DISCLAIMER: Todo esto, TODO, es de Stephenie Meyer. Excepto la trama. Es solo mia.. xDDDD
N/A: Esto es lemmon, simple, puro y duro. Sensibles, abstenerse.
- Conozco tu secreto -Susurró Edward en mi oído.
- ¿Ah, sí? ¿Qué secreto?
- Te encanta que haga esto... -Murmuró, al tiempo que me embestía. Gemí con fuerza y clavé los dedos en su espalda, cerrando los ojos. La cama crujió debajo de nosotros. Inspiré lentamente y solté el aire en su cuello. Noté como Edward se estremecía y sonreía- Vas a volverme loco si vuelves a hacer eso otra vez.
- ¿Te gusta? -Inquirí, pegándome con más ansias a su cuerpo, y volviendo a respirar en su cuello.
- No imaginas cuanto -Gimió.
- ¿Es ese tu secreto, Edward? -Pregunté, moviéndome bajo él, lenta, suave.
- Bella... -Gimió de nuevo.
- ¿Qué dices, Edward? ¿Es ese tu secreto? -Jadeé, aumentando la velocidad de mis movimientos, observando, maravillada, como el hombre de mis sueños se rendía ante mí. Lamí su cuello, suspiré en su oído y sonreí al notar como se estremecía de nuevo.
- Señor... -Edward me embestía y gemía sin parar. Sus manos recorrían mi vientre, mis pechos, mis labios.
- ¡Dilo! -Le ordené.
- ¡Oh, Bella, sí! ¡Joder! -Gritó, cayendo sobre mí. Sus manos me acariciaban desde el pecho hasta la cintura, pasando de vez en cuando por mi trasero. Busqué ansiosa sus labios y, más que besarlos, los devoré. Giré en la cama hasta ponerme sobre él y continué besándole, bajando por su cuello, el pecho...
- ¡No puedo creer que quieras más! –Exclamó, entre divertido y exasperado, cuando mis besos ya llegaban cerca de su miembro.
- ¿Estás cansado, vampirito? –Ironicé, divertida.
- Ni mucho menos, pero...
- Entonces cállate, Edward –Le espeté, y continué con una tarea que me llevaría toda la noche...
