Disclaimer: One piece no me pertenece, así como sus personajes, su autoría corresponde a Eichiro Oda.
Parejas: yaoi- SanjixZoro/ MihawkxZoro; heteros- FrankyxRobin (aunque esta está mas bien como secundaría tirando a más que terciaria).
Spoiler: si habéis leído hasta el Archipielago Shabondy pues ninguno.
Advertencias: mm... no sé exactamente como debería advertirlo... si os gusta Zoro creo que vais a sufrir mucho, y si os gusta Sanji... lo siento pero es lo que le tocó. Cuando leáis el primer capitulo me entendereis.
Notas de la autora: Creo que esta historia siempre tendrá el medito de que fue mi primer fic (que joven era en aquellos tiempos), recuerdo que no me atrevía subir nada hasta tener el octavo capitulo xDD pero bueno, el caso es que lo he ido repasando y editando, sin embargo no niego que se me escapen algunas faltas (como siempre mi peor pesadilla) y cosas como... que en vez de escribir Usopp, escribo Usuff, como he dicho lo he estado editando pero al se puede escapara a mi gloriosa vista de búho.
Capitulo 1
Se encontraban tres personas en una habitación; una , la más alta y de mayor edad que las otras dos, se mantenía aparentemente tranquilo, sin embrago, con el ceño fruncido, gesto desconcertante y sus brillantes ojos amarillos posados en la segunda persona con cierta rabia; esta segunda persona, con sus cabellos rubios, intentaba regular la respiración y su rostro no llegaba a expresar toda la ira que le reconcomía por dentro; por último, se encontraba casi en medio de los dos la tercera persona, que lucía una cabellera verde y unos ojos azabache. Esta última nombrada tenia media cabeza en la parte del mundo intentando evadirse y la otra mitad sin saber que hacer ante aquella situación, y el incómodo silencio cortado únicamente por la respiración agitada del rubio no le ayudaba nada. El mayor se dispuso a hablar:
-¿Que hacéis vos aquí? – el tono era tranquilo aun así mostraba cierto enojo.
-A que me devuelvas lo que es mío- dijo el rubio desafiante a la vez que agarraba del brazo al peliverde, que tenia la cabeza demasiado ida para darse cuenta de lo que estaba pasando, pero antes de que pudieran salir por la puerta el mayor jaló del hombro al peliverde atraiéndolo hacia su pecho.
-Él no es un objeto y mucho menos tuyo y el decidirá a donde quiere ir
-no me toques las narices….-dijo con un tono cada vez mas elevado.
El peliverde por su parte seguía en su mar de dudas sin darse mucha cuenta de lo que estaba oyendo o haciendo y volvió a rememorar los hechos que le llevaron a esa situación.
-¿porque no hice bien las cosas en su momento?- se repetía mentalmente.
-TRES SEMANAS ANTES-
Era de noche y, como es normal, todos dormían en el Sunny excepto el espadachín que estaba de guardia. Ya hacia tiempo que no le costaba no quedarse dormido en su turno. Tenia la cabeza llena de problemas en que pensar.
Sanji y Zoro ya llevaban tres meses saliendo, si a eso se le puede llamar salir, puesto que su relación se basaba en pasar la noche juntos nadando entre las sabanas; el resto de la tripulación no sabia nada al respecto, más bien ni se lo figuraban ya que de cara al público la relación de los muchachos no había cambiado en absoluto.
Respecto a esto, la cuestión de Zoro era la siguiente, en sus relaciones Sanji siempre era la parte activa y él la pasiva, esto no le gustaba nada; Sanji no era ni mucho menos su primer amante, él ya había estado con otros hombres y siempre había sido la parte activa excepto su primera vez. No le hacia ninguna gracia ser la parte pasiva y mucho menos con Sanji que se convirtió en su rival desde que se enroló en la tripulación.
