THE PRICE OF FREEDOM
ENLACE AL FIC ORIGINAL: /works/2135328
AUTOR: Dragontara
TRADUCCIÓN: Meliza Malfoy
BETA: Bellatrix_2009
DISCLAIMER: Harry Potter y todos sus personajes pertenecen a JK Rowling. No se ha ganado dinero ni se ha violado ningún copyright con este trabajo, la trama pertenece única y exclusivamente a Dragontara, sólo la traducción es de nuestro grupo.
RESUMEN: Draco siempre ha valorado su libertad y su estatus como un Veela alfa, él es el orgulloso descendiente de la familia Malfoy. ¿Cómo podría sobrevivir al verse obligado a una vida sumisa como precio por su libertad?
Parte 1
Draco circunvaló en su escoba por encima del campo de Quidditch, supervisando la práctica de su equipo. Él les había dado instrucciones y ahora los observaba con una mirada crítica, listo para arremeter con su afilada lengua si algún pobre jugador no seguía las instrucciones. Draco sabía que era duro con su equipo, pero si ellos pensaban ganar la Copa de Quidditch este año, tenían un montón de entrenamientos que hacer.
Por el rabillo del ojo Draco notó un movimiento en las gradas y voló más cerca para tener una mejor vista. ¡Potter! Por supuesto. El inútil los estaba espiando. Una vez más. Molesto, Draco voló más cerca y frunció el ceño ante su rival.
— ¿Espiando de nuevo, Potter? Qué patético eres — Draco se burló.
— Así de patético como tu propio espionaje cada vez que Gryffindor está practicando. Le dijo la cazuela al caldero, Malfoy — Potter sonrió, obviamente sin tener ningún reparo en tratar de espiar las estrategias de Slytherin para el próximo partido contra Gryffindor.
— ¿Qué caldero? — Draco frunció el ceño y luego, al ver que Potter estallaba en carcajadas, coléricamente dio vuelta a su escoba y voló hacia el cielo, echando humo.
¡Maldito San Potter y su actitud farisaica! Él tomaría a ese imbécil engreído y lo haría arrastrarse delante de él tarde o temprano.
— ¡Whittley, vuelve a la formación! ¡Incluso un troll imbécil podría seguir las instrucciones mejor que tú! — Draco gritó a su bateador, haciendo que el pobre tipo se encogiera en su escoba y se ruboriza con fiereza.
Malhumorado, Draco regresó de nuevo a su posición, observando a su equipo y tramando cómo hacer que Potter pagara por su insolencia. Si tan sólo se le permitiera jugar Quidditch en el próximo partido, definitivamente humillaría a Potter agarrando la Snitch primero, pero como a todos los de octavo año, no se le permitió jugar. Un pequeño consuelo era que Potter no recibió ningún tratamiento especial y él también tuvo que quedarse fuera del partido como jugador. Sin embargo, ambos fueron elegidos como entrenadores de los equipos de Quidditch de sus casas, por lo que su batalla no iba a ser un enfrentamiento directo entre los dos. Draco tenía que jugar y planear bien; Potter no sabría qué lo golpeó antes de que fuera demasiado tarde.
El partido de Gryffindor vs Slytherin sería en tres días y Draco estaba desesperado y completamente frustrado. No había logrado encontrar alguna idea mejor más allá de la intimidación habitual para quebrantar a Potter antes del partido y eso le irritaba más que nada. En todo caso, Potter parecía ser una pesadilla constante en la existencia de Draco en estos días.
Estaba seguro de que Potter lo seguía; en todas partes que veía, Potter siempre estaba allí, mirándolo fijamente, sonriendo como un loco cada vez que sus ojos se encontraban, y si Draco lo confrontaba con su lengua afilada, éste se encogía de hombros o le respondía alegremente, lo que molestaba a Draco al extremo.
Si hubiera sido cualquier otro estudiante de Hogwarts, Draco habría sabido exactamente cómo tratarlo, pero Potter no podía ser manipulado tan fácilmente como todos los demás. Oh sí, Draco era el maestro de la manipulación y él no tenía recelo en utilizarlo para su propio beneficio. Después de todo, él era un Veela y nada menos que un Alfa, y había aprendido de los mejores. Su padre también era un Veela Alfa, y él había tomado cada ventaja que pudo obtener gracias a su encanto o manejándolos a su antojo llevándolos exactamente a dónde quería. Lástima que su padre había hecho una mala elección de la dirección que quería seguir; ahora sus talentos estaban perdiéndose en Azkabán. Incluso su último intento de fuga de la prisión había fracasado estrepitosamente.
Draco había tomado sus propias decisiones sobre su futuro. No tenía ninguna intención de seguir a nadie, ni dejar que nadie le indicara dónde debía ir. Él iba a ser su propio amo y seguir su propio camino hacia una vida fácil con éxito. Todavía conservaba su nombre y Malfoy Manor, donde su madre aún vivía. La fortuna Malfoy podía haber desaparecido después de la guerra, pero Draco estaba seguro de que sería capaz de restablecer su riqueza en muy poco tiempo.
Al finalizar la guerra el futuro de Draco había sido resplandeciente. Bueno, al menos más brillante de lo que había sido cuando el Señor Oscuro estaba gobernando su vida. Potter había testificado a favor de Draco y Narcissa, y se aseguró de que no fueran enviados a Azkabán. Incluso habían tenido la oportunidad de mantener a su amada Malfoy Manor y los fondos necesarios para realizar las reparaciones.
Draco había usado sus talentos, ya sea ordenando o seduciendo a todos para salirse con la suya si era necesario. Todo el mundo pero Potter, parecía... De alguna manera Potter era inmune a su encanto, y el imbécil no había tomado sus órdenes directas muy bien. Era por eso que Draco estaba más que un poco confundido en cuanto a cómo proceder para quebrantar finalmente a Potter. De alguna forma él iba a hacerlo, con el tiempo.
Draco deambuló hasta el Lago Negro sumido en sus pensamientos. Se preguntaba a qué estaba jugando Potter al actuar de manera tan extraña frente a él. Cuando llegó a la orilla del lago, escuchó voces detrás de un gran árbol que se encontraba justo en la orilla de éste. Una de las voces la reconocía, era la de Potter. La otra voz no sabía a quién pertenecía. Le sonaba algo familiar, pero no lo suficiente como para él saber a quién pertenecía.
