Summary:
Lógicamente los personajes no me pertenecen, son de Meyer.
Más que amigos, amantes.
Bella Pov.
-Amor, ¿entramos en esa tienda? –Preguntó mi novio con voz ronca y señalando una tienda de lencería femenina. –Creo que necesitas cosas nuevas.
-Y no te equivocas. –Dije aguantándome una risita mordiéndome el labio y cogiéndole de la mano para entrar en la tienda.
En cuanto entramos muchas de las dependientas y clientas de la tienda se dieron la vuelta para mirar a mi novio fijamente, yo únicamente lo ignoré, sabía que él sólo tenía ojos para mí y montar un número de celos ahora mismo no sería para nada lógico.
Primero fui a la parte negra. Mire cada prenda atentamente, no me entusiasmaba mucho ir de tiendas pero tampoco me gustaba cogerme cualquier cosa, lo sé, es raro pero yo soy así. Mi novio no quitó la vista de mí ni un solo momento, y creo que no hace falta decir que pedía que me comprase cosas para luego el poder quitármelas.
"Piiii, piiii, piiii".
-Lo siento, amor. Tengo que coger el móvil, es una llamada importante. –Dijo mi novio mientras miraba el móvil y salía de la tienda para hablar con algo más de tranquilidad.
Yo me dirigí a la parte azul. Era mi color favorito, y la mayoría de mi ropa era azul. De repente mis ojos se iluminaron, vi un tanga con un sujetador a juego azul, tenía transparencias, pero no era para nada vulgar, la verdad es que era bastante bonito, sin pensármelo dos veces busqué mi talla.
-Eh, perdona. –Dijo una voz de pito detrás de mí.
-¿Sí, qué quieres? –Pregunté sin darme la vuelta.
-¿Me puedes buscar de ese conjunto la 85 A?
-Lo siento, yo no trabajo aquí. –Le dije bastante fría y mirándola por primera vez. Era rubia, con el pelo rizado, unos preciosos ojos azules y un cuerpazo, la típica chica que con sólo mirarla te deprimes.
-Ah, lo siento, es que vas vestida muy parecida a como van las dependientas de aquí. –Sin poder evitarlo me miré en un espejo y después miré a una dependienta y claramente mi ropa no se parecía a la suya. Mi cara tenía que ser un cuadro por qué el hombre que estaba con la chica rubia se rió y no pude evitar mirarle mal. Entonces me encontré con dos grandes y preciosos ojos verdes, que conocía perfectamente.
-¿Isabella Swan? -Dijo el hombre mirándome como si yo fuese un fantasma.
-¡Sí! –Dije con una sonrisa en la cara que no se me iba a borrar en todo el día. -¡Edward! –Dije mientras le abrazaba.
-No te había reconocido. –Dijo después de abrazarme y separarse un poco, si las miradas matasen su novia, o lo que ellos dos fuesen, ya me habría matado, pero no la culpo, seguramente yo hubiera hecho lo mismo. –Estás muy cambiada. ¿Qué haces aquí?
-Edward, tranquilo. –Dije con una risita. –Como sabes me fui a Phoenix con mi madre cuando mis padres se separaron. Y hace poco me ofrecieron un trabajo aquí y no pude negarme.
-¿De qué trabajas?
-Periodista. Ya sabes que eso fue lo que siempre quise ser. ¿Y tú?
-Médico. –Dijo con una risita. –Supongo que los dos hemos tenido la suerte de ser lo que queríamos ser. ¿Estás sola aquí?
-No, he venido con mi novio. –Dije mientras me daba la vuelta para buscarle y justo en ese momento le vi entrando por la puerta, le llamé y el vino directo a mí.
-Edward, esté es Jacob, mi novio. –Dije una vez que Jacob llegó con nosotros.
-Encantado. –Dijeron los dos a la vez mientras se daban la mano, pero Edward ahora estaba tenso, y Jacob algo perdido.
-Ejem. –Tosió la chica rubia que estaba al lado de Edward, la verdad es que se me había olvidado de que estaba ahí.
