00 Prologo
Estaba cansada.
La noche caía sobre la ciudad y ella aún estaba a gran distancia de casa. El último bus se había ido, así que no le quedaba otra opción que usar el metro. Sacó su celular para chequear la hora y terminó comprobando que le quedaba menos del diez por ciento de batería.
"Magnífico" Aquel pensamiento sarcástico era la prueba de que su día no podía ser peor. Acaba de enterarse de que suspendió el último examen del cuarto año en la facultad de medicina. Pasó todo el día buscando al médico encargado y cuando lo encontró el sujeto ni siquiera encontró su examen. Al final, intentó convencerlo de que le permitiese repetir el test, pero el sujeto dijo que NO. Que si esa nota estaba puesta pues es la que le tocaba. Incluso le dijo "nos vemos el próximo año".
Estaba tan furiosa y frustrada que las lágrimas casi se le salen. Pero ahora mismo todo el disgusto se había esfumado y sencillamente estaba agotada.
Harta de la vida que llevaba.
La sociedad era tan inhóspita. La gente era tan desagradable y malvada. Solo se preocupaban por sí mismos y de nadie más. Muchas veces ni aunque estuviesen muriéndose de hambre en una esquina. Pero ella quería ayudar. Ella quería ser diferente. Aunque fuese solo por satisfacción personal. Por eso quiso se médico. Hacer una diferencia.
Pero solo era una personita dentro de un mundo de miles donde nadie la notaría nunca. Aunque hiciese un gran descubrimiento científico su nombre sería absorbido por la historia y en algunos años solo sería una cita bibliográfica en la tesis de grado de algún alumno de ciencias.
Suspiró.
Si tan solo viviese en uno de esos juegos de roll que adoraba tanto. Cualquiera le venía bien. "Thewhiser", "Skyrim", "Assassin's Creed", "MassEfect"… sería tan genial.
Se colocó los audífonos e hizo correr "Demons" de ImaginationDragons. Si se iba a aburrir el resto del camino, al menos escucharía esa canción. Cuando la música comenzó a sonar sintió un escalofrío sobre su nuca que de a poco se extendió por todo su cuerpo. La música siempre había hecho mucho por ella, pero cuando venía acompañada por las imágenes de los videojuegos era como hacerla saltar de emoción.
Que genial hubiese sido nacer en una de esos mundos. Ser la protagonista de uno de esos juegos. Ver elfos, golems, enanos, hombres lobos. Acurrucarse con Hawke bajo las estrellas. Bailar en el balcón del sagrado Inquisidor, cualquiera fuese su raza. Viajar por el espacio junto al sexy KaidanAlenco. O dios, que belleza. Pero ella no mataría dragones. Buscaría un huevo y entonces lo criaría y se convertiría en "La madre de dragones". Tal vez gobernaría una Isla y haría que la llamasen "Kalesi".
Rió ante la idea. A veces se emocionaba tanto con sus ilusiones que se ponía a escribir sobre romances en tierras lejanas donde era una bruja de leyendas, o una asesina de los Crows que jamás había fallado una misión.
Soltó otra risita.
Aquello era demasiado Mary-Su para su gusto. Por eso normalmente solo encarnaba personajes que ya existían. Si tan solo eso fuese posible.
Sabía que la vida en la edad media sería complicada. Probablemente no lograría sobrevivir al Blight, dios, ni siquiera tenía carne sobre los huesos para sostener una espada. Pero si se pudiese escapar de aquella asquerosamente aburrida realidad en la que vivía donde el planeta estaba muriendo por culpa de los humanos y el smok nublaba los amaneceres de la ciudad… ella lo agradecería.
Se detuvo.
"Que tontería" pensó mientras sonaban las ultimas notas de la canción. Sostuvo el teléfono en su mano, observando la advertencia en rojo de que la batería se estaba acabando.
"Pero si tuviese que escoger uno… sería Origin." Sonrió ampliamente "DragonAge: Orgin" allí estaba su príncipe. El personaje 3D que la convenció de crear un club de fans hetero cuando ella abiertamente fanática de las historias homo.
Su cara le gustaba. Su voz le gustaba. Su carácter le gustaba… nunca olvidaría ese nombre. Se aseguraría de ponerle ese nombre a su hijo si alguna vez tenía uno.
Una luz fuerte a su costado la sacó de sus reflexiones justo cuando la música se acababa. Un fuerte pitido le llegó justo cuando la lluvia comenzó a mojarle el cabello. Entonces un golpe en su costado hizo que soltara el teléfono. La sensación de los audífonos siendo arrancados de sus orejas le entumeció el rostro y se vio de pronto en el suelo… varios metros más lejos.
No tuvo tiempo de preguntarse que había pasado.
Ni de conectar sus pensamientos.
Solo supo…
Que todo se volvía oscuro…
Hacía frío…
Con la vista nublada vio dos pares de piernas bajarse de un vehículo y correr en su dirección. No distinguió ninguna palabra que dijeron. El sonido de la lluvia cayendo era más fuerte que sus voces.
Intentó moverse pero no pudo. Ni siquiera sus dedos se movieron. Se sentía entumecida.
Hubiese querido decir algo, llorar.
Pero ni la lluvia sobre ella tenía ya temperatura para deprimirla. No sabía que durante la muerte uno se sentiría tan lúcido. Dándose por vencida cerró los ojos.
Había tantas cosas que quiso hacer y no pudo. Tantas oportunidades que dejó pasar por estar estudiando… nunca salió con un chico de verdad. Y ya estaba un poco mayor para empezar, pero le hubiese gustado. Pensó que vendría naturalmente con el tiempo.
Pero no vino.
