Es mi primer fic en Vocaloid, espero les guste el capitulo, despues de todo me esforce en hacerlo. Ojala y piense lo mismo cuando lo lean, creanme el romance llegara pronto, solo esperen.
Agradezco a mis musas LOLITA GOTICA, AbSeMaJe, AndieJunjou. Por ellas y muchas mas, es porque soy escritora.
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En la luz o en la oscuridad, en el pasado o en el presente, estaban destinados a amarse, aun cuando la muerte y vida los separara se encontrarían una y otra vez, porque como almas en pena se encontraran. Y ninguna bruja sera capaz de hacerlo, ni con todos los hechizos del mundo. La eternidad se mancha de lujuria, celos, desesperanza, pero también existe la magia del amor. Asi que aun cuando nadie los quisiera ver juntos, ellos los desafiarían, si con ello conseguían ser felices.
Se dice que la sangre es más espesa que el agua, es lo que nos define, lo que nos une, maldice, para algunos la sangre significa una vida de riquezas y lujos para otros, una vida de servidumbre
-Japon.-
Mientras que el viento soplaba moviendo el mar que imponente bajo el muelle reposaba, atrayendo el olor a agua salada, las cajas y equipaje siendo subidos con constancia, carga tras carga mientras su madre le tomaba la mano con cariño materno, el, no entendía nada más que el hecho de hacer un viaje, a su perspectiva bastante lejos después de todo irían a América. Muchos empleados se quedaban en su hogar natal, prontamente abandonado para conocer otro. Su padre miraba el barco orgulloso, muchos viajeros en mayoría nobles iban como ellos al nuevo mundo.
-Kaito, es hora de irnos querido- y su hermosa madre le acaricio la mejilla con ternura con la mano libre mientras apretaba más fuerte la otra.
-Tienes que despedirte de este lugar, solo será un tiempo cariño- le reconforto su padre mientras acariciaba sus azules cabellos.
Volteo la vista por última vez, muchas de las personas que eran trabajadores de su padre esperaban a que subieran ellos para finalmente arribar igual, entre todos los niños distinguió a una joven de negro cabello la cual, le devolvió la sonrisa que él le demostró. Mientras su madre sonriente le apresuraba a entrar al barco. Sin oír lo que la madre de su amiga le dijo al oído.
-Miku, ¿Cuántas veces tengo que repetirlo? No lo mires, no somos iguales- le reprocho su joven madre mientras retiraba un poco su capucha.
-Kaito-sama es mi amigo- le dijo la pequeña como si ese hecho fuese suficiente
-No es verdad, tú y yo tenemos un secreto del que nunca se enteraran. Recuerda tu lugar- le respondió mientras que una afilada uña le acariciaba la mejilla.
Mientras la niña impotente bajaba la mirada frente a esos rosados ojos, le intimidaban le corroían, porque conocía a su madre, y desgraciadamente ambas se parecían, e incluso sabia que ella era capaz de matar a su propia hija, así como alguna vez hizo con su hermana mayor Luka.
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En altamar, el barco se dirigía hacia América, el trasporte lleno de pasajeros que vacacionaban así como a su vez muchos iban de empresarios a ese lugar, el se preguntaba porque su padre no le dejo quedarse y múltiples veces se lo pregunto durante el camino que según su progenitora seria largo.
-¿Te gusta el mar Kaito?- le inquirió su padre de morados cabellos con una venda cruzando por su ojos derecho –Herida de bala – le dijo alguna vez.
-Me gusta mucho, es tan… ligero- porque a su corta edad, el se sentía solo, no odiaba su apellido se enorgullecía incluso, mucho menos a sus padres.
-¿Harás nuevos amigos en América?- le pregunto su madre de azules ojos uniéndose a la conversación.
-Eso espero, ¿nos conocen allá?- pregunto con cierta incertidumbre tal y como se lo esperarían de un niño de apenas seis años.
-No hijo, pero muy pronto lo harán, como que nuestro apellido es Shion- le menciono con orgullo, sin saber que causo un miedo en su pequeño y único hijo. No quería estar solo como ahora lo estaba.
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Después de haber pasado porque no decirlo semanas en un barco, comenzaba a sentirse encerrado, quería correr después de todo a un pequeño como lo era él le gustaba la naturaleza, dibujaba en sus tiempos libres aunque ahora sus dibujos parecían figuras inexplicables a él le gustaban, con la práctica se aprende, y el aun era demasiado joven. Mientras sus padres dormían el no podía evitar pensar que muy pronto conocería un nuevo lugar, si bien ya había viajado desde muy lejos llegar ahí solo sería una pequeña escala hacia lo que se aproximaba. Y aunque al principio se había mostrado reticente, sin duda alguna sería divertida, ya que en cualquier clase de ojos infantes, todo parecía divertido.
