I

De las Crónicas del Judaimee Hokage…

El Ninja puro. No es aquel con el arsenal de Jutsus más variado o más poderoso; tampoco es aquel con la fuerza para destruir montañas y desintegrar, como la furia de la naturaleza, a sus oponentes. Esa denominación tampoco es digna de aquel con el coeficiente intelectual más alto o la manipulación elemental más perfecta.

El verdadero Ninja, el verdadero ente del terror, al que hay que temer con cada fibra nerviosa del cuerpo, es aquel que con simplicidad portentosa se escuda entre las sombras, aquel que tiene la capacidad de borrar una existencia con el más básico elemento de su entorno, el que no deja rastro y hiere sin contemplación a sus adversarios.

Para ser una máquina de matar perfecta solo se necesita de una sola emoción: "El desprendimiento". Total desprendimiento de la ambición, del deseo, del apego a la vida.

Una máquina de matar es solo eso: "Una maquina", y como tal, cumplirá con su cometido hasta ser detenida o hasta que uno de sus engranajes falle.

Esta es la historia de una de esas maquinas de matar, única en su tipo. La historia del ser más letal que haya existido en los anales históricos de las naciones elementales. La historia de una entidad que sembró el pánico en los corazones de los hombres más poderosos e influyentes de su tiempo.

Ninguno de mis antecesores quiso dejar constancia de los hechos y circunstancias que ocurrieron en aquel entonces, por temor a que las nuevas generaciones distorsionaran el significado del ser un Shinobi.

Pero pienso que si bien la historia la escriben los vencedores, por ética debo explicar con detalle que nuestra esencia como guerreros de las sombras, no solo fluye de la corriente del idealismo romántico e intangible de la honorabilidad y la justicia; también se origina de la perspectiva oscura del terrorismo, la subyugación y la traición.

El mal debe equilibrar al bien, si una de las dos variables está en desbalance con la otra, la armonía falla y el caos surge como derivación final.

Un hombre estuvo a punto de poner en caos total a las naciones elementales, pero extrañamente, a un paso de lograrlo, se esfumó de la existencia como lo etéreo.

He pasado treinta años de mi vida recopilando todo acerca de aquel sujeto y de las circunstancias que rodearon su presencia. El día de hoy creo que puedo hacerme una idea de sus motivaciones, crear un pálido bosquejo de su vida.

Y todo comenzó aquí mismo, en Konoha, durante la caída del Yondaime Hokage Namikaze Minato y el advenimiento de la nueva Sombra de Fuego…

II

—Es un niño fuerte y sano Sarutobi-sama.

— ¿Le hicieron el análisis a su chacra?

—Es lo más extraño de todo Sarutobi Sama, el niño no tiene ningún influjo de chacra foráneo en su sistema de generación. Es como si el sellado no se hubiese llevado a cabo. También se nos hace imposible detectar su chacra natural, es como si fuese un contenedor vacío, sin energía espiritual.

—Eso es imposible, ¿Ya lo examinó Jiraiya?

—Jiraiya-sama está con él en este momento.

III

En la habitación, oculto por la sombra y sentado frente a una incubadora, un hombre mira fijamente hacia una maquina. Sus ojos no se apartan del niño que ésta resguarda; no mira a los costados, ni en dirección a las otras cunas de cristal que guarnecen otros críos. Es como si estuviese hipnotizado, como si él fuese parte de la escena pero se hallara, no obstante, separado de la misma.

Observó en silencio cuando el niño dirigió la mirada primero hacia un costado, luego hacia el otro para finalmente posarla en él.

Por un instante, cuando el crío parecía examinarlo, cuando parecía que miraba dentro de su alma, el hombre temió estar siendo juzgado. Sus músculos se tensaron. Luego el instante pasó y pudo encontrar sosiego.

Buscó con la mano una botella que estaba apoyada en una mesa junto a él y bebió un largo sorbo.

—Pensé que el hábito de abusar del alcohol era una prerrogativa solo de Tsunade.

En la estancia se dejó oír una voz cansada, pero cargada de autoridad.

El hombre dejó la botella de nuevo aparcada en el sitio de donde la había tomado y se giró buscando con la mirada al personaje que se presentaba en el lugar.

Hiruzen Sarutobi, antigua «Sombra de Fuego» y maestro del hombre que ahora le miraba, asomaba su figura a la puerta del retén. Se le notaba deprimido, con los hombros caídos y el rostro inexpresivo, sin embargo al ver a su pupilo este se le iluminó con una agradable sonrisa.

