Disclaimer: Los personajes no me pertenecen a mi, si no a Stephenie Meyer. Sólo la historia es mía. Todos mis fan-fics son sin fines de lucro, los escribo por el placer que siento al narrar yo misma la historia y vivencias de mis personajes favoritos de la saga Crepúsculo y La Huésped.
Yo quisiera.
Renesmee & Jacob
(Jacob POV)
(3° persona)
-¿Diga?- Preguntó exhausto el metamórfo, al levantar el auricular del teléfono.
-Jake, soy Bella- Una suave voz de campanillas le contestó desde la otra línea. Hizo una pequeña pausa antes de agregar- ¿Es un mal momento? ¿Tienes planes para esta tarde?
-Eeeh…- Comenzó a decir Jacob. Estaba agotado, hace dos días que no dormía, pero… Si iba a la mansión Cullen, de seguro vería a la razón de su existencia- No ¿Por qué?
-Lamento tener que llamarte para esto, pero… Mi hija te necesita- El corazón del lobo se contrajo, produciéndole dolor. Cuando iba a preguntar que le había ocurrido, su amiga concluyó- Terminó con su novio, otra vez… Y bueno sabes cómo se pone- Dijo con pesar la vampira- Sólo Rose a podido evitar que colapse, pero no mejora. Eres el único al que Renesmee escucha cuando está triste…
Su hermoso ángel de cabellos cobrizos estaba sufriendo por un humano, por la negligencia de alguien que no la valoraba. Comenzó a temblar de pies a cabeza, estaba herido y furioso.
-Iré enseguida- Susurró antes de colgar. Fue hasta su habitación, se puso las zapatillas y una polera negra, tomó sus llaves y velozmente dejó atrás su casa para llegar hasta el taller donde cogió la motocicleta, la cual utilizó para llegar a la residencia Cullen.
Un común día de noviembre, el cielo estaba gris por la cantidad de nubes en él, por lo que hoy no saldría el sol.
-Perfecto- Pensó irónico el quileute, mientras se estacionaba en el cobertizo. Al bajarse de la moto, notó que su amiga lo observaba con amargura desde el marco de la puerta. Caminó hasta ella y besó su fría mejilla. Su fuerte efluvio le hizo picar la nariz.
El lobo se concentró en escuchar con mucha atención. En el primer piso se hallaban la mayoría de los Cullen, viendo televisión; en el segundo, un corazón agitado latía con fuerza, mientras su dueña sollozaba. Alguien, probablemente Rosalie, la acompañaba.
Su mente comenzó a recordar sus últimos años junto a la semi-vampira, que lo esperaba en el nivel superior.
La niña había crecido a su lado, con su protección. A veces llegaba a creer que por su afán de cuidarla se había ganado el puesto de hermano mayor y que por eso la semi-vampira, jamás se había fijado en él como posible compañero. Renesmee dejó de crecer a los siete años y logró tener una apariencia de una mujer de veinte. Todos los hombres caían rendidos a sus pies y ella disfrutaba de eso, pero de los tres novios que había tenido, ninguno había sido capaz de hacerla feliz. Jacob la había consolado, después de cada ruptura, aunque eso le partiera el corazón en mil pedazos. Él amaba a ésa mujer con cada partícula de su ser, bastaba oír su nombre para que una sonrisa se dibujara en su rostro.
Y ahí estaba él, había atravesado todo un bosque para estar una hora oyendo a la mujer de sus sueños, llorara a lágrima viva por otro.
Al entrar en la sala, todos los vampiros se voltearon a verlo. Todos lo miraban con lástima, sabían cuál era su rol en ése momento y cómo le afectaba.
Les doy pena a los bebedores de sangre… Genial.
Su mirada se encontró con la de Edward. Se le revolvió el estómago al verlo, ya que la frustración y la incomodidad embargaban su rostro.
Jacob caminó hasta la escalera, donde el esposo de su amiga estaba sentado. Él lo miró a los ojos y le susurró: "Haz tu magia, Jacob Black… Y devuélveme a mi hija…" El quileute sorteó al vampiro y subió hasta el cuarto de Renesmee. Golpeó la puerta una vez, tras haber inspirado una gran bocabada de aire.
