Escribí esto apenas abrí los ojos xD ¡Espero que haya quedado coherente. ¡Feliz cumpleaños gordito capitalista! Dedicado a vos~ aunque me atrasé por... 2 días n_nU
Parejas: FrUs, para no perder la costumbre xD
El chico de cabellos cortos y claros se arrojó sobre la pequeña silla de madera de la cocina con un cansancio brutal. El mayor, de cabellos más largos y más rubios, simplemente rió pasando por detrás suyo para buscar algunos ingredientes para cocinar algo.
–Oye, pequeño, si así terminas por unas cuántas horas de entrenamiento, no quiero ni imaginarme cómo terminarás el día en que te toque luchar seriamente contra él -dijo la representación de Francia, colocando algo de harina en un bol, levadura y un poco de agua-. No fue tan terrible.
–Lo siento... no estoy acostumbrado a esto -sonrió el menor, agitado, con el mentón apoyado en la mesa y ambas manos a sus costados-. ¿Sabes...? Temo luchar contra él -murmuró, sin despegar la mirada de los movimientos de las manos del mayor, elegantes, como era propio de un europeo.
–Es normal... -le sonrió-. Ese salvaje estuvo cuidándote por varios años, era como tu hermano mayor... Enfrentarte a él será duro, pero todos necesitamos enfrentarnos ante la figura de autoridad alguna vez -dijo tirándole un poco de harina al americano, que primero frunció el ceño y luego rió-. Si no, no podrías desplegar tus propias alas.
–Es que... no es sólo eso... -se removió incómodo, bajando su mirada hacia sus manos, juntas por debajo de la mesa de madera-. Yo... ¿Qué ocurrirá si pierdo, Francia? Él... ¡Él va a matarme!
–No lo hará -rió, fijando su mirada en el bol lleno de la mezcla que acababa de hacer-. Seguramente sólo te castigue de la forma más brutal que conozca, lo que te hará haber deseado que realmente te haya matado, pero no te matará.
–Oh, eso me hace sentir muchísimo más seguro -expresó con sarcasmo, recostándose en la silla y tirando la cabeza hacia atrás.- A ti también te matará por ayudarme...
–Pero eso ya es más normal, ha intentado matarme antes ¡Y mirame! -señaló la masa con un movimiento de cabeza-.. Aquí estoy, preparando pan
–Claro... porque tú tienes casi su edad -murmuró con desánimo-. Yo apenas soy un niño... Creo que... tal vez no debería hacer esto -sacudió su cabeza, cerrando sus ojos con fuerza, sin ver cómo el francés había tomado un trapo para limpiarse las manos y acercarse más a él-. Todo esto es una lo... -calló al sentir ambas manos europeas en sus mejillas, y cuando abrió los ojos y se encontró con el rostro del mayor a tan pocos centímetros del propio, no pudo evitar sonrojarse.
–Tú puedes ganarle. Tienes las herramientas suficientes para ganarle -su voz era segura y determinante, y el que no le quitase los ojos de encima al americano era prueba de que realmente lo sentía-. Eres mucho más fuerte de lo que crees que eres, Inglaterra no podría contra ti... Sé que él te ha contado sus múltiples victorias, que sus tropas son invencibles, pero no es así... E incluso si lo fuera, no dudo que tú serías capaz de ser el primero en derrotarlo.
–¿Y... y tú cómo sabes eso?... ¿realmente confías en mi? -esta vez, Francia rió, separándose de él pero aún sonriendo.
–¿Crees que si no confiase en ti, estaría gastando tanta fuerza, dinero y tiempo para que ganes esta guerra? Tienes más habilidad de las que crees, sólo debes dejar que yo te enseñe como explotarlas del todo
–...¿Por qué haces esto? -preguntó en voz baja, pero audible, sin quitarle los ojos de encima.
–Porque odio a Inglaterra -fue la primer respuesta, segura y concisa, esperable para el americano-. Y porque quiero verte libre, quiero que conozcas el mundo por tu cuenta, y no por lo que el sauvage dice... Podrías incluso visitar mi casa alguna vez -la aún colonia inglesa sonrió ante la idea-. Así que, no te desanimes y gana esta guerra, ¿si? Hazlo por el grand frère.
