Rin y Hanayo estaban almorzando en la azotea y como era habitual entre las dos chicas disfrutaban unas cuantas onigiris hechas por la propia castaña de suaves mejillas. En cambio, la chica gato traía unas bebidas a lo cual su amiga agradeció con alegría

-Gracias Rin-chan

-¡En serio, Kayochin, ya es suficiente!- Rechazaba otra onigiri de parte de su amiga, una más y su estómago no lo soportaría

-¡Je je, gracias!

-¡Si, si!

La chica gato disfrutaba de una onigiri y en eso decía un comentario notando la actitud tímida y algo desvariada de su dulce y linda amiga

-Kayochín, eres como un disco rayado

-Es porque estoy realmente feliz-Sonrió mientras contemplaba a su querida amiga- Es porque tú siempre estás conmigo junto con todas las demás. Todas nos llevamos bien y es divertido convivir

Echó su mirada de reojo a su propia obra culinaria

-Estos onigiris también están realmente deliciosos- Se sonrojó mientras sus violetas brillaban, estaba conmovida de que cada día de su vida era así- Es por eso que no puedo contener mis sentimientos… Perdona por eso

La pelinaranja de pronto notó algo en la cara de su amiga y en menos de nada le señaló

-Kayochín, hay un grano de arroz-Extendió su mano hacia la mejilla izquierda de la castaña que quedó de piedra cuando unos labios tocaban sutilmente los suyos… Era su primer beso e irónicamente era de su mejor amiga desde niñas… ¿Rin estaba enamorada? ¿Desde cuándo y cómo?

El beso era tan dulce como sincero que inconscientemente el onigiri que sostenía cayó sobre el suelo, los segundos eran una eternidad hasta que ambas bocas se separaron

-Yo siempre estaré contigo, Hanayo-Su mirada era seria como la de cualquier príncipe que encomienda su vida ante cualquier princesa hasta una sonrisa que dejó roja a la chica arroz la cual no entendía a qué punto llegaron

-Incluso si no eres una idol y te conviertes en una abuelita, yo siempre estaré a tu lado, por siempre y para siempre

-Rin…- Unas lágrimas se asomaban por su rostro pero la pequeña pelinaranja se las limpió, no le gustaba cuando alguien se pusiera a llorar y más cuando era su ahora amor eterno. La castaña no soportando la conmoción abrazó a su amiga tan fuerte como si recibiera un cálido y grande abrigo en un frío invierno.

-Yo… Yo también-Su voz estaba ahogada- Yo también me quedaré contigo… A tu lado si puedo

La gata abrazó a su amiga envolviendo su cabeza contra su pecho, Hanayo sentía que una paz irradiaba su corazón y le daba más vida de la que hubiese podido desear, aunque en cuestión de segundos Rin la abrazaba de manera juguetona cual gato quiere implorar una caricia a su ama, eso hacía que la chica arroz se sonrojara y se riera levemente, esa parte infantil era una de las partes que ahora amaba y gustaba de esa pelinaranja.

Ahora se detuvieron para ver de nuevo a toda la azotea, Rin miró su reloj probablemente faltaba menos de una hora y como era obvio el Love Live no daba espera

-Bueno, creo que tenemos que practicar todo el día así que por favor Kayochín, haz una ración triple de lo que hiciste hoy-nya

La castaña sonriendo con todo su brillo aceptó la petición no sin antes ahora darle un beso en sus labios en el cual no hubo problema, y se fueron tomadas de la mano… Ese era uno de los mejores días en la vida de ambas.

FELIZ CUMPLEAÑOS KAYOCHIN