Disclaimer: Naruto no me pertenece.

Notas: Esta historia transcurre en un ligero Universo Alterno, donde no hay guerras de por medio, y contiene la existencia de donceles, vale decir, hombres capaces de procrear.

…...

Capítulo 1:

Aceptando el destino.

Las instalaciones del clan Nara eran espaciosas y poseían parte del bosque de los ciervos, a los cuales protegían desde siempre. Habían decidido llevar a cabo una pequeña reunión celebrando la presencia de los hijos del Kazekage en la aldea, precisamente utilizando un ala del hogar de Shikamaru, en parte por la cercanîa de su clan para con los invitados extranjeros, y por supuesto que también por lo espacioso del lugar…

Ya casi todos los invitados habían llegado, cuando vieron entrar a los primos Hyûga acompañados del menor del clan Aburame. El ambiente que los rodeaba era tenso, y aunque pretendían ocultarlo a los demás, dos personas fueron conscientes de que algo iba mal…

‒¡Hinata!‒ saludaron a coro Sakura e Ino haciéndole señas con las manos para que se acercara a ellas.

‒Hai…‒ contestó, pero antes de encaminarse hacia ellas, se dirigió a sus acompañantes diciendo‒ yo…, estaré con las chicas…‒ y sin esperar respuesta avanzó a paso rápido hacia sus amigas…

‒¡Shino!‒ gritó Kiba, mientras Naruto hacía lo mismo con el nombre del peli-largo.

‒¡Neji!‒ los dos en silencio, se acercaron hasta el centro del bullicioso grupo. Todos compartían de una forma u otra, formando pequeños grupos acordes a los diversos intereses de conversación…

‒Llegaron bastante tarde Hinata…‒ la rubia estaba realmente sorprendida. Los Hyûga no solían llegar tarde nunca, además venían en compañía del Aburame, y la peli-azul se veía algo alterada…

‒Etto…, etto…‒ tenía la voz ligeramente temblorosa. Tomó aire y continuó diciendo‒ es que por la tarde tuvimos una reunión en casa…‒ tenía que decirlo ahora; habían acordado hacerlo cuando se diera la oportunidad; tenía que hacerse a la idea…, ése era su destino, como había dicho Neji…, lo único que había dicho desde que salieran de casa…, si el consejo no hubiera aceptado inmediatamente…, tenía un enorme nudo en el estómago, y la vieja costumbre de rodar sus dedos para tranquilizarse, no estaba ayudándola…‒ El…padre de Shino-kun…ha estado en casa para pedir mi mano…‒ lo dijo sin respirar…, mirando el suelo, sintiendo que el corazón le oprimía y las lágrimas se agolpaban en sus ojos…, "esto es lo mejor…, es mi destino…, Neji-san lo ha dicho…, y quiero mucho a Shino…", se había estado repitiendo esas palabras durante todo el camino, tratando de auto-convencerse…

¡Todos habían estallado en un grito de alegría!, ¡sería el primer matrimonio del grupo!, las felicitaciones iban tanto para el novio como para la novia, y sin embargo, uno de los presentes palideció apenas escuchó la noticia…

‒Yo…creo…que esta noticia…hay que celebrarla…, iré…a la despensa por más sake…‒ no sabía como había tenido la fuerza para decir todo aquello, ni como sus piernas habían decidido acompañarlo y sacarlo del salón sin salir corriendo.

‒Voy contigo‒ a nadie le extrañó que el novio acompañara al dueño de casa, ya que todos sabían del temperamento reservado del mismo…

"Neji…", sólo podía pensar en su querido amigo, y después de abrazar a la nueva novia, diciéndole un par de palabras alegres por la buena noticia, se acercó disimuladamente, hasta quedar a su lado. Sin que nadie la viera, su mano derecha rozó suavemente la mano izquierda del peli-café, que se encontraba apoyado contra uno de los muros, en silencio, observando toda la situación, y seguramente destrozado por dentro. Él sólo asintió y ella decidió quedarse el resto de la noche haciéndole silenciosa compañía.

