Hand Of Sorrow
He tomado una decisión. No lo he hecho por mi, ni por esa rebeldía que posees y admire silenciosamente de ti pese a que eras solamente un niño, abandonado a su suerte, sin el afecto que tu madre solía prodigarte y que recordabas con esa cruz que cuidabas con recelo y jamás me atreví a arrebatarte aunque sabia que eso podría costarte la vida. Muchas veces atormente mi mente con la idea de que en la batalla te dejaras llevar por esos sentimientos a los que te aferrabas y que te hacían débil, causando tu muerte. Ya sufrí una vez al fallarle a Isaac y no puedo permitirme fallarte a ti, no esta vez, y sé que aunque aparentas seguridad con esa coraza que yo mismo me encargue de construir a tu alrededor todos estos años, tu pasado y esos recuerdos no te dejan avanzar mas allá de lo que yo pude lograr en ti desde que eras un niño que por las noches lloraba ante el inminente frio que nos rodeaba y que nos convirtió en los soldados entrenados para una batalla que tarde o temprano acabara con nuestras vidas.
Intente dejarte ir, hice mi mayor esfuerzo por no guardar afecto alguno hacia ustedes. No debía hacerlo porque mi deber para ustedes era prepararlos, entrenarlos y convertirlos en maquinas de guerra que gustosos aceptaran el cálido beso de la muerte por capricho de una diosa que nunca pude conocer. Pero los conocí, y llegue a apreciar su compañía, pero jamás desee pensar en eso, aunque mis pensamientos quisieron atormentarme con ideas que fueran más allá de sentimientos efímeros que no debían ser propios de mí, termine aceptando el hecho de que mis hechos no eran propios de un maestro, sino los de un padre hacia sus hijos.
Desgraciadamente, el día que acepte eso fue en el momento en que perdí a Isaac, y sé que aunque la culpa te carcome, la responsabilidad fue mía, pero no me permití llorar, porque prometí no volverles a fallar. Pero esas lágrimas escaparon a mis ojos el día que te encerré en aquel sarcófago. Fui un hipócrita al reprenderte por no abandonar los sentimientos que te hacían tan débil, cuando al verte dentro de esas paredes de hielo permití que las lagrimas que reprimía se escaparan a mi vista, porque no soportaba la idea de perderte sin saber de que manera en manos ajenas y despiadadas, porque el recuerdo de Isaac apareció frente a mi y no podría soportar la culpa de que murieras por tu debilidad. Preferí que murieras por mi mano, esa mano llena de pena que se levanta contra ti para protegerte de un futuro incierto donde tu cuerpo sufriría incontables tormentos antes de entregarse a la muerte, por defender ideales que no podía entender. Por eso lo hice, y no se si algún día podrás perdonar la razón de mis actos, y sé que mil veces negare ante el mundo y ante Athena que lo hice por una reacción a causa de los sentimientos que admito viven dentro de mi, pero solo espero que las acciones que lleves a cabo lleven consigo la responsabilidad que asumiste al ser un guerrero de los hielos.
Admito que me sorprendiste Hyoga, cuando supe que habías escapado ante la muerte apacible que te di. Incluso desconocía la fuerza que poseía y jamás te atreviste a mostrar, pero ahora que estas frente a mi, queriendo demostrarme que eres un digno guerrero capaz de luchar por sus ideales, dejare ante ti lo ultimo de mi que puedo ofrecerte como maestro, como un padre, sin importar que eso me lleve a la muerte, porque nacimos para luchar y morir en batalla, y si he de morir por tus manos, no me importara, porque lo habré dado todo por ti. Solo espero que puedas perdonarme algún día.
