Bueno, aquí está la continuación de "Misión de espionaje". Supongo que ya saben lo que voy a decir, pero, aún así: espero que lo disfruten y gracias por leer ^^.
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Estaba cansada, tenía frío y, sobre todo, estaba harta. Harta de aguantar a Kurenai, no durante el viaje, sino de camino a casa. Después de haberse separado del resto de sus compañeros no había dejado de hacerle preguntas. Que si cómo podéis estar juntos con lo distintos que sois, que si cuéntamelo todo con pelos y señales, que si esto, que si lo otro… ¡Dios, estaba de los nervios! ¡Ni siquiera le daba tiempo a responder a ninguna de las preguntas! Durante media maldita hora de reloj, Kurenai, había estado hablando sola.
-Y, dime, ¿es romántico?-inquirió la Yuhi, quién parecía dispuesta a seguir con su monólogo, hasta que fue interrumpida.-
-Oh, ¡por Dios santo Kurenai! ¿No puedes estar callada durante 2 minutos? Ni siquiera tienen que ser 2, pero por favor, por el bien de mi salud mental o por lo que más quieras, ¡cállate un rato!-estalló Anko, agitando los bazos en el aire conforme iba hablando.-
-Bueno, bueno, vale, pero no creo que sea para tanto.-
-¡Media hora!-dijo la Mitarashi como si fuese la cosa más obvia del mundo, aunque por la cara que puso Kurenai, parecía no entenderla. Entonces prosiguió.-Llevas hablando SOLA media hora de reloj. Nunca había odiado tanto vivir tan lejos de las puertas de la aldea-terminó de decir.-
-¿Media hora? No seas exagerada.-la de ojos rojos miró su reloj, para después con cara de "lo siento" decir.-Ups…
-Tengo claro que no me voy a librar de un interrogatorio pero, ¿no puedes esperar hasta después de la cena?-le pidió la peli-lila.-
-Sí claro que puede esperar…-le aseguró la de cabello negro.-Pero no te escaquees, Mitarashi…-advirtióla jounin con los ojos entrecerrados.-
-Que no.-rodó los ojos a la par que hablaba.-
El resto del camino lo hicieron en silencio, cosa que Anko agradeció infinitamente. Kurenai, por su parte, tenía que morderse la lengua para no preguntarle a su amiga cuanto se le pasaba por la cabeza.
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Llegaron a casa unos 5 minutos después (entre el equipaje y la ropa, todavía, mojada por la tormenta, iban más lentas que de costumbre). Cuando se pusieron a preparar la cena, ya eran cerca de las 9. Solo cenaron un poco de arroz con carne y, enseguida, Kurenai se encargó de sentarse a hablar con Anko en la mesa de la cocina.
-¿Y bien?-dijo la Yuhi, sonriendo de medio lado.-
-¿Y bien, qué?-dijo la Mitarashi, intentando evitar la conversación que, sabía, se avecinaba.-
-Venga Anko, dijiste que no te escaquearías.-dijo Kurenai rodando los ojos.-
-Cierto, pero no dije que te lo pondría fácil.-le espetó la peli-lila, para después, sacarle la lengua a su amiga.-
-Vale, ¿qué te parece si yo te pregunto y tú me vas respondiendo?-le preguntó la de ojos rojos.-
-¿Acaso pensabas hacerlo de otra forma?
-Anko no te pongas a la defensiva…-dijo la kunoichi de pelo negro.-
-¡Arg! Está bien, pero, ¿podemos acabar con esto rápido?-pidió la peli-lila.-
-Vale, vale… A ver, ¿cuándo empezasteis a salir?-inquirió, intentando evitar que se le remarcara en el rostro el esbozo de una sonrisa que, de seguro, irritaría a Anko.-
-Eso ya te lo dije, en fin de año.-contestó, empezando a sonrojarse.-
-Pero no estuvisteis en la fiesta, ¿a dónde fuisteis?-preguntó ahora sí, sin poder reprimir esa sonrisita; Anko se sonrojó con más fuerza.-
-Al museo…-dijo en voz bastante baja. Definitivamente, era la primera vez que Kurenai veía pasar vergüenza a su amiga hablando de hombres.-
-¿Al museo? ¿A qué?-volvió a cuestionar, observando como a la Mitarashi se le oscurecía el tono de rojo a cada pregunta que le planteaba.-
-Porque me aburría en la fiesta y salí a mirar las estrellas, que por cierto, no se veían con las luces de la calle, entonces…-respondió con timidez.-
-¡Oh Dios mío! Te llevó al planetario, ¿verdad?-gritó entusiasmada.- ¿Quién iba a decir que Kakashi Hatake era un romántico?-dijo mientras juntaba ambas manos y las ponía en su pecho.- ¿Qué pasó después?
