Se encontraba recostado de espaldas en su cama. Miraba el techo con preocupación. Simplemente no podía dejar pasar lo que vio, aunque tampoco se atrevía a hacer algo. Aunque le dolía en el orgullo reconocerlo, Sebastián Smythe tenía miedo al chico nuevo.

-No porque mires el techo encontrarás respuestas.

-No las busco. Déjame solo-dijo cerrando los ojos y sintiendo como la cama se hundía en uno de sus costados.

-Deberías poner más interés en nosotros-solo esa frase bastó para hacerlo mirar al costado y ver a Hunter, quien tenía una mueca en su rostro y miraba el suelo.

-No estoy para tus berrinches de niño mimado. Cuando acabes me buscas-dijo poniéndose de pie y buscando su blazer. Una vez puesto salió del lugar ante la dolida mirada del rubio.

Se movió por el pasillo y antes de llegar al final vio al chico nuevo recargado en la baranda del tercer piso. Se veía pensativo.

-Hey-dijo llegando hasta él.

-Hola-susurro sin verlo.

-No habíamos hablado-dijo enfrentando su miedo.

-Creo que no. Siendo que has estado viéndome desde que llegué hace dos semanas.

-Me aseguraba de que estuvieras cómodo y nadie te molestara.

-No podría estar cómodo si no me miraras-dijo con una sonrisa coqueta y fue cuando Sebastián sintió su corazón golpeando con fuerza su pecho.

Se mantuvieron en un silencio cómodo y fue cuando Sebastián se puso junto al otro chico.

-Soy Sebastián Smythe-mostró su mano.

-Adam Crawford-dijo tomando la mano entre las suyas-tienes novio-dijo apreciando el anillo que estaba en uno de sus dedos.

-Pero él no está aquí. Bien podría no tener-dijo guiñando un ojo y sin apartar su mano.

Y a lo lejos lo veía Hunter, decepcionado y recordando las palabras de sus amigos cuando hizo oficial su relación con Sebastián. No puedes tener a Smythe, es un alma libre e infiel, jamás te amará. Odiaba darles la razón.