Pero esa no era la esencia del problema; el problema era que el cocinero se despachaba gusto con él, y no solo de manera literal. El rubio no era el mejor amante; para Zoro era un absoluto dominador, era como el cochero que le manda correr al caballo con un látigo aún cuando este ya no puede mas; no demostraba ni un poco de respeto o cariño por el espadachín y, si, esa era la clave del problema. Zoro era suficientemente fuerte para quitarse a Sanji de encima pero, mentalmente, era incapaz.
-¿Tan masoquista soy que le dejo hacer conmigo lo que le venga en gana?-pensó-de esta noche no pasa, hoy lo tumbo.
El sonido de la puerta de la torre de vigía abriéndose sacó al peliverde de sus pensamientos y hablando del rey de roma por la puerta asoma:
-¿Como esta mi nena esta noche?- dijo el cocinero entre falso cariño y chulería.
-¿A cual te refieres? ¿a la pesetera o a doña felicidad?
-A la princesa que esta delante de mis ojos, evidentemente- siguió diciendo mientras caminaba con paso elegante y un poco teatrero.
-Más te vale que no te estés refiriéndote a mi porque si no vas a tener que tragar la comida con una pajita- respondió en tono arrogante.
Sanji agarró de la mandíbula a Zoro poniendo los labios de este muy cerca de los suyos
-¿Es una orden?
-Eres libre de hacer lo que te plazca pero atente a las consecuencias – le desafió.
Sanji rió entre dientes y dijo:
-Te crees muy chulo pero cuando estamos solos acabas a mi merced.
Zoro le salió una vena en la frente y súbitamente se abalanzo sobre Sanji quedando este último debajo un poco sobre saltado
-Hoy me toca a mi- susurro el espadachín sensualmente al oído del cocinero.
-¿Que dices marimo de mierda?
-¿No me as oído? Te acabo de decir que hoy me toca a mi.- empezó a lamerle el ovulo
-¡Ey ey ey!- exclamo apartándolo- ¿Tan rápido vas a destrozar nuestra relación?
-Esto no va a destrozar nada Sanji, si de verdad tenemos una relación dejame tomar el control.-intento razonar.
-Claro¿y que más?- dijo con sarcasmo- ponte bocabajo.
-ponte tu.
-Mira Marimo, yo estoy contigo solo por esto,-un prensión, causa de la ansiedad, empezó a golpear en el pecho de Zoro.- no voy a dejar que me des ordenes. No te voy a obligar si no quieres, pero ya sabes. Así que decídete ya y no hagas perder más horas de sueño.-tras escuchar eso, como si de un hechizo se tratase, el espadachín dejo de hacer fuerza para retener al cocinero- así me gusta- dijo a la vez que le quitaba su camisa blanca.
Empezó a besarle el pecho, bajando por el cuerpo del peliverde hasta llegar a la altura debajo del ombligo. Le quito la faja para mas comodidad y mientras le daba besos en el cuello le desabrocho los pantalones y junto con su calzoncillos, que acabaron en la otra punta de la habitación.
Ya se había convertido en la situación de siempre: Sanji completamente vestido y el sin una sola pieza de ropa.
El rubio no hizo ninguna pausa, con una de sus expertas manos de cocinero tomó la hombría del peliverde y empezó a masagearla. Al principio lo hacia muy lento, cosa que no soportaba el espadachín, sabia que lo hacia para que le suplicara más y no quería caer en su juego.
-¿Qué te pasa Marimo? si quieres más picante en la ración solo tiene que pedírmelo.
No le respondió, aunque su gesto demostraba que se estaba acordando de todos los muertos del rubio; parece que su paciencia duró mas que la de Sanji ya que este aceleró el ritmo haciendo que el otro se corriese y no solo manchara el piso si no la ropa de su acompañante.
-Uff-resoplo el rubio-si que estabas necesitado-remató con algo de burla. Zoro no podía contestarle, ya era bastante difícil controlar su respiración y jadeos. La verdad es que Sanji tampoco espero a que le contestara. Cuando ya quería darse cuenta, estaba a a cuatro patas y dando la espalda a Sanji.