En todo el recorrido no se había topado ni una sola vez con Miku, pero no le extraño, conocía los pensamientos de la progenitora de esta hacia ambas clases sociales, hasta donde sabia, a ella le molestaba que jugara con él, nunca entendió ese punto, pero aun así a ambos chicos no les importaba. Ellos eran niños, querían jugar, divertirse, porque aunque aun eran pequeños sin duda alguna solo se vivía una vez, y el tiempo de momento a otro podría volverse demasiado corto.
-Cariño, ven a dormir- le hablo Akaiko con voz adormilada después de todo, eran las tres de la mañana.
-No puedo, estoy muy emocionado- le explico con voz tierna y suplicante. Pidiéndole en mudo que le dejara quedarse despierto.
-Está bien, pero si tienes sueño te irás a acostar- le menciono con un tono que al parecer buscaba sonar a reproche, sin embargo el bostezo acabo con todo aquello.
E incluso con sueño, bajo dando saltos, aunque el pueblo –más tarde corregido por reino – no parecía ser lo mismo que su hogar, tenia ligeros cambios, y sin embargo sintió una calidez extraña, como si ese lugar ya le hubiera estado esperando, donde, establecieron su trabajo de mariscos, que se extendía a vestimentas, entre otras. Apenas bajaron del barco, un hombre les esperaba, con un cabello de apariencia castaño les daba una mirada rápida, mientras con una seña pidió se acercaran.
-Mucho gusto familia Shion, vengo en encargo del rey y le reina, que ansiosos esperaban su llegada- mientras con una inclinación les ofrecía una carroza de dorado color.
-No sabía que éramos tan conocidos, pero será un honor conocer a su majestad- respondió Taito con una sonrisa mientras les pedía lo siguieran.
Al subir al carruaje, las cosas se tornaron un tanto silenciosas, el camino parecía largo y aunque el oji azul se había esforzado por mantener los ojos abiertos le fue imposible después de no haber dormido lo suficiente así que en el hombro de su madre se amoldo para más tarde en el cómodo regazo de su madre quedar recostado. Perdiéndose aunque del repetitivo relajante paisaje lleno de arboles, tal y como un bosque.
Al llegar, el seguía dormido, ahora cargado por su padre, que cariñoso acariciaba su cabello, mientras que admiraba lo hermoso del lugar, grande y majestuoso, levantado ante simples nobles como lo eran ellos.
-El conde y condesa Shion han llegado- expreso una voz femenina que les sonreía, de verde cabello.
-Retírate y diles que pasen- le menciono una joven mujer cabello largo rubio mientras que con una sonrisa veía hacia la gran puerta de caoba. A través de su largo vestido cruzo una pierna
-Mucho gusto su majestad- hablo el peli morado con una reverencia, mientras su esposa repetía.
-No me hables con tan poca confianza después de todo, tu serás mi nuevo socio- le hablo con fluidez, al fijar su mirada en la joven mujer se sorprendió, la reina era como su castillo, majestuosa.
-¿Nuevo socio? ¿A qué se refiere?- Akaiko no entendió, y Taito tampoco lo hacía, ni siquiera sabían el nombre de sus nuevos gobernantes
-Soy la reina de este castillo, mi nombre es Ann Kagamine Sweet, mucho gusto conde Taito y condesa Akaiko- les hablo, mientras bajaba de su trono, parecido a un pedestal.
-A lo que me refiero es que espero ustedes, formen un negocio conmigo, son poderosos y prefiero tener aliados que enemigos –sonrió con una mueca parecida a la tristeza –después de toda su majestad, el rey está peleando, lejos de su hogar, lejos de sus hijos. Por ello pienso formalizarlo, serán convertidos en compañía del trono.- les explico con simpleza, mientras miraba su cara con singularidad.
-Entiendo, me parece bien, creo es conveniente para ambos- y con una sonrisa afirmo lo que dijo, ambas mujeres sonrieron.
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-14 años después-
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Y aunque al principio de aquella travesía, el objetivo era simplemente crear otro nuevo negocio, uno incursionado con las empresas inglesas siendo llevadas al nuevo mundo, después de un año de viaje, el rendimiento era tanto que su padre decidió echar raíces permanentes ahí, luciendo ahora no solo como una simple familia rica que llegaba a incursionar sino como uno de los más grandes nobles, terminaron siendo prácticamente los segundos reyes. Al tiempo de dos años de su llegada, la reina Ann recibió una carta en donde tristemente se relataba que el rey había muerto en batallo dejando como sucesores a solo dos pequeños gemelos que apenas creciendo, ni siquiera lo conocieron.
Al contrario de lo que muchos pensaran ellos lloraron, tal vez porque la sangre que les unía a su padre ahora lucia manchando un trazo donde se marcaba su muerte, dejando destrozada a la reina que dos años más termino por suicidarse, dejando a sus pequeños hijos en manos de la familia Shion que como la reina predijo heredaron el reino, al menos hasta que la joven princesa fuera capaz de tomar el reino.
