Disclaimer: Esto debería venir incorporado en ff, algo así como una aplicación, porque después de casi dos años en el sitio, cansa xD

Claim: Charlie&Carlisle.

Advertencias: Pft, nep, por ser la primera vez que escribo de ellos, lo hago en plan friendship :D

Notas: Participa en el Reto Palabras para el recuerdo, del foro LOL.


Viejos amigos

(41# Tabaco)


Charlie.

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Si había alguien al que él respetara allí en el pueblo, ese era el doctor Cullen. Simplemente le parecía increíble todo lo que él hacia allí, a sabiendas de que un cirujano con tanto conocimiento y tanta experiencia tendría miles de oportunidades mucho mejores lejos de Forks.

Él lo respetaba como si fuera la personificación de la autoridad en aquel lugar (y aquello se le tornaba irónico, siendo él el jefe de policía), y siempre agradecía en silencio el aporte que hacía a la comunidad, simplemente haciendo lo que le gustaba hacer: sanar.

Como cuando atendió a su hija, a Bella, luego de aquel accidente en el que bien podría haber muerto. Su nivel de respeto hacia el doctor creció demasiado rápido, y aunque éste último le había dicho que No es nada, Jefe Swan, es mi trabajo; ella está espléndida varias veces, él no podía dejar de agradecérselo. De verdad estaba aliviado de que la esposa del doctor tuviese demasiado aprecio por aquel pueblo verde en el que llovía siempre, porque ese era el principal motivo por el que la familia Cullen se quedaba allí (y debía aclarar que le molestaban las críticas que hacía la gente a espaldas de ellos, que los juzgaran y les pintaran de raros, luego de todo lo que habían hecho por el pueblo, luego de ser tan buenos ciudadanos y tener hijos que no provocasen disturbios, y luego de que Carlisle aportara al lugar un servicio de salud impecable).

Y entonces, solía pasar por el hospital de camino a su trabajo o si tenía tiempo libre (también cuando debía llevar a algún conductor imprudente que no había visto las luces de alto), y saludarle con una sonrisa y un cálido "¿Qué tal todo?" al cual el doctor le respondía con sus sonrisas de anuncios de pastas dentífricas y comentarios agradables con aquella voz suave de cantante de ópera. Muchas veces, también, quedaban hablando de todo un poco, viendo cuán relacionados podían estar sus trabajos en un pueblo donde los jóvenes eran bastante... descontrolados, y entonces Charlie le invitaba un cigarro para que pudieran fumar como dos adultos que se quejaban de las imprudencias de los adolescentes mientras reían ante lo viejos que se estaban volviendo -o en el caso de uno-, pero Carlisle siempre declinaba la oferta y le demostraba que podían hacer lo mismo si no había tabaco de por medio.

Se habían vuelto compañeros con el tiempo; a Charlie le agradaba ir a verlo trabajar en su ambiente y distenderse de su propio trabajo, y a Carlisle le agradaba alguien con el cual hablar, alguien que estuviera interesado en escuchar su conocimiento y opinión sobre las cosas. Eran como camaradas, como si hubiesen sido viejos amigos por mucho tiempo y hubiesen vivido miles de experiencias juntos. Y entonces, el lugar olía a café, a tabaco y humo, a horas que se gastaban hablando de temas banales como si fueran verdaderos tópicos dignos de ser hablados en profundidad y de manera filosófica. Olía a hombres riendo, a cerveza y a cigarros, olía a seco, a añejo y a seguro. El lugar olía a respeto, a sonrisas entre compañeros y a una vieja amistad que todavía perduraba (y eso a Charlie le agradaba).


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