Son la 1:06 am asi que… bueno es mi primer fic de The loud house creo yo como muchos es el fandom más oscuro de los últimos tiempos, la mayoría de los fics son de incesto, lo cual amo, violación muerte, gore, y locura, una verdadera delicia, en otros fandoms el incesto es muy poco y de mala calidad, pero para Lincoln es el pan de cada día violar o ser violado por sus hermanas, asi que este fic de tres capítulos, o eso planeo, será igualmente de temática oscura, asi que sin más que decir, adelante con la lectura.

P.D. no aun no termino into the fire y si mi musa sigue murmurándome ideas para otros fics en lugar de terminar el maldito capítulo de Fluttershy creo que jamás lo voy a terminar.

Smile

Capitulo 1:Ocean Avenue

Gina tembló de frio cuando una nueva ráfaga de aire golpeo su cuerpo que estaba apenas cubierto con unas pequeñísimas y ajustadas prendas más propias de un desfile de lencería, la fémina trato de cubrirse con sus brazos tratando de conservar un poco de calor, esa minifalda negra y la ajustada camisa de manga larga de licra negra transparente, que dejaba ver su negro sostén, habían sido una pésima decisión, pero era lo que tenía que usar si planeaba encontrar clientes, al menos las medias altas de rayas negras y blancas le cubrían un poco del frio sus largas piernas que empezaban a cansarse de estar en unos tacones de 15 centímetros.

Gina no tenía más de 30 años pero se veía mucho más vieja, cinco años en ese negocio ya le estaban cobrando factura, al principio fue como todas solo para salir de un problema, después se enamoró del dinero "fácil" y antes de darse cuenta en lugar de haber ahorrando para salir de aquella vida se había hundido cada vez más y más, ahora cuando sus mejores años estaban por terminar la paga ya no era tan buena y los clientes iban a peor, de vez en cuando se encontraba con tipos buenos y amables, pero eso era antes ahora eran solo viejos y apestosos tipos salidos del bar de la esquina, Gina ya llevaba dos horas "trabajando" y nada, había comenzado aquel turno acompañada de Roxanne e Ivvy pero ellas ya habían pescado algo, Roxanne ya estaba con su segundo cliente de la noche, maldita sean las rubias, Gina había tratado de pintar su negro cabello a rubio en una ocasión pero el resultado fue terrible su cabello era demasiado negro como para poder decolorarlo sin estropearlo del todo, asi que se resignó a tener ese lacio y largo cabello negro, parecido al de Morticia, por un tiempo fue muy popular ese estilo medio gótico pero siempre regresaba el furor por las rubias, y más aún si era rubio platino o blanco de plano, maldita zorra de los dragones que puso de moda ese color.

En eso estaba cuando un par de jóvenes que no tendrían más 20 años pasaron en la calle llena de bares y hoteles, mirando la mercancía, riendo señalando y susurrándose obscenidades, los dos chicos la devoraron con la mirada, Gina les sonrió coqueta y sensualmente pero solo logro que uno de ellos, el delgado y castaño, se ruborizara y el otro un alto y fornido moreno se burlase de su amigo.

Gina trato de provocar más al chico castaño, desvirgar aun inocente y dulce joven no estaría nada mal para salir de su racha de viejos, además los primerizos siempre eran amables y lindos tratando de complacerla en lugar de complacerse con ella, con un poco de paciencia y ternura ella bien podía pasar un buen momento con alguno de esos novatos además de enseñarles un poco como complacer a una mujer, todos salían ganando, pero cuando creyó que el castaño se animaría una nueva burla de su amigo lo distrajo y siguieron su camino.

La preciosa mujer suspiro, hoy no era su noche, miró el reloj, 02:15, bueno su madrugada, se recargo cansada mientras veía a los extremos de la calle y veía a algunas de sus "compañeras", cuando vio hacia el lugar donde los jóvenes se habían ido una ola de furia le lleno por completo, el dulce castaño estaba entrando a un hotel casi a rastras por una despampanante rubia con unas tetas enormes.

-Malditas rubias ¡-Gina mira hacia el negro cielo, pero en lugar de ver las estrellas solo un cielo gris y nublado le devolvió la mirada.

