Hola a todos este es mi primer songfic, ah! Que emoción y que nervios!, bueno les cuento que hace relativamente poco volví a escuchar la canción "something about us" de Daft Punk (por cierto me encanta la música de estos dos) y la verdad la letra me sonó a un puro GokuxHaru, así que desde ese momento, me estuvo rondando la idea de hacer una historia de esta canción, pero como estaba ocupada quemándome el cerebro con el fic de inmortality no me quedaban ideas, pero después de leer los reviews que me dejaron del capítulo 8 y los consejos que me habían dejado en los otros reviews, se me prendió el bombillito, decidí ver cómo podía mejorar mi fic, y fue ahí cuando por fin me llego la inspiración para esta historia y bueno no podía dejar de escribir, por eso me quedo taaaaan largo, (podría decirse que este songfic es un experimento de mejorar mi narrativa), y bueno como este fin de semana estuve en cuarentena por un resfriado, no tenía nada más que hacer, escribí y escribí hasta casi terminarlo, y por eso decidí dividirlo en dos partes, así que aquí les dejo la primera parte, y como la cuarentena todavía continua, no demorare en subir la segunda, espero sus reviews con ansias y nos leemos en la continuación. Besos
SOMETHING ABOUT US
(DAFT PUNK)
Parte 1
-It might not be the right time-
Haru se encontraba de camino hacia la escuela Namimori, para encontrarse con Kyoko y por supuesto con su querido Tsuna-san, esa era su rutina de todos los días. No podía esperar a que se acabaran las clases para salir rápido y encontrarse con sus amigos. Pero ese día fue diferente, se tuvo que quedar en su escuela ayudando con unas lecciones a unas compañeras, y por eso salió mas tarde de lo de costumbre, al llegar Tsuna estaba solo, ¿será que ya todos se habían ido? ¿Será que Tsuna-san se quedo esperándola? ¿Sabiendo que ella siempre iba para que regresaran juntos? Pensó emocionada, era la oportunidad perfecta, podría invitarlo a salir sin que nadie los interrumpiera, no podía desaprovecharla
-¡Hola Tsuna-san! – comenzó a saludar con la energía que la caracterizaba
-Hola Haru- respondió como siempre con esa gran sonrisa que la cautivaba
-Me preguntaba si tienes planes para mañana-
Antes de que Tsuna pudiera responder llego Gokudera interrumpiéndolos
-Decimo, que bueno que lo alcance-
-Gokudera-kun, pensé que ya te habías ido-
-Entonces que dices Tsuna-san- pregunto de nuevo a pesar de la fastidiosa interrupción de Gokudera
-Bueno…mañana quede con kyoko-chan… - decía tímidamente y un poco ruborizado- …quedamos en ir al cine…juntos-
-oh…ya veo- sintió como si el mundo se le viniera encima, como si en cualquier momento fuera a perder el equilibrio
-Gracias por esperarme Tsuna-kun- luego llego Kyoko
Entonces era eso, no estaba ahí por ella, sino que estaba esperando a Kyoko
-¿Entonces nos vamos? - Pregunto Kyoko con una confianza que no había visto antes
-Si, nos vemos Gokudera-kun, adiós Haru-
-Vaya con cuidado Decimo-
"Adiós Haru", aun no sabía lo que significaban esas palabras, pero al verlo irse con Kyoko, a pesar de que igual lo seguiría viendo todas las tardes, sintió como si no lo volviera a ver jamás
-¿Por qué te quedas de pie ahí como una tonta? ¿Que tienes ahí?- como siempre Gokudera tan tosco para hablar
-Son unos tiquetes para el cine que me gane en una tienda y pensaba invitar a Tsuna-san- pero ahora que haría con ellos
De repente una loca idea llego a su mente, para no perderlos pensó en invitar a Gokudera
-¿Estas loca?, porque habría de salir contigo, ¡mujer estúpida! – si, eso sería lo que le diría, y la verdad no estaba de humor para las groserías de Gokudera
-¿Qué diablos te pasa?- grito sacándola de sus pensamientos
-Nada…mejor me voy- no podía soportar la mirada de burla de aquellos ojos verdes
-I might not be the right one-
Después de lo sucedido aquella tarde, Haru se dio cuenta de que Kyoko ya casi no tenía tiempo para salir con ella y ya varias veces había cancelado sus salidas, por eso Haru comenzó a ir sola a su "día de apreciación de Haru" al cual tenía la costumbre de siempre ir con Kyoko, pero ya eso era del pasado, muchas cosas habían cambiado, al igual con Tsuna, cada vez que lo veía siempre estaba con Kyoko a su lado. Esa tarde se encontraba en su pastelería preferida
-Otro "día de apreciación de Haru" sola- se dijo así misma mientras veía la vitrina de los pasteles
De repente unos gritos en la calle llamaron su atención, corrió rápido hacia la ventana y vio que había una muchedumbre reunida, como no podía ver lo que estaba sucediendo, salió para saber cuál era el escándalo
-Ese joven otra vez- decía uno
-¿Es de la escuela Namimori cierto?- preguntaba otro
-Que vergüenza me daría tener un hijo así- comentaba otro
De quien estarían hablando, se preguntaba Haru, así que poco a poco se fue metiendo entre la gente, para ver quién era, cuando al fin logro pasar
-Porque será que no me sorprende- pensó al ver que se trataba de Gokudera
Se encontraba peleando con un grupo de pandilleros él solo, varios de ellos tenían cuchillos, pero increíblemente Gokudera les estaba ganando, eso si sorprendió a Haru, aunque no aprobaba su conducta, de alguna manera se sintió tranquila al ver que se podía defender sin importar cuantos fueran. La pelea fue interrumpida por las sirenas de la policía que uno de los transeúntes había llamado, los pandilleros escaparon tan rápido, que nadie pudo ver hacia donde corrieron, dejando a Gokudera como único culpable del hecho, ya sin tiempo para escapar la policía logro rodearlo.