—Sensei, un sorbo de Sake en situaciones especiales no esta de más. ¿recibió el parte del cuerpo médico?

—Ciertamente recibí un reporte que me ha dejado muy preocupado, pero he preferido reservar mis conclusiones para después de nuestra charla.

Mientras las primeras palabras se intercambiaban entre ellos, el antiguo Hokage caminó con paso lento por entre las filas de incubadoras que atestaban el lugar.

—El chacra del niño es casi inexistente. Los médicos no salen de su asombro al no poder detectarlo. He tenido que recurrir a mi modo "Sabio" para corroborar sus aseveraciones, esta ahí generándose, pero de una forma muy inusual.

El «Sandaime», o tercero como también se lo conocía, se acercó lentamente a la incubadora que estaba frente a su antiguo discípulo y observó con mucho atención al ocupante de la misma. Seguidamente se llevó una de sus manos a la boca y carraspeó para aclararse la voz.

— ¿Una consecuencia imprevista del sellado? ¿O de lo reciente del evento quizá? —preguntó sin dejar de mirar al niño.

—Improbable, han pasado diez días desde el sellado —respondió Jiraiya—. De lo que he podido investigar sobre el Shiki Fūin, el proceso no deja secuelas temporales. A medida que pasa el tiempo se me hace más difícil detectar su escaso chacra, parece que estuviese agonizando, pero el parte médico ha confirmado que es un bebe totalmente sano.

El «Sandaime» se llevó ambas manos a la cabeza para darse masajes en las sienes. Su rostro se mostró confuso y su mirada vagaba absorta recorriendo la figura del infante.

Pasaron unos segundos en silencio, maestro y pupilo hombro con hombro, examinando la criatura.

—Evidentemente es un Kinjutsu de lo más complejo —murmuró el primero rompiendo el silencio—. Esto altera totalmente el escenario que había visualizado para el niño.

— ¿Escenario Sensei? —inquirió el discípulo confuso.

—Minato selló la mitad del chacra del Nueve Colas en su hijo con el objetivo de salvar a Konoha, sacrificando su vida y su alma en el proceso. Kushina se inmoló igualmente para proteger ese sacrificio. Ambos lo hicieron confiando en que el niño sería el receptor del reconocimiento de la aldea por semejante prueba de lealtad…

Sarutobi hizo una pausa y se acomodó el puente de la nariz entre sus dedos. Luego agregó:

—,,,Sin embargo, Minato era demasiado idealista, algo que heredó sin duda de ti Jiraiya-kun. Cuando las masas se enteren que la entidad que les atacó esa noche sin compasión no fue eliminada, sino confinada en un infante, van a reaccionar de forma irracional. Una persona por si sola razona con mesura y se hace analítica; Por el contrario, un grupo de ellas pierde la capacidad de raciocinio y se deja llevar por aquel que imponga su criterio, sea justo o no, su juicio.

—Entonces debió haber aceptado nuevamente el manto de Hokage, Sensei. Así podría haber sido usted quien influenciara la perspectiva de las masas en este asunto a favor del niño. Y si sumamos el hecho de que el mocoso es hijo de Minato, esto habría aliviado mucho las tensiones.

—Tengo mis dudas al respecto. Aún si hubiese aceptado nuevamente el puesto de Hokage, hay circunstancias incompatibles que hacen difícil imponer una esfera de influencia eficaz. Una de ellas, incluso, obliga a que el legado del niño no pueda ser revelado. Al menos durante algunos años.

—No le entiendo Sensei, con más razón—dijo Jiraiya enarcando las cejas—. Al ser el niño el vivo legado de uno de sus más grandes líderes, la sociedad en general sopesaría positivamente la responsabilidad heredada del pequeño, incluso me atrevería apostar a que el mocoso seria tratado con privilegios.

—Supongamos que abordamos ese escenario que planteas Jiraiya. Un escenario dónde damos a conocer a las masas el sacrificio de su Kage y la herencia del niño. La probabilidad de que el colectivo de la aldea acepte al pequeño y honre el sacrificio de sus padres es bastante viable, pero no podemos ignorar el impacto negativo que tendría esa información en las otras aldeas elementales.

— ¡Demonios!—exclamó Jiraiya palideciendo—, es cierto. El hijo de Namikaze Minato y Uzumaki Kushina; huérfano, heredero de uno de los legados más importantes de la más poderosa de las aldeas, y para variar, el nuevo contenedor del "Nueve Colas". Sería como presumir de un Jamón frente a una jauría de lobos hambrientos.

