DISCLAIMER: Los personajes pertenecen a J.K. Rowling. No tengo ninguna relación ni con J.K. Rowling ni con Warner Bros. La historia, eso sí, es mía y solo mía.
GENERO: Romance/Friendship.
PAREJA: Harry Potter/Hermione Granger.
RATING: T
N/A: He reditado esta historia (poca cosa) y, en el proceso, la he dividido por capítulos. Espero que así sea más cómoda de leer; yo personalmente detesto cuando está todo el texto junto y son más de 1500 palabras.


Broken-hearted


Perdida. Entre palabras sin significados y tiempo malgastado. Entre dolores agudos y lágrimas retenidas. Entre lo que quiero y lo que es correcto. Entre falsas esperanzas e inocentes "te quiero". Entre mi mejor amiga y el hombre al que amo. Entre mi vida o mi muerte. Entre su felicidad o la mía.

"¡Oh, Hermione, creo que es el día más feliz de mi vida!", me había dicho, "¡Ginn ha accedido a casarse conmigo!". Le sonreí, mientras mi corazón se resquebrajaba en mi interior como una figurita de cristal. "Es… perfecto…", mi voz tembló, pero supongo que él lo atribuyó a la emoción y felicidad que yo debería sentir. Que irónico… Nada más lejos de mi situación. Le animé a que entrará en la Madriguera y se lo contara a los demás. Manifesté mi agradecimiento por haber sido la primera en saberlo, con la sonrisa más falsa que había simulado en toda mi vida. Me dolía mentirle con respecto a mis sentimientos, pero más me dolería destrozar nuestra amistad.

Me senté en el jardín de los Weasley, pensativa, mientras me abrazaba las piernas con mis brazos. Casi no podía ver a causa de las lágrimas, pero distinguí perfectamente a esa cabecita rubia tan conocida acercándose a mí.
- ¿Cómo estás? Ya nos lo han dicho -Me informó Luna, preocupada.
- Luna… -La nombré, entre sollozos, haciéndole saber cuánto la necesitaba en esos momentos. Si hace cinco años, cuando luchamos en el departamento de misterios, me hubieran dicho que la joven que estaba sentada a mi lado sería una de mis mejores amigas, jamás lo hubiera creído. Pero no tardé en darme cuenta de que era mucho más inteligente de lo que yo pensaba, casi mi alma gemela femenina, solo que un poco más despistada.

Me abrazó, tranquilizándome casi instantáneamente. Sus manos acariciaban mis brazos mientras yo entraba en calor; no me había dado cuenta de que había entrado la noche y hacía realmente frío. Lloré un rato más en sus brazos, agradecida por su compañía y por su silencioso cariño. Me ayudó a levantarme y se apareció conmigo en mi apartamento. Yo parecía realmente muerta, pero Luna me trató con suma delicadeza, recostándome en mi cama y esperando a que me quedara dormida. Poco a poco, el dolor se fue transformando en inconsciencia...