COLOR CAFÉ
DESAFÍO: COLORES AL VIENTO, PERTENECIENTE AL FORO I'M SHERLOCKED
o.o.o
¿Cómo explicarlo? Si hay un color que no te guste, ése es el color café. ¿Qué color se llama como una bebida? En serio, el que lo inventó debió habérselo bebido con algo más.
Pero el hecho de que no te guste el color no significa que no puedas aprovecharte de él.
—¿Traje nuevo? ¿Cita de reconciliación? —evidentemente.
—¿Qué? ¿Por qué? ¿Crees que funcionará? —si tantas dudas tienes...
—No —y seguiste con el aburrido periódico— ¡Aburrido, aburrido, aburrido!
—Ya te he escuchado, ¡deja de gritar! ¿Qué quieres que haga? ¡Sal con alguien! —con alguien, ¿eh?
—¡Sal conmigo! Eres la compañía más interesante que hay por aquí —no era mentira.
—Halagador, pero ya tengo una cita y llego tarde —entonces, ¿dónde está la prisa?
—No deberías comer con el traje puesto —sólo un consejo, en serio.
—¿Por qué? —y la taza de café se derramó sobre su traje color café. Irónico, ¿no?
— Por eso —señalaste la gran mancha con la mirada—. ¿No debería camuflarse al ser del mismo color? —reíste entre dientes.
— ¡Cállate, Sherlock! Voy a cambiarme — ya, sí…, claro.
3, 2, 1...
—¡Sherlock! ¿Dónde está mi ropa? ¡Sherlock Holmes! ¡Ven aquí ahora mismo! —sería mejor que fueras antes de que abandonara Baker Street..., aunque lo tenía difícil sin nada encima; esperabas.
—¿Sí, John? —aguantaste la risa como pudiste al verle desesperado frente a su armario, vacío.
—¿Por qué está mi armario vacío, Sherlock? ¿Por qué? Dame una razón, sólo una, ¡pero dámela! Oh, no, mejor. ¡Devuélveme mi ropa! —había pasado la línea de no retorno y su mirada no aceptaría una negativa. Tenías un problema..., ¡bien, algo divertido! Tener que llegar siempre a cosas por el estilo...
—Yo no la tengo —muy convincente por tu parte, sobretodo, siendo reincidente.
—¡Ya me lo hiciste una vez! Deja de esconderme la ropa o... —agudizaste los sentidos.
—O qué, ¿me quitarás la mía? —elevaste las cejas. Todo un drama.
John farfulló algo por lo bajo y se fue a la ducha. No le quedaba más que un albornoz y fue lo que se llevó. Le esperarías en el sofá, tendría que pasar algún día por el salón.
…
—No, Sherlock, no digas ni una palabra. Y espero que mi ropa esté mañana por la mañana en mi armario de vuelta. ¡No está por ningún lado!, ¿qué diablos has hecho con ella? —suspiró y se sentó en el sillón que ocupabas, quitando bruscamente tus piernas. Sí que estaba enfadado.
—Ya te he dicho que yo no he sido y no voy a seguir con esta conversación —porque es una gran mentira. Doblaste las rodillas, girándote hacia el respaldo.
—Es por Sarah, ¿verdad? Pues objetivo conseguido, hoy no quedaré con ella. Pero puede que mañana sí —sí, claro.
—No necesito tus explicaciones ni que me cuentes la atención que le prestas —¿celos? ¿De Sarah? Oh, por favor…
—Ése es el problema, que no le presto atención —se veía afligido, tanto por..., ella. Maldita sea.
—Porque no se lo merece. Observa, John, observa de una vez —un puñetazo descontrolado al sofá le sobresaltó.
Tocó tu pierna, pero la apartaste receloso. Suspiró por ello. Habías entrado en tu palacio por las próximas horas.
...
Te despertaste con un sobrepeso en tu tibia izquierda.
—John..., que ciego estás —susurraste y moviste tus piernas de modo que la cabeza de John quedase entre ellas.
El mayor, inocente o con intención, frotó sutilmente su nariz contra tu entrepierna, provocándote un sonrojo localizado.
El café ya no te parecía un color tan inapropiado.
…
Continuará en otro fic…
o.o.o
¡Hola!, ¿qué tal?
¿Les gustó? ¿Quieren más? Siempre :D
Hasta antes de que digan yaoi *blink*