—Es por eso que esa opción dejó de ser válida desde el primer momento. Por una parte no soportaríamos las presiones políticas que acarrearía el conocimiento de que el hijo del Shinobi más poderoso de las naciones elementales no solo hereda el potencial de su progenitor, sino que además obtiene los beneficios derivados de tener a su disposición el chacra de la más poderosa de las criaturas espirituales. Y no debemos olvidarnos de Kushina. El legado de los Uzumaki residía con ella; era la última de una extirpe de guerreros cuyo herencia genética e intelectual era tan notable que resultó en el exterminio de su clan. Comprendes ahora la magnitud de la importancia que significaría dar a conocer la identidad de éste niño al mundo.

— ¿Pero entonces que va a pasar Sensei?—inquirió el discípulo pensativo—. Si omitimos enfatizar en el lazo familiar del niño con Minato y Kushina, sin duda lo van a tratar como a un paria, los aldeanos que sufrieron pérdidas importantes durante el ataque del "Nueve Colas" van a querer desquitarse con el mocoso.

El «Sandaime» sacudió la cabeza con expresión resignada.

—Es por eso que hice alusión a que la mente de los colectivos no tiene capacidad de raciocinio. Aun cuando por medio de leyes y ordenanzas el nuevo Hokage intentara proteger al niño para ocultar su legado, estoy seguro de que sería en vano; la información se filtraría. Por eso no vi la necesidad de aceptar el titulo nuevamente.

— ¿Entonces, no hay solución? —Preguntó Jiraiya, en un tono cargado de incredulidad.

—Siempre hay solución, la cuestión es si ésta será positiva o no para el pequeño. Creo que todo depende de cómo evolucione el niño con respecto a esa particular característica que ha desarrollado con su chacra.

—Parece algo terminal, cada minuto que pasa su chacra parece diluirse en el vacío. Es una imposibilidad que un ser vivo pueda subsistir sin energía espiritual, no lo termino de entender, es por eso que llevo días en esta habitación tratando de darle sentido lógico a todo este asunto.

El antiguo Kage se acercó más a la incubadora, y el niño fijo su mirada en la suya, le dió la impresión de que estaba sopesándolo. El anciano líder fue el primero en rehuirle al intercambio de impresiones.

—A veces creo que nos entiende y nos está juzgando—dijo el discípulo sombríamente.

Sarutobi lo miró con una dureza que lo intimidó.

—A veces creo que exageras las percepciones Jiraiya Kun —le reprimió con firmeza.

—En todo caso Sensei, ese niño no ha llorado ni una sola vez desde que llegó al retén, su mirada no es normal, parece demasiado lúcida para un crío de esa edad, es como si estuviese a la expectativa de lo que sucede a su alrededor.

— ¿Has tomado en cuenta la posibilidad de que el niño no esté perdiendo su Chacra Jiraiya Kun?

—No le entiendo Sensei. El Chacra del "Nueve Colas" es inexistente, y el natural del niño está por desaparecer completamente. Usted sabe muy bien que con mi modo «Sabio» activo soy uno de los mejores sensores en existencia, su Chacra está desapareciendo.

Sarutobi dirigió una mirada a su discípulo por un instante, para después enfocarse nuevamente en el pequeño.

—Hay una teoría que recién ahora, después de tantos años de estudio, se viene a mi mente Jiraiya Kun, y es algo que confieso me aterra pensar sea posible.

Jiraiya permaneció callado, sabiendo que por lo general las teorías de su maestro no tenían desperdicio. Y éste no le decepcionó.

—Chacra "Fantasma" —dijo el Anciano, con un tono de malicia en la voz que asustó a su discípulo—. Algo que pensé era un mito.
El «Sandaime» retrocedió unos pasos y luego dejo caer la mirada.

Jiraiya empezó a caminar de un lado a otro de la habitación con los ojos pasmados, pareció estar cavilando, preguntándose si lo que sugería su maestro era una posibilidad real.

Y por un segundo el maestro esperó, tratando de adivinar la siguiente pregunta de su discípulo.

—Eso es imposible—dijo Jiraiya suavemente entre un suspiro de incredulidad—. Simplemente no puedo creer esa hipótesis Sensei. Un ser con chacra invisible es una teoría totalmente absurda.

La antigua «Sombra de Fuego» negó con la cabeza como si no lo hubiera escuchado.