El cocinero le metió los dedos en la boca para ensalibarlos y rápidamente estos se introdujeron en la entrada sin el mas mínimo cuidado.
-Ah...- se quejo el peliverde.
-Perdona, se me olvidaba que eres un persona sensible.
-Hijo de..ah!-Sanji ya estaba dentro de él. Tal y como antes, empezó con un ritmo lento que se fue acelerando conforme pasaba el tiempo. El peliverde reprimía lo más que podía los jadeos pero instintivamente tuvo que agarrarse con una mano al sofá para no alzar la voz.
-Ya no puedes mas ¿eh?
-Callate.
Finalmente los dos acabaron derramándose. En cuanto Sanji salio de él cayo al suelo rendido, con la respiración entrecortada, completamente sudado y con las mejillas enrojecidas. Miró a Sanji, como siempre su gesto era entre inexpresivo y superioridad. Contemplado ese rostró se quedo dormido.
-Marimo de mierda, lo único que sabes hacer bien es dormir- dijo finalmente.
Los rayos del sol despertaron al espadachín que se encontraba tapado con una manta y su ropa tirada por el suelo. Buscó con la mirada al cocinero pero no encontró en la habitación nada que se pareciera a él. Comprobando que se encontraba únicamente consigo mismo se llevo la mano derecha a la cabeza y dio un fuerte puñetazo en el suelo.
-Hijo de puta- mascullo entre dientes.
Estaba cabreado, cabreado con el mundo que no le había hacho nada, cabreado con el cocinero y cabreado consigo mismo. Con la cabeza gacha recordó por la situación que había pasado.
Recordó como las palabras le dejaron paralizado para que Sanji le diera un vuelco a la situación. Pensándolo, se sentía cada vez mas rabioso y avergonzado, ¿Por qué no era capaz de llevarle la contraria al maldito rubio pervertido ese? ¿Tanto le importaba que lo dejara? Pero si se llevaban fatal y la único que hacían bien juntos era enrollarse.
La luz del sol avisaba la llegada de la mañana así que no hacia falta que vigilara más, decidió vestirse y bajar a darse una ducha. Abrió la puerta de la cocina y se encontró con el origen de sus perturbaciones haciendo el desayuno vestido con sus pantalones de siempre y una blusa de rayas verticales celestes y blancas metida dentro del pantalón; el cocinero se giró para ver quien había abierto la puerta pero al encontrarse con su amante hizo un gesto de decepción acumulando estrés al espadachín que le volvió a salir la vena en la frente.
-Si no te gusto vete con una puta.
-¿Para que voy a gastarme dinero si tu culo hace la misma función?- contestó de manera tajante.
Zoro ignoró ese comentario para no despertar al resto de los tripulantes con los gritos que Sanji propiciaría al recibir la soberana paliza que se merecía y siguió su camino hacia el baño.
-La próxima vez contrólate un poco me he tenido que cambiar entero por tu culpa.
Zoro paró en seco y dijo en tono desafiante.
-No fui el único que puso perdido todo.
-Puede, pero tu te llevas la mayoría no creas que un perra com…
-¡NI SE TE OCURRA VOLVER A LLAMARME ASI!
Finalmente Sanji se volvió para ver el rostro casi descompuesto por la ira des espadachín.
-Ya te dije ayer que tu no me das ordenes imbécil, te llamaré como a mi me de la gana- dijo en un tono frío y distante- y baja el tono de voz , vas a despertar a mis dos amores.
-No correspondidos- dijo el peliverde con malicia.
-Nadie ha preguntado tu opinión.
-Nadie me ha dicho que no la de.
-Vete a darte una ducha como un buen chico y deja de darme el coñazo.
El espadachín se giro hacia el baño mientras decía:
-Hijo de puta.
-mas bien amante de puta, no te parece- dijo con una gran sonrisa burlona.