-Pero miren nada más, porque será que no me sorprende- dijo uno de los policías
-Tal parece que no soy la única que dice eso- pensó al escuchar al policía
-Yo no empecé la pelea- respondió Gokudera con su típica arrogancia
-Eso siempre dices cada vez que te atrapa la policía- luego lo llevo a la patrulla - si continuas de esta manera vas a terminar muy mal- después cerró la puerta
Haru se quedo de pie viendo como se lo llevaba la policía, no supo porque, pero decidió ir a la estación, al llegar vio que Gokudera estaba en la entrada encendiendo un cigarrillo, lo que le pareció extraño
-¿Porque lo habrán liberado tan rápido?- se pregunto
-¿Que haces ahí de pie como una tonta?- esa pregunta la hizo dar un brinco
-¿Hahi? ¡Gokudera-san! - exclamo- no quería que me viera- pensó un poco avergonzada
Gokudera comenzó a caminar y se sentó en una de las bancas que quedaban frente a la estación como si nada hubiera sucedido
-Qu…que coincidencia jajá- dijo tratando de sonar casual
No dijo nada, solo se quedo mirando hacia el frente
-¿Que te sucedió?- Tenía que preguntar, ya que su encuentro fue una "coincidencia" debía parecer que le sorprendía verlo en el estado en que estaba
-Tuve una pelea- respondió secamente
Claro, de que otra manera sabía contestar
-¿Estas bien?- pregunto de nuevo tratando de parecer preocupada
-¿Que demonios haces?- pregunto de repente
-¿Hahi?, q…que dices- esa pregunta la cogió por sorpresa
-Desde cuando te preocupas por lo que me pase, ¿acaso te golpeaste la cabeza?-
-¿Porque tienes que ser tan grosero?- le recrimino - Es normal preocuparse por alguien cuando esta tan golpeado como tu-
De nuevo no respondió nada, lo que hizo enfurecer a Haru, ¿porque perdía su tiempo con él?
-Deberías aprender de Tsuna-san, el es un chico educado, que nunca se metería en problemas y no tiene hábitos sucios…como el de fumar- luego salió corriendo para no darle oportunidad de responder
-But there something about us I want to say-
Gokudera se encontraba en su casa, cuando recibió una llamada de Haru, lo que le pareció bastante extraño, en primer lugar porque no había ninguna posible razón por la que Haru lo llamara y segundo porque nunca le había dado su número, pero si no le respondía, nunca sabría porque ni para que lo estaba llamando.
