En un camerino a oscuras, excepto que era iluminado por la leve y pálida luz de la luna, un sujeto algo robusto pero de estatura mediana, se encontraba sentado sobre un sofá de cuero, con las manos a su rostro, y llorando de manera calmada.
Su pelo oscuro, corto y pinchado, y su barba cerrada, eran iluminados tenuemente por esta luna, como si estuviera trayendo lo posible de luz a él, pero al mismo tiempo fuese para un cuadro deprimente. Dio un profundo respiro, y levantó la cabeza, viendo a la oscuridad de la pared de adelante con sus calmados ojos cafés. Había una tristeza que él estaba tragando amargamente. Tembloroso, se levantó lentamente, y tomó una cajetilla de cigarros que estaba en la orilla de una de las mesas.
De nuevo, temblando encendió el cigarrillo y comenzó a fumar, mientras miraba al listón rojizo y a una jeringa vacía, que estaban a un lado de donde él estaba sentado…

-Oye Zero… ¡Zero!

El sujeto se asustó un poco, pero con una mirada deprimente, vio por debajo de la puerta la luz que entraba del pasillo al igual que la sombra de uno de sus compañeros…

-¿Qué quieres Santa? –contestó.
-Tocamos dentro de 15 minutos. Prepárate. Que hay un buen público. –respondió Santa, con una risa de emoción.

Santa…Zero aún recordaba cuando lo conoció a los 16 años…claro, en ese entonces, Zero se llamaba Riuji Takuro, y Santa se llamaba Koizumi Hino. Ambos eran un par de jóvenes locos en ese entonces…saltándose las clases a veces, buscando problemas, siempre había algo que contar sobre ellos. Aunque claro: jamás se perdían de la clase de música. El maestro les enseñaba como tocar toda clase de instrumentos. Desde una armónica hasta un piano de cola. Aunque este par se dedicó más a las guitarras, una joven de ahí, Akane Hinami fue una virtuosa con el violín…y extrañamente buena con la batería. 3 años después, se presentaría como "Alice" para la búsqueda del baterista de la banda "Knife", y se reuniría con este par que conoció tiempo atrás en la preparatoria. Al principio ellos tres bastaban para una banda de garaje, y a pesar de esto, en poco tiempo se volvieron un grupo conocido en su ciudad. Con esto, vino la necesidad de buscar a un bajista, para el cuál entonces llegó Kujou Shiroyama bajo el apodo de "Clue". Su manera de ser, de hablar y de mirar…era un tipo sin cuidado, pero defensor de sus ideales. Con este cuarteto, estaba lista una banda de rock, que 2 años más tarde se convertiría en una banda famosa internacional…
Alguien llamaba a la puerta. Esta vez, eran más apresurados

-¡Zero! ¡Demonios abre esa puerta y sal ya! ¡Solo quedan 5 minutos! –decía Santa de nuevo, que estaba esperando afuera impacientemente.
-Bien, bien…dame solo dos minutos y saldré… -respondió.

A esto, se dirigió cerca de la puerta y usó el apagador. Encendió el camerino de paredes de color beige y piso con alfombra roja. El espejo a su derecha estaba un poco manchado, pero se podía ver en este…desaliñado, ojos rojizos, mal peinado, y con unas ropas holgadas. El humo de su cigarro tapaba un poco su rostro, como si tratara de ocultar sus ojos y ocultar el tormento de su alma…

-Heh…definitivamente me veo perfecto…oh espera…

Abrió uno de los cajones de debajo de esa mesa, y sacó un vendaje limpio. Sin mortificaciones, lo envolvió en su antebrazo, que era de donde sangraba por la inyección de hace unos minutos. La venda comenzaba a teñirse de un carmesí inigualable…esta trataba de detener el sangrado, pero nada podía hacerse. Como si fuese maquillaje, dejó que esta manchara la venda, mientras se acomodaba la playera rojiza que traía puesta. Sus pantalones negros estaban rotos de la rodilla derecha, y sus botas negras de gamuza, echadas a perder pero con un emblema metálico reluciendo…

-Ahora está mejor…
-¡Maldito imbécil! ¡Sal ya, que el público espera! –gritó Santa, esta vez con un enojo que no se había escuchado.
-Ya voy Mamá…

Con un leve gruñido, Santa se retiró de nuevo, mientras Zero se miraba una vez más al espejo…

-Impáctalos.

Y entonces, tomó la guitarra que estaba a un lado del espejo, y salió hacia la puerta. Estaba lleno de personal del staff, corriendo de arriba abajo, como si fuesen a lanzar un cohete. La gente gritaba con fuerza "¡Knife!", que hasta los pasillos mismos temblaban. Con la mirada tranquila y aun consiente, se dirigió a las escaleras que daban al escenario. El público gritaba de emoción al oír los platillos de la batería sonar, el sonido de la guitarra y el bajo resonantes, y las luces apagándose. Solo faltaba Zero…
Subió los escalones en esa oscuridad, y tomó el micrófono con su mano derecha, y su guitarra colgando de su hombro con la mano izquierda.

-A rasgar… -suspiró.

La gente gritó con aún más emoción. Y con esas palabras, comenzó un solo de guitarra regular, sin batería ni otro instrumento. Solo la guitarra y el rugir del público. Después, acompañándolo, el bajo y la percusión. Después del pequeño preludio en conjunto de diez segundos, comenzó a oírse la guitarra líder, y el conjunto tomó fuerza. A este momento, las luces se encendieron, dejando ver al público a las cuatro famosas figuras. A la banda de rock del momento. "Knife".