-Eh, Bella, Jacob esta es Tanya, mi novia. –Dijo cogiéndola de la cintura, imitando a Jacob.
-Edward, ¿estás tú solo? No quiero decir que si estás aquí con Tanya o no, me refiero a si no han venido tus hermanos contigo. –Dije esperando que me dijese que ellos también estaban aquí.
-Alice sí que se ha mudado aquí hace poco. Emmett se ha casado con Rosalie y solo vienen aquí de visita de vez en cuando. Podríamos cenar mañana todos juntos, así nos ponemos al día y tú ves a Alice.
-A mí me parece bien. –Dije mirando a Jake, él simplemente me sonrió para decirme que estaba de acuerdo. Poco después nos despedimos y nos fuimos a la caja a pagar.
-Bella, mira toda la gente que ahí, ¿por qué no te lo pruebas? -Dijo Jake con una sonrisa picara en la cara, sabía por dónde iba.
-Claro, vamos. –Dije cogiéndole de la mano y dirigiéndome a los probadores. Me metí en el primero que vi que estaba libre. Me probé todo y dejé el último el precioso conjunto azul.
-¿Por qué no te pruebas este? -Dijo Jake detrás de mí haciendo que me asustase y mirase a su mano donde tenía el tanga del conjunto azul.
-Ese el último. –Dije acercándome a él y le quitaba el tanga y le daba un beso. –O mejor me lo pruebo esta noche en casa. –Dije sonriendo pícaramente.
-Ahora. –Dijo con voz ronca. –No seas una niña mala. –Dijo mientras me besaba.
-Pero si me lo pruebo ahora sí que seré una niña mala. –Dije mordiéndome el labio y recordándome que estábamos en un probador. –Será como cuando le das un caramelo a un niño pequeño para luego quitárselo.
-No me voy a mover de aquí hasta que te lo pruebes. –Dijo con una sonrisa mientras se sentaba en la butaca y me miraba fijamente.
-Tú lo has querido. –Dije mientras me quitaba el conjunto que tenía puesto muy lentamente y me ponía el otro sin apartar la vista de Jake. Pude ver como crecía su erección por momentos.
-¿Te gusta? –Dije haciendo posturas para que lo viese bien.
-Me encanta. –Dijo levantándose y cogiéndome por la cintura y pegándome a su erección. –Vamos a hacerlo, aquí, ahora. –Dijo mientras me besaba como no me había besado antes.
Le arranqué la camiseta y le di pequeños besos en el pecho mientras él me quitaba el sujetador y el tanga, dejándome completamente desnuda.
-Preciosa. –Dijo acercándome a él y lamiendo, mordiéndome y succionando mis pezones. Tenía que morderme el labio para que el gemido que se estaba formando en mi garganta. Le quité los pantalones y los bóxers a la vez.
-No hagas mucho ruido. –Dijo mientras me cogía por la cintura y yo rodeé la suya con mis piernas. Me penetró de una sola vez y me puso entre la pared y él y empezó a embestir. Las embestidas eran salvajes, fuertes, perfectas. Tenía que controlarme para no gemir y gritar su nombre muy alto, estaba segura de que más de una persona fuesa sabía lo que estabamos haciendo, pero me daba igual.
-Jacob. –Dije en un suspiro mientras él seguía embistiéndome y mordiéndome mis erectos pezones. Poco después llegamos los dos al orgasmo. Nos vestimos lentamente y salimos del probador para, ahora sí, pagar la compra.
-Hola. –Dijo Edward antes de que saliésemos completamente del probador.
-Hola. –Dije roja como un tomate, estaba segura de que se había enterado.
-¿Esperando a que salga la novia del probador? -Preguntó Jake cogiéndome la mano.
-Sí. –Dijo mirando a otra parte. Nos despedimos, pagamos y nos fuimos de la tienda, realmente no pensaba que por saldría de esa tienda así, una simple compra me hacía encontrarme con mi primer novio.
¡Mi primera historia! ¿Os gustó? ¿La sigo o la elimino? La decisión está en vuestras manos ;) Dejar rewiers y alertas y favoritos y todo eso.
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