Draco se deslizó lentamente para acercarse lo suficiente y así poder escuchar lo que estaban hablando.
— ¡...Pero no sé cómo hacerlo! — Exclamó Potter. Parecía frustrado.
— Yo le ayudaré, joven Potter. No debe dejar que sepa acerca de la conexión antes de que sea la hora.
— ¿Cómo puedo saber cuándo es el momento adecuado? — Potter casi gruñó, y el sonido de su voz hizo que aleteara el estómago de Draco. Draco frunció el ceño ante la extraña sensación, pero siguió escuchando.
— Usted lo sabrá, joven. Confíe en sus instintos. Cuando me acerque lo suficiente podré ver qué tan fuerte es su conexión y entonces podrá actuar sobre ella. Hasta entonces, tiene que ser paciente. Lo primero que necesitamos es eliminar la amenaza. No deje que nadie lo sepa todavía, puede ser peligroso para los dos.
— No lo haré, me prom...
— Shh, alguien está cerca. Tenemos que salir ahora.
Draco se apretó contra el tronco del árbol tan plano como pudo para que no lo vieran, pero Potter y su compañero se fueron por el otro lado. Sólo el arbusto cercano se agitó una vez y ya no estaban. Draco suspiró de alivio; no se habían enterado de que él estaba escuchando a escondidas. ¿Qué estaba tramando Potter? Ellos dijeron que podría ser peligroso, y algo sobre una amenaza y una conexión y que nadie debía saberlo ¿Qué peligrosos secretos estaba manteniendo Potter?
El día de Draco mejoró considerablemente después de eso; sólo tenía que espiar a Potter con más frecuencia y descubriría los secretos del moreno, lo amenazaría con revelarlo a todo el mundo y haría que Potter se rindiera.
Los siguientes dos días, tanto Draco como Potter parecían espiar al otro. Eso los llevó a un callejón sin salida en que ninguno de ellos aprendió algo nuevo y todo lo que terminaron haciendo fue bailar alrededor del otro como la peor clase de tontos. Draco ya estaba al borde de los nervios debido al partido de Quidditch que sería el día siguiente y él sabía que no estaban listos para enfrentarse a los Gryffindor todavía. No había dormido bien desde que escuchó la conversación en el lago, y la situación con Potter hacia que todo fuera mucho peor, sentía que iba a explotar en cualquier momento y que no sería una hermosa vista.
El acabose para Draco fue el último entrenamiento antes del partido de Quidditch. En algún nivel sabía que su propio estrés y nerviosismo estaba afectando a su equipo, pero ni siquiera eso pudo explicar el horrible e insoportable caos que el equipo causó en el campo de Quidditch. En realidad eran sólo tres de los miembros de su equipo quienes causaron toda la situación, pero Draco les ordenó a todos que descendieran para reprenderlos.
— ¿Qué diablos creen que están haciendo? Todos se ven como idiotas incompetentes allá arriba, y mañana tenemos el encuentro contra Gryffindor, ¡un partido que se supone debemos ganar! ¡Maldición! Jugando así que sólo se pondrán y me pondrán en ridículo. ¿Qué demonios les pasa? ¡Si no se controlan, los voy a hechizar a cada uno durante la próxima semana! En realidad, creo que voy a empezar ahora mismo con los peores. ¡Whittley! ¡Sanderson! ¡Amos!
La ira de Draco se intensificó cuando los tres culpables se ubicaron frente a él, los otros jugadores retrocedieron por el miedo. Sin previo aviso, Draco les lanzó hechizo tras hechizo a los pobres chicos, que gritaban y se retorcían bajo su ataque. Él escuchaba a los otros jugadores gritándole que se detuviera, pero él no les hizo caso. Desde la distancia, oyó la voz de la directora McGonagall, pero no fue hasta que una voz firme, con un timbre profundo de mando se lo ordenó
— ¡Malfoy, detente!
Draco se congeló a punto de lanzar un hechizo, el brazo levantado y la varita todavía firmemente agarrada en su mano, pero no pudo terminar de lanzarlo. En lugar de eso sintió una sensación de calor en su vientre y sus rodillas se le debilitaron. Eso no habría sido tan malo si no se hubiera sentido totalmente bajo el control de esa otra persona y eso lo hacía ponerse aún más furioso y alarmado. Era como si su cuerpo se negara a obedecerle y en su lugar tenía que someterse a la orden que venía de... Potter.
— Señor Potter, señor Malfoy, ¿qué significa esto?— McGonagall ladró casi sin aliento cuando finalmente los alcanzó.
— Lo siento, directora. Fue sólo un malentendido. Por favor, deje que me ocupe de esto — dijo Potter apaciguadoramente, pero McGonagall no estaba en ese plan.
— No, señor Potter, el señor Malfoy ha estado haciendo mal uso de su posición como líder del equipo, y, amenazó y dañó a los miembros de su equipo. No voy a tolerar ese tipo de comportamiento. ¡Señor Malfoy, a mi oficina, ahora!
— Directora, déjeme explicarle, en privado. También necesito que Firenze esté presente, así él puede confirmar lo que tengo que decir — Potter se apresuró a responder.
— ¿Firenze? ¿Qué tiene que ver con todo esto? — McGonagall le preguntó en un tono cortante.
— Por favor, directora, esto es muy importante. Envíe por él y podremos explicarle todo — declaró Potter.
McGonagall suspiró.
— Muy bien, señor Potter. Voy a llamar a Firenze, pero ambos vendrán conmigo en este instante.
McGonagall envió a su Patronus por Firenze y abrió el camino hacia el castillo. Draco y Potter la siguieron de mala gana, frunciéndose el ceño el uno al otro. Afortunadamente Draco pudo controlarse otra vez y lo que le había hecho someterse a Potter se había ido.
Cuando llegaron a la oficina de la directora, ella les indicó con un gesto que se sentaran. Se sentó detrás de su escritorio, y se enfrentó a los chicos con una expresión seria en su rostro. Tenía los labios apretados y los miró con el ceño fruncido por la desaprobación.
— Ahora, señores, estoy escuchando.
— Pero directora, preferiría esperar a Firenze primero — Potter argumentó.
— Entiendo eso, señor Potter. Sin embargo, dudo que el señor Malfoy necesite de la presencia de Firenze para darnos una explicación del por qué hechizó a sus compañeros. Eso es inexcusable, y no voy a tolerar este tipo de comportamiento aquí. Ahora, puede explicarse, señor Malfoy — dijo McGonagall con severidad, fijando su dura mirada en Draco.