"El padre de Shino-kun, ha estado en casa para pedir mi mano…", las palabras de la oji-blanca se repetían una y otra vez en su cabeza, tanto así, que ni si quiera había sido consciente de la figura que había salido tras sus pasos…, "el padre de Shino-kun, ha estado en casa para pedir mi mano…", no podía ser cierto…, simplemente no podía ser cierto…

‒Shikamaru…‒ dio un brinco del susto al oír su nombre, y una rabia inmensa se apoderó inmediatamente de él. Volteándose lo encaró diciendo:

‒Deberías estar en el salón, festejando tu compromiso…, Shino-kun‒ se mordió el labio inferior, aguantando las ganas de gritar, de llorar, ¡de exigir una explicación!, de escucharlo decir que todo era una mala broma…

‒Shika…‒ dio un paso vacilante acercándose al doncel…

Apretó los puños, ¡¿cómo se atrevía a llamarlo así?! respiró hondo y dijo con la voz temblorosa:

‒No vuelvas a llamarme de esa manera Shino-kun, mi nombre es Shikamaru Nara, recuérdalo‒ sintió que lo cogía con fuerza y lo estampaba contra la pared sin lastimarlo. Podía ver que estaba angustiado, incluso, "¿desesperado…?"

‒Shikamaru…‒ estaba increíblemente frustrado, quería gritarles a todos que no se casaría con Hinata, que no se casaría con nadie que no fuera su doncel…, que estaba enamorado, que tenía una relación con la persona más maravillosa que hubiera soñado encontrar…, pero de sus labios sólo podía salir el nombre del de la coleta, ese mismo que ahora arrinconaba contra una pared, que le miraba con rabia, con pena, con decepción…

‒Suéltame‒ uso la voz más fría que podía, y dio resultado, porque los brazos del mayor cayeron a los lados, dejándolo libre.

‒Yo…, lo siento…‒ y si por un momento tuvo la esperanza de escuchar algo que pudiera hacerle creer que las cosas no podían ser de ese modo, rápidamente comprendió que debía resignarse…, ése lo siento le había dejado claro que nada cambiaría…

‒No tanto como yo…‒ bajó la mirada, y volvió a morderse el labio inferior. No iba a llorar delante suyo…

Fue consciente del tono que el menor había usado, ¡y la frustración que sentía en su interior creció aún más!, se quitó los lentes oscuros para verlo directo a los ojos…

‒No quiero esto…‒

‒¿Y entonces por qué?‒ no pudo evitar suavizar un poco el tono de voz al verlo en ese estado…, Shino nunca retiraba sus lentes, ya que sus ojos sufrían enormemente sin la protección especial de los cristales…

‒Mi padre…‒ tomó aire antes de continuar diciendo con la voz más grave de lo normal‒ el clan ha decidido que ya necesito tener una esposa que me dé herederos…, creen que Hinata es una buena candidata, ya que cumple con todos los requisitos impuestos por el clan…, además, nos conocemos desde pequeños…, y ella…, no rechazaría mis insectos…‒ podía ver la desesperación en esos ojos negros que pocas veces había contemplado, pero el dolor que sintió en su corazón le hizo bajar la cabeza y morderse el labio con más fuerza, haciéndolo sangrar…, sabía desde un principio que su relación estaba prohibida, que el clan Aburame tenía reglas muy estrictas, y una de esas era no aceptar donceles…, aún así había decidido correr el riesgo y tener algo con ese hombre…‒ Shikamaru…‒ sintió las manos que tanto amaba tomar su rostro y volvió a ver esos ojos preocupados, llenos de culpa y frustración‒ Shika…‒ No quería escuchar más, no quería saber nada de ese asunto…, cerro los ojos, y dejó que el llanto bajara silencioso por su rostro, impotente, no podía hacer nada

Sintió en los dedos las lágrimas de Shikamaru y no pudo contenerse más, buscó sus labios desesperadamente, besándolo como si la vida se le fuera en ello.