-¿Que demonios quieres?- como siempre con su encantadora forma de hablar
-¿Cuándo vas a aprender a contestar sin ser tan grosero?- lo regaño
-¿Para eso me llamaste? ¿Para criticarme por mi forma de hablar?- respondió molesto
-No, no llame para pelear…te llame porque…porque…yo…veras…- dudo
-¡Habla de una maldita vez, que demonios quieres!- grito por el teléfono haciendo que Haru apartara el auricular de su oído
-¡No tienes porque gritarme!- respondió adolorida
-Entonces habla de una vez y dime como diablos conseguiste mi numero- seguía sonando molesto
-Bueno, tu número me lo dio Tsuna-san y…te llame porque…necesito pedirte un favor-
-¿Un favor? ¿Tú necesitas que te haga un favor? ¿Después de que me dijiste que nunca más en tu vida me volverías a hablar, me llamas a MI, por un favor? Jajá, ¿Por qué no se lo pides al Decimo?- su tono molesto cambio por uno de burla
-sabes que, mejor olvídalo- ahora ella sonaba molesta
-¡No!, espera, no cuelgues- no podía quedarse con la duda de saber cual era ese favor
-Para que, ¿para seguir burlándote de mí?-
-No, dime que favor quieres- trato de sonar amable
-¿Estas seguro?-
-¡Si!, ¡dime cual es el maldito favor!- pero no le funciono
-¡Está bien!- suspiro y tomo ánimos para hablar -pues veras…no es exactamente un favor para mi…es para una amiga…-
-porque presiento que esto no me va a gustar- pensó mientras la escuchaba
-…es que su hermano tiene problemas con un grupo de delincuentes que lo están molestando y…mi amiga sabe que te conozco y me pidió el favor que hablara contigo, para que ayudaras a su hermano-
-En pocas palabras, su hermano quiere salirse de la pandilla y no lo dejan, ¿me equivoco?-
-¡Hahi!, pues si…mas o menos es eso- como no iba a comprender, si el mismo es un delincuente
-Ahora entiendo porque me tenías que pedir el favor a mí-
-¿y bien? ¿Qué dices?- quedo a la expectativa de su respuesta
-Sabes, este tipo de favores solo se le piden a los amigos, y hasta donde tengo entendido tu y yo no es que seamos tan cercanos- ahora su tono era de superioridad
-P…pero…nos conocemos ya hace dos años y…hemos hecho muchas cosas junto a Tsuna-san y los demás…y puede que hace un mes no nos veamos pero…- tenía que aguantarse ese tonito fastidioso
-Que estas tratando de decir- la interrumpió
-¡Hahi!... pues tú sabes…que somos…amigos-
-Jajá, ¿lo dices en serio?- y ahora era un tono de superioridad y burla, doble fastidio
-Claro que si, los amigos son los que a pesar de sus problemas y peleas siempre terminan juntos y cuántas veces hemos discutido y…seguimos juntos-
Lo había dicho tan seriamente que ella misma no sabía si era lo que realmente sentía, luego Gokudera quedo en silencio, lo que extraño a Haru
-Gokudera-san, ¿me escuchas?-
Después de un momento finalmente le contesto
-…Dile a tu amiga que nos vemos mañana en el parque a las tres, que no llegue tarde- término de hablar y colgó de inmediato
-Gracias…Gokudera-san-
-Cause there´s something between us anyway-
Finalmente el día más temido de Haru había llegado, la realidad que había negado desde aquella tarde cuando quiso invitar a Tsuna al cine, la confirmación pública del amor entre Tsuna y Kyoko, algo que aun le costaba creer. Todos habían sido invitados a la fiesta de compromiso, pero ella no quería asistir, aunque Kyoko le había dicho que se sentiría muy triste si no la acompañaba en su "día especial". ¿Porque todo tenía que girar en torno a Kyoko? ¿Porque no se da cuenta de cómo me siento? Ella siempre supo que estaba enamorada de Tsuna-san ¿Por qué parece como si no le importara? ¿Por qué la eligió a ella y no a mi? eran peguntas que empezaron a rondar la mente de Haru, no era que odiara a Kyoko, igual seguía siendo su mejor amiga, pero tal vez en el fondo si sentía algo de envidia y celos, pero igual no había nada que pudiera hacer, en ese momento el timbre de la puerta la hizo volver a la realidad.
-¡Pero que demonios!… ¿¡porque no estás lista! –
-¡Hahi!, Gokudera-san ¿Por qué llegaste tan temprano?-
-¡Que diablos dices si son las siete y se supone que tenemos que llegar a las ocho!-
Era Gokudera-san con su forma de hablar maleducada y siempre molesto, pero que con el tiempo había aprendido a soportar, aun no le había quitado el hábito de maldecir en su presencia pero por lo menos si lo hizo con los cigarrillos, Gokudera no volvió a fumar cuando estaba con ella.
-¡Es cierto!- dijo al mirar el reloj de la pared- espérame mientras me alisto-
Gokudera siguió y se sentó en la sala, eso si, recordándole a cada momento la hora. Fue extraño como se hicieron amigos, quien iba a pensar que después de aquel favor las cosas cambiarían. Como ese favor quedo en secreto, Gokudera aprovechaba cualquier oportunidad para echárselo en cara y amenazarla con que se lo iba a contar a Tsuna, lo que disgustaba a Haru, porque de ninguna manera quería que supieran que estuvo involucrada en una pelea de pandillas, era una razón tonta, pero a Haru le comenzó a divertir el seguirle el juego a Gokudera, a partir de eso su amistad se fue haciendo mas fuerte, al punto de que Haru le contaba cosas que no le decía a Kyoko. No podía creer que eso hubiera ocurrido hace dos años, parecía como si hubiera sido ayer, el tiempo definitivamente vuela.