-Nada… bailamos un rato, nosbesamosymefui.-contestó la última parte a toda velocidad y con la cara rojísima. Al "no entender" Kurenai intervino.-
-¿Qué pasó después de bailar? Es que no te entendí.-estaba jugando con la Mitarashi y de que manera…-
-Me entendiste perfectamente-dijo la peli-lila, apretando el puño a la altura de su barbilla.-
-No. Creo que tendrás que repetirlo.-le contestó con cara inocente.-
-Anko tomó una respiración profunda y repitió.-Bailamos un rato, nos… besamos y me fui, porque había quedado contigo a las doce.-dijo ya, con el rostro a punto de arder. La Yuhi sonrió satisfecha, hasta que pareció darse de cuenta de algo-
-Espera, cuando te pregunté el otro día si el tipo con el que salías era guapo… ¡Tú me contestaste que sí!-gritó señalando a la Mitarashi.- ¿Cómo es su cara?-preguntó impaciente.-
-Vaya, vaya, vaya, parece que han cambiado las tornas-dijo Anko sonriendo de lado.- ¡Te jodes! No pienso decírtelo.-dijo mientras se levantaba de la mesa y se iba a su habitación, sonriendo abiertamente.-
-Venga Anko, por favor, dímelo-suplicó la Yuhi, sin ningún éxito.-
-Buenas noches Kure.-se despidió agitando la mano y sonriendo, para, luego, meterse en su cuarto. Había sido un día laaargo había terminado con una victoria. Además ya no tenía que esconder su relación con Kakashi, lo cual, le quitó un gran peso de encima y, a la vez, la puso nerviosa.-
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Mañana de Anko:
A la mañana siguiente se despertó más temprano de lo normal. Por mucho que odiara admitirlo, seguía estando nerviosa por lo que había pasado el día anterior. Aunque había tenido una misión escasas horas atrás, tenía que ir a trabajar, cosa que no le apetecía en absoluto. Tendría que aguantar las bromas, chistes y miradas de Asuma, Kurenai y compañía.
-"En que jardín me he metido…"-pensaba desanimada la Mitarashi para, luego, suspirar pesadamente.-
Se vistió con un pantalón vaquero, una camiseta larga y una chaqueta. Se puso la banda ninja, se recogió el pelo en su usual coleta y salió a desayunar.
Al entrar a la cocina vio a Kurenai acabada de levantar, aún en pijama, sirviéndose café.
-Vaya, hoy te has levantado temprano.-comentó, ofreciéndole una taza.-
-Ya, es que hace buen día para ir a dar una vuelta.-dijo, sin pensar, la peli-lila.-
-Mmmm, Anko… está lloviendo.-respondió la Yuhi, con una ceja levantada e intentando no reírse.-
-Miró por la ventana-¿Y? ¿No me puede gustar pasear bajo la lluvia?-dijo la Mitarashi, intentando salir del aprieto.- ¿Sabes Kurenai? Deberías apreciar más la naturaleza.-la peli-negra negó con la cabeza y sonrió-
Terminaron de desayunar unos 10 minutos después, cuando ya no llovía. Kurenai fue a vestirse y, después de una pelea por el baño, salieron hacia la Torre Hokage.
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Cuando llegaron a la Torre, pudieron divisar a Asuma, que parecía haber acabado de llegar.