"No hagas esto…Shino…", pero no dijo nada, no podía apartar su boca, cuando lo único que quería era quedarse así…, por siempre…

‒¡Oe Shikamaru!, ¡Shino!…‒ se separaron bruscamente al escuchar el grito de Kankuro. Shino acomodó sus lentes, y Shikamaru se volteó nuevamente, buscando botellas…‒ ¡se han tardado demasiado ustedes dos!…, pensé que querrían ayuda…‒ apareció caminando tranquilamente, sonriendo con uno de sus ojos cerrados, expresión típica en él. Sabía que algo raro había pasado…, su primo, como solían llamarle él y sus hermanos al doncel, había salido del salón de una manera extraña…, al verlos, pudo sentir la tensión de cada cuerpo, y se golpeó mentalmente por haber decidido ir a ver que pasaba; ahora estaba seguro que algo raro se traían esos dos, y que él había interrumpido algo muy importante…‒ ¿por qué no me das algunas botellas ahora…, y así ustedes aprovechan de ir por algunos bocadillos…?‒ quería tratar de arreglar un poco lo que había hecho, pero el de coleta pareció tomar una decisión distinta…

‒No te preocupes Kankuro, Shino-kun llevará las botellas, y nosotros iremos por los bocadillos‒ sabía que Shino no le contradeciría. Éste pareció dudar un par de segundos, para luego tomar en sus manos dos botellas y salir de la despensa, sin decir nada. Shikamaru suspiró. Sentía un dolor inmenso en el pecho, y no quería volver al salón, donde seguramente todos estarían celebrando…, aún así, sonrió lo mejor que pudo y dijo‒ bueno primo, vamos por esos bocadillos…‒ el peli-café de las marcas púrpuras en el rostro no dijo nada. Ya tendrían tiempo para conversar…

"¿Shino…kun?, ¿desde cuando Shikamaru trata a Shino con tanta formalidad…?", decidió caminar en silencio con el oji-rasgado a su lado, que claramente se veía afectado. Sólo esperaba que fuera lo que fuera, terminara bien…

Cuando volvió al salón, dejó las botellas sobre una de las mesas y caminó hasta ubicarse junto a Hinata. Sabía que ella tampoco estaba bien con la noticia. Habían formado parte del mismo equipo en su niñez, y tenían muchas cosas en común. Se querían, y mucho. Pero ese cariño que sentían el uno por el otro estaba lejos de llegar a ser el cariño que se tiene por un amante. Era un cariño fraterno, de hermanos. Cada uno sabía secretos del otro que nadie más conocía. Uno de ellos, era el amor clandestino de la peli-azul por su primo Neji, y otro, la relación oculta que mantenía el de lentes con el doncel de la coleta alta. Ambos sabían que eran amores prohibidos, que el peso de sus clanes no los aceptaría nunca…, que era mejor callar…y resignarse…

Hinata lo vio llegar, y supo de inmediato que las cosas habían salido mal con Shikamaru. Cuando sintió su calor posarse junto a ella, decidió tomarle la mano, en forma de apoyo, después de todo, a nadie le extrañaría que la peli-azul tomara de la mano a su prometido. Sintió el apretón que le dio de vuelta el chico de los insectos, y supo que era de agradecimiento. No quería mirar hacia el rincón del salón, donde sabía que Neji estaba recargado, junto a Tenten. A veces no podía evitar sentir cierta envidia de la peli-café, que siempre había estado tan cerca de su primo, y ahora que sentía que el mundo se venía abajo, que daría cualquier cosa por estar entre sus brazos, no podía dirigir la vista y encontrarse con esos ojos tan similares a los propios, mirarla vacíos…, mantuvo la cabeza gacha, y ella misma buscó consuelo en el calor de la mano amiga que sostenía silenciosa…

Nada sabía de la relación que Shino mantenía con Shikamaru, ni la habría imaginado nunca. Para él, el de los insectos disfrutaba de un lugar privilegiado en el corazón de su prima, y ahora, obtendría el regalo más maravilloso…, se casaría con la mujer que él amaba…, vio que la peli-azul le tomaba la mano, y que el otro respondía en una especie de lo que a su parecer era el típico lenguaje de enamorados. Apretó los dientes, "¿Hinata-sama…, tan rápido has olvidado ese amor que decías tenerme?…", apartó la vista con dolor y rabia. ¡Maldito destino que se enfrascaba en querer encerrarlo en jaulas cada vez más imposibles de abandonar!…, ¡dolía tanto!, sentir que la perdía…, y que esta vez lo hacía para siempre…