-Tu no has oído nada, tu no has oído nada.- se repitió con insistencia el peliverde para no ir a cortarle el gaznate al rubio.
La mañana surgió con toda naturalidad. Zoro salido de la ducha, se vistió con unos pantalones de color marrón anchos que le llegaban un poco por encima de las rodilla, un camiseta blanca bastante desarreglada, una playera roja y las típicas chanclas japonesas de madera; ya arreglado entró en la cocina y se encontró con su rutina. Nami y Robin hablaban tranquilamente mientras Sanji les hacia fiesta, Luffy jalaba, Chopper y Usopp escuchaban las nuevas ideas de Franki para el Sunny y Brook se evadía de la realidad con sus sonatas mañaneras.
-Buenos días- dijo el espadachín con total naturalidad.
-Fuefos fias fofo fe fefafes a fugen- dijo el capitán con la boca llena de comida.
-Traducción: buenos días Zoro, te pareces a Mugen*- tradujo Usopp.
-¿Quien es ese?- pregunto con en ceño fruncido sin mirar a nadie.
-Es el personaje de un manga de samuráis que nos estamos leyendo Chopper, Luffy y yo- contesto el narizotas- es que vas vestido igual que él jejejeje, la verdad es que os parecéis bastante.
-¿En serio?
-Por desgracia no eres ficticio como él- dijo el cocinero.
-No estaba hablando contigo ceja extraterrestre.
-¿que me as llamado?
-Lo que me da la gana, vete ya para la cocina y deja de amargarme el desayuno que con que lo prepares tu tengo bastante.
-¡Vete a la mierda comida de ganado!
-Eso no me lo vuelves a repetir.
-¡Vete a la mierda comida de ganado!
Y se abalanzaron el uno contra el otro como siempre, y también como siempre quedaron inconscientes por el puñetazo propiciado de parte de la navegante.
-Por dios ¿es que no se puede tener ni un desayuno tranquilo en este barco?
-Parece que estos dos no cambiaran nunca- dijo Usopp.
-Que bonito, tocare una canción en honor a su amistad, YOHOHOOO!
-CABRONES, NO ME HAGAIS LLORAR- dijo el cyborg casi a gritos con lagrimas en los ojos.
-Pero como van a ser amigos si no hacen mas que darse porrazos e insultarse el uno al otro.
-Es su forma de decir "te quiero", Chopper- le respondió la navegante.
-JAJAJAJAJAJAJA que dos nakamas mas divertidos tengo JAJAJAJAJAJAJA- carcajeaba Luffy mientras su segundo de a bordo y su cocinero seguían inconscientes.
-Es verdad eso que dicen de que hay amores que matan- murmullo el renito pensativo.
-Pero últimamente se les nota muy tensos ¿no os parece?- habló por fin la arqueóloga
-¿Tu crees Robin? yo los noto igual que siempre
-No sé navegante, últimamente solo hablan para pelearse, y sus peleas se han vuelto más agresivas. También noto a cocinero-san más... insistente de lo normal.
-Creo que son cosas tuya yo los noto igual que siempre, después de todo ellos siempre se han entendido a mamporros, nunca han tenido una conversación civilizada de más de cinco segundos, no creo que haya de que preocuparse.
-¡YOSH! Nami tiene razón, no hay de que preocuparse, ellos son tan buenos amigos como siempre- dijo el capitán con su típica sonrisa.
-¿Como estas tan seguro capitán?
-Porque son mis nakamas y los sé todo sobre ellos, como un buen capitán.
A Nami y a Robin les resbalo un gota de sudor, era increíble lo infantil que era su capitán y sin embargo gracias a él todos habían llegado donde estaban.
Llegando la hora de comer...
-¡SANJI COMIDAAAAAA!
-Ya voy, ya voy, pesado.
La navegante informó de que si no había contratiempos llegarían a la próxima isla a la mañana siguiente y así fue, un barco se cruzó en el camino del Sunny cuando podían divisar la siguiente porción de tierra de buena mañana.
