AU – Prácticamente ignorando los hechos a partir del episodio 3.20 y cambiando algunos detalles de la historia en general.
La historia se enfocara más en Outlaw Queen y habrá saltos de tiempo (Presente/Pasado).
Por ahora rated T, probablemente cambie a M más adelante.
Bosque Encantado – Presente
"Entonces, como detenemos a Zelena?" Snow le pregunto a Glinda, por segunda vez. Sonaba irritada e impaciente.
Hacia no más de 10 minutos que Charming y Snow habían atravesado por la puerta que se encontraron en lo más profundo del Bosque Encantado, y Glinda no había hecho otra cosa más que darle vueltas al asunto.
Que tan difícil era decirles lo que tenían que hacer?
Charming coloco su mano sobre el hombro de su esposa con un intento de calmar su humor.
"Lo que Snow quiere decir es que hemos hecho un largo viaje para llegar hasta aquí, sin saber a lo que nos enfrentaríamos. El tiempo se nos agota y Zelena es una amenaza para nuestro reino, y nuestro bebé." David le lanzo una mirada de suplica a Glinda.
"Y teníamos esperanza de que la bruja blanca existiera y nos asistiera con el problema que se ha convertido Zelena." Snow termino por decir.
"Comprendo el predicamento en el que se encuentran. Y sí, creo saber cómo detener a Zelena."
"Crees!?" David pregunto con un poco de sarcasmo.
"David!"
Glinda sonrió.
"A lo que me refiero es que no estoy segura si lo que estoy por decirles vaya a serles de mucha ayuda. Primero que nada, tienen que saber que Zelena no siempre fue una mala bruja. Hubo un tiempo en el que mis hermanas y yo intentamos ayudarla, pero como pueden ver, fracasamos. Zelena siempre estuvo llena de resentimiento y envidia, nosotras intentamos hacerle ver que había más bondad en ella de lo que podría imaginarse. Pero su envidia por su hermana termino siendo su perdición."
"Zelena tiene una hermana?" Snow y Charming preguntaron.
Glinda asintió sin dar más detalles.
"Existe una profecía sobre una niña que acabara con la Bruja Mala del Oeste. Ella será su salvación o perdición."
Glinda agito su mano izquierda e hizo aparecer un rollo de papiro.
David fue el primero en extender su mano y lo tomo cuando Glinda se lo ofreció.
"Es todo lo que se sobre la profecía."
"Pero… aquí no dice como, ni donde podemos encontrarla." Snow comento después de escanear rápidamente el papiro.
"Su nombre es Dorothy. Dorothy Gale, de Kansas. Pero debo advertirles, Dorothy visito brevemente Oz, se enfrento a Zelena, y por un momento creímos que la había destruido pero no fue así. Zelena nos engaño, engaño a Dorothy. Por eso no creo que la profecía vaya a serles de gran ayuda." La rubia finalmente confeso. "Les deseo la mejor de las suertes."
Snow y David le agradecieron una vez más por su ayuda y se marcharon.
Justo al otro lado de la puerta, Regina esperaba con gran impaciencia. No iba a admitirlo pero comenzaba a preocuparse por los dos idiotas. Uno de estos días su dicha fe ciega los metería en graves problemas, eso si no terminaba por matarlos.
Después de esperarles por un gran tiempo, su aburrimiento empezó a ser una molestia. Y termino conjugando pequeñas bolas de fuego.
Suspiro por sexta vez y lanzo una de sus bolas de fuego justo en el momento que Snow y David decidieron honrarle con su presencia.
"David!" Snow grito, al ver como David esquivaba de último segundo la bola de fuego que Regina había lanzado. "Regina!"
"Dime querida?" Regina le mostro una de sus sínicas sonrisas.
Snow ayudo a David a ponerse de pie, sin decir una palabra más.
"Y bien? Que encontraron?" La paciencia de Regina estaba a punto de agotarse. No le gustaba estar en medio del bosque cuando podrían atacarles uno o dos de los monos voladores de Zelena.
"Glinda nos conto sobre una profecía" comenzó a explicar David.
"Claro, una profecía más, como no lo pensé antes!" Regina no perdió ni un segundo en mostrar su irritación sobre todo el asunto.
"Como decía, la profecía es todo lo que puede ayudarnos en este momento."
