Cicatrices.
Disclaimer: Sólo lo que no reconozcan es mío, lo demás es de JotaKá, la WB y demás.
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A veces deseaba que su madre no hubiera hecho ese pacto de sangre, que lo hubiese dejado morir con ellos, así ahora estarían los tres juntos, como debería ser. Con su padre compitiendo contra él por la snitch, con su madre riñéndolo por no hacer caso.
A veces soñaba con estar de nuevo frente al espejo de Oesed, con Voldemort al lado y la piedra en el bolsillo. Con sus padres frente a él, y él sin poder tocarlos. Soñaba con esta vez darle la piedra a aquel ser horrendo, sólo para que le devuelva lo que le había arrebatado cuando sólo era un bebé.
A veces recordaba aquel fatídico episodio con la Luna llena, y desearía no haberle hecho caso a Hermione. Desearía haber ido tras Snape, noquearlo y arrancarle las piernas a Peter, para que no escape otra vez. Así tal vez podría haber vivido junto a ellos dos, en vez de sus tíos. Con Sirius y con Remus, viviendo entre risas de día, tal vez con miedo a la noche, pero con una familia.
A veces los sueños lo llevaban a ver los ojos abiertos y opacos del difunto Cedric, tirado en la hierba. Y se despertaba llorando, pidiendo perdón al aire, deseando haber muerto engullido por aquel Dragón, o por la propia varita del traidor de Peter, con tal de que la flameante llama de los ojos de aquel Hafflepuff no se apagara. A veces también lo visitaba la sonrisa de despedida de Sirius, arrancándole trozos del alma, haciendo que pague su culpa. Porque, era su culpa, él lo sabía.
A veces las cosas que no decía en voz alta, se las repetía siempre al estar sólo, en su cabeza. Fue mi culpa, Sirius, papá, mamá. Perdónenme. Vuelvan. Llévenme. No puedo con esto, vengan por mi. Perdónenme.
A veces los ojos de Molly le decían que faltaba alguien más en la mesa, las sonrisas de Dennis le recordaban a Colin tendido en el Gran Comedor. A las decenas de personas recostadas allí, por tratar de proteger a aquel que salvaría la vida de sus hijos, de sus hermanos, de sus padres. A Draco Malfoy y sus ojos aterrados, pidiendo ayuda. A Ginny, a Hermione, a Ron, a Dean, a Luna. A Neville, dando el todo por el todo y demostrando que él era el verdadero Griffindor allí. Al miedo, a los pasos a través del bosque, entregándose a la muerte. A Narcisa Malfoy protegiendo a su hijo a pesar de que su vida esté al borde del abismo, como su misma madre.
A la guerra, y a como terminó todo. Así de rápido, así de inesperado. Llevándose a tantos con su fin.
Pero luego… Luego se encontraba con los ojos de Albus, con su pequeña mano agarrada a su dedo, con James, recostado al lado de su hermano y abrazándolo celosamente.
Y volvía a repetir esas cosas que no decía en voz alta. Perdónenme.
Y como si lo escucharan, Albus aprieta con su pequeña mano el dedo de su padre, y James toma su mano.
Y las cicatrices comenzaban a sanar.
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La Fanfiction no me quiere y no me deja cambiar los desperfectos :'(
De todas maneras, disculpen.
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