-¡Ey! ¡Piratas!- les llamó la atención uno de los tripulantes mediante un interfono- deteneos, esa es la isla de Parthenos.
-¿Y que pasa con eso?- preguntó el chico de goma hurgándose la nariz mientras se detenía el barco poniéndose a la altura del otro
-Nosotros formamos parte del grupo de encargados de informar a todos los viajeros que llegan a la isla de que es la isla de la paz, sean lo que sean.
-¿Perdón? ¿Que nos quiere decir?- preguntó la navegante.
-Esta isla tiene un gran problema para los viajeros y es que el log pose tarda un mes en cargarse.
-¡Un mes! eso es demasiado tiempo, no podremos esquivar a los marines.- empezó Usopp a temblar.
-No te preocupes pelirroja mía yo te protegeré de todos los peligros que no aguarden incluso si tengo que dar mi propia vida, después de todo, no hay muerte mas bella que la muerte causada por amor.
-¿Y que mas información nos tiene que dar al respecto?- le ignoró ella.
-No os tenéis que preocupar por los marines, como os he dicho, Parthenos es la isla de la paz, anteriormente debido a la larga espera para que se cargara el log pose, los piratas causaban grandes devastaciones en la isla, ya sea por luchar contra los marines, por luchar con otros piratas o porque simplemente les apetecía. El caso es que por el bien de la isla se llegó a un acuerdo, los marines no perseguirían a los piratas y los piratas no causarían problemas, pero en el susodicho caso de que un pirata causara problemas este seria tachado, no solo para que los marines le pudieran poner la mano encima sino que los otros piratas también tendrían vía libre para atacarle.
-En otras palabras, que el que moleste será el punto de mira de todos los residentes en la isla con ganas de un poco de bronca- dijo el peliverde.
-Así es, no podréis luchar, sin embargo tenéis la ventaja de que no os atacaran.
-¿Pero como sabréis que no vamos ha hacer nada en cuanto nos dejéis solos?- dijo la arqueóloga.
-En el barco tengo unas pulseras que debéis poneros y que solo nosotros os podemos poner y quitar, ellas nos avisaran si causáis problemas.
-¿Y como os avisan esas pulseras?- preguntó Robin
-Lo siento pero es información restringida, si os dijéramos su funcionamiento podríais burlarlas.
-¿Y si nos negamos a ponérnoslas?- pregunto el espadachín.
-No podréis llegar a la isla, aparte de las pulseras también os tenemos que da un mapa para que podáis llegar a ellas sin problemas. El mar que rodea la isla esta rodeada por un laberinto de coral y solo se puede ir por un determinado camino señalado en el mapa.
-Vaya, parece que solo hay un camino, sin ese mapa esta claro que no vamos a llegar a la isla al menos no de una pieza- dijo el cocinero.
-P-pu-pues e-entonce-ce-ces n-no v-vayamos a esa isla-la- dijo Usuff con cierta ansiedad y miedo.
-Pero narizlarga-kun, si no pasamos por esa isla no llegaremos a la siguiente, nos quedaríamos vagando en el mar- explicó la morena.
-A mi esto me da muy mala espina-dijo el espadachín
-Espadachín-san a ti todo te da mala espina.
-¡JA!- rió el cocinero
-¿Y a ti que te pasa idiota pervertido?
-Nada, me hace gracia que a ti también te de miedo la isla. Lo siento pero estaré demasiado ocupado protegiendo a mis dos Afroditas como para preocuparme de Hefestos.
-Habla en cristiano, imbécil.
-Tu no me das ordenes ¡inculto!
-¡A CALLAR DE UNA VEZ LOS DOS PAR DE MAMARRACHOS!- gritó la navegante sobresaltando a los dos muchachos, aunque uno de ellos murmurando "que guapa esta cuando se enfada". -Luffy, tu eres el capitán y tu decides que hacemos.
-…
-¿Luffy?
-¡QUITEMOSLE EL MAPA POR LA FUERZAAAAAAAA!