-Gina ¡qué tal la noche? -un corpulento hombre con una camiseta que se le pegaba a la piel marcando sus bien trabajados músculos, la saludo con una sonrisa torcida, mientras la repasaba con la mirada.

-Lenta, Randall-Gina miró al otro extremo de la calle no quería ver como aquel matón la comía con los ojos, cada vez que lo hacía recordaba la ocasión en que él "la probó", un requisito para trabajar en aquella callejuela de mala muerte, además claro de darle un 40% de las ganancias a "ellos".

- ¿Pues ya vas muchas noches lentas, creo que es hora de acelerar no crees? -el tipo rio de su mal chiste. -Podría traerte a alguno del bar, sabes que siempre puedo conseguirte algo.

Gina se estremeció no quería a ninguno del bar, no de ese bar, prefería esperar, tal vez solo tal vez otro jovencito y tierno chico pasara pronto.

-No, gracias, ya caerá algo.

Randall la empujó hacia la pared de manera brusca, mientras una de sus manos le recorría la pierna, la otra le presionaba el cuello.

- ¿Pues será mejor que asi sea, si sigues retrasando los pagos tendrías que irte, y ya nadie podría cuidarte verdad?, y no has escuchado muchas de ustedes zorritas están muriendo como moscas… es peligroso ahí afuera lindura, o tal vez sea que aquellas putas se atrasaron con sus pagos y ya sabes sus dueños se cansaron de esperar…-Randall le susurraba estas amenazas en su oído como si fueran poemas de amor.

Gina lo empujo y lo miró enojada pero también atemorizada.

-Tú no eres mi dueño… y tendrás tu dinero pronto.

-eso espero zorrita, eso espero.

Gina se recargo de nueva cuenta en la pared y se cubrió el rostro con las manos, no debía llorar, ya era una mala noche como para joderla más arruinando su maquillaje.

Suspiró profundamente, y se obligó a calmarse, cuando por fin lo logró abrió de nuevo los ojos lista para enfrentar de nuevo a la vida, a esa vida de mierda que ella misma se había buscado.

Pero para lo que no estaba lista era para ver a un niño de cabello blanco como la nieve, mirándola nervioso a unos tres metros de ella.

El chico tendría unos 10 años tal vez un poco más, pero definitivamente no tenía los 15 de algunos de sus clientes más jóvenes y mucho menos 18, estaba vestido con pantalones negros camisa formal negra también y una corbata blanca que conbinaba perfectamente con su blanco cabello.

Por un minuto Gina se quedó mirando en total shock a aquel niño, sin saber qué hacer, hasta que una idea le llegó a la mente.

Un niño en medio de una calle llena de bares prostíbulos y hoteles, nervioso y aterrado, pues asi es como lucia aquel pequeño mirando a todas partes para después mirarla a ella, y luego bajar la mirada, solo había una explicación razonable.

-estas buscando a tu papá pequeño? -Gina quedo enternecida por el chico de alguna forma se veía tan frágil tan desprotegido que lo único que deseaba era abrazarlo y decirle que todo estaría bien mientras acariciaba su níveo cabello.

El chico salto asustado de ella, lo cual lo hizo aún más lindo.

-Mi papá? Que? No yo… no.. es decir no-el pequeño comenzó a jugar con sus pulgares mientras trataba de explicarse.

-Tal vez este uno de los bares, te da miedo entrar solo? -Gina aun creía que el niño estaba perdidoy7o buscando a su ebrio padre.

-no… yo no estoy buscando a nadie ¡-grito el chico un poco demasiado alterado, Gina se asustó de su reacción, pero después el niño respiro hondo y le dirigió una tímida sonrisa-perdona yo no quería gritar es solo que…

El chico paso una de sus manos por su cabello desordenándoselo.

-Estas bien? -pregunto Gina, de verdad que aquel pequeño le estaba despertando su instinto materno.

-No.. si.. es decir…. Si-suspiró de nuevo-me llamo Lincoln, yo solo… ha sido un largo día ¿vale?

-Entiendo-no, no entendía nada-me llamo Gina, por cierto, mucho gusto.

Lincoln hizo una mueca al escuchar su nombre como si hubiese mordido un limón.

