¡Hola a todos!
Bien, esta es la versión revisada de "Sapos". Considero que con los cambios que le hice quedó mucho mejor. Muchas gracias por leer esta historia a la cual le tengo mucho cariño, digo, es la primera historia que subí a fanfiction. Recuerdo que la escribí porque nuestra maestra de lectura nos dejó como tarea leer cuentos clásicos. Yo estaba aburrida y voilà, así nació esta historia.
En fin, Inazuma Eleven no me pertenece ni me pertenecerá nunca, pero por lo menos puedo seguir haciendo estas historias sin sentido.
¡Disfruten la lectura!
Hace mucho, mucho tiempo (aunque en realidad no fue hace tanto tiempo… continuemos con la lectura), había una princesa muy mimada: su nombre era Natsumi. Ella vivía en un lejano reino con sus hermanas Aki y Haruna. Con Haruna no tenía problema alguno, pero con su hermana Aki discutía todo el tiempo, ya que ambas querían la atención del príncipe Endo… quien no era precisamente muy brillante.
En general lo veían de lejos, mientras estaban en alguna de las habitaciones del castillo. La princesa Aki era quien hablaba con él generalmente. Pero ese preciso día, el maravilloso príncipe Endo estaba jugando en uno de los jardines con un balón de oro.
— ¡Endo!—dijeron las dos princesas acercándose al susodicho.
— Buenos días Aki, buenos días Natsumi—respondió el chico.
— Eh, ¿qué haces?—preguntó la princesa Aki, aunque la respuesta era bastante obvia.
— He decidido inventar un nuevo deporte. Lo llamaré "soccer"—dijo levantando el balón en su mano y haciendo una pose triunfal.
Las dos princesas pensaron lo genial que era el príncipe Endo. Sin embargo, a la hora de que las invitara a jugar con él, solamente la princesa Aki aceptó y se dispuso a jugar el nuevo deporte. Natsumi, por su parte, los miró desde lejos, evitando ensuciarse o romperse una uña (consideremos, claro está, que un buen manicure es algo costoso).
De repente, mientras los dos chicos se divertían como enanos, el balón cayó en el lago. Rieron e hicieron bromas sobre quién lo había tirado, acordando ir al palacio a buscar uno nuevo. Natsumi, muy atenta a lo que estaba sucediendo, decidió que buscaría el balón y de esa manera se ganaría la atención de su querido Endo. Se acercó con cuidado al lago y miró hacia el fondo: el agua estaba sucia y había mucho lodo. Su magnífica idea ya no parecía tan buena después de todo.
— ¿Quieres de regreso el balón?—dijo una voz desde el agua.
— ¡Ah! ¡Un sapo que habla! ¡Auxilio, guardias!—dijo Natsumi gritando aterrorizada.
— Majestad, ¿qué sucede?—dijo un guardia llegando, este tenía el cabello rosa y una expresión de pocos amigos.
— Oficial Someoka, este sapo me está molestando—dijo Natsumi señalando al sapo con su tembloroso dedo y una expresión de asco muy marcada.
— Esperen—dijo el sapo tratando de defenderse—, yo simplemente ofrecí mi ayuda. Esto es un malentendido.
— Lo siento, pero esta no es zona de sapos, las princesas lo han ordenado—respondió el oficial Someoka seriamente, poniéndose unos lentes oscuros y señalando un letrero junto al lago que decía "Prohibido el paso a cualquier especie de anfibio".
— Esto no está pasando—pensó el pobre sapo frotándose una sien. Entró de nuevo al agua, buscó el balón y lo llevó a la superficie—. Mira, princesa—dijo el sapo seriamente sacudiéndose el agua—, te doy el balón, pero a cambio tendrás que llevarme contigo al palacio y me dejarás comer en tu platito…
— Creo que sería mejor que mi abogado se encargara de esto—dijo la princesa y un abogado pelirrojo salió de alguna parte del bosque con un maletín en mano y un montón de papeles.
— Muy bien, yo, Hiroto Kiyama, notario y abogado defensor de su majestad Natsumi, procederé a hacer este contrato. Y ya que ambas partes se encuentran presentes, haremos las cláusulas correspondientes—comenzó a decir el chico pelirrojo poniéndose unos lentes y comenzando a escribir en uno de los papeles que tenía en mano—. Bien, firmaremos este contrato en el que se establece que la princesa Natsumi, que de ahora en adelante se le mencionará como "la beneficiaria"—agregó haciendo las comillas con los dedos—, y el sapo, quien se le mencionará como "el prestador de servicio", están de acuerdo de llevar a cabo este contrato. Los términos dicen que usted, la beneficiaria, debe llevarse al prestador de servicios y darle de comer a este "en su platito", dormir "en su camita" y jugar con usted…
— ¡¿Quién redactó semejante cosa?!—exclamó la castaña muy molesta.
— Bien, de acuerdo a lo establecido en la ley de sapos parlantes, no hay otra manera de proceder. De lo contrario, usted podría enfrentar una demanda muy grande y bueno, usted no quiere pasar por todo ese proceso legal—el chico sonrió sagazmente—… así que firmen aquí, aquí y en esta línea pongan sus iniciales…—dijo dándoles el contrato y señalando los puntos a firmar—hecho esto, señor sapo GS, puede entregarle el balón de oro a la princesa Natsumi.
— De acuerdo—dijo el sapo tranquilamente y le entregó el balón, pero cuando Natsumi lo tuvo en sus manos, corrió tan rápido como Kazemaru—… ¡Hey! ¡eso no estaba en el contrato!