Tan prono como terminó la frase recibió un capón de la navegante.
-¿COMO VAMOS A HACER ESO MENDRUGO?
-¡PUES ENTONCES NO ME PREGUNTES! Yo solo digo lo que creo que es mejor.
-Pero esta claro que si hacemos eso seria lo mismo que ponernos las pulseras y hacer bronca.
-¿Ah si? Pues entonces no queda otra salida… ¡NOS PONDREMOS LAS PULSERAS Y SEREMOS UNOS CARAJOTES DE BUENOS!
Y así, los tripulantes de sombrero de paja aceptaron las condiciones y desembarcaron en Parthenos. Era una isla bastante grande al igual que bella. Las casas parecían del antiguo Japón con las paredes blancas y los tejados azul eléctrico, había muchas tiendas, hoteles, restaurantes, chiringuitos…. Que no contrastaban en absoluto con los inmensos arboles de tronco blanco y hojas celestes. Tenía todo lo necesario para pasarse unas buenas vacaciones.
-¡Sugoi! Esto es maravilloso- gritó encantada la pelirroja.
-¡TU SI QUE ERES MARAVILLOSA AMADA MIA!- manifestó Sanji con intención de abrazar a la navegante y encontrándose únicamente con un vacío de aire.
-Bueno chicos, Robín y yo nos vamos de compras, os he dado dinero suficiente para que os las apañéis durante una semana y hasta que esta no acabe no quiero saber nada mas al respecto ¿de acuerdo?
-Si, señora.- respondieron todos al unísono
De esta manera se separaron. Luffy, Usopp y Chopper fueron a divertirse y sobre todo a comer, por lo que el dinero no les iba a durar mucho si no tenían cuidado; Franky fue a ver los materiales importados para sus ideas con el barco; Brook decidió quedarse de vigilante, después de todo nunca nadie sabe; Sanji ignoró completamente a su nakama de cabellera verdosa y se fue gritando "a ligar", dejando así al espadachín con sus pensamientos, este también se fue por su lado.
Zoro, al contrario de lo que el cocinero pensara, o cualquier otra gente, no le importaba lo más mínimo lo que Sanji hiciera o dejara de hacer; no le importaba que ligara o que hiciera fiesta a Robin y Nami delante de él. Era extraño, aunque le resultase un comino como se las arreglara con su vida, por otra parte, le ponía completamente nervioso que le dejara. Cuanto más lo pensaba más absurda le parecía esa situación.
Movido por sus pensamientos llegó sin haberlo planeado a un restaurante marítimo. Le rugía el estomago, así que pensó que no era mala idea dejarse de tonterías y comer algo. Se sentó en la barra y pidió un plato de arroz con calamar: a los cinco minutos ya estaba servido.
-Que aproveche – dijo tras un suspiro y empezó a comer.
Oyó como la puerta del restaurante se volvía a abrir pero no les presto mucha atención; el cliente recién llegado se sentó al lado suyo.
-Una cerveza por favor.
Al escuchar la voz se quedó pensativo
-¿Esa voz no la he oído antes?- y de repente le dio un vuelco el corazón al recordar de quien se trataba, giró rápidamente la cabeza hacia el cliente para darse cuenta de que estaba en lo cierto.
-Hola, cuanto tiempo sin veros- saludo de una forma alegre y natural.
-¿QUE COJONES HACES TU AQUÍ?
Continuara...
Notas: bueno, y aquí llega el final del principio xD. Si, Mihawk me ha salido un poco raro, y más raro que va ha salir xDUu pero antes de echármelo en cara aviso que esa personalidad tiene sus razones (a parte de porque a mi me hacia ilusión así) y que no descartéis volver a var al inquebrantable Mihawk.
Y antes de irme, Mugen*, uno de los protagonistas de Samurai Champloo, no pude evitarlo, me recuerda mucho a Zoro en cierta manera xD y en japo tienen la misma voz.