En ese momento, ninguno de los pequeños reprocho algo, no podían siquiera porque lo único que entendieron de la amena pero corta platica con Akaiko, - que más tarde se volvería su segunda madre – les explico aunque con dolor que su madre se había ido a un lugar mejor. Lo cual una mujer de rosa cabello desmintió diciendo algo que aunque cruel, en ese momento no lo vieron como tal.
-Su madre se mato, por castigo ira al infierno, el mismo lugar que les espera a ustedes… huérfanos- les dijo con el más grande veneno impregnado en cada palabra.
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Pero lejos de toda esa oscuridad, ya habían crecido, lejos de antiguas guerras en busca de poder. Kaito de veinte años, cumplía con las estadísticas de un hombre perfecto, son atrayente cabello azul tal como el puro mar, ojos de hermoso azul cielo, fina piel blanca libre de imperfecciones, mientras su actitud coqueta le hacía juego. No era el único joven en esa casa, había dos más, gemelos, Rin Kagamine, la mayor de los chicos, parecida a su hermano Len que como tal lucían ambos cabello rubia, con ojos de atrayente verde, ambos de pieles blancas pero muy diferentes. Len a diferencia de su hermana, no era engreído, era más humilde que muchos seguidores de ellos. Pero aun así, Rin era la mejor tratada. Porque como dijo su nana.
-Un gobernante no tiene por qué ser blando, mucho menos piadoso, manejar con puño de hierro, matar antes de que te maten-
La idea les horrorizaba pero por ello, el no cambiaba. A pesar de que Kaito tenía seis años mas que Rin y Len, se llevaba bien con los jóvenes así como otra chica también se llevaba bien con ellos, todos eran, lo que se podría decir amigos, dos chicas y dos chicos. Sin duda, eran una familia, feliz aunque algo dispareja.
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Dentro de un bosque, rodeando el castillo claro está, a ninguno de los tres herederos se les dejaría salir más allá, sin compañía y como ninguno de ellos querían llevar a los caballeros reales, admitían las condiciones que sus padres les otorgaban. Pero, lo peculiar de esta escena, es que mientras que dos chicos buscaban algo siendo cubiertos por gabardinas, a unos metros más lejanos dos cuerpos eran pegados con insistencia el uno al otro, mientras se refregaban contra el tronco de un árbol.
-Kaito, dime que me deseas, que me amas, dímelo por favor- le pidió la peli verde con una sonrisa, mientras depositaba uno que otro beso en el cuello del joven.
-Miku, no puedo mentirte, yo no te amo, eres mi amiga pero yo…- antes de terminar su oración la dulce voz de un niño le despisto.
-¡Kaito nii-chan, ven acá! Rin one-chan y yo encontramos un pequeño lago- ambos jóvenes corrieron hacia donde ambos chicos estaban, que paralizados no alcanzaron a moverse siendo encontrados en esa situación, mientras ambos rubios le veían con sorpresa, otra de esas verdes miradas se veía triste.
-…Lo lamento, no queríamos interrumpir, vamos onii-tan- Rin jalo la mano de su hermano que lucía perdido, mientras no encontraba respuesta a lo que le pasaba.
Y aunque ambos jóvenes se habían petrificado, la joven peli aqua sonrió con sorna al ver como el pequeño chico salía huyendo con la mirada apagada, y tal vez Kaito les mirara con incredulidad, pero uno de los pasos ya estaba cumplido, solo falta la primera fase de su plan.
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La noche asomaba por los enormes ventanales, muchas personas dormían, incluyendo a los tres príncipes pero a su diferencia los reyes como siempre salían a dar un paseo nocturno, ambos de 45 años, se amaban, y amaban a los hijos que tenían aun cuando dos de ellos no fueran sanguíneos. Pero no todos compartían esa dicha de familia, incluso podría decirse que los odiaba.
-A los ricos y poderosos hazlos padecer, las criaturas arrogantes van a caer- Rompiendo aquel gigante adorno en miniatura que ahora colgaba peligrosamente sobre los reyes Shion, era la primera fase de su plan, uno que faltaba poco a realizar.
Porque como años antes se dio cuenta, era igual a su madre, después de todo, ella fue quien la mato, porque como recordó alguna vez, ambas se parecían, ambas harían lo que fuera para conseguir su objetivo, y en ese momento y después de enseñarle bien, decidió que le estorbaba su presencia por eso, fue eliminada.
Tal y como ahora Akaiko y Taito lo hacían, si para obtener a Kaito debía eliminar a todos, lo haría, su cordura no existía al fin y al cabo.
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Ojala les gustara el capitulo, se me habia olvidado aclarar que se basa en la pelicula del mismo nombre, claro que acabare poniendole de mi cosecha, asi que espero les agrade.
Sinceramente, espero un review para que me digan si les gusto, tambien si tienen alguna opinion a mejorar se los agradeceria. La historia es en otros tiempos.