Natsumi entró al castillo y le entregó (por no decir que lo arrojó) el balón a Endo, se dejó caer en un sofá y trató de calmarse. De repente se oyó que alguien llamaba a la puerta y la pequeña Haruna abrió la puerta.
— ¿Sí?—dijo Haruna viendo al visitante con un poco de desagrado.
— Busco a la princesa Natsumi—respondió el sapo muy formal, pero también ciertamente molesto.
— ¡Natsumi! ¡Un sapo te busca!—gritó la chica peliazul.
— ¡No estoy!
— Eh… será mejor si pasas—dijo Haruna abriendo bien la puerta y dejando que el sapo entrara al palacio—. Y… ¿te puedo ofrecer algo? ¿Agua de charco? ¿Moscas?—preguntó Haruna amablemente, pero el sapo le dedicó una mirada mortal—. Bueno, eres un sapo, supuse que querrías algo así, no sabía que eras delicado—el sapo se dio una palmada en la cabeza y le dio el contrato a Haruna, quien se acomodó sus lentes y leyó el documento enseguida—… Ya veo… creo que estará difícil… pero me encargo de esto—la chica se aclaró la garganta y se asomó hacia otra puerta—… ¡Natsumi, si no cumples con tu contrato le diré a nuestro padre!
Natsumi corrió hacia su hermana, quien estaba de pie junto al sapo. La peli-azul señaló al anfibio de manera imperativa, haciendo que su hermana lo tomara en sus manos y lo llevara consigo. De esa manera, tuvo que pasar su día con el sapo, cumpliendo los términos del contrato. A la hora de comer, le dio de comer de su plato y a la hora de dormir dejó que durmiera a los pies de su cama, para disgusto del sapo. Sin embargo, la princesa no pegó ojo en toda la noche pensando que había un sapo en su delicada y elegante cama.
Al día siguiente tuvo que hacer todo de nuevo bajo la mirada vigilante de su hermana Haruna, pero al anochecer hasta la pequeña Haruna se quedó estupefacta.
— Hoy tienes que dejar que duerma debajo de tu almohada—dijo el sapo tranquilamente.
— No, el contrato no decía eso, ¡Hiroto!—dijo Natsumi molesta. El abogado llegó corriendo desde el ala contraria.
— Señorita, le recomiendo que lo haga porque así lo requiere el proceso legal del apartado…
— Nota mental: despedir al inepto abogado y contratar a Denny Crane—pensó Natsumi, y tomó al sapo y lo puso debajo de su almohada—. Pero si te sales de la almohada te vas al charco de nuevo—advirtió la princesa y el sapo asintió algo molesto.
Natsumi durmió como un tronco, un poco preocupada sabiendo que el sapo seguía ahí, pero no iba a pasar otra noche en vela. A la mañana siguiente se despertó molesta y vio que el sapo ya no estaba debajo de su almohada. Se dio la vuelta para ver donde se había metido el sapo y al instante vio a un chico de su edad mirándola fijamente.
— Hola buenos días princesa—dijo el chico amablemente sonriendo (cabe poco decir que era muy guapo y que sencillamente una podría perderse en esa sonrisa).
— ¡GUARDIAS! ¡UN PERVERTIDO SE HA INTRODUCIDO EN MI HABITACIÓN!—gritó Natsumi asustada.
— No espera…—dijo el chico tratando de calmarla y levantándose de la cama. La puerta se abrió de golpe y el mismo guardia del día anterior se abalanzó contra el peli-crema.
— Majestad, hemos neutralizado al intruso—dijo el oficial Someoka al noquear al pobre chico.
— ¡No!—dijo un chico (un poco femenino) de cabello azul entrando a la habitación—. Mi pobre hermano…
— ¿Y tú eres?—preguntó Natsumi viéndolo de pies a cabeza.
— Kazemaru Ichirota, soy el príncipe del reino vecino y cuando supe que había un sapo parlante vine enseguida, pues mi hermano Goenji Shuuya fue convertido en sapo hace algunos años…
— ¿Hermano?—dijo Natsumi un poco preocupada volteando a ver al chico inconciente en el piso—. ¿Quién te dijo que había un sapo parlante aquí?
— Yo—dijo Haruna entrando en la habitación—. Sabía que no había nada normal en ese sapo, y que había un príncipe desaparecido… así que mandé a llamar a Kazemaru, además—agregó con una sonrisa coqueta—, él estaba en la lista de pretendientes—miró al príncipe que tenía a su lado y le guiñó un ojo.
Más tarde, cuando el pobre Goenji despertó, Natsumi tuvo que pedirle una sentida disculpa al príncipe sapo, quien sus disculpas, pero a costo de que se casara con él (nada más para molestarla). Ella aceptó, a final de cuentas el príncipe no era nada feo… Haruna raptó al príncipe Kazemaru… y Endo y Aki formaron un equipo de soccer para competir contra otros reinos y todos vivieron felices por siempre.
Bien chicos, eso fue todo, sí, lo sé, estuvo malo con M de Majin Boo, pero es lo que el ocio deja… dejen algún review, pero absténganse quienes no tengan nada positivo o constructivo ¿de acuerdo? Tal vez en el siguiente que suba destroce algún otro cuento de hadas, mua ja ja ja. Por cierto si no saben quién es Denny Crane, busquen en Google Boston Legal, solo como dato curioso.
Besos