-Hola chicas. ¿Qué tal?-dijo el castaño acercándose a ellas.-
-Bien.-respondió Kurenai, mientras Anko solo levantaba los hombros.-¿Qué haces tú por aquí Asuma?-preguntó la Yuhi con un ligero tinte de color rosa.-
-Nada importante. Vengo a entregar el reporte de nuestra misión.-respondió sin darle importancia.-
La conversación se extendió durante unos minutos más, en los que Anko, no intervenía ni prestaba atención.
-Bueno, será mejor que me vaya.-concluyó Asuma.-Además seguro que vosotras tenéis cosas que hacer. ¡Ah, Anko! Dale un abrazo a Kakashi de mi parte.-dijo, claramente, para molestarla.-
-"La cagaste Sarutobi"-pensó para sí la peli-lila.-
La Mitarashi se acercó a Asuma con una sonrisa fingida, mientras este se reía. En un rápido movimiento, agarró al shinobi del hombro derecho y, con su rodilla izquierda, le pegó fuerte en el estómago haciendo que, por un momento, el ninja se quedase sin aire. Asuma cayó de rodillas y Anko se puso a su altura.
-No te preocupes, se lo daré. ¿Algún otro recado?-preguntó inocentemente la Mitarashi.-
-No…-respondió el hombre con la voz algo ronca, por el golpe.-
-Bien. Yo voy entrando. ¿Vienes Kure?-le preguntó a su amiga, mientras Asuma se levantaba.-
-Claro…-dijo mirando al shinobi, mientras entraba tras la, más relajada, Anko.-
Una vez dentro de la Torre, en el despacho de la peli-lila, Kurenai pidió explicaciones.
-¿Por qué demonios le pegaste?-preguntó algo enfadada la Yuhi.-
-Porque no me gusta que me vacilen. Se lo buscó.-se defendió la de ojos caramelo.-
-Y, ¿era necesario pegarle?-volvió a preguntar.-
-Sí. Y no te quejes. Tenía pensado pegarle en otro sitio que, seguro, le dolería más. Pero, luego, recordé que te gustaría tener hijos algún día y cambié la dirección del golpe.-dijo la Mitarashi con tono pícaro para después, guiñarle un ojo a Kurenai, quien se sonrojó fuertemente. Y ahora, si me disculpas, tengo trabajo que hacer.-le abrió la puerta y la de pelo negro salió, aún, sonrojada a la par que Anko se reía, sobretodo, porque su amiga no la había contrariado con lo de los hijos.-
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Ya era cerca de la una de la tarde y, por fin, tanto Anko como Kurenai, habían acabo su respectivo papeleo.
-Hey, Anko.- hablaba Kurenai al tiempo que irrumpía en la oficina de su amiga.-¿Quieres ir a comer?
-Mmmm, vale. ¿Dónde vamos?
-Al Ichiraku, si te parece bien.-dijo Kurenai.-
-¿Al Ichiraku? Mmmm, no sé…-dudó la peli-lila.-
-Tienen una oferta especial de dangoooos.-le informó mientras se balanceaba ligeramente de un lado a otro.-
-¿A qué esperas? ¡Muévete!-le gritó, ya desde fuera del despacho.-
-"¿Cuándo demonios ha salido?"-se preguntó Kurenai saliendo tras su amiga.-
Mañana de Kakashi:
Se despertó más tarde de lo normal, sinceramente, estaba más tranquilo desde que sus amigos sabían lo suyo con Anko. Se levantó de la cama restregándose las manos por los ojos; después, cogió la ropa que se pondría (su uniforme jounin) y se dio una ducha.
De desayuno, se preparó un tazón de cereales con leche caliente. Tenía que entrenar con su equipo. Seguramente hoy estarían sus tres alumnos. Después de comer, y lavar los pocos cacharros que había ensuciado, salió hacia los campos de entrenamiento, después de hacer la pausa de siempre en el monumento a los caídos.
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Cuando llegó pudo ver a tres niños. Uno estaba detrás de una muchacha de pelo rosa, mientras que, esta, no dejaba de hablarle a un joven de pelo azabache, que estaba apoyado en el tronco de un árbol, con los ojos cerrados y parecía desconectado del resto del mundo.