-¡son las siete y treinta y seis porque diablos te demoras tanto!- como siempre perdiendo la paciencia tan rápido
-¡Deja de afanarme, que importa si llegamos un poco tarde!- ese era el estilo de nuestras conversaciones, a grito entero
-¡Estas loca si crees que voy a llegar tarde a la fiesta del Decimo!-
Cuando estuvo lista salieron tan rápido que Gokudera casi no la deja cerrar la puerta, se subieron al auto y parecía como si estuvieran en una carrera, sin piedad piso a fondo el acelerador haciendo que Haru viera toda su vida pasar ante sus ojos, sin cesar Gokudera miraba su reloj, maldiciendo entre dientes por lo tarde que iban, pero para su sorpresa, el auto comenzó a desacelerar.
-¡Pero que demonios está pasando!- grito sin darse cuenta de que se habían quedado sin gasolina
-¿Gokudera-san?- dijo mirando el tablero del auto
-¿¡QUE!-
-El indicador de gasolina…mira- dijo señalándolo
-¡MALDICION!- grito de nuevo golpeando sus manos contra el timón- ¡Perfecto! La estación de gasolina mas cercana esta como a diez kilómetros-
Para su desgracia se encontraban fuera de la ciudad, ya que decidieron celebrar la fiesta de compromiso en la mansión principal de los Vongola. Haru había decidido quedarse en un Hotel de la ciudad en vez de la mansión, por obvias razones, le dolía cada vez que veía a Tsuna y Kyoko juntos, y ella no era masoquista, por eso le pidió a Gokudera que la recogiera, la razón que le dio a Tsuna para quedarse en el hotel, era la razón mas creíble e indiscutible, conocer la ciudad ya que era la primera vez que estaba en Italia y funciono.
-¿Y porque no caminamos hasta la mansión?- sugirió
-¿¡Te das cuenta de que si nos vamos caminando estaríamos llegando casi al amanecer!-
Esa era la idea, parece que esa noche la suerte estaba de su lado, que mejor excusa para no asistir sin que Kyoko ni Tsuna lo tomen a mal
–Discúlpenme Tsuna-san, Kyoko-chan pero el auto se quedo sin gasolina y nos quedamos a mitad de camino- pensaba, y claro tendría a Gokudera para comprobar su coartada
-Discúlpeme Decimo, fue mi culpa por no darme cuenta, debí estar mas atento- así quedaría libre de sospecha y evitaría la tortura de presenciar su compromiso
Por fin algo bueno, no todo podía ser malo
-¿La noche esta hermosa no te parece?- así era, estaba despejado de nubes y se podía contemplar un hermoso cielo estrellado
-¿Como puedes estar tan tranquila?-
-Como dicen, al mal tiempo buena cara- luego comenzó a reír
-¿De que te ríes?- la miro confundido
-¿Alguna vez te imaginaste que estaríamos varados en un campo en Italia, en plena noche?-
No dijo nada, solo soltó una pequeña risa. Luego se subieron al auto ya que comenzó a soplar un viento frio. El resto de noche se la pasaron hablando y olvidaron rápidamente la fiesta de compromiso, incluso apagaron sus celulares para que no los molestaran con llamadas insistentes y sugerencias de cómo podrían llegar a la fiesta…así estaban bien.
-I might not be the right one-
Haru no podía creer que después de haberse salvado de asistir a la fiesta de compromiso, ahora tendría que soportar (y en primera fila) el matrimonio de Tsuna y Kyoko, como era de esperar, Kyoko le pidió a Haru que fuera su dama de honor y como podría negarse, si fue un milagro que le haya perdonado el no haber asistido al compromiso. Los seis meses que habían tomado para planear la boda habían pasado en un abrir y cerrar de ojos. El "Gran día" había llegado, todos en la mansión estaban ocupados, arreglando el salón, las mesas, preparando la comida y organizando a los músicos, haciendo los arreglos de último minuto al vestido de Kyoko, en fin, todo era un caos. Finalmente llego el momento de la ceremonia, Kyoko en verdad se veía hermosa, y Tsuna…su querido Tsuna-san, se veía como el príncipe azul que siempre imagino, se veía tan perfecto (el es perfecto) que lo único que le hacía falta era haber entrado en su caballo blanco. En ese momento sintió unas incontrolables ganas de llorar y claro, de salir corriendo, pero unos ojos verdes la detuvieron. La ceremonia termino y la recepción había comenzado, los músicos empezaron a tocar una horrible tonada, el vals, y esta vez no estaba obligada a quedarse, ya que toda la atención estaría sobre la feliz pareja y nadie notaria su ausencia, ya había soportado demasiado.