El rubio tragó saliva, pero luego se enderezó en su asiento y miró a los ojos de McGonagall con calma.
— Estoy muy apenado por haber hechizado a mis compañeros de equipo y dar un mal ejemplo para todos en la escuela. No hay una buena excusa para lo que hice, últimamente me he sentido muy estresado por el próximo partido contra Gryffindor, y mi equipo no ha ido progresando como se esperaba. La presencia constante de Potter no ha estado ayudando mucho.
— Incluso en los momentos más estresantes no debe arremeter contra sus compañeros, señor Malfoy, y como un estudiante de último año, usted más que nadie debe saber mejor eso. En cuanto a la presencia del señor Potter, debo decir que hoy sin duda ayudó a los pobres estudiantes que usted estaba lastimando. Me parece que el señor Potter tiene mucha más influencia sobre usted de la que usted le da crédito — McGonagall dijo levantando sus cejas.
— No entiendo lo que pasó hoy. La única influencia que Potter tiene sobre mí es que me irrita, y por lo general me está provocando en situaciones como la de hoy — Draco argumentó.
— Malfoy, yo no te provoco de ninguna manera, no he estado haciendo eso en meses, en realidad. Sólo tienes que esperar hasta que llegue Firenze y podremos explicártelo a ti y la directora, lo prometo — dijo Potter, pero Draco negó con la cabeza.
— No hay nada que explicar, Potter. ¡Sólo mantente fuera de mi camino!
Justo en ese momento alguien llamó a la puerta y a la orden de McGonagall, Firenze entró en la oficina. Él saludó cordialmente a McGonagall y asintió en dirección a Potter y Draco.
— Usted me mandó llamar, directora — dijo Firenze tan pronto como se acomodó.
— Sí, Firenze. Hubo un incidente hoy, donde están involucrados el señor Malfoy y el señor Potter. El señor Potter deseaba que usted estuviera presente antes de comenzar a explicarse — dijo McGonagall.
Firenze asintió.
— ¿Por qué no me dices lo que pasó, Harry?
Potter pareció considerar qué o cómo contar su parte sobre la situación, y después de un breve silencio incómodo por fin abrió la boca.
— En pocas palabras, Malfoy perdió hoy los estribos de tal manera que tuve que intervenir para evitar que lastimara más a sus compañeros. Tuve que usar la voz.
Firenze gimió, McGonagall los miró sorprendida y Draco chilló de una manera muy poco Malfoyesca
— ¿La voz? ¿Qué voz?
— Señor Malfoy, usted debe de haber notado que cuando la voz de Harry le dio una orden usted obedeció. Es la voz de mando de un Alfa, destinado a mantener a sus Omegas seguros en situaciones peligrosas — explicó Firenze.
— Sé perfectamente cómo funciona la voz de un Alfa, muchas gracias. ¡Lo que no entiendo es por qué Potter estaba usando esa voz en mí! Y lo que es más, ¿por qué tiene ese efecto en mí? ¡También soy un Alfa, por Merlín! — Draco estaba indignado.
— Señor Malfoy, cálmese — McGonagall lo tranquilizó. — Tiene que haber una explicación razonable para esto. ¿Usted se ha hecho la prueba?
— Sí, me la he hecho. Me hicieron la prueba tan pronto como llegué a la pubertad. Mi padre me dijo que era un Veela Alfa, al igual que él — Draco dijo desafiante.
— Por supuesto que presenta todos los rasgos visibles de un Alfa, señor Malfoy — McGonagall estaba de acuerdo. — Por favor, Firenze, dígame, ¿cómo encaja usted en esta historia?
— Por supuesto, directora. El joven señor Potter se acercó a mí cuando comenzó el año escolar. Sus instintos Alfa habían despertado durante el verano y me preguntó si yo estaría de acuerdo con ser su tutor. Quería tener el mejor control posible sobre sus instintos, que en mi opinión son bastante poderosos. Estuve de acuerdo en ser su tutor y hemos estado haciendo un progreso notable desde entonces. Hace aproximadamente un mes Harry me dijo que él estaba sintiendo un aura emocional muy fuerte llamándole y que provenía del señor Malfoy. Él estaba bastante confundido al respecto y lo qué significaba. Comencé a examinar la conexión entre Harry y el señor Malfoy.
— ¿Qué? ¿Usted me examinó sin mi permiso? ¡Cómo se atreve! — el arrebato de indignación de Draco pareció sobresaltar a todos en la sala.
— Yo, señor Malfoy le aseguro que no examiné su persona, sólo la conexión que parece haberse formado entre Harry y usted — Firenze lo tranquilizó, pero Draco no estaba convencido.
— No voy a permitir que nadie me espíe o cualquier cosa que haga, así que es mejor que se detenga inmediatamente o se arrepentirá.
— Vamos a calmarnos, caballeros, y regresemos a la cuestión. Le aseguro señor Malfoy que nadie más lo va a examinar sin su permiso a partir de ahora — dijo McGonagall, enviando una mirada fulminante hacia Firenze. — Ahora, sin embargo, me gustaría saber qué ha descubierto Firenze que podría tener algo que ver con nuestra situación actual. Por favor, continúe, Firenze.
El centauro asintió.
— Me enteré de que el joven Harry y el señor Malfoy ya han formado una conexión, algún tipo de vínculo de almas tentativo. Creo que ha existido en algún nivel durante años.
— ¿Qué? — Draco no creía haber oído bien. — ¡Tiene que estar bromeando. Potter y yo nos odiamos!
— El odio es una emoción muy fuerte, señor Malfoy — dijo Firenze. — También se puede confundir con otras emociones. No tiene que gustarle, pero la conexión está ahí, la he visto. Ahora que los instintos de Harry han despertado y son tan fuertes, la conexión se ha hecho aún más evidente. Es por eso que ambos sienten una atracción constante hacia el otro. Los fuertes instintos de Harry combinados con las feromonas Alfa que exuda cuando está cerca de su Omega también están despertando sus verdaderos instintos, señor Malfoy, y le han conducido a la situación actual. Es por eso que el mandato de Harry en una grave situación le obligó a obedecerle.
