Disclaimer: Nada del Potterverso me pertenece.

Este fic participa en el minireto de marzo para "La Copa de las Casas 2014-15" del foro La Noble y Ancestral Casa de los Black.

Gracias a Muselina por darme su opinión. :D


Nunca enfades a una Gryffindor


Estaba nervioso. Hacía tiempo que no hablaba con ella y, justo ese día, le dijo que necesitaba hablar con él. En el fondo lo sabía; ella quería volver con él, porque estaban hechos el uno para el otro. Si es que iba a tener razón con eso que decían que las Gryffindor eran muy ardientes.

Michael dio vueltas por el jardín, impaciente. Miraba la hora de su reloj de bolsillo a cada minuto. Se enderezó al verla. Ella se acercó con una sonrisa encantadora.

—Hola, Michael —canturreó Ginny con voz dulce.

—Hola, Ginny —balbuceó el chico.

Ginny se apoyó en un árbol mientras se echaba el pelo hacia atrás sensualmente.

—Te he citado aquí porque me ha dicho un pajarito que me echabas de menos.

—Oh, bueno, sí... yo... —consiguió decir, tragando saliva.

—¿No es así? —preguntó poniendo morritos.

—¡Por supuesto! Como para no. Eres... eres...

—¿Sí, Michael? ¿Qué soy? —quiso saber, intimidándole.

—Pues una chica muy guapa y... lista y...

Ginny alzó una ceja mientras se acercaba al chico y le cogía de la corbata del uniforme.

—¿Y qué más?

—Y... y... —tragó saliva nuevamente—, muy buena chica, claro.

—¡Oh! Eres un amor, Michael. —La menor de los Weasley se le acercó al oído y le susurró—: Aunque, hay algo que no entiendo. —Ginny se quedó pensativa, entrecerrando los ojos—. No recuerdo haberte hecho nada de todo eso que dices en la nota que va corriendo por todo Hogwarts.

Michael comenzó a sudar. Sentía como si un chorro de agua fría le estuviera recorriendo el cuerpo.

—¡Ah... eso! Si era solo una broma, mujer. Ya sabes, entre amigos, nada más —dijo con una risa nerviosa.

—Entiendo. Una broma. —Ginny asintió, apartándose, y sacó su varita, apuntándole a Michael, quien estaba sudando cada vez más cual pollo asándose en un horno. Una luz purpúrea salió de la varita y chocó contra el pecho del chico.

—¿Pero... pero... qué has hecho? —dijo Michael observando su nuevo atuendo.

—Bueno, como yo soy una guarrilla que hace siempre lo que me pides, ahora eres tú la guarrilla. Te ves estupendo, por cierto.

Ginny le sonrió con fingida dulzura y se marchó, dejando al muchacho con una camiseta rosa de lunares blancos, una minifalda a juego y unos zapatos de aguja.

Eran las cuatro de la tarde. A plena luz. Y su dormitorio estaba en la otra punta de Hogwarts.


NDA: Bueno, esto es lo que me ha salido. La verdad es que Michael nunca fue de mi agrado, así que de alguna manera me he "vengado" un poco de él. XD

Espero que os haya gustado. O no. Pero hacédmelo saber ya sabéis cómo.

Un saludo y hasta la próxima.

Miss Lefroy.