-¡Por fin aire fresco!- dijo a la vez que inhalaba con tanta fuerza que parecía que por meses no hubiera respirado
Aun alcanzaba a escuchar la música, así que decidió alejarse lo más posible, pero…
-¿A dónde vas?-
-A dar un paseo- se detuvo pero se quedo dándole la espalda
-Deberías quedarte- luego escucho como encendía un cigarrillo
-Creí que habías dejado de fumar- continuaba sin verlo a la cara
-Solo deje de fumar en tu presencia-
-¿¡Acaso no vez que estoy aquí!- se giro rápidamente
-Pero si te vas, puedo hacer lo que se me dé la gana- ahí estaba otra vez su tono arrogante
-¿¡Entonces porque me dijiste que me quedara!- estaba comenzando a perder la paciencia
-Porque creí que ya lo habías superado, pero me doy cuenta de que aun sigues siendo la misma mujer estúpida de hace seis años-
-¿¡Por qué me hablas así!-
En ese momento se dio cuenta de la mirada que tenia, nunca la había mirado de esa manera, ni cuando tenían esas fuertes peleas en las que duraban meses sin hablarse, era diferente y eso la asustaba
-Porque quiero y puedo- eso la molesto aun más
-¡Porque tienes que ser tan despreciable, porque no puedes ser mas como…!
-¿Como el Decimo? - Pregunto interrumpiéndola
-… ¡Si!, Tsuna-san nunca me ha hablado de esa manera, el siempre me ha respetado, el es todo un caballero… no un sucio delincuente!- le grito con la esperanza de hacerlo sentir tan mal, así como el había hecho con ella
-Jajá, pues tu caballero prefirió a tu mejor amiga, tal vez se dio cuenta de lo inmadura que eres-
¿¡Como es posible que siempre se salga con la suya!, porque nunca puede ganarle una discusión, porque…¿porque siempre tenía que tener la razón? Las lagrimas que había logrado contener en la ceremonia, ahora estaban empezando a salir sin control.
-No puedo creer lo que estás haciendo, ¿porque todo lo tienes que arreglar llorando?-
Su voz era tan fría, porque había escogido esa noche para divertirse humillándola, acaso no se daba cuenta de lo mal que se estaba sintiendo, ¿no se suponía que eran amigos? ¿Qué paso con esa confianza que habían construido? ¿Acaso todo era mentira? ¿Acaso este es el verdadero Gokudera?
-Te desconozco, me hiciste creer que eras diferente-
-Yo no te hice creer nada, no me culpes porque tu mundo de fantasía se ha derrumbado-
-¿De que hablas?-
-De que en esa pequeña cabeza hueca, decidiste creer que el Decimo era tu "príncipe azul" el "hombre perfecto" te cerraste tanto a la realidad que no te diste cuenta de lo obvio, el nunca sintió nada por ti y te lo dijo de tantas formas, pero tú nunca lo quisiste ver, ¿y ahora vienes a hacerte la victima? Lo mismo paso conmigo, empezaste a crear una imagen falsa de mi, ¿acaso creías que podrías cambiarme? ¿Querías que fuera mas como el Decimo? …pero te equivocas, como lo has dicho varias veces, yo no soy más que un sucio delincuente, que fuma y le gusta pelear y maldecir, ¡no soy el Decimo y nunca lo seré!, ¡así que deja de compararme con el!-
Haru no pudo decir nada, solo se quedo de pie viendo como Gokudera se iba en su auto
-It might not be the right time-
Un año había pasado desde aquella discusión, y desde entonces no había vuelto a saber nada de el. Nunca antes habían durado tanto tiempo sin hablar. Pero no era capaz de llamarlo y además no era ella quien debía llamar, era el, el fue quien comenzó a discutir, fue el quien la ofendió, así que debía ser el quien llamara para disculparse. Eso decía al principio, pero ahora no sabía que pensar. Haru regreso a Japón y de vez en cuando hablaba con Kyoko y con el pretexto de preguntar por todos, podía saber por lo menos que estaba bien, pues eso era lo único que Kyoko le decía. Esa mañana recibió una llamada de Kyoko para contarle sobre la boda de Ryohei y Hana y claro para invitarla también.