— Supongo que tiene un problema de audición, porque ya le dije que soy un Alfa, por lo que su pequeña y patética teoría, no puede ser correcta. Ahora si me disculpan, creo que tengo cosas mucho más importantes que hacer — Draco se burló y se puso de pie, pero McGonagall se apresuró a detenerlo.
— Por favor, señor Malfoy, siéntese, no hemos terminado todavía. Necesitamos considerar cómo proceder con su situación y la del señor Potter. También me gustaría determinar si usted es realmente un Alfa o un Omega, con su permiso, por supuesto.
— Directora, ¿me está diciendo que usted cree lo que... este despreciable caballo insinúa, de que soy un Omega? — Draco tuvo que preguntar. — ¿Usted no cree lo que mi padre dijo sobre el resultado de la prueba? ¿Y qué quiere decir con eso de proceder con mi situación y la de Potter? Definitivamente no tenemos ninguna situación está pasando entre nosotros, por lo que no se necesita ningún procedimiento.
— Señor Malfoy, no hay necesidad de que insulte a Firenze si él le está diciendo una verdad que usted no desea escuchar — McGonagall bruscamente reprendió. — Yo creo que usted o Firenze pueden estar en lo correcto, ¿pero cuál? Y me gustaría saberlo. Si usted es un Alfa después de todo, entonces tenemos que ocuparnos de los instintos del señor Potter ya que se están enfocando en el camino equivocado. Sin embargo, si usted resulta ser un Omega y entre usted y el señor Potter existe un vínculo constituido, entonces tenemos que hacer algunos arreglos para el resto del año escolar.
Eso hizo que Potter se inclinara hacia adelante en su asiento y abriera la boca después de haber estado en silencio por un tiempo sorprendentemente largo.
— ¿Qué arreglos? ¿Qué quiere decir con eso, directora?
— Depende del nivel de su vínculo. Básicamente tendremos que asegurarnos que nadie interfiera en el desarrollo de su unión. Tenemos que dejar que se fortalezca de forma natural sin ningún tipo de perturbación. Lo discutiremos después, cuando hayamos determinado el estado del señor Malfoy. Ahora, señor Malfoy, ¿permitiría que Madame Pomfrey le realice las pruebas necesarias?
Draco enterró su cara entre las manos y trató de calmarse. Todo se derrumbaba sobre él, y no sabía qué hacer. ¿Cómo había sucedido esto en primer lugar?
— Es todo culpa tuya, Potter — murmuró mayormente para sí mismo, pero, por supuesto, Potter lo escuchó.
— Cuéntame, oh poderoso Malfoy, ¿cómo todo esto es mi culpa?— Potter gruñó, y su voz causó un aleteo instantáneo en el estómago de Draco y eso no fue del todo desagradable.
— Siempre es culpa tuya, Potter — Draco murmuró malhumorado, pero luego levantó la cabeza y miró a McGonagall. — Voy a permitir que organice una prueba, pero primero tengo que ir a la Mansión Malfoy a visitar a mi madre.
— Lo siento, pero no puedo permitir que se vaya de Hogwarts en este momento — dijo McGonagall, su expresión era sombría.
— ¿Por qué? ¿Porque no sabe con seguridad si soy un Alfa o un Omega? ¡Eso es ridículo! — Exclamó Draco.
— Por supuesto que no. Algo ha sucedido en Azkabán y su padre ha solicitado que usted se mantenga bajo la seguridad de Hogwarts hasta que él indique lo contrario. Lo siento, pero no es seguro para usted que vaya a la mansión en este momento.
El temperamento de Draco se encendió.
— ¡Usted no puede tenerme preso aquí, directora! Soy mayor de edad ahora y soy perfectamente capaz de cuidar de mí mismo. Legalmente no pueden retenerme aquí contra mi voluntad. Si mi padre echó a perder el escape de Azkabán, ¿por qué tengo que sufrir a causa de ello?
— Tiene razón, por supuesto, pero espero que esté dispuesto a esperar un día o dos antes de salir, para que podamos realizar la prueba en primer lugar. También me dará tiempo para obtener más información del Ministerio sobre el peligro dirigido hacia usted, señor Malfoy. — McGonagall era cortés pero firme, y Draco tuvo que ceder por ahora. Se comprometió a visitar a Madame Pomfrey a primera hora en la mañana antes del partido de Quidditch y habían discutido sobre su visita a la mansión después del partido.
Draco salió de la oficina de McGonagall sin mirar atrás, pero no llegó muy lejos antes de oír pasos corriendo detrás de él. Rápidamente se dio la vuelta, con la varita lista. Era Potter.
— ¡Potter, por supuesto! ¿No has hecho ya el daño suficiente por hoy? ¿Qué más quieres de mí? — Draco gruñó, y para su satisfacción notó que Potter se sobresaltaba.
— Escucha, Malfoy, siento lo que pasó…
— ¿Sientes el hacerme ver como un estúpido y dar a entender que estoy mintiendo acerca de ser un Alfa? ¡Eso es bajo, incluso de ti, Potter!
— No, no, entendiste todo mal. Siento lo que pasó con tu padre. Estoy seguro de que él no tenía la intención de ponerte en peligro, pero él simplemente no podía predecir lo que sucedería.
— ¿Qué sabes acerca de los planes de escape de mi padre? ¡Nadie sabía de ellos!
— Él mismo lo dijo, cuando sus planes se torcieron y reconoció el peligro que posiblemente viene por ti. Se me pidió que mantuviera un ojo sobre ti dentro de Hogwarts junto a los profesores y McGonagall.
— No necesito tu protección, Potter. ¡Vete a la mierda! — La voz de Draco estaba helada cuando se dio vuelta y se alejó. Él estaba furioso con su padre porque le había dicho a Potter todo, pero no le dijo nada a su propio hijo.
Afortunadamente para Potter, no siguió a Draco más lejos; caso contrario Draco lo habría hechizado hasta el final de los días.
Todos los otros Slytherin parecían evitarlo cuando entró en la sala común de Slytherin. Él no sintió ganas de demorarse allí más de lo necesario y rápidamente se dirigió a su habitación, cerrando la puerta firmemente con algunos hechizos de bloqueo.
Se dejó caer sobre su cama, se quitó los zapatos y se hizo un ovillo, encontrándose repentinamente agotado. Todo lo que él había pensado que sabía, había cambiado en unos pocos segundos y se sentía perdido. ¿Por qué Potter tenía un impacto tan grande en él? Era cierto que siempre se habían sentido afectados el uno por el otro hasta el punto de herirse físicamente entre sí. ¿Pero eran todo lo que eran?