"La hemos leído una y otra vez. Pero no tiene sentido. Aquí dice que la niña que acabara con la Bruja Mala del Oeste es familiar de Zelena, su sobrina para ser exactos." Snow suspiro y tomo asiento en un tronco caído. "También habla sobre como la magia blanca es la debilidad de Zelena. Tal vez Emma…" No pudo terminar la frase, sus hormonas estaban por los cielos.
David estaba enfocado en el cambio de humor de Snow tan repentino, que ninguno de los dos pudo notar la palidez de Regina y el estado de shock que le habían causado las palabras de Snow.
"La profecía. Tiene que ser un error." Miles de cosas comenzaron a pasar por la cabeza de Regina, al menos que Zelena y ella compartieran alguna otra hermana perdida, no. Definitivamente había un error con la profecía.
"Puede que sí, pero Glinda nos aseguro que la niña enfrento a Zelena hace no mucho tiempo." David fue el primero en notar el cambio en Regina. "Aparentemente, Dorothy Gale es la sobrina de Zelena. El Mago de Oz no fue el único cuento en el que se equivocaron." David bromeo.
"No! No es posible. Hay un error!" Regina intento ocultar su pánico. Simplemente tenía que ser un error.
"Regina, te encuentras bien?" Snow pregunto, preocupada.
Sin decir una solo palabra, Regina le arrebato el rollo a Snow y comenzó a leer rápidamente la dichosa profecía.
La crueldad y envidia de la Bruja Mala del Oeste oscurecieron su corazón. Nadie podía detener su sed de venganza. Ni siquiera su media hermana.
Terror, destrucción, maldad pura, sería lo que acabaría con el reino.
Las hermanas Oráculo lo habían visto todo.
El fin.
Llegara un momento, lugar y tiempo perfecto para la unión de las almas gemelas. Un amor verdadero y segundas oportunidades. Y por primera vez en cientos de años, la unión de la misma alma crearía a la niña más amada. Con dicha y ansias esperaran su llegada. Y con la magia más pura llegara a este mundo.
Destino así lo predijo.
Sangre de su sangre.
La Bruja Mala del Oeste nunca lo vio venir. Su sobrina fue su destrucción.
Producto de amor verdadero.
Hija de almas gemelas.
Magia blanca más pura.
Regina entro en pánico. Sus instintos decían quema la estúpida profecía. Pero de que le serviría, cuando las palabras ya estaban en su mente?
"Regina! Regina, respira con calma." David la sujeto al ver que Regina estaba luchando en mantenerse de pie.
"Regina!"
Fueron las últimas palabras que Regina escucho.
Y después, nada.
Bosque Encantado – Hace 37 años
"Te odio Robin Hood! Nunca más me pondrás una mano encima." La joven Regina de 20 años, exclamo entre dientes.
"Yo sé que me amas, su majestad." Al parecer fue lo peor que pudo haber dicho.
Si las miradas pudieran matar.
"Si aprecias tu vida… aah!" Sus ojos se llenaron de lágrimas con esa última contracción. "Duele mucho! Sácalo! Por favor, sácalo ya!" Grito desesperadamente, recargándose más contra el pecho de Robin, que se encontraba soportando su peso.
Robin odiaba ver sufrir a su amada. Regina había entrado en parto esa mañana, y 18 horas después, seguían en la espera del pequeño bulto de alegría que se negaba a salir de su madre.
"Regina, detente, no pujes! Tienes que dejar de pujar o le harás daño al bebé." Tinkerbell dijo de repente.
"No puedo… Tengo que… Duele mucho." Podía sentir otra contracción aproximándose.
"Que está pasando!? Tink!?" Robin comenzó a preocuparse desde el momento que las palabras salieron de la boca del hada.
"Tranquilícense ambos, el bebé ya está por llegar y necesito que se tranquilice o le hará daño al bebé y a ella misma."
Un ardor espantoso le hizo saber a Regina que el bebé estaba ansioso por salir a este mundo.
Regina grito una vez más.
"Párteme en dos o haz lo que sea, pero sácalo ya! No me importa lo que tengas que hacer. Solo sácalo de mi!"
"No digas eso ni de broma, Regina!" Robin le devolvió el grito. No podía entender el dolor en el que se encontraba Regina, pero no podía ni imaginar que podía llegar perderla.
"Lo siento. Lo siento. Solo… Robin, ya no puedo."
"Claro que puedes. Regina, eres la mujer más fuerte y valiente que jamás he conocido. Lo estás haciendo de maravilla. Imagina que unos momentos mas tendrás en tus brazos a nuestro hijo."
