ANOTACIONES:
-Historia totalmente AU.
-Alexis no es hija de Meredith, sino de otra mujer con la que estuvo casado Richard.
-Kate era policía pero tuvo que dejarlo y ahora es psicóloga. Ella y Rick no se conocen.
-Esta historia, desde esta primera publicación, ya es diferente a la que estoy escribiendo y será diferente a las que pueda publicar posteriormente.
-Intentaré cuidar en la medida de lo posible las faltas tontas que suelen ir saliendo cuando escribes con prisa y sin mucho tiempo.
-El tema de esta historia es un conglomerado de varios temas unidos en uno y adaptado en la medida de lo posible, a la edad del personaje desde el que lo veremos. Son temas cada vez más frecuentes en nuestra sociedad, a los que creo que no siempre se les da el respeto que merecen tanto los temas en cuestión, como las personas que los han pasado o los están pasando.
-Así como yo intentaré por todos medios adaptar de la manera más real posible los diferentes temas a la edad de Alexis, que en este fic tendrá unos siete u ocho años, pido que las críticas a la historia se hagan del mismo modo. Es decir, sé que es un tema complejo y que a pesar de todo, puede que se me escape la forma de contar algunos detalles o partes de la historia desde el punto de vista de una niña tan pequeña. Así que en cualquiera de esos casos, os agradeceré cada crítica constructiva que me hagáis con fundamento e intentaré utilizarla para mejorar en los próximos capítulos.
-De esta historia (de cualquiera en realidad, pero de esta en particular) realmente no me importa ni los favoritos, ni los seguidores que consiga, solamente el saber narrarla de tal modo, que llegué el mensaje con la que varias personas la hemos pensado y yo, os la pongo por escrito.
PRÓLOGO
En cierta manera, aquella mañana con los copos de nieve cubriendo las aceras de las calles y los gritos infantiles saliendo del autobús, volvía a ser la primera mañana de colegio para esa mujer que caminaba con sus botas de agua hasta la rodilla, agarrando un maletín de cuero negro en la mano derecha mientras sujetaba el móvil con la otra.
Una mujer algo mayor que ella la esperaba junto a la verja de un patio escolar:
-¿Katherine? – le pregunto frunciendo un poco una de las cejas, dibujando al mismo tiempo una sonrisa cordial
La joven asintió y saludo cordialmente a la mujer entrando con ella al interior del recinto escolar.
Antes de llegar a una de las puertas laterales, la trayectoria de una bola de nieve fue a estampar contra la bota de la joven. Ésta al girarse se encontró la cara de un niño de no más de cuatro o cinco años, con ambas manos en la boca y un gesto de sorpresa y preocupación al mismo tiempo
-Perdón – le escuchó decir con una voz infantil que sorprendentemente le hizo sentir impulsos de agacharse y hacerle una carantoña
-No pasa nada cariño – fue sin embargo al respuesta que dio antes de entrar siguiendo a la directora.
-El despacho de psicología lo tenemos ubicado en la segunda planta, ya que el centro está separado en dos edificios, en este caso, a usted le ha sido asignada la plaza en este primer edificio, que parte de la guardería y engloba además los cinco primeros grados. Cuando los alumnos finalizan el quinto grado, cambian de edificio al contiguo, que es en el que estudiarán hasta que nos dejen y se matriculen en alguna de las mejores universidades – le explicaba Angela mientras le enseñaba todas las instalaciones, las aulas e iba presentándole al resto de docentes, profesores y personal con la que contaba ese enorme colegio.
Tras conocer el edificio al que tendría que hacerse a partir de ahora, volvió al que al parecer, ya era su despacho y desabrochándose la cazadora, la coloco en el respaldo de su silla. Le habían comentado lo sucedido con su predecesora. Al parecer debía de ser muy buena, pero tuvo algún tipo de enfrentamiento con un par de niños del centro, Angela de algún modo que se desconoce, se enteró y la despidió, seguramente para evitar algún problema con uno de los padres de esos niños de familias acomodadas que había podido empezara ver en el patio.
"Encárgate de hacer tu trabajo lo mejor posible Kate, y deja de pensar en el resto"- le recordó en ese instante su subconsciente.
Haciéndole caso por una vez, la joven psicóloga se colocó mejor en su silla y sacó una carpeta con varios expedientes y fichas, acompañadas en el margen derecho superior, de una foto con la cara de las pequeñas personitas con las que le tocaría trabajar.