-Llegó mi relevo, Nessie- Anunció la vampira rubia al abrir la puerta. Ella salió de la habitación con gran elegancia y movió los labios sin emitir sonido- Cobarde, es tu culpa.
Rosalie desapareció al momento, mientras él se quedaba congelado por sus palabras. Las palabras de la rubita le había dolido muchísimo, ya que él también lo creía. Cuando inspiró otra vez, el dulce efluvio de Renesmee invadió sus pulmones, haciéndolo sonreíry olvidar a la vampira rubia. Ella estaba sentada sobre la cama, pero al verlo se levantó de un salto y se arrojó sobre él, mientras cerraba la puerta tras de sí. Los brazos del muchacho instintivamente se ajustaron a la delicada figura de la chica, que estrechaba con suavidad.
Se sentía flotar en el paraíso, el contacto con la hija de Edward y Bella lo sumía en un éxtasis profundo.
-¡Jake, qué bueno que estás aquí!- Articuló entre gimoteos la híbrida. El pecho del lobo duplicó su tamaño de pura felicidad, que le causó el oír su nombre pronunciado por esa divina criatura- Te necesito tanto…
Él supo de inmediato a que se refería ella, por lo que hizo un mohín.
-Tú no me escuchas- Susurró el hombre-lobo, entre el cabello ondulado de ella. Renesmee trató de replicar, pero él la silenció con una mirada- Si un hombre te hace llorar así significa que no te merece… Si él te quisiera de verdad, no permitiría que sufrieras de esta forma por él.
Tras un momento de reflexión, la muchacha rompió a llorar, mientras se aferraba el pecho, parecía querer evitar que se le cayera a pedazos. A Jacob la escena le pareció tan similar que lo estremeció hasta lo más hondo. Él había debido consolar a Bella, cuando ella sufría por Edward y adoptaba esa misma posición.
El metamórfo tomó a la híbrida en sus brazos y la cargó hasta poder depositarla en la cama, con cuidado. Todo su cuerpo se estremeció, cuando una corriente eléctrica lo recorrió. ¿La causa? Cuando Nessie se acomodó, la pequeña falda que vestía, no se movió con ella, dejando ver su ropa interior. Eso, desafiaba la cordura de Jacob, por lo que rápidamente desvió la vista y se fue al lado contrario de la cama, de frente a su niña, donde sólo podía ver su bello rostro.
-Ayúdame Jake- Gimoteó con dificultad la chica- ¿Qué hago para que me quiera? ¿Qué hago para ser feliz?
Jacob se tensó molesto por la ira que comenzaba a crecer en su interior. Ella no podía estarse recriminando eso, ella era perfecta… Los hombres deberían desesperarse hasta la locura al no saber cómo hacer que Nessie se enamorara de ellos, no al revés.
-Cuéntame. ¿Por qué crees que eres tú la del problema? Yo estoy seguro de que no hay nada malo en ti- Le confesó el quileute, con voz torturada.
La colorina levantó su rostro de la almohada y observó la expresión de su amigo, debió parecerle sincera, porque comenzó a hablar.
-Ayer, Alan y yo estábamos viendo una película en su casa, una que ya habíamos visto, así que… No estábamos muy concentrados en verla- Sus mejillas se sonrojaron, por lo que Jacob comprendió que lo que en realidad estaban haciendo era besarse. Su estómago le dio un vuelco, al imaginarse a su Nessie con ése tipo- Con el pasar de los minutos la cosa se me salió un poco de control… Él quería dar el "siguiente paso"- Hizo con los dedos las comillas. Los puños del lobo se contrajeron con fuerza-, aunque yo no estaba segura de hacerlo, por lo que traté de detenerlo con tacto, pero él comenzó a tocarme mis…
Y ella se detuvo abruptamente, porque estaba al borde de las lágrimas y porque había hablado demasiado. Jacob temblaba con suma violencia y debió alejarse de la cama para poder relajarse. Quería ir corriendo como lobo hasta la casa del humano y arrancarle la cabeza por su osadía, había tocado el cuerpo que él más idolatraba y sin el consentimiento de su princesa…
-Jake…- Lo llamó la semi-vampira con timidez- ¡Demonios! No debí contarte esto, lo siento…
Ella se levantó y trató de acercarse a él, pero nuevamente fue interrumpida por la mano alzada del muchacho. Necesitaba un minuto para que se recompusiera.