-un placer… Gi-Gina, yo… quisiera…-Lincoln apretó los puños y cerró sus ojos-quisiera contratar tus servicios.

Gina se quedó en blanco y después de un momento simplemente soltó una carcajada, o una burlona y fría carcajada, no, una cristalina y verdadera risa, provocada solo por el humor puro, una risa que se mantuvo un par de minutos donde Gina tuvo que recargarse en la pared para poder recuperar el aliento.

Cuando por fin logró recuperarse miró al chico que en lugar de avergonzado seguía viéndose nervioso y asustado.

Lincoln seguía ahí de pie con esos grandes ojos, se veía inocente, desesperado, y completamente frágil.

Gina se arrepintió de haberse reído asi que, incoándose para estar a la altura del chico, lo miro directo a los ojos.

-Mira chico, no porque estás aquí, y como es que tus padres lo permitieron, pero supongo que es un reto estúpido o algo parecido, asi que te lo voy a decir una vez, no importa quién o lo que te haya dicho, no es cierto, los niños de tu edad ni siquiera deberían de estar pensando en sexo, asi que no importa si toda tu clase presume de haberlo hecho ya, seguramente es mentira asi que no debes probarle nada a nadie, al contrario deberías apreciar tu niñez y disfrutarla créeme el mundo adulto es una mierda, ahora veta antes de que algo feo te pase.

-si es por dinero… -el niño pareciera no haberla escuchado en lo más mínimo- tengo mucho, mira.

En ese momento el peliblanco saco un fajo de dólares tan grueso que apenas podía cerrar la mano alrededor de él, los billetes estaban arrugados y hechos bola, pero cuando Lincoln se los puso en su mano Gina se dio cuenta de que era fácilmente el dinero de cinco clientes, tal vez más.

Por un momento se quedó, de nuevo, sin palabras, pero regresando a la realidad, miro esta vez con desconfianza al chico.

-esto es parte de una broma? ¿O es algo con la policía? - Gina se veía molesta y alterada lo último que le faltaba era una noche en la cárcel para redondear esa temporada de infierno que estaba pasando.

-no. no yo solo… es que…-el chico se pasó las manos ir el cabello blanco alborotándoselo-yo solo quiero hacerlo… soy… yo… hoy yo de verdad necesito que vengas conmigo, puedo conseguir más dinero.

Gina lo miró de nuevo ese chico estaba mal, de verdad algo le pasaba y estaba planeaba usar el sexo como válvula de escape, algo bastante común, lo peligroso del asunto es que no podía tener más de 11 años.

-no es el dinero niño, es solo que bueno… mírate-Gina lo señalo tratando de que notara lo obvio era un crio.

-soy feo? -Lincoln la miro con unos enormes ojos tristes.

-Qué?, por supuesto que no, eres hermoso… es decir esa ropa te queda genial. -Gina evitaba la mirada, no debió haber dicho que era hermoso, pero era la verdad el chico era realmente guapo, y esa aura de inocencia, pureza y triste desesperación lo volvían hermoso a su manera.

Lincoln se miró la ropa negra y la corbata blanca, una sonrisa tan amarga y triste que lo hizo parecer por un momento mayor de lo que en realidad era, adorno su rostro.

-Te gusta?, ¿es nueva sabes? Por el funeral.

Gina se sobresaltó y regresó la mirada al niño, asi que era eso, alguien había muerto, y el chico buscaba cualquier cosa a que aferrarse.

-oh, yo lo siento, quien… es decir-no supo cómo terminar

Lincoln miro hacia el piso y cerro los puños con fuerza.

-Mi hermana.

El silencio que siguió fue el más pesado con el que Gina se hubiese enfrentado, y después de unos segundos tomo a Lincoln de la mano y lo guio hacia la entrada trasera de uno de los innumerables hoteles de la muy mítica Ocean Avenue.

Ocean Venue

Yellow Card

Ya tengo sueño asi que como quedó, quedó.

Hagan sus apuestas, ¿Quién murió de las hermanas Loud? ¿Por qué Lincoln trata de ahogar sus penas en sexo ese mismo día? ¿Gina de verdad va a "consolar al chico?

Eso y más en el próximo cap, nos leemos luego.