-¿entonces qué dices?, hace tiempo que no nos vemos y es una buena ocasión para que todos nos reunamos de nuevo-
Si, la verdad sería bueno volver a verlos a todos, pero definitivamente el estaría ahí, y no estaba segura de lo que pudiera suceder, aunque lo más seguro es que terminarían discutiendo de nuevo. Pero por otro lado, esta sería una excelente oportunidad para demostrarle que no le importa y que no le afecta lo que le diga, que no era una inmadura como el creía, si, esta es una buena oportunidad.
-Claro que si, cuenta conmigo-
Ya estaba decidido, no había marcha atrás, tenía que ser fuerte. Se dispuso a preparar su equipaje y a alistar todo para el viaje. Durante el vuelo se la paso pensando en lo que le diría cuando lo tuviera en frente.
-¿Gokudera-san?, vaya si que has cambiado, ¿hace cuanto que no nos vemos?, creo que la última vez que nos vimos fue en la boda de Kyoko-chan, ¿cierto?, es que he estado tan ocupada que no recuerdo bien- si, demostrarle que seguí con mi vida como si nada
-¿¡Ah! Gokudera-san que gusto verte, pero en este momento estoy ocupada, así que hablamos luego- ser indiferente también es una buena opción
-¡¿Que te pasa? ¡Como te atreves a hablarme como si nada!, ¡sínico!, ¡no soy ninguna inmadura, discúlpate por haberme insultado y por haberte comportado como un cretino imbécil!- ¡NO!, por más que se lo quiera gritar en la cara no puedo hacerlo
Al llegar, Kyoko la estaba esperando para llevarla a la mansión
-¡Haru-chan! - grito
-¡Kyoko-chan!- grito en respuesta
-Que bueno que viniste, me da tanto gusto verte- hablaba mientras la apretaba con un fuerte abrazo
-Yo también estoy feliz de verte, pero no deberías apretarme tan fuerte o el bebe se saldrá- dijo entre risas
-jajá tienes razón- Luego se fueron en la limosina que las llevaría directo a la mansión.
Kyoko y Tsuna estaban esperando su primer hijo, tenía cuatro meses pero parecía como si tuviera más, -tal vez es que el bebe será cabezón como Tsuna-, pensó con gracia. Es increíble que ya no le doliera verlos juntos, cuando se entero del embarazo de Kyoko se sintió sinceramente feliz por ellos, es como si por fin se hubieran cerrado sus heridas. Desde la distancia alcanzo a ver la mansión y los recuerdos de esa noche inundaron su mente. Ya estaban a pocos metros de la entrada y su corazón empezó a latir fuertemente.
-¿Pero que me pasa?, porque estoy tan nerviosa, recuerda lo que pensaste en el avión- se decía para calmarse
Al entrar, estaban Yamamoto, Bianchi, lambo e I-pin, al verlos se lanzo de inmediato a abrazarlos, estaba tan contenta que se le olvido que hace un momento era un manojo de nervios, después vio a Dino y a Ryohei, al que felicito con un gran abrazo y por supuesto a Hana, el resto de tarde se reunieron solo las chicas, debían celebrar por el segundo matrimonio del grupo de la escuela Namimori, que buenos recuerdos. Todas estaban tan absortas en la pequeña fiesta, que no notaron la llegada de Gokudera. Excepto…
-¡Hayato!- exclamo Bianchi, lo que hizo que Haru quedara Fría en un instante
-¡Maldita sea Bianchi, cuantas veces te he dicho que utilices tus estúpidas gafas!- Ese lenguaje vulgar y esa actitud, definitivamente era el
-Hola Bianchi, hola chicas-
-¡¿Una voz femenina? Quien rayos es esa- Haru se giro tan rápidamente, que se escucho un pequeño crujido en su cuello. Era una hermosa italiana, con un hermoso cabello castaño y largo hasta su diminuta cintura, unos espectaculares ojos azules y un rostro de diosa.