Sonrió con nostalgia. Le recordaban tanto a su propio equipo… Naruto era tan hiperactivo como Obito, igual de noble y nunca se rendía por mucho que le dijesen que no. Sakura; igual de tímida que Rin, quizás no tan buena en el campo de batalla (al menos por el momento) pero con la misma capacidad e inteligencia. Y Sasuke, ¿qué decir de Sasuke? Le recordaba a él mismo. Solo desde muy temprana edad, incapaz de confiar por completo en nadie más que sí mismo. Con mucho potencial y poder pero, todavía, enfocados en la dirección errónea.
Se acercó a ellos, quienes, al verlo, miraron sus respectivos relojes y pusieron cara de molestia.
-Hola muchachos, ¿qué tal?-preguntó sonriendo el shinobi, haciendo que Sasuke abriese los ojos y volviese a entrar en el mundo real.-
-Kakashi-sensei llegas tarde-le reprochó Naruto, señalándole su reloj con los ojos entrecerrados.-
-Vaya Naruto, así que ya puedes leer la hora en un reloj de agujas. ¡Bien hecho!-le dijo al rubio, dándole una palmada en el hombro. Sakura rió y Sasuke miró con diversión la reacción del Uzumaki, que estaba con el ceño fruncido y los puños cerrados.-Bueno, ¿empezamos con el entrenamiento?-les preguntó.-
-Sí.-dijeron Sakura y Naruto, Sasuke asintió.-
-Bien, veamos si hoy sois capaces de quitarme los cascabeles.-dijo con los ojos cerrados.-
Los tres gennins se pusieron en posición de ataque, y Kakashi, simplemente, permaneció de pie, frente a sus alumnos.
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Un tiempo después, en los campos de entrenamiento, había tres gennins en el suelo con la respiración agitada y un hombre de pelo plateado en pie, con dos cascabeles colgados en la cintura.
-Bueno, no ha estado mal. Buen trabajo.-dijo el Hatake, satisfecho con el trabajo de sus alumnos.- Venga levantaos, que yo me quiero ir a comer.
-¿Levantarnos?-preguntó Sasuke, aún en el suelo.- Dudo que pueda estornudar sin romperme una costilla…-comentó, ya, con la respiración más regulada.-
-¡Oh, venga! Os invito a comer.-les ofreció.-
- ¡Rameen!-gritó Naruto levantándose como un resorte.- ¡Al Ichiraku!-dijo mientras señalaba la dirección en la que estaba el local, mientras que los otros tres ninjas, se le quedaban mirando.-
-Me acaba de recordar a Batman…-comentó Sasuke.-
- ¿A Batman?-preguntó Kakashi.-
-Sí, ya sabes: "¡Al Batmóvil!"-dijo imitando lo anteriormente hecho por Naruto.- Y después venía la música: Nana nana nana nana ¡Batman!-canturreó el Uchiha, ocasionando que su maestro riese.-
-Ya veo. En fin, creo que será mejor ir yendo. Yo tengo hambre.-comentó el Hatake.-
-Bueno, de todos modos pagas tú.-concluyó el niño comenzando a andar por donde había ido su compañero, seguido del peli-plata y Sakura.-
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Ya en el Ichiraku, el equipo 7, comenzó a comer lo que cada uno había pedido, aunque, tanto Naruto como Sakura (y muy de vez en cuando Sasuke) estaban más pendientes de ver la cara de su maestro que de su comida, aunque no hubo suerte, al menos para ellos, puesto que Ayame estaba babeando.
Al poco rato de haber empezado a comer (aunque Kakashi ya había acabado) vieron un par de caras conocidas: Anko y Kurenai.
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¡Hola! Bueno pues aquí está el 1er capítulo de "Ya total…" En fin, he de decir que me ha costado mucho escribirlo u.u, pero bueno, lo peor es arrancar, a partir de ahora irá rodado (o eso espero…)
Como siempre, gracias por leer y seguir la historia y, como no, un agradecimiento especial a los que dejan reviews, que en lo último que he subido, han sido: I am Koishy y Natsumi Anko.
En fin, espero volver a subir algo pronto y, lo de siempre, lo que quieran me lo comentan. Un saludo desde España:
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