-¿Qué pasó luego?- Preguntó Jacob con una voz casi inaudible.
-Le dije que si quería tener sexo ésa noche tendría que buscarse a otra y me vine a mi casa, con la convicción de que sólo era otra pelea estúpida…- hizo una pausa, en la que dos lágrimas escaparon de sus ojos achocolatados- Pero esta mañana, en el campus, todos comentaban que habían visto a Alan en un pub conquistando chicas… Y Sophie me contó que lo había visto hacerlo con una, en su coche…
Jacob logró escapar de su burbuja de ira y tomar a Renesmee, justo en el instante que ella se rendía al dolor y se dejaba caer al suelo. Él se sentó en el piso con ella, antes de acercar la cabeza de Nessie a su pecho y acurrucarla de forma perfecta. Era increíble que su enorme cuerpo fuese el molde de ése celestial ser. Ella había vuelto a llorar, pero esta vez en silencio; lo que el hombre-lobo aprovechó para acariciar sus mejillas, con el reverso de sus gruesos dedos y terminar de decirle un par de verdades.
-Esto confirma mis sospechas y lo que te vengo diciendo hace más de tres meses. Cuando terminaste con ése idiota la primera vez, también fue, porque te estaba presionando a acostarte con él y no debes hacerlo si no lo sientes- Le dijo casi gruñendo, el tema lo irritaba profundamente- Si de verdad te amara, te esperaría el tiempo que fuera necesario… Él cual no sería mucho si hiciera las cosas bien… Yo creo, por lo que te conozco, que si te sienteras amada…- Se detuvó ahí. No quería imaginarse lo que podría haber pasado, bastante tenía ya con saber que él había degustado los labios de la dulce híbrida.
El llanto de Renesmee había cesado casi por completo, unos minutos después.
-Jacob…- Susurró la joven, aún con el rostro hundido en el pecho del metamórfo- ¿Eso es lo que tú haces?
El chico no entendió la pregunta, por lo que la observó confundido. Ella pudo sentir los oscuros ojos cafés de él, observándola con atención.
-Con tus novias…- Aclaró Renesmee, algo avergonzada- Nunca me has hablado de ellas…
La pregunta lo descolocó. Él nunca había tenido novia, su experiencia amorosa era nula, ya que sólo había besado a una mujer en su vida e irónicamente ésa única mujer era la madre de la chica que él amaba, Bella Cullen. Él sólo tenía ojos y corazón para una sola chica y ésa era Nessie.
-Lo mío es… Complicado- Fue lo único que pudo responder el muchacho, antes de alejar a la colorina unos pocos centímetros de él. Ambos cruzaron sus miradas.
-Está bien, comprendo que no quieras confiármelo- Comentó ella, con un tono ácido. Él sabía todo sobre su vida, en cambio la vida amorosa de Jacob era algo que Renesmee desconocía por completo.
-No es que no quiera contarte, es sólo que…- Y se detuvo a mitad de la idea. No era capaz de reconocer que ella era su objeto de imprimación, que era la única que él amaba y deseaba.
Tras otros varios minutos de silencio, en los cuales Jacob no había dejado de observar a la chica recostada en su pecho, decidió romper el hielo.
-Estoy aquí para ayudarte…- Le dijo en un tímido susurró, temía su rechazo.
-Ya cumpliste tu cometido, Jake. Me has hecho abrir los ojos a la realidad y yo… Ya he tomado una decisión- Contestó muy segura la muchacha sonriendo.
Él la miró con confusión en los ojos. ¿Qué había decidido su pequeña bebedora de sangre? ¿Terminaría de una vez por todas, definitivamente con el imbécil de Alan, que no hacía más que hacerla llorar?
-Gracias- Acarició su barbilla y él se inclinó sobre ella por inercia. Jacob sabía que cuando Renesmee hacía eso, era porque quería que se agachara. Ella depositó un beso casto sobre la mejilla ardiente del hombre-lobo, él se sintió flotando libre por el paraíso- Jake... ¡Oh, rayos! ¿Hace cuánto que no duermes? Tienes ojeras tan marcadas como mi familia…
Él no sabía que lucía tan mal, pero debía habérselo imaginado. Los tres días sin dormir, corriendo de un lado para otro, era obvio que le estaban pasando la factura a su cuerpo cansado.
