Bueno, estos drabbles no están interelacionados y son SPOILER, así que si no haz leído HP7, sal en este mismo momento.

Ahora, leen bajo su propia responsabilidad.

Consejos

Neville Longbotton se dirigía al invernadero numero cuatro para comenzar las lecciones de Herbología de ese año. Su apariencia había cambiado bastante en los diecinueve años que habían pasado desde esa batalla, desde esa noche donde el mundo se había convertido en lo que ellos tanto habían anhelado. Sonrió para sus adentros por el sólo hecho de recordarlo. Miró a su alrededor, cientos de estudiantes recorrían los jardines del colegio, las clases habían comenzado hacía tan solo una semana, y como cada año, Neville no podía evitar sentir un dejo de nostalgia. Una pequeña explosión lo sobresaltó. Se dio media vuelta y no pudo evitar reírse. James Potter, el bromista incansable estaba nuevamente en acción. Él como profesor debía restarle unos cuantos puntos a Griffindor por no estar en clases como debería, pero como Jefe de la casa y, no como profesor, sino como Neville, decidió seguir su camino.

Estaba a tan sólo unos metros del invernadero cuando algo llamó su atención. Un niño de primer año con cabello negro y ojos verdes se abrazaba las rodillas y temblaba levemente mientras que una niña de su misma edad con cabello castaño claro bastante enmarañado intentaba explicarle algo que Neville no alcanzaba oír. Era la viva imagen de su padre. Se acerco preocupado.

—Albus ¿Qué pasa? —El niño lo miró y Rose se calló de repente.

—Buenos días, profesor —dijo ella rápidamente, como un soldado que saluda a un general.

—¿No se supone que me deberías llamar Potter? —La voz del niño era entrecortada, era evidente que había estado llorando. Neville sonrió.

—Será nuestro secreto —Le guiño un ojo— Y Rose, no hace falta que seas tan estructurada —La niña se ruborizo— ¿Me vas a decir cual es el problema? —Se sentó junto al niño.

-Nott...dijo cosas de papá.

—¿Qué clase de cosas?

—Cosas

Neville suspiró antes de comenzar a hablar.

—Albus tu padre ya te explicó todo. Vas a encontrarte con mucha, mucha gente que no quiera aceptar que lo que hizo Harry fue salvarnos a todos de un desastre total.

—Dijo que era un cobarde. Que murieron cientos de personas por su egoísmo. Y que si tiene la fama que tiene es sólo porque la suerte estuvo siempre de su lado. Mencionó a un tal Lestrange o algo así... Papá nunca me nombro a esa persona. —Se paso una mano por los ojos eliminando todo rastro de lágrimas. Neville pareció algo molesto ante estas palabras pero sin embargo su expresión permaneció suave.

—No dejes que nadie nunca te arruine la imagen de tu padre. Lestrange fue una persona terrible. Y tu padre el mago más valiente que he conocido jamás. Sino fuera por él ninguno de nosotros estaría hoy aquí. Aún eres muy pequeño pero se que con el tiempo lo entenderás. Siempre va a haber gente como Nott. Resentida e incapaz de seguir adelante. No es culpa de él de todos modos. Son sus padres quines no pueden seguir adelante con sus vidas. Pero esto no debe afectarte —Se puso de pié y lo ayudo a Albus a pararse también—. Tienes que estar más que orgulloso, no todos tenemos la suerte que ustedes dos tienen —Miró alternativamente a ambos niños— Sus padres fueron grandiosos, y nadie tiene el derecho de manchar sus nombres. Pero deben saber que no importa lo que digan, ustedes saben como son las cosas realmente y sus conciencias estarán tranquilas.

—Eso es lo que yo le estaba explicando —La niña colocó los brazos en jarra. El tono de lo-se-todo Rose obligó a Neville a contener la risa. Se agachó para estar a la altura de Albus.

—Ahora, quiero que me prometas que no vas a dejar que ningún niño con pocas luces vuelva a afectarte, y en el caso que suceda —hizo una pausa y le sonrió abiertamente— Dile a James, que presumo estará encantado de solucionarlo.

Albus y Rose abrieron mucho los ojos, sorprendidos.

-Pero claro, no digan a nadie que yo les dije eso.

FIN

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