No había sido así cuando ofreció su amistad a Potter el primer día en Hogwarts. Él realmente quería ser amigo de Potter, y todavía se sentía ofendido al pensar en cómo Potter lo había rechazado. Ahora, pensando en ello, probablemente fue mejor que Potter no hubiera aceptado su amistad en ese entonces; Draco habría tratado de convertirlo en uno más de sus secuaces que lo seguían ciegamente. Ese tipo de Potter no hubiera sido capaz de salvar el Mundo Mágico... o a Draco. Y, sin embargo, no le importó lo mal que Draco lo había tratado y cuántas veces el moreno había logrado tomar represalias, Potter aun así lo había rescatado del Fuego maldito y de ser maldecido por ese horrible Mortífago durante la última batalla, y luego incluso habló en su nombre y el de su madre en el juicio después de la guerra.
Por otra parte, Draco también había salvado a Potter una vez en su mansión cuando se negó a identificarlo, por lo que su llamada relación no podía consistir sólo en odio. De alguna manera Potter siempre le había fascinado; ¿cómo podría un famoso y popular mago estar tan ajeno a todo lo que le rodea? Además, cuando Potter había estado acechando a Draco durante sexto año, Draco se había sentido extrañamente atraído por la idea de que Potter estaba obsesionado con él.
Sin embargo, él había estado demasiado distraído durante sexto año como para realmente pensar en ello y maravillarse completamente con la idea. Ahora, al pensar que podrían compartir un enlace, no sentía tanta repulsión como podría haberla sentido hace un par de años. Tener a Potter como consorte tenía algunas ventajas muy buenas después de todo. ¿Pero valdrían estas ventajas la pena de pasar el resto de su vida con Potter? Ese era un asunto completamente diferente.
¿Cómo podía ser eso posible? Por lo que él sabía, él era un Alfa y siempre lo había sido. No podía ser compañero de Potter, compañero del alma ni nada de eso si él era un Alfa. Pero la voz Alfa de Potter le había afectado y le había hecho obedecerle sin rechistar. ¿Y si era un Omega después de todo? ¡Eso era imposible! ¡Él se habría dado cuenta si fuera un Omega por el amor de Salazar! Si él fuera un Omega, al llegar a la madurez todos los Alfas elegibles deberían haberse agolpado a su alrededor, tratando de cortejarlo, pero eso nunca había sucedido. Si su padre le había mentido, ¿por qué lo había hecho y cómo había logrado ocultar su verdadera condición a Draco y a todo el mundo?
Pensar en todo y todos los escenarios posibles sin tener hechos fiables lo hacía sentir mareos y dolor de cabeza. Suspirando, Draco cerró los ojos, se acurrucó aún más hecho un ovillo y se quedó dormido.
Le dolía la cabeza y una nueva oleada de dolor le hizo sentir náuseas. El dolor quemaba a través de su frente como si un hierro de marcar hubiera sido clavado en él y él gritaba en agonía. Con manos temblorosas sintió su frente y esperó sentir la sangre fluyendo de la herida, pero en cambio solo sintió una cicatriz irregular, parecida a la de Potter. Él gimió cuando una nueva ola de dolor se apoderó de él y se dejó caer en la cama, temblando. De repente un par de manos frías vinieron a calmarlo, rozando suavemente el flequillo de su frente y la frescura se sintió divina contra su piel febril. Luego una voz suave le susurró. — Shh, todo estará bien. Puedo quitar el dolor y tú puedes quitar el mío. Sólo relájate y déjalo ir. Suaves labios presionaron un dulce beso en la sien y esas encantadoras manos frías acariciaron su pelo y frente. Con un suspiro de alivio Draco se recostó contra el cuerpo sintiéndose rodeado con la seguridad de unos brazos reconfortantes, su dolor comenzó a amainar y se volvió a dormir.
Draco se despertó con un sobresalto en medio de la noche. El dolor de cabeza no era más que un recuerdo lejano, pero por desgracia también lo era la cena. Se la había perdido mientras dormía, y ahora estaba hambriento. Contempló el desnudarse y volver a dormir, pero al ver la cantidad de horas que faltaban hasta el desayuno, suspiró y cedió a la tentación de ir a la cocina y pedirle a los elfos domésticos que le dieran algo de comer.
Deambuló por los silenciosos y oscuros pasillos, tratando de evadir a Filch, que estaría patrullando los pasillos a esta hora de la noche. Llegó a la cocina sin ver a nadie y entró en la caverna caliente llena de deliciosos aromas. Su estómago se quejó en voz alta y miró a su alrededor, avergonzado por si alguien lo había oído. Dudaba que los elfos domésticos estuvieran encantados de encontrar a un antiguo Mortífago en su puerta pidiendo comida. Sin embargo, estaba hambriento y listo para ir tan lejos como para humillarse actuando agradable y respetuoso con los elfos si eso se requería para conseguir algo de comer.
A pesar de que era la mitad de la noche, la cocina no estaba vacía. Había cuatro elfos corriendo alrededor como si estuvieran cumpliendo una misión importante, llevando grandes platos de comida a una mesa en donde estaba sentado... Potter. Draco gimió con desesperación; ¿no podía tener algo de descanso de ese inútil aunque sea por la noche? Sin embargo, ahora estaba demasiado hambriento como para hacer una escena. Especialmente cuando Potter miró a Draco por encima del hombro y sonrió.
— ¿Te perdiste la cena, también?
— Sí — Draco estuvo de acuerdo y fue a sentarse al lado de Potter. — Tenía dolor de cabeza y me quedé dormido. ¿Cuál es tu excusa?
— ¿Por faltar a la cena o no dormir? — Potter le guiñó un ojo.
Draco rodó los ojos.
— Lo que sea.
— En ese caso, tuve una reunión con Firenze y perdí la cena a causa de ello. Luego me fui a la cama y me dormí, pero desperté a causa de un dolor de cabeza.
— ¿Tú también? Quiero decir, ¿también tenías dolor de cabeza? — Draco estaba confundido.
— No, me desperté con la sensación de dolor de cabeza de otra persona. — Potter evitó los ojos de Draco.