-No te preocupes por mí. Descansaré cuando llegué a mi casa- La tranquilizó con una sonrisa que expuso sus blancos dientes.
-¿Bajas conmigo?- Le preguntó, poniéndose en pie. Él la imitó.
-Claro- Jacob la siguió como embobado escaleras abajo hasta la sala de estar. El tierno beso había hecho estragos en su corazón, él que latía desbocado.
-Sobrinita querida- Llamó Emmett a Renesmee. La tomó por la cintura y la hizo dar vueltas en el aire- Ya les había dicho yo, que lo único que necesitabas era un perro que te ladrara, para volver a sonreír.
Como siempre, Emmett fue el único en reírse de su chiste, ya que todos los demás tildaron de inmediato, el comentario como inadecuado.
El metamórfo contuvo con poco éxito el bostezo que luchaba por escapar de su boca.
-Jacob- Dijo Edward para que el aludido lo mirara- ¿Puedes acompañarme afuera?
El lobo le dio una última mirada a su niña y la vio feliz, abrazada por Bella y Alice, por lo que salió en silencio por la puerta, caminando con lentitud. Sintió la puerta cerrarse tras él y preguntó: "¿Prefieres que nos alejemos de la mansión?"
-Sería lo más adecuado…- Respondió Edward con su voz aterciopelada, mientras caminaban hacia el bosque- Ya que quiero hablarte de mi hija.
Jacob hizo un mohín, pero el vampiro tuvo la consideración de pasarlo por alto.
-Ella tomé una decisión sobre su relación con el humano. Espero que ésta vez, no se equivoque- Comento el muchacho. El vampiro torció una sonrisa.
-No lo hará- Aseguró el padre, muy confiado. La curiosidad removió por completo al hombre-lobo, pero sabía que el lector de mentes no le daría más información.
Edward cambió su expresión y la seriedad volvió a su rostro.
-Quiero preguntarte algo que me ha estado dando vueltas en la cabeza hace mucho tiempo…- Hizo una pausa para mirar a los ojos al quileute, antes de continuar- He visto de primera fuente, de lo que eres capaz de hacer por conseguir a la mujer que amas… Y me preguntó, por qué no has hecho nada por conquistar a mi hija.
Al metamórfo se le encogió el corazón y su mente gritó las palabras que su boca no se atrevía a articular.
Porque tengo miedo de que me rechace y me alejé de su vida…
-Nunca lo sabrás, si no lo intentas. Estoy decepcionado…- Le confesó Edward, con voz monótona. Sus palabras revolotearon en la mente de Jacob- Pero debo darte las gracias Jacob, tú tienes el don de devolverles la sonrisa a las mujeres que amo y te estoy muy agradecido por eso.
El vampiro le dirigió una última mirada y le inclinó la cabeza, antes de darse la vuelta para comenzar a regresar a su hogar.
El lobo se quedó ahí, paralizado. Las palabras de Edward lo habían hecho pensar… ¿Qué había pasado con él? ¿Por qué no luchaba por Renesmee, siendo que su amor por ella era mil veces mayor que el que había sentido por Bella? ¿Por qué reparaba su corazón una y otra vez, para que otro lo disfrutara y destrozara?
Su cuerpo se estremeció de arriba abajo, el calor recorrió su columna, al sentirse frustrado. Había sido un completo estúpido… Sin poder contenerse, dio un salto hacia el bosque y antes de tocar la tierra se transformó en el lobo de pelaje rojizo.
Se había hartado de esperar. Lucharía por su amor, nadie volvería a dañarla, porque él le demostraría a su princesa que era el único que la amaría para siempre.
Este es el primer capítulo del mini-fic, que constará de 5... Ya tengo escrito cuatro, sólo me falta el desenlace... XD
Espero les haya gustado. Nessie y Jake son mi pareja favorita de la saga, adoro escribir sobre ellos... :)
Por favor déjenme reviews con sus opiniones, ya sean buenas o malas... Acepto críticas constructivas...
Con respecto al siguiente capítulo verán a Jacob ser el héroe de Nessie, una vez más y sabrán cómo ella arregla sus asuntos pendientes...
Aullidos desde Chile
Kali