Apenas le dio tiempo a leerse una vez el nombre de todos, antes de escuchar la sirena que anunciaba el comienzo de las clases. En apenas 5 minutos, el pasillo se llenó de gritos, carreras, risas y voces.
Angela le había dicho que hoy empezaban con 2º grado, es decir esa franja de edad comprendida entre los casi 7 años y los de más de 8 y medio. Miró las fichas, pero de esa clase únicamente tenía una única ficha, la de esa niña llamada Alexis.
Salió al pasillo en el momento en el que Angela se disponía a ir a buscarla.
-¡Qué bueno que la encuentro hija! – le dijo cogiéndola del brazo, antes de volver a introducirla en el despacho – Con todo el lío que llevamos por el teatro navideño que organizan los mayores, se me había olvidado comentarte una cosa.
Kate la escuchaba atenta.
-El grado con el que empieza, habrá podido comprobar que es algo diferente al resto – comentó Angela
-Sí, lo cierto es que me ha sorprendido respecto al número de fichas que tengo de otros cursos, especialmente teniendo en cuenta que es un centro de dos líneas…
-Lo cierto es que en 2º tenemos el caso que más me preocupa de todo el centro.
-¿Alexis?- se atrevió a preguntar la joven psicóloga temiendo meter la pata
-Así es – continuo Angela – lo cierto es que Alexis es muy especial. Es una de las pequeñas de su clase y al mismo tiempo la más madura. Es una niña que perdió a su madre hace dos años. Al colegio normalmente la trae su abuela paterna, que es también la que acude a todas las reuniones de padres. Aunque su padre siempre está disponible para venir a hablar con los tutores o cualquier profesor las 24h del día y casi que los 5 días de la semana.
A finales del curso pasado, un par de compañeros empezaron a desplazarla de la clase, pero sus profesores pensaron que se trataría de esos días tontos que tienen algunos niños y como apenas quedaba semana y media de colegio, decidimos dejarlo pasar por alto. Este año la situación se ha ido acrecentando a pasos agigantados, así que desde mediados del primer mes de curso, me vi obligada a modificar horarios, de tal manera que pudiese compaginar la jefatura del colegio y el ejercer como tutora en esa clase.
Estas palabras le hicieron tragar saliva a Kate. Ella apenas acababa de sacarse la titulación en psicología, nunca antes había ejercido como tal, ya que llevaba siendo policía toda su vida. ¿En verdad esto no se le iría a quedar demasiado grande?
-el desplazamiento que le han ido haciendo sus compañeros a pesar de todas las medidas como docentes que hemos podido tomar y lo hundida que se quedó tras la muerte de su madre, la han hecho cerrarse con casi cualquier persona que conoce.
De hecho el tema de ese desplazamiento que ha ido haciéndose cada vez más grande, nos ha tocado descubrirlo a nosotros como docentes. Por supuesto la familia está al corriente y todos juntos hemos trabajado y seguimos haciéndolo cooperativamente. Sin embargo ni siquiera con ellos se ha abierto, por lo que puede que con usted tampoco lo haga, y más tras lo que le ha sucedido con Jane…
-¿Con Jane? – preguntó preocupada Kate
-La anterior psicóloga del colegio. Pero ahora no tenemos tiempo, me toca a primera hora con ellos y quiero alejar a Alexis lo más que pueda, de ratos vacíos en los que normalmente aprovechan para hacerle alguna broma de mal gusto o desplazarla más. – termino diciendo la directora.
Saliendo de nuevo al pasillo, caminaron juntas hasta la clase de 2ºA, de la que ya provenía el barullo típico de los niños de 7-8 años.
Kate entró después de Angela, y echo un vistazo rápido a esa marea de niños, que ipso facto frenaron para observarla minuciosamente.
-Chicos, chicas, está es la nueva profesora del colegio – escuché como me presentaba Angela – Kate. Ella reemplazará a Jane.
En ese momento un niño levantó la mano - ¿Y por qué no está Jane? ¡Era muuuuy buena!
-Jane no va a venir más, así que ahora tendremos a Kate.
Volvió a hacerse el silencio, hasta que en un instante dado, alguno de los niños comentó:
-Bueno, es una psicóloga y mi mama dice que la psicóloga es para los niños especiales…
-Pues como Alexis. ¡Porque va muuuucho!
En ese momento Kate quiso decir algo, pero lo único que hizo, fue entrecruzar su mirada con la de esa niña de última fila que todavía era capaz de sostener la mirada con esos ojos azules, que dejaban ver un deje de tristeza demasiado grande, para un cuerpo tan pequeño.
