata de un adulto y dos niños. Sus capas cubren sus rostros, pero de alguna manera sé que están sonriendo, disfrutando de ver mi situación actual.

— ¿Ya lo realizaron? —pregunta la figura adulta.

—Sí, Amo —contestan al unísono las dos figuras más pequeñas. No hay remordimiento en sus voces, aunque tengo un presentimiento de que debería de existir. En lugar de eso, se escucha una risita de una de las figuras; un sonido agudo, posiblemente una niña.

La figura alta deja de mirarme, y en su lugar observa a alguien que debe estar atrás de mí. Sus pasos son silenciosos, aún para mi oído.

—Estás al tanto de tus órdenes, soldado —dice la figura alta. Sin embargo, no es una pregunta, es más bien una declaración.

—Sí Amo —contesta una voz detrás de mí, la cual no reconozco, pero la seguridad que transmite a través de ella me genera sentimientos encontrados: miedo, porque estoy segura que no voy a soportar más dolor, y tal vez esperanza. En este momento, morir parece una mejor opción.

—Sólo una pregunta, Amo: ¿por qué yo? —su voz ya no tiene la misma seguridad, sino todo lo contrario, suena un poco temerosa.

—Tus fortalezas y sus debilidades hacen que seas el más adecuado para este trabajo —la voz de la figura que está enfrente suena un poco molesta… excelente.

El dolor de mi cuerpo regresa, parece que me están encajando cuchillos a la vez, y mis extremidades y cabeza se sienten como si me estuvieran quemando. Comienzo a gritar comienzo a convulsionar dolor. Las dos figuras que me están sosteniendo no me pueden controlar y mi cuerpo cae en el concreto, mientras mi cabeza se golpea fuertemente al hacer contacto con el piso. Lo único que deseo en este momento, es que la muerte llegue rápida y sigilosamente.

—Querida Jane, por favor, detente. Ya tuviste tu oportunidad y no la queremos matar… aún —apenas y soy capaz de registrar las palabras de la figura de que tengo enfrente. El dolor empieza a cesar, pero de forma lenta.

La figura alta se dirige nuevamente al que se encuentra detrás de mí.

—Instrúyela en lo básico de lo que significa ser uno de nosotros y nunca reveles quién o qué es ella. Piensa en ella como una recién transformada —su voz es clara y severa, no hay duda—. Sabremos si no obedeces, e imagina que tipo de castigo te aguarda si no lo haces —su cabeza voltea hacia abajo, indicando un castigo similar al cual estoy siendo sometida.

La figura alta se acerca, sus pasos son dudosos. Después, se detiene y se agacha finalmente, mostrando su rostro. Sus ojos, observándome, reflejan un conflicto interior, analizando pros y contras de mi situación, dudando. «Déjame ayudarte con la decisión: mátame y libérame de este dolor», trato de comunicar con mis ojos. Su cabeza se levanta y sé que la decisión ha sido tomada. Se acerca y susurra en mis oídos, tan silenciosamente que el resto no puede escucharlo.

Recuerda, si es que puedes, que tú misma generaste esto. Es una lástima que no quieras ser parte de nuestros planes, hubieras sido un excelente elemento en la guardia. Pero, como siempre, eres terca como una mula. Esperemos que esto cambie en unos años —trato de levantar mis manos. Sé que esto me va a ayudar, pero inmediatamente el dolor regresa de una forma inesperada y fuerte, y mi cuerpo se convulsiona y luego se detiene.

La figura se levanta, gira y regresa a su posición inicial, de forma tranquila.

—Alec, Jane, ya saben que necesitan hacer —y comienza a caminar a través de un túnel, desapareciendo de mi vista, y dejándome con tres guardias y los dos monstruitos.

Me giro sobre mi espalda y, desde mi posición actual, puedo ver una figura alta, de donde provenía la voz. Posiblemente, era más alta que la que se acaba de retirar. Su rostro ni siquiera me voltea a ver, sino que sigue fijo al frente. Es un soldado, sus órdenes han sido dadas y las va a seguir a toda costa.

El soldado da un paso atrás, y las dos figuras infantiles están en frente de mí. Una neblina se empieza a acercar, se envuelve a mí alrededor y mis sentidos se comienzan a debilitarse hasta el punto en donde ya no hay más luz. El hedor del alcantarillado desaparece y comienzo a gritar, pero no sale sonido de mi boca… o al menos no soy capaz de escucharlo. Ya no puedo sentir nada.

Después de un rato, comienzo a recuperar mi vista. La oscuridad no es tan intensa como lo era antes; el olor del alcantarillado ya no es tan fuerte y ahora existe un nuevo aroma que se mezcla con ella… ese nuevo aroma es del soldado.

Mi cuerpo está adolorido, pero soportable, comparado con el dolor que siento en mis muñecas. El soldado se agacha y recoge mi pequeño cuerpo. Finalmente, puedo ver sus ojos rojos, los cuales están viendo los míos y no parecen querer apartarse. Algo dentro de él cambió. Lo más extraño es que yo no puedo dejar de ver sus ojos tampoco, aunque el dolor en mi cuerpo y cabeza sigue latente.

Comienza a moverse a través delos túneles, y el dolor comienza a calmarse, excepto en mis muñecas.

Hay un fuerte llamado en mi cabeza, pero con cada paso que el soldado da, éste se reduce; presiento que estamos moviéndonos en la dirección incorrecta y que deberíamos de ir hacia donde el llamado es más fuerte. Trato de hablar, pero me siento muy débil. En lugar de eso, intento apuntar a la dirección correcta, y ahí es cuando noto que algo está mal… muy mal. Veo mi brazo y me doy cuenta que, después de mis muñecas, no hay nada más. Esos monstruos se llevaron mis manos.

La última cosa que recuerdo, son los ojos del soldado y un grito que no es de dolor, si no de desesperación. En y en ese momento, entré en shock.

Capítulo beteado por Rosalievampwolf de y Leticia Eugenia, Betas FFAD

www facebook com / groups / betasffaddiction

ACLARACIONES:

Todos los personajes reconocibles y escenarios son propiedad de sus respectivos autores, en este caso Stephenie Meyer. Los personajes origínales y la historia son propiedad del autor. El autor no está asociado con el dueño, creador o productor de la saga. No se busca violar los derechos de autor o copyright.