"O hija… OH DIOS!" Regina le dio un apretón de manos, y Robin sintió que estaba a punto de romperle los dedos.
"Okay, aquí viene. Ya puedo ver la cabeza. Tiene tu color de cabello, Regina" Tinkerbell le lanzo una sonrisa alentadora.
Tinkerbell continúo dándole instrucciones cada dos segundos.
Robin le decía lo bien que lo estaba haciendo.
Regina sintió como su cuerpo se relajaba. El dolor que sintió unos minutos atrás comenzó a desaparecer.
Y finalmente, los chillidos de un recién nacido se escucharon por la pequeña habitación, en la cabaña que se encontraban en las profundidades del Bosque de Sherwood.
"Lo has hecho, mi amor." Robin no podía evitar la sonrisa que los llantos del bebé le causaban y el amor que sentía por Regina, y el nuevo miembro de su familia.
"Que..." tomo un poco de aire y continuo "Fue una niña o un niño?" A pesar de lo cansada que se estaba, Regina se sentía inmensamente feliz. "Tink?"
Algo andaba mal.
La sonrisa en el rostro de Tinkerbell no era normal.
"Regina, Regina. Después de todo lo que he hecho por ti, así es como decides pagarme?"
Antes de que alguno de los dos pudiera reaccionar, Tinkerbell agito su mano y los inmovilizo.
Los llantos del bebé aumentaron con el repentino movimiento.
"Aun que tengo que admitir que has hecho un buen trabajo. Se parece a ti, cariño."
"Madre?" Regina pregunto con incredibilidad. Aun intentaba procesar lo que estaba pasando.
Esta vez la sonrisa no era de Tinkerbell. Cora yacía frente a ellos con el bebé en sus propios brazos.
"Madre! Que has hecho con Tinkerbell?" Regina pregunto frenéticamente por el hada.
"Oh tranquila, no le he hecho nada a esa fastidiosa hada si es lo que estas pensando."
Regina no creía en sus palabras pero ella y Robin estaban más preocupados por el bebé que se encontraba en los brazos de Cora.
"Todo lo que he hecho ha sido por ti. Pudiste tenerlo todo y decides dejar al Rey por un simple ladrón. Y ahora esto." observo a la bebé con curiosidad.
"Entréguenos al bebé en este instante o le juro que…" Cora lo silencio con otro de sus trucos.
"Me gustas más cuando no hablas."
"Madre, por favor, no le hagas daño a nuestro bebé. No tiene la culpa de nada. Es un inocente." Le imploro a su madre.
"No te preocupes, cariño, muy pronto todo será como debió haber sido. Volverás al castillo y olvidaras todo lo que paso. Serás feliz otra vez." Cora le aseguro.
"NO! No lo entiendes, ya soy feliz. Amo a Robin y a nuestro hijo, es todo lo que necesito para ser feliz. Por favor, solo devuélvenos a nuestro hijo y nos iremos lejos de aquí, no sabrás nada más de mi."
Regina intento razonar con su madre, pero Cora ya tenía diferentes planes.
"No puedo dejar que arruines tu vida. Una madre sabe lo que es mejor para sus hijos." Dijo mientras se marchaba sin decir nada más.
"NO!"
"Madre, espera! No te lo lleves! Solo dinos que fue! Madre, por favor!" Las lágrimas le nublaban la vista.
Robin sentía una gran impotencia al escuchar los gritos de Regina, esta vez un dolor diferente al de unas horas atrás.
Cora simplemente se marcho con la bebé en brazos sin mirar atrás.
Robin y Regina no supieron si el bebé había sido un niño o una niña.
Momentos después de que Cora desapareció con la bebé, sintieron la magia desaparecer de sus cuerpos.
Regina sintió los brazos de Robin a su alrededor y dejo caer libremente sus lagrimas. Ambos sentían un dolor inmenso por la pérdida de su hijo.
"Se ha ido, Robin! Le hemos perdido para siempre!"
Horas después de que el cansancio se apoderada de Regina, finalmente, Robin dejo salir todo el sufrimiento por el que habían pasado.
Little John entro silenciosamente, y negó con la cabeza. No había señales de Cora o el bebé por ningún lado. Fue entonces que las palabras de Regina se volvieron reales.
En realidad habían perdido para siempre a Roland; si hubiese sido niño, o a su pequeña Rowan; en caso de haber sido niña.
Rowan se había ido de sus vidas.