-¡¿PERO QUE DEMONIOS HACIA GOKUDERA-SAN CON ESA MUJER?- pensó, si antes estaba temblando de nervios, ahora estaba temblando pero de la ira
-Gokudera-san que bueno que llegaste y que gusto verte de nuevo Grazia- Kyoko la saludo con tanta confianza
-¡¿Grazia? ¡¿Como así? ¡¿Acaso desde hace cuanto que están juntos? ¡¿Por qué Kyoko nunca me dijo nada? – la sangre de Haru comenzó a hervir con tanta fuerza que sintió que sus venas se iban a estallar
-Que bueno que por fin estamos todos juntos, hasta Haru está aquí también- dijo nuevamente Kyoko con una gran sonrisa de felicidad
-Gracias Kyoko, ¡no tenias porque decirle que estoy aquí!- pensó de nuevo y en ese mismo momento Haru deseo ser tragada por la tierra y luego escupida en Japón
El no dijo nada, solo se quedaron mirando fijamente, Haru noto que su mirada era diferente, diferente a lo que conocía y diferente de aquella última noche que se vieron, su mirada era tan penetrante que no pudo sostenerla por mucho tiempo, esos ojos verdes habían cambiado, y lo más probable es que haya sido por esa mujer. Un sentimiento familiar había regresado a su corazón, uno que no pensó volver a sentir y mucho menos por el. Había llegado la noche y la mansión estaba en silencio, Haru salió por un poco de agua, ya que gracias a ese encuentro no había podido conciliar el sueño, pero al llegar a la cocina nunca imagino que se encontraría con lo que se encontró. Eran Gokudera y esa mujer, besándose, ella rodeaba su cuello con sus brazos. Al ver esa escena Haru quedo paralizada y sintió que algo cálido recorría sus mejillas, no entendía lo que estaba sintiendo, en ese momento se encontró siendo observada por esos ojos verdes, y como pudo, salió corriendo, luego escucho unos pasos detrás de ella pero no volteo a ver, lo único que quería era correr hasta el fin del mundo si era posible, pero parece que el fin del mundo era hasta las escaleras, sintió que la detuvieron del brazo, pero siguió sin voltear a ver.
-¡¿Qué haces?- pregunto secamente
-¡Suéltame!- y bruscamente se soltó para seguir corriendo, pero sintió que la tomo del brazo de nuevo
-¡¿te pregunte que que haces?- le apretó el brazo con tanta fuerza que comenzó a lastimarla
-¡Me estas lastimando el brazo!- le grito, pero no la soltó
-¿Por qué estas llorando?-
-¡No te importa!- no quería darle la cara
-¿Hayato? ¿Amor?, donde estas, porque saliste corriendo-
-¡Sueltame! ¡Que dirá tu novia si nos ve juntos!- dijo con voz amarga
-¡Maldición!, Hablaremos después-
Finalmente la dejo ir, pero no habría un "después". Durante su estancia en la mansión, Haru hizo todo lo posible por evitarlo y en las noches se encerraba con seguro en su habitación, el día de la boda se la paso con Yamamoto, así se aseguro de no quedarse sola y a la mañana siguiente se fue sin decirle nada a nadie.
-But there´s something about us I´ve got to do-
Al llegar a Japón lo primero que hizo Haru fue cambiar de casa, no quería ser encontrada por nadie, quería desaparecer, cambio su número de teléfono y celular, hasta dejo de revisar su correo electrónico, no quería volver a saber de ninguno de sus amigos, se sentía triste, pero ahora ellos solo le traían malos recuerdos. Desde ahora empezaría una nueva vida, con nuevos amigos, Gokudera ahora seria parte de su pasado, al igual que lo fue Tsuna y por ende, cualquier otro hombre, no dejaría que le rompieran el corazón por tercera vez. Y así fue, se concentro únicamente en su trabajo y nada más. Los meses pasaron y parecía que su herida nuevamente se había cerrado. Se sentía bien por primera vez en mucho tiempo. Un día mientras se encontraba en su trabajo, recibió una llamada de su padre.
-Hola papa, que gusto oírte- el se encontraba viviendo en Estados Unidos por su trabajo
-Estoy bien, y tu como estas-
-En este momento, con mucho trabajo, pero dime a que debo el gusto de tu llamada-
-Pues veras, es que aquí hay una vacante y como me habías dicho que querías cambiar de ambiente y viajar, pues pensé que tal vez te interesaría venir a trabajar aquí conmigo-
-¡¿Lo dices enserio? – se emociono por la noticia
-Claro, me daría mucho gusto que vinieras a vivir aquí, ¡sería como en los viejos tiempos!- ahora el emocionado era el
-¿Y cuando crees que podría viajar?-
-Cuando tú quieras, solo avísame cuando, para tener todo listo aquí-
-Perfecto, primero necesito encargarme de todo aquí, te enviare mis cosas poco a poco y estaría viajando después de entregar mi casa-
-Entonces así quedamos, te hare un bienvenida digna de los Miura jajá-
-Claro que si papa…la estaré esperando con ansias- eso si no la emociono
Los días siguientes se dedico a enviar todas sus cosas, quería irse lo más rápido posible de Japón, ya que últimamente tenía un extraño presentimiento y en el fondo sentía que debía irse y esta llamada llego justo a tiempo. Sus compañeros de trabajo le organizaron una despedida, le sugirieron ir a un restaurante de sushi, pero no quiso, el sushi le recordaba a Yamamoto y Yamamoto a Gokudera, y lo último en lo que quería pensar era en el. Así que hicieron una fiesta temática y fueron a comer comida americana. Fue una de las noches más divertidas que paso, pero como sus compañeros tenían que madrugar para trabajar se fueron un poco temprano. Al salir del restaurante se ofrecieron a llevarla a la casa pero Haru prefirió regresar caminando, era la última vez que caminaría por esas calles en mucho tiempo o tal vez para siempre. Aunque tendría que viajar al día siguiente, prefirió no ir a dormir, quería llevarse varios recuerdos de su querido Japón. Al llegar a una zona de solo bares y karaokes, se encontró con una muchedumbre que estaba alrededor de unos hombres que estaban peleando, en vez de gritos habían apuestas, aunque debió seguir de largo, la curiosidad no se lo permitió, comenzó a pasar entre la gente y al llegar al frente, no pudo creer lo que vio. Era Gokudera, peleando con un grupo de hombres que parecían ser miembros de los Yakuza. Igual que aquella vez, Gokudera les estaba ganando, pero en vez de cuchillos tenían armas de fuego, uno de los hombres estaba listo a dispararle y Haru no pudo evitar gritarle.
