Hola! He aquí yo, con otro one-shot.


-Hola Bonnie, que te parece si hoy jugamos a ser piratas? Traje a Hambo conmigo-

-Ya no quiero ser tu amiga-le dijo la dulce princesa de repente-

-¿Qué?¿Porque dices eso Bonnie?-pregunto la pequeña Marceline mientras sus ojos se llenaban lentamente con lagrimas ante las palabras de su mejor amiga

-Porque los vampiros son malos y asquerosos, y tu eres una de ellos-dijo la dulce princesa recordando que esa mañana su madre le había dicho que su padre había muerto a colmillos de un vampiro

-Pero yo no soy como ellos-le dijo mirándola con esperanza de que ella reconociera ese hecho, ella solo había chupado sangre de un ser vivo seis veces durante su larga vida

-Tienes colmillos piel pálida chupas sangre y estas muerta, para mi eres un vampiro, como los demás -le dijo mirándola como si fuera basura

-Se supone que siempre íbamos a ser amigas y nos cuidaríamos una a la otra, y nos querríamos como hermanas!-dijo Marceline dolida por las palabras de la dulce princesa

-eres mala influencia para mi, Marceline-

-¿no se supone que somos amigas? ¿Nos preocupamos una por la otra? ¿crees que tus palabras no me duelen?-

-Las cosas muertas no tienen sentimientos, adiós Marceline-le dijo al dulce princesa, sabiendo que esas palabras la alejarían un muy buen tiempo de ella, pero, si quería ser buena soberana para su reino, tenía que deshacer las amistades con vampiros, y demonios, eso era un requisito, si no quería que su reino cayera en las manos del olvido por prestarle tanta atención a Marceline como ya lo hacía desde que se conocieron

-pues yo no soy mala, y lo sabes!-

-pero eres una vampiro, lo serás, serás tan mala y salvaje como todos los de tu especie…suerte que tu amiguito Hambo no es un ser vivo…no será que lo mates en un momento de descontrol-

-por algo dicen que el dulce en exceso es malo-dijo Marceline limpiándose las lagrimas con su antebrazo, y abrazando mas fuerte a Hambo con el otro…

-no te preocupes, al crecer esto se te olvidara marceline- susurro bonnibel, a medida que marceline se alejaba, ella no escucho nada, pero los vampiros crecían de estatura de un derrepente, marceline podía durar cinco siglos pareciendo de solo cinco, y cuando ella creciera, bonnie esperaba que lo olvidara...

-¡QUIERO MI CAMISETA DE VUELTA!- le grito Marceline antes de estar lo suficientemente lejos como para que no ollera sus sollozos

-BIEN, AL CABO QUE NI LA USO!- le mintió la dulce princesa, la verdad es que esa camiseta la usaba diariamente