— Así que... ¿fuiste tú quien me ayudó? — Draco tuvo que preguntar aunque ya sabía la respuesta. Estaba intrigado. — ¿Cómo pudiste hacer eso?
— Empecé a sentir tus emociones hace un tiempo, no todas, pero si las más fuertes: si estás angustiado o molesto o si sientes algún tipo de dolor como esta noche. Firenze me enseñó cómo llegar a ti y ayudarte si es necesario.
— ¿Así que no era sólo un sueño, entonces?
— ¿El que yo te ayudara esta noche? Yo no estaba allí físicamente, si te refieres a eso. ¿Me viste?
— Más bien sentí tu presencia. En mi sueño tú dijiste algo acerca de ser capaz de llevarte mi dolor y al revés. ¿Es así?
— Más o menos. Firenze me dijo que tus instintos reales no han despertado completamente todavía, de lo contrario me hubieras detectado ahora también. De alguna manera tus instintos deben haber sido suprimidos o restringidos hasta el momento.
— Todavía estás insinuando que soy un Omega, ¿no es así? ¿Por qué no crees en lo que te he dicho? — Draco se estaba irritando por la terquedad de Potter.
— ¿Cómo más se podría explicar todo esto? — Preguntó Potter, y empujó un plato lleno de comida delante de él. — Ahora come, estás muerto de hambre.
— Supongo que sentiste eso también — Draco se burló, pero no pudo evitar aceptar el plato y empezó a comer. Tenía demasiada hambre como para que le importara realmente.
— No, pero tu estómago podría despertar a todo el castillo si no te alimentas pronto. — Potter sonrió y volvió a su propio plato.
Comieron en un silencio cómodo hasta que llegaron a la tarta de melaza para postre que un elfo doméstico tímidamente les llevó, probablemente, como una cortesía a su Salvador. Draco no se quejó, debido a que era un final perfecto para el aperitivo de media noche que estaban teniendo.
Draco acababa de rellenarse la boca con tarta cuando Potter terminó lo suyo y tragó.
— ¿Sería tan terrible ser un omega después de todo? ¿O estar unido conmigo? — Preguntó Potter, sonando un poco incierto.
Draco casi se atragantó con su tarta y la tragó rápidamente.
— ¿Horrible? No sabes de lo que estás hablando, Potter. Me he criado toda mi vida creyendo que soy un Alfa Veela, y ser un Omega no es ni siquiera una opción para mí. Voy a ser el que tome las decisiones en mi familia, elegiré a mi Omega que engendrará a los niños. Tengo mi propia voluntad y nadie tomará eso de mí. No sabes lo que se siente que te digan que no tienes más remedio que hacer lo que te dicen, sólo porque has nacido para ser alguien que no quieres ser — Draco exclamó poniéndose más enojado con el paso de los segundos.
Potter le devolvió la mirada, su expresión claramente herida, y Draco sintió una repentina punzada en su corazón.
— ¡No te atrevas a decir que no sé cómo se siente! Yo no sabía nada sobre el mundo mágico y Voldemort hasta que cumplí once años. ¡Piensa cómo se debe haber sentido el oír que eres el famoso "niño que vivió" y debes esperar a matar a ese hijo de puta o morir en el intento! Todo eso sólo porque de alguna condenada profecía que Trelawney probablemente elaboró para asegurar su posición como profesora de Adivinación. ¡Sé exactamente de lo que estoy hablando! ¡Pero es bueno saber qué crees que el unirte conmigo es peor que la muerte!
Los ojos de Potter destellaban un fuego verde mientras permanecía de pie frente a Draco, el pecho agitado y sus manos apretadas en puños. Durante un tiempo Draco pensó que Potter lo golpearía, pero después de unos momentos su expresión se tranquilizó y tomó una respiración profunda.
— Escucha, Malfoy, siento todo lo que pasó, pero no tuve nada que decir sobre esto. Estaba tan sorprendido como tú cuando me enteré de esto, pero, de nuevo, tuve más tiempo para adaptarme a la idea de estar vinculado a ti del que tú has tenido.
— Por supuesto que aceptaste con regocijo la idea de esta unión cuando te enteraste de que era yo, ¿verdad? Después de todo esta es una oportunidad perfecta para humillarme, ¿no es así? — dijo Draco con desprecio, preparándose para defender su dignidad.
— ¡No, por supuesto que no! Tengo que admitir que no estaba muy feliz por eso al principio, pero luego empecé a sentir tus emociones y eso me hizo entenderte mucho mejor. Además, cada vez que estabas cerca de mí, se sentía como... como si estuviera en casa — Potter trató de explicar.
— ¿Y simplemente decidiste el pasado verano que tú eras un Alfa y yo era tu compañero?— Draco frunció el ceño, y fue recompensado con la vista de Potter sonrojándose y mirándolo avergonzado.
— ¡Mira, no es como si yo lo hubiera decidido! De alguna manera mis instintos se despertaron un poco tarde para un Alfa, pero Firenze piensa que tenía algo que ver con el aumento de la tensión por la lucha contra Voldemort durante estos dos últimos años. Acabo de empezar a sentir cosas y no entendía lo que era hasta que Firenze comenzó mi tutoría. Y, por cierto, debes pedirle disculpas a Firenze por insultarlo hoy en la oficina de McGonagall. Él estaba bastante molesto y ofendido. Él sólo está tratando de ayudarnos, y no ayuda mucho si te pasas insultándolo.
— Esto debe ser muy conveniente para ti, siendo un Alfa y el famoso Chico Dorado. El mundo va a adorarte aún más a partir de ahora. ¡Espera a que Skeeter se entere de tu nuevo estatus, El Profeta no imprimirá otra cosa por un mes!
— Deja de ser un idiota, Malfoy. No me podría importar menos lo de Skeeter o El Profeta; De hecho, me gustaría evitar que se sepa algo de esto, si es posible. Vamos a ver cómo nos va mañana y hablaremos de ello entonces, ¿de acuerdo? — La voz de Potter estuvo alarmantemente cerca de ser la "voz alfa" y Draco estaba comenzando a sentir un aleteo no tan desagradable en su estómago, por lo que quería escapar del Alfa tan pronto como fuera posible.
— ¡Muy bien! Mañana entonces. ¡Espero que sea una mierda para ti y tu equipo! — Draco dijo con enojo y se alejó. En su camino a las mazmorras de Slytherin no pudo dejar de preguntarse por qué siempre terminaba discutiendo y peleando con Potter, incluso cuando el imbécil era agradable.