-¡Gokudera-san! ¡Ten cuidado!-
Gokudera comenzó a buscar de donde venia esa voz y no le prestó atención al hombre con el arma, el disparo disperso a la muchedumbre que los rodeaba dejando a Haru a la vista, finalmente los ojos verdes la encontraron. Luego las sirenas de la policía hicieron que los hombres escaparan dejando a Haru y a Gokudera solos en el lugar, sin pensarlo dos veces Haru ayudo a Gokudera a levantarse y escapar del lugar, no podía ser arrestado, esta vez no saldría tan fácil como en aquella pelea con los pandilleros, tenían suerte de que fuera de noche así podrían esconderse fácilmente, cuando estuvieron seguros, Haru le reviso la herida y afortunadamente la bala solo le roso el brazo.
-¿Que haces aquí?- le pregunto molesta
-Te he… estado… buscando- apenas si podía hablar, estaba exhausto por la pelea y por todo lo que tuvieron que correr escapando de la policía
-¿Buscándome?, no digas tonterías – luego se dio la vuelta para irse
-¡Espera!- alcanzo a agarrarla del abrigo
-¡¿Que haces?, ¡suelta mi abrigo!- le grito, pero más rápido se aferro a el
Al ver que no lo iba a soltar, se quito el abrigo y comenzó a correr, aunque tenía zapatos altos logro correr muy rápido, no podía quedarse y escuchar lo que le iba a decir, ahora que tenía una nueva vida esperándola, no podía regresar a su pasado. Continuaba corriendo, esta vez no iba a permitir que la alcanzara, pero sus zapatos no aguantaron la maratón y uno de sus tacones se rompió, haciéndola caer estrepitosamente, se lastimo su tobillo, sus medias se rompieron al rasparse las rodillas y sus manos también se rasparon al caer sobre ellas, ahí fue cuando Gokudera la alcanzo.
-¡¿Estas bien?- pregunto aun agitado, Haru se preguntaba de dónde sacaba tanta energía
-¡Vete estoy bien!- trato de ponerse de pie, pero tropezó cayendo en los brazos de Gokudera- ¡No me toques!- le grito con desprecio
-¡¿Porque no me quieres escuchar?-
-¡Porque no!- cuando logro ponerse de pie comenzó a caminar para alejarse de el
-¡¿Solo quiero que me digas porque estabas llorando esa noche?- grito para que lo pudiera escuchar
-Jajá, ¿no me digas que me estabas buscando solo para preguntarme eso?- no pudo evitar reír, al escuchar esa pregunta
-Necesito saberlo- su voz sonaba diferente
-¡Déjame en paz, mañana tengo que viajar!-
-Si me respondes te dejare ir-
¿Seria capaz de decirle la verdad?, ¿o le inventaría una mentira?, lo mejor seria decirle una mentira, no merecía saber la verdad, esta era su oportunidad de hacerle pagar todo lo que le había hecho.
-Estaba llorando por Tsuna-san, me dolió mucho verlo de nuevo, me dolió verlo tan feliz con Kyoko-chan y ver que ahora eran una verdadera familia…por eso estaba llorando- si, eso era lo correcto
-Entiendo- no dijo nada más
Luego Gokudera detuvo un taxi para que Haru regresara a su casa, ella lo tomo sin decir nada tampoco, le dio la dirección al chofer y se fue sin mirar atrás.