—Es lo único que se me ocurre—dijo con tono afligido—. En el estado en que está, si su chacra se estuviese extinguiendo, el niño ya habría presentado síntomas de debilidad y problemas fisiológicos notables. Es evidente, según el parte médico y lo que me dices, que ese no es el caso. Solo queda una teoría: la mezcla de ambos Chacras producto del sellado solo esta camuflando el resultado final.

Jiraiya le observó atentamente, tratando de descubrir si su maestro estaba en su sano juicio. Después de un momento se relajó, sus hombros cayeron lentamente y su respiración, que sin darse cuenta había estado conteniendo, se hizo profunda.

—Kami Sama Sensei —dijo estupefacto—, si esto llega a oídos de nuestros enemigos, los intentos de secuestros en contra de los Uchihas y los Hyugas habrán sido un juego de niños contrastándolos con el problema que tendremos. Incluso habrá naciones que arriesgarían una guerra solo para poner las manos en el mocoso. ¿Se da cuenta que si su teoría es cierta, tenemos en nuestras manos a un ser que podría convertirse en una entidad sin parangón en la historia?

El Sandaime sonrió, pero su sonrisa fue forzada.

—Aquí es donde entra en juego un nuevo escenario que permitirá, al menos por un tiempo, evitar todas esas consecuencias que hemos estado discutiendo Jiraiya-kun.

—Sí, un escenario que ya voy comprendiendo —le interrumpió el discípulo anticipando lo que quería decir el maestro—. Lo más razonable, es no solo ocultar el origen del niño, sino también el hecho de ser el contenedor del "Nueve Colas"; con ese camuflaje que está desarrollando con su chacra, evitaremos que otros sensores o ninjas comunes detecten la anormalidad con el mocoso. ¿Pero cómo vamos a explicar que no es un muerto viviente carente de Chacra? Ese detalle también va a llamar la atención.

—Lo explicaremos como una anormalidad genética. Cuando se sepa que el niño no produce Chacra dejará de ser de interés en general; pues se le subestimará y será visto como un civil más, de hecho se le considerará más como un lisiado que como alguien común. Un ser indigno de atención.

—Se que Minato y Kushina no me van a perdonar por esto pero: ¿No sería mejor acabar con la vida del niño y evitar tantas variables impredecibles? Este niño puede convertirse en un arma de doble filo para los intereses de la aldea.

—El riesgo es demasiado alto con el sellado tan reciente, esto que estamos discutiendo es una anormalidad causada sin duda por un efecto imprevisto del sello utilizado por Minato. No quiero pensar que otra consecuencia podría manifestarse si intentamos una purga letal en contra del pequeño en un momento como este.

—¡Benditos Ancestros Sensei! —exclamó el discípulo perturbado, cogió de nuevo la botella de Sake, tomó un largo trago y se detuvo de nuevo al lado de su maestro—, ¡míreme! conspirando contra la vida de quien debía ser mi ahijado, ¿Y cómo demonios será la vida del niño? Si lo tomo bajo mi cuidado las sospechas serán mayores, y no quiero pensar que pasaría si lo dejamos al cuidado de la persona que escogió Kushina como su Madrina; Mikoto-chan está rodeada de lobos en ese recinto.

—En efecto, Mikoto-san y tú están descartados totalmente de esa obligación, esto es algo que debemos discutir con Danzo. Debemos explicarle la situación y las circunstancias que la definen. Como Kage es su deber velar por los intereses de la aldea pero debemos equilibrar su juicio con respecto al futuro del niño.

—Hay tantas variables en todo esto que por primera vez en muchos años tengo un mal presentimiento Sensei. Solo espero que no estemos cometiendo un error.

—Danzo reunirá el concilio pronto. Veremos cómo se desarrollan los acontecimientos entonces.

Dando la conversación por finalizada ambos hombres se despidieron, y Jiraiya esperó en la entrada del retén hasta que vio desaparecer al antiguo Kage por uno de los pasillos del hospital. Luego se volvió y miró pensativamente más allá de la hilera de incubadoras, fijando su mirada en la que contenía al legado del hombre más imponente que había parido Konoha en su historia. Finalmente dio media vuelta, se tomó el último sorbo de Sake vaciando la botella, y salió de la estancia para ir a los baños públicos a relajarse un poco e investigar.

Ninguno de los dos se dio cuenta, al abandonar la habitación, pero por primera vez desde el día de su nacimiento Uzumaki Naruto lloró; y su llanto fue tan desgarrador que desató el caos en las otras criaturas del lugar.