-Yo solo se que no se nada.

-Pues ya eres más listo que tu amigo, Weasley.

-Malfoy...

-Aunque el sigue siendo más conocido que tú.

-Malfoy...

-Pero tú eres mejor en bastantes otras cosas... desde luego eres más listo... más alto y pecoso... más valiente, mejor estratega... más...

-¿Sangre Pura?

-Sí, supongo.

Se han quedado encerrados en la sala de trofeos, no se arrepienten de haberse pegado pero sí de que la profesora Mcgonagall los haya visto. No recuerdan porque empezaron a pelearse la primera vez - la vez que McGonagall los ha castigado - pero sí la segunda - en la sala de trofeos -, les produce un gran placer molestar al otro, pero muy en el fondo admiten que empezaron por bastante poca cosa, o no: ¡Malfoy no limpias lo suficientemente rápido! ¡Weasley dejas la mitad del trofeo sucio! Uno tan malditamente perfeccionista - mira su pelo engominado y su corbata perfectamente en su lugar - y el otro tan asquerosamente dejado - Madre mia, lleva la camisa por fuera del pantalón y seguro que no sabe anudarse los cordones- pero los dos igual de irritados por una compañia no deseada.

De alguna forma mágica, aunque rara porque McGonagall les ha quitado las varitas antes de empezar el castigo "seguro es obra del castillo, tan mágico como lo fueron sus fundadores y desde luego ellos no han tenido un ataque involuntario de mágia como niños de cinco años" se han quedado encerrados en la sala de los trofeos, trofeos que tendrian que estar limpiando.

-Bueno... y a todo eso... ¿cómo salimos de aquí?

-No lo se Weasley.

-¿Estas nervioso?¿Tienes claustrofobia?

El rubio esta aterrorizado, hay pocas velas que alumbren en la habitacion y las sombras se alargan más de lo que deberían, y la sala es tan pequeña... y las paredes estan tan juntas... y esta empezando a temblar:

-Tienes una araña detrás tuyo.

Weasley ha chillado asustado, ha saltado y se ha alejado corriendo, pero cuando gira la vista no ve nada y oye la risa del otro:

-¡¿Por qué has echo eso?

-Para que te asustaras.

Son las cinco de la madrugada, debe faltar poco para que McGonagall les abra la puerta. Uno esta mirando las paredes desconfiado, el otro mirando todos los rincones de la habitacion en busca de acompañantes de ocho patas. Pero si les preguntasen dirían que esperan impacientes para salir y avergonzar al otro con su miedo. Porque la verdad es que están aterrorizados pero no pueden evitar sentirse bien al saber que el otro esta igual que él.