Comenzaré diciendo que está historia tiene entrelazadas dos líneas temporales. Una actual (fuera de Hogwarts) y otra basada en flash backs, los cuales nos darán a entender el porqué pasan las cosas en el presente. Será una especie de recuerdos tipo "Lost" (La serie gringa que me gusta, que dan en el cable xD), y se me ocurrió hacer esta historia de esta manera, espero que les guste mi intento... Aquí les va...

¿Qué tan difícil es amarme?

CAPITULO 1: Cinco de Enero

Una nueva lágrima rodó por su mejilla, acompañado de un suave suspiro. Como cada 5 de Enero, la soledad abrazaba el cuerpo de una bella joven de veintiún años, que sentada sobre el sillón de su departamento, cogía por enésima vez aquella foto. Ya no la miraba. Sólo le bastaba sentir como aquel recuerdo se fundía con sus manos. Simples banalidades de nostálgica, se le venían a la cabeza, sosteniendo aquella fotografía, del cuando eran felices, del cuando ella era feliz. Tres 5 de enero, pasaron desde que él se fue, y nada fue igual. Él no volvió. Y ella no volvió a hacer la misma.

Suspiró nuevamente. Se recostó por completa en el sillón, dejando la fotografía a un lado, y sollozó.

°°°°°° Flash Back °°°°°°°

- ¡Es que acaso tengo que decirte que es broma! ¿Qué no siento nada por ti?

- Pero Harry, ¿ves? Confundes las cosas ¡Tú no estás enamorado de mi!

- ¿Pero qué sabes tú, eh? ¿Qué sabes de lo que yo siento? ¡Yo te quiero!

La chica detuvo su andar, y giró sobre sus talones, jugando con el vaivén de su falda, que formó un circulo alrededor de ella. Ella llevaba sus pesados libros, sujetos a su pecho, controlando su respiración, que cada vez se ponía más agitada. Ella miró directo a los ojos verde esmeralda del muchacho, y sintió como de un momento a otro sus defensas caían y se derrumbaban por los suelos. ¿Porqué Harry era tan condenadamente hermoso? Se ruborizó en un pestañar. Él sonrió y se le acercó. Le tomó un pequeño rizo que caía sobre su rostro y se lo colocó detrás de su oreja, como un gesto de infinita ternura.

- Hermione, yo te quiero, por favor, dame una oportunidad- musito bajito el moreno, mirando con atención cada imperceptible gesto de la chica, algo ínfimamente pequeño que le diera un mínimo de esperanza.

Hermione mordió su labio inferior nerviosa y lo miró a los ojos.

- Harry, no quiero que nuestra amistad se acabe, lo siento...- Fue lo único que dijo la castaña para luego dar media vuelta, y perderse entre los pasillos de Hogwarts.

Una actitud cobarde, poco común de una joven valiente como ella. Años queriendo que Harry se fijara en ella y ahora, cuando él está enamorado hasta decir basta ¡Ella va y lo rechaza! "Eres una idiota" se dijo asimisma, pensando una y otra y otra vez en lo ocurrido hace sólo unos segundos. Caminó hasta el fondo del pasillo. No había nada, salvo una puerta de mal aspecto. Hermione suspiró y tomó el pomo de la puerta, iba tan ensimismada en sus pensamientos, que al abrirla no notó que alguien seguía sus movimientos con atención. Ella entró a aquella sala, y tal como estaba la puerta, su mal aspecto era evidente. Unas cuantas mesas rotas tiradas por ahí y por allá, uno que otro cuadro suspendido en la pared, siendo testigos en silencio del paso vertiginoso de los años de abandono de la habitación. Hermione, avanzó hasta el fondo del salón y se sentó mirando por una ventana algo descuidada. Pero eso no importaba ahora. Tenía que pensar. ¿Qué tan difícil era darle una oportunidad a Harry? ¿Es que acaso tenía miedo de ser ella quien ocupara su corazón? Tantas mujeres habían pasado en estos pocos años de colegio en la vida del joven "...que vivió", que ser una más le daba inseguridad.

- "Quizás sólo soy un capricho del momento, tal como lo fueron, Cho, Ginny..."- aseguraba Hermione entre pensamientos, apretando sus libros en su pecho.

Hermione no era la misma de hace unos años, no era una niña gritona y sabihonda que se pavoneaba, refregándole su inteligencia al mundo, ni que pensara que su físico era un ente de vana trivialidad sin sentido alguno. Ahora, tras su séptimo año en Hogwarts, había adquirido lo que la hacia ser digna del título "La chica perfecta" tal como la tildaban Ron y Neville todas las mañanas.

El último verano, la hizo cambiar ¡Y de qué manera! Sus modos ya no eran molestosos, no gritaba si algo no le caía en gracia, ni se enojaba si algo no estaba como perfectamente debiese. Había logrado desarrollar su paciencia y prudencia. Ya no le entusiasmada sobresalir por su inteligencia, sólo le importaba aprender lo más posible, y si era estrictamente necesario levantaba la mano en clases para no olvidar viejas costumbres. Pese a todo, seguía siendo la perfecta alumna de Hogwarts, con su título anual a cuestas, y muchas alabanzas de profesores que amaban tener a una alumna tan prodigiosa en clases.

