Luka siente una conexión con Marinette. Entre ellos, había algo invisible y electrizante. No había necesidad de preguntar qué hacer, ellos dos sabían lo que querían el otro.
Sus latidos suenan a la misma sintonía, piensan lo mismo aunque no lo digan. Con una mirada, sus dedos tocándose, uniéndose. Se podía contar miles de historias sin una sola palabra. Se produce un choque de sensaciones. La electricidad recorría entre ellos, electrizando sus vellos, vibrando su corazón.
Si no había nada que decir. Si no había nada de qué hablar. No hacía falta explicar, al mirar sus ojos azules sabe que ella guardaba todos los secretos de su vida, de sus sueños. En el silencio pueden escuchar todo lo que siente y lo que pasaba por su mente.
Marinette era la única canción que siempre iba a escribir, que creo siguiendo sus latidos, cada palabra, cada nota que le dio el hecho de pensar en ella.
Una conexión. Entre él y ella. Entre Luka y Marinette.
En cada verso de la canción, su voz y la suya. En cada acorde, en cada rima. No obstante, había algo que no podía decir, expresar lo que su cuerpo percibía, todos los sentidos y las sensaciones que recorrían su piel cuando se tocaban, eso era demasiado para expresarlo con sencillas palabras.
No obstante, lo que le gustaba de Marinette es que lo comprendía en el silencio. No había necesidad de expresarse con él habla.
Ya se conectaban con una mirada, tenían una conexión cuando pensaban en el otro, aumentaba cuando se tocaban y se hacía más fuerte cuando sus almas se entrelazaban.
