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Special
No importaba lo que dijeran las cartas; Kagero no era especial.
A diferencia de ella, que llamaba la atención de manera agradable, cuya gracia y delicadeza eran algunas de las características que los más nobles miembros de la corte admirarían y buscarían de ella; aún más que la propia Reina o las hijas de la difunta reina Mikoto.
En cambio, la otra tenía una sonrisa perturbadora, gustos aún más extraños, talentos poco admirados para una mujer de su edad. Aunque por la educación recibida, muy distinta a la de su persona, no le sorprendía. Kagero era una mujer hecha para servir al príncipe y heredero de la familia real de Hoshido.
Orochi no.
Orochi era educada, amable. Quizá superficial, pero su conocimiento sobre la vida, el presente, el pasado, el futuro y las estrellas, le proveía de talentos que atraerían a cualquiera.
Eso no cambiaba que Orochi quisiera a Kagero como una hermana de sangre. No podía pensar en vivir un mundo donde su preciada amiga no existiera, se alejara o la abandonara. A pesar de no tener sentido del humor, a pesar de ser objeto de sus críticas y burlas, Orochi la amaba. Y estaba segura de que era recíproco.
Y mientras existiera ella para valorar todo aquello que nunca nadie apreció de la ninja, estaría bien. No importaba si Kagero nunca conseguía sonreír de esa forma ligera y dulce en que ella lo hacía. A Orochi no le importaba.
Hasta que lo logró.
Justo cuando Orochi sentía que en medio de la guerra contra Nohr, se había acercado lo suficiente al príncipe heredero (aquel al que secretamente siguió con burlas bien intencionadas que no pudieran ofenderlo y palabras suaves y delicadas); descubrió que Kagero sonreía, sin muecas extrañas, gestos de dolor o sonidos perturbadores; con la misma dulzura con que nadie podría verla jamás.
Sonriéndole al príncipe de Hoshido.
Y entonces Orochi descubrió que la mirada del príncipe de Hoshido se endulzaba y miraba a la castaña como quien mira a la criatura más hermosa que existiera jamás, sin importarle condición social o peculiaridades que pudieran caracterizar a la joven ninja.
Que Ryoma de Hoshido se había enamorado auténticamente de su querida amiga de toda la vida. Y no sólo eso, sino que Kagero estaba auténticamente enamorada de él también.
Y entonces las cartas no le mintieron, reconociendo que incluso con todos sus defectos y todo aquello poco agraciado de su persona, Kagero era muy especial para el príncipe. Y para ella también.
Fin.
PS. Creo que mientras jugaba Birthright, no pude evitar shippear a Ryoma y Kagero. Fue chistoso porque no podía decidir si casarlo con Orochi o Kagero... pero creo que no me arrepiento de que Kagero sea la mamá de Shiro bebé TuT (algún día no muy lejano entenderán ese problema que tengo con Shiro... XD).
En fin, creo que Ryoma y Kagero es una de esas OTP que Fates me dejó, y de la que muy pronto estaré escribiendo más :3 en tanto eso ocurre, les dejo este pequeño dulcecito, que espero les haya agradado.
Y pronto, muy pronto, seguiré trayendo fics de Fire emblem :D así que no se muevan de sus asientos y manténganse sintonizados (?).
Nos leemos pronto.
Onmi.
