ESta historia se desarrolla en Universo Alterno. como es mi primer fic despues de casi un año de estar fuera de estos, espero sea del agrado de las lectoras y muchas gracias de antemano por sus opiniones, criticas, etc.


CAPITULO PRIMERO

Como podía notarlo, su cuerpo no se encontraba en las mejores condiciones, su rostro sucio y sin brillo a causa del fuerte viento que arrastraba la fina arena del desierto contra ella, su cuerpo delgado, casi esquelético. Había salido de su hogar tan apresuradamente que solo llevaba consigo, una muda mas de ropa y algunas provisiones, que se agotaron de apoco. Tenía la esperanza de encontrar un pueblo, pronto, donde pudiera reabastecerse de provisiones y de la tan necesaria y escasa agua que su cuerpo clamaba por tocar, 3 noches soportando el frio doloroso del desierto, despertando entumecida y sorprendida de seguir con vida aun. después de ser vendida por el mercader que le había tendido la mano, ella había escapado de su dueño, un hombre alto, y de hermosos ojos azules, huía con la esperanza de encontrar ayuda y sentirse segura de nuevo. No confiaría de nuevo en nadie, eso lo había decidido tras lo sucedido con el mercader.

Los ojos de Aoshi colocados sobre la chica que había seguido durante los días en que había logrado escapar de él cuidando de ella, para no perderla, estaba seguro que su señor, el lair kenshin estaría a gusto con la chica, para tenerla en su numeroso harem, tenia tanto dinero como deseara y podía sostener todas las mujeres que quisiera, fuere en contra o con la aprobación de las mismas, ninguna había colocado resistencia a sus atenciones, a su caballerosidad y a los suntuosos obsequios que les otorgaba por su compañía.

Poco había detallado a la chica así que esperaba el momento justo para acercarse lo suficiente a ella y comprobar lo que el mercader le había comentado a cerca de la chica, cuando la compro, solo había notado lo pequeña y esbelta que era, casi podía decir con certeza que ocuparía perfectamente el espacio entre los brazos del lair o de él mismo, estaba intrigado, no había visto bien a la chica, pero aun así estaba seguro que seria del total agrado de kenshin, según el mercader poseía hermosos ojos verdes y cabello tan negro como la brea, era en realidad muy hábil para escapar de su cuidado cuando dormía y cuando no lo hacia también, pronto llegarían a la capital de barakat, donde kenshin un pelirrojo había establecido allí su hogar, en realidad no pertenecía a aquellas tierras, pero luego de terminada su labor como embajador de su país, adopto la cómoda y suntuosa vida de los jeques, con la escusa de no tener nada mejor que hacer.

La noche empezaba a descender al igual que la temperatura corporal de misao, pero se había despertado y sintió el ánimo de seguir lo más rápido que pudiera, a la ciudad. Engalanaba un vestido de algodón con estampado floral, y ello hacia que no pasara del todo desapercibida, podría vestir como las mujeres locales, pero no tenía el dinero necesario para hacerse de las vestimentas habituales de las mujeres del lugar.

Decidida se acerco a uno de los primeros puestos que vio al entrar al lugar, una pequeña feria donde podría apropiarse de algunas ropas. Su mano temblorosa se acerco a la tela de color rojo que veía allí expuesta para la venta, sin dinero pensó en robarla, y cuando creyó era el momento indicado tomo las prendas, pero una morena mano le detuvo con fuerza.

No había querido intervenir, pero, no dejaría que la mujer corriera con la suerte de los pillos del lugar, solo por apropiarse de algunas prendas, noto los enormes ojos verdes sobre él, mirándole con temor y asombro, forcejeando por lograr escapar a la fuerte cadena de sus dedos.

Si quiere las prendas yo las comprare- dijo Aoshi, sacando el dinero que el mercader le había dicho costaban las prendas.

Si tuviera un empleo, sería suficiente para conseguir dinero y comprar lo necesario- dijo misao, con rabia, y forcejeando por última vez con la poderosa mano masculina, logrando soltarse, pero dejando una visible marca roja alrededor de su muñeca, corrió tan rápido como lo permitieron sus piernas, y se oculto tras un edificio pequeño, cuyas paredes parecían mohosas y desgastadas.

No es necesario que trabaje, solo venga conmigo y le daré lo que necesite- dijo aoshi tratando de sonar cortes con la hermosa mujer de ojos verdes. Parecía ser la única forma de mantener calma a la chica que le llamaba la atención, el hecho de ser el encargado de conseguir y cuidar de las mujeres del lair, no restaba su necesidad por alguna de ellas, por el momento había mantenido el autocontrol, pero aquella mujer de mirada esmeralda empezaba a derribar su voluntad. La agarro por los hombros cuando ella se acerco a él curiosa por su oferta, sus ojos chocaron de nuevo, pero aoshi no pudo mantener su mirada en alto.
Sera mejor descansar, queda un largo viaje para mañana- susurro, inquieto ante el contacto con el cuerpo de misao.


ATT: HADERINEKOY/SABADO 22 DE NOVIENBRE 2008