La mañana siguiente llegó demasiado pronto para el gusto de Draco. No había dormido mucho durante las siguientes horas después de su bocadillo de medianoche con Potter, y le hubiera encantado quedarse en la cama durante el resto del día. Sin embargo, tenía un partido de Quidditch después del desayuno y antes tenía la cita con Madame Pomfrey para la prueba.
Se tambaleó al baño, se dio una ducha rápida y se vistió para el día. Un dolor de cabeza inminente estaba punzando ligeramente en la parte posterior de su cráneo, y decidió pedirle algo a Madame Pomfrey.
Cuando llegó a la enfermería, la señora Pomfrey ya lo estaba esperando. Para consternación de Draco, había también otras dos personas que esperaban; McGonagall y Potter, por supuesto. Draco los miró charlando tranquilamente mientras Pomfrey lo saludaba.
— Buenos días, Madame Pomfrey. ¿Puedo preguntar por qué están aquí? Creo que no necesitamos una audiencia para mi prueba — dijo Draco, ignorando deliberadamente a los otros, dirigiéndose solamente a la enfermera.
— Ellos están aquí por una razón, señor Malfoy. El reglamento para las pruebas en las instalaciones de la escuela requiere de dos testigos y también que el director o la directora esté presente. Dado que comprendí que su prueba debería mantenerse en secreto por ahora, le pregunté a la directora y al señor Potter si podían ser los testigos porque ya saben acerca de esto — Madame Pomfrey le explicó mientras se movía de una lado al otro recogiendo todo lo que necesitaba para la prueba y colocándolo sobre la pequeña mesa al lado de una cama vacía.
— Por favor, acuéstese, señor Malfoy, y podremos comenzar la prueba.
Draco hizo lo que se le dijo y se tendió en la cama. Madame Pomfrey tomó una piedra preciosa de color amarillo parduzco de la mesa y la colocó en la frente de Draco.
— ¿Qué es eso? — Draco preguntó confundido.
— Es un ámbar. Hay un pelo Veela preservado en su interior para conectarlo con la tierra y calmar sus instintos Veela durante la prueba. A veces la parte Veela se sale de control durante la prueba, si no se utiliza el ámbar — explicó la señora Pomfrey.
— La prueba no es peligrosa para Malfoy, ¿verdad? — Preguntó Potter, claramente preocupado.
— No, por supuesto que no. Esta es sólo una medida de precaución. Por lo general, cuando un joven Veela se hace la prueba, siempre hay al menos uno de sus padres Veela presentes para mantenerlo conectados a la tierra, pero cuando eso no es posible, se puede utilizar el ámbar en su lugar. Ahora, señor Malfoy, ¿debido a que ha tomado la prueba antes es consciente de lo que se siente? — preguntó Madame Pomfrey.
Ante el asentimiento de Draco, ella rápidamente levantó su varita y apuntó a Draco.
— Muy bien, entonces, vamos a empezar. Recuerde, si se siente incómodo o si siente algún dolor, me lo hace saber de inmediato.
Ella cantó varios hechizos diferentes y luego observó con gran interés como una niebla brillante se envolvía alrededor de Draco. En la niebla había varios símbolos que emergían de Draco y desparecían a un ritmo rápido.
— Oh — dijo ella una vez y frunció el ceño, y luego lanzó otra serie de hechizos como tratando de reunir más pruebas o alguna confirmación de los resultados que había visto.
Draco trató desesperadamente de leer las expresiones de la enfermera y de averiguar lo que estaba viendo en su prueba. La única emoción que podía deducir de ella era la de sorpresa. Ella miró fijamente a Draco, pero luego su expresión se suavizó.
— ¿Ha estado nervioso o irritable últimamente, señor Malfoy? ¿Más que de costumbre? ¿Qué hay de los dolores de cabeza? ¿Agotamiento?
— Todos ellos, sí, pero sólo durante estos dos últimos días. ¿Por qué? — Preguntó Draco, ahora curioso.
— Tuve que repetir la prueba para estar absolutamente segura, pero no hay duda ya. Por favor, beba esto antes de continuar, señor Malfoy. — Le dio a Draco un vaso de un líquido de color púrpura y tomó el ámbar de la frente de Draco.
— ¿Qué es esto? — Preguntó Draco. Él no iba a beber nada si no sabía lo que era.
— Es para que se estabilice después de la prueba. Los Veela son bastante sensibles a ese tipo de cosas.
Draco bebió el líquido de un golpe después de eso, esperando y temiendo escuchar los resultados pronto.
— Muy bien. Ahora, creo que a todos les gustaría escuchar los resultados de la prueba. Como ya he dicho, tuve que repetir la prueba, pero el resultado es claro y no hay lugar a dudas. Usted es un Veela Omega, Señor Malfoy. Además, usted...
— ¡Eso no puede ser verdad, debe haber fallado la prueba! ¡Soy un Alfa, tengo todos los rasgos e instintos de un Alfa! ¡No confío en esta prueba! — Draco argumentó, su pánico creciendo alarmante dentro de él, amenazando con ahogarlo.
— ¡Señor Malfoy, cálmese!— McGonagall le ordenó, pero no tuvo efecto sobre Draco. Quien intentó saltar de la cama, pero Madame Pomfrey lo empujó hacia abajo.
— ¡Cálmese, señor Malfoy! ¿Me daría una mano, señor Potter? — Madame Pomfrey le preguntó y Potter se acercó, agarrando a Draco por los hombros y manteniéndolo en la cama. Al principio Draco trató de luchar contra él, pero luego una ola de calma se apoderó de él y se desplomó en la cama, drenado.
— Shhh, relájate, todo estará bien. Sólo escucha lo que Madame Pomfrey tiene que decir, ¿de acuerdo? — Potter murmuró con dulzura y frotó las manos sobre los hombros de Draco. — Por favor, continúe, Madame.
— Sí, gracias, señor Potter. Como ya he dicho, el señor Malfoy es un Veela Omega, pero pude detectar algún tipo de magia utilizada para suprimir su lado Omega. El hechizo se ha debilitado casi por completo y es por eso que sus instintos están saliendo a la superficie. Pude ver la conexión entre el señor Malfoy y el señor Potter claramente, y es probablemente la razón por lo que el lado Omega del señor Malfoy ha despertado con tanta rapidez. Son compañeros sin lugar a dudas.