Entre otras cosas, sus gestos eran más femeninos, y había adquirido un suave vaivén muy sensual en su caminar. Esto había logrado que más de algún compañero de clases, de Gryffindor como en otras casas, se diera la desfachatez de dar vuelta su cabeza a mirar su andar, y a ella le encantaba. Le gustaba que los hombres la miraran, y eso era parte de otro gran cambio, era coqueta. Jugaba con sus miradas, sus movimientos, le fascinaba que sus compañeros de clase dijeran un cumplido, y ya no la trataran más como la gruñona sabelotodo. Y otro cambio, y el más alabado por los chicos, fue su cabello, aquel enmarañado cabello castaño, lo había logrado dominar a punta de varita y carísimos acondicionadores, dejándole un cabello ligeramente ondulado y perfecto. Sin duda había logrado, lo que muchas estudiantes de Hogwarts querían. Ser linda, inteligente, y simpática. Por lo que a resumidas cuentas, había logrado ser una chica atractiva. Pero nada de todo esto hubiera valido la pena, si la persona culpable de tanto cambio no se hubiera fijado en ella. Harry, había sido el principal causal, que motivó a Hermione a cambiar su apariencia. Desesperada de no tener resultado alguno y ver como Ginny lograba abrirse paso en el corazón del joven Potter, el tiempo veraniego tomó la decisión de convertirla en una Lady.

Pero ahora, después de tantos esfuerzos, el amor le abría las puertas y ella retrocedía. Quizás ahora Harry la veía como un solo empaque, y tal como había sido con Ginny y Cho, lo bonita la hacia "parte" de su lista de novias. ¿Tan fácil le tenía que salir a Harry tenerla?

Mirando por la ventana, el ruido del picaporte de la puerta la hizo sobresaltarse. Quizás Harry la había seguido, y quería continuar con aquella pequeña plática. Hermione suspiró y giró su cabeza para negarse a hablar con él, pero grande fue su sorpresa al ver que en vez de su Harry, un chico rubio y de ojos grises, con su cabello perfectamente engominado, se apoyaba en el marco de la puerta con una sonrisa burlesca.

- Malfoy...- Atinó a decir Hermione dentro de su estupefacción.

- Ese es mi nombre, Granger- Dijo coquetamente, entrando al salón, cerrando la puerta tras de si.

- ¿Pe...pero qué haces aquí?- Titubeó la castaña, viendo en su sonrisa nada de santa, y en sus ojos, algo similar a una travesura.

- Digamos, que paseaba por aquí...- Draco hizo un movimiento de varita, cerrándose de inmediato todas las cortinas, dejando e penumbras la habitación- ... Y me dieron ganas de jugar contigo...

- Malfoy ni se te ocurra hacer nada de lo que estás pensando- Advirtió Hermione alterada, retrocediendo sus pasos- Que si piensas a que te dejaré...

- Shhh... Granger, aquí no es cuestión de dejar o no dejar, aquí el asunto es de placer...- El rubio se acercó lo suficiente a Hermione como para tomarla por la cintura. Ella forcejeó, tratando de tomar su varita, Malfoy fue más rápido y le tocó con la suya su espalda inmovilizándola. Hermione cayó como cuerpo muerto en los brazos de Draco, estando siempre conciente de lo que el Slytherin le hacía contra su voluntad, y él siempre con una sonrisa, la colocó en el suelo, desabrochándole a la chica los botones de la blusa con morboso deseo y crueldad.

- Granger vamos a jugar... Diviértete...

°°°°° Fin de Flash Back °°°°°

La chica, aún estaba tendida en el sillón, y había logrado quedarse dormida, acurrucada abrazando una almohada. El celular sonó. El estridente sonido del aparto más el tambaleo del vibrador en la mesa, le habían provocado un despertar abrupto y nada suave. La joven dentro de su aletargamiento, buscó con su mano sobre la mesa el aparato, lo encontró y lo contestó.

- ¿Aló? ¿Si? ¿Quién es?- Su voz era adormilada total, hasta que algo oído por ella por el otro lado del teléfono la hizo recobrar la postura en un sólo instante.- Si, si, ya sé donde queda... Si Draco, Ahí estaré, adiós.

La joven apagó el teléfono y se levantó del sillón.

. . . :Continuará: . . .

¡Aloja! Espero que les haya gustado el comienzo, esta historia fue producto de una bomba creativa, sólo me demoré en hacer este capítulo una hora, con la trama y con todo, y me emocioné tanto en crearla (Pues tengo tantas ideas ;D) que no pude parar de escribir, y si todo va como espero el próximo capítulo lo tendrán en un abrir y cerrar de ojos ˆ-ˆ pero claro que antes tendré que aclararles que este fic lo continuaré con el apoyo de ustedes, sólo si ustedes me dejan como mínimo una critica... Sólo una critica chiquita y actualizo, OK? Este es el trato, critica y actualización! Así que si no tengo, no publicaré más y se quedarán con la duda de la trama de la historia: ¿Porqué Draco llama al celular a Hermione? ¿Draco es bueno o es malo? ¿Porqué le dice a Hermione que vaya a "x" lado? ¿Draco sabe ocupar celular? xD jejeje

Estas y muchas interrogantes se resolverán con el pasar de los capítulos, así que os digo en serio, esta historia humildemente viene con todo xD

Dejen críticas que son gratis!!! Denle a GO! ˆ°ˆ

Atentamente;

. . . :Biankita Black: . . .

ˆ°ˆ R E V I E W S ˆ°ˆ