Draco trató de decir algo, objetar por todo eso, pero Potter obviamente proyectó más calma hacia él y las palabras murieron en los labios de Draco antes de levantarse.
— Sin embargo, ahora que el señor Malfoy ha madurado, y su lado Omega ha sido puesto en libertad y, además, ha sido expuesto a la presencia de su compañero de manera tan de cercana, él va a entrar rápidamente en su primer celo. Nunca he visto nada como esto. Es como si su cuerpo trabajara a toda marcha para recuperar lo que ha sido suprimido por tanto tiempo. Creo que usted necesita hacer los arreglos necesarios para los niños muy pronto, Minerva.
Draco se puso rígido. No le gustaba de ninguna manera las noticias que Pomfrey les estaba diciendo. Tenía que haber un error en la realización de la prueba y Pomfrey estaría en serios problemas cuando Draco demostrara que estaba equivocada. Él simplemente no podía ser un Omega. ¡Era imposible! Y en cuanto a entrar en celo, era tan ridículo como imaginarse a su padre con su elegancia y clase retorciéndose en medio de un calor bestial, rogando que alguien le follara duro y le diera bebés. ¡Hah! Eso era ridículo… y algo repugnante. Eso no puede ser cierto para Draco, todo el mundo debería verlo. Pero no, Pomfrey no lo veía e insistía en que él era un Omega y entraría en celo pronto... y luego tendría hijos.
Draco palideció y se sintió mareado. Su cabeza le daba vueltas y estaba desesperadamente tratando de mantener sus náuseas a raya. Un sudor frío conmocionó su piel y su respiración se convirtió en jadeos irregulares.
— ¡Madame Pomfrey, creo que Draco necesita ayuda!— Potter la llamó con urgencia, y al instante la enfermera estaba quejándose alrededor de Draco. Ella le ordenó a Potter que lo calmara a través de su vínculo si era posible mientras ella le obligaba a pasar una poción calmante por su garganta. Luego cubrió a Draco con una manta caliente y lo guio a ralentizar su respiración.
— El señor Malfoy está en shock, por lo que tendré que dejarlo en la enfermería por un día — Madame Pomfrey anunció.
— Draco se va a perder nuestro partido de Quidditch entonces, pero eso podría ser lo mejor — dijo Potter, y Draco se sintió traicionado. Por supuesto que Potter se aprovecharía de su ausencia y no había nada que Draco pudiera hacer por su equipo de Quidditch desde la enfermería. Por otro lado, él no sería capaz de estar consiente de todos modos, por lo que era mejor que se quedara aquí por ahora. Tenía mucho en qué pensar.
— Tienes un partido que perder, Potter, así que date prisa — logró decirle débilmente a Potter, quien sonrió y le apretó el hombro.
— Voy a volver después del partido para decirte los aspectos más destacados — Potter prometió antes de salir de la enfermería.
McGonagall se quedó un rato, hablando en voz baja con Pomfrey antes de irse también, prometiendo volver más tarde y decirle más acerca de los arreglos que ella haría por ellos.
Draco se quedó solo durante la mayor parte de la mañana. Pomfrey le llevó el desayuno y le ordenó descansar. Después de que comiera, ella le traería más pociones para ayudarle a recuperarse.
Draco apreció la paz y la tranquilidad a su alrededor, porque tenía mucho en qué pensar. Todo el calvario parecía un mal sueño en este momento, pero sabía que iba a necesitar encontrar algunas respuestas pronto. Su padre le había mentido y si era así, ¿por qué? ¿O el Medimago que había realizado la prueba la primera vez, había manipulado su prueba por algún motivo?
¿Podía confiar en la prueba que Pomfrey le había realizado? ¿Estaba esta prueba mal y la primera prueba era la correcta? Necesitaba respuestas, pero no podía ir a ver a su padre en Azkabán para hacerle las preguntas. ¿Su madre sabría algo? Eso sería probablemente la mejor apuesta.
¿Qué hay acerca de Potter? Si realmente tenían esa conexión, ¿era de carácter permanente o podría ser rota de alguna manera? ¿Estaba obligado a completar el vínculo con Potter si él era un Omega? ¿Estaría obligado a llevar a sus hijos? No, no podía soportar pensar en ello en este momento, ya era demasiado absurdo. ¡Draco Malfoy y Harry Potter vinculados, era un pensamiento ridículo! ¿En realidad lo era? Potter en realidad había sido bastante amable con él en estos días y su presencia calmaba de alguna manera a Draco cada vez que estaban cerca uno del otro. ¿Significaba esto que estaba afectado por su conexión ahora y comenzó a detectar a Potter a través de su vínculo? ¿Qué significaba esto?
Draco gimió, sintiéndose abrumado por su torbellino de pensamientos. No podía quedarse quieto por más tiempo, que tenía que hacer algo. Necesitaba algunas respuestas, pero no las iba a conseguir ahí en Hogwarts.
Miró a su alrededor, y viendo que Pomfrey no estaba cerca, tomó una decisión rápidamente. Saltó de la cama y en silencio salió de la enfermería sin ser visto por Pomfrey. Los pasillos estaban casi desiertos debido al partido de Quidditch, así que fácilmente logró salir del castillo y fuera de los terrenos de Hogwarts por completo.
Draco estaba bien en su camino hacia Hogsmeade cuando se dio cuenta de que no tenía un plan real. El mejor lugar para iniciar la búsqueda de la verdad sería la Mansión Malfoy con su madre. Tal vez podría aparecerse en la mansión cuando llegara a Hogsmeade.
Su andar se volvió más ligero y más rápido después de que había decidido cómo proceder y llegó a Hogsmeade inmediatamente. Trató de encontrar un lugar en el que no fuera notado fácilmente, y decidió que detrás de la Cabeza de Puerco sería el lugar perfecto para aparecerse. Evitó la calle principal tanto como pudo en su camino a Cabeza de Puerco, mientras trataba de no ser visto. Cuando llegó al patio trasero del bar, éste estaba vacío y Draco suspiró de alivio.
En ese momento oyó una voz lejanamente familiar hablando detrás de él.
— Pues bien, si no es el joven Malfoy. Qué conveniente para mí. ¡ Desmaius!
Entonces sólo había oscuridad.
Continuará
