¡Hola! Bueno, esta es una idea que tuve hace unos días al ver que no habían suficientes fics sobre Trunks y Bra y su relación como hermanos. Será un conjunto de one-shots sobre estos dos loquillos... Y lo actualizaré cuando tenga inspiración. Este es mi primer fic propio, - el resto son traducciones, a excepción de "The DB Show!" - así que sus comentarios son apreciados.


I. Primeros Auxilios


Trunks caminó con dificultad por el pasillo mientras murmuraba obscenidades. Vegeta lo había forzado a luchar contra él en la cámara de gravedad, y la falta de entrenamiento le costó caro al joven de cabello lavanda; aunque su padre no estuviera mostrando una fracción de su verdadero poder, la paliza que recibió probablemente lo dejaría cojeando por unos días, especialmente luego de ser impactado por un Galick Ho que lo tomó por sorpresa y lo dejó K.O de inmediato.

"¿Trunks?" Dijo una vocecita que sacó a Trunks de sus cavilaciones y lo obligó a mirar hacia abajo.

"¿Qué quieres, Bra?" Respondió el joven tratando de sonar lo menos abatido posible.

"¿Necesitas ayuda?"

"¿Ayuda? ¿Para qué?"

"Pues para ponerte mejor," respondió la pequeña de cabellos cerúleos, examinando las heridas de su hermano. "Te ves muy mal."

"Ah, eso…" dijo mientras se ojeaba a sí mismo. Su hermana tenía razón. Y eso era sólo en el exterior. "No te preocupes, puedo arreglármelas solo."

"¿Estás seguro?" preguntó la hija de Vegeta, tocando una incisión en la pierna de Trunks y frunciendo el ceño cuando este siseó.

El joven observó la preocupación en la cara de Bra y suspiró. "Está bien. Pero ten cuidado, ¿de acuerdo?"

Su hermana sonrió y lo tomó de la mano, tirando un poco demasiado fuerte de su brazo y causando que una lagrimilla se asomara por los ojos azules de Trunks, quien reprimió un quejido. Así caminaron los dos hasta llegar al cuarto de Bra, donde la pequeña le ordenó a su hermano mayor sentarse en la cama y esperarla un segundo. Momentos después la hija de Vegeta emergió del baño con un trapo húmedo y lo que parecía ser una valija de doctor en la mano.

"Bien," dijo, acercándose. "Primero te limpiaré, así que sé un buen chico y no te muevas."

El joven de cabello lavanda no pudo evitar sonreírle a la seriedad de su pequeña hermana y a su relativa experiencia. "¿Dónde aprendiste a hacer esto?"

"He visto a Mamá hacer lo mismo con Papá. También he visto que le grita mucho, pero la verdad es que no creo que eso te haga sentir mejor," respondió Bra con cierto humor, aumentando el tamaño de la sonrisa de Trunks, a quien sus cuidadosos movimientos le comenzaron a dar sueño. Poco a poco y sin darse cuenta, el hijo de Vegeta cerró los ojos, siendo vencido por el cansancio.

~O~

Trunks bostezó y estiró su adolorido cuello, mirando a su alrededor. El hijo de Vegeta no vio a su hermana menor por ninguna parte y, concluyendo que se había ido hacía tiempo, se levantó, descubriendo que su dolor había disminuido notablemente. Se rascó un ojo, y al hacerlo encontró una bandita rosa con un patrón floral en su brazo. Al principio frunció el ceño, pero luego le restó importancia; posiblemente esa era la única bandita de ese motivo que Bra le había puesto, y aún estaba demasiado cansado como para comprobarlo, así que simplemente la ignoró y salió del cuarto. Bostezó una vez más y cojeó hacia la sala de estar, donde se encontró con Bulma.

"Hola, mamá," saludó con pereza.

La mujer de cabellos cerúleos sólo lo miró de arriba abajo, confundiendo a Trunks.

"¿Sucede algo malo?" preguntó el semi Saiyajin.

Bulma intentó reprimir la risa, pero fracasó. Pronto la científica cayó al piso, presa de la diversión. Sus carcajadas eran entrecortadas por la falta de aire, y Trunks no entendía nada de lo que estaba pasando. Entonces, el joven de cabello lavanda se dio cuenta de que su madre le estaba señalando el pecho, así que bajó la mirada… y al hacerlo abrió los ojos como platos. Estaba completamente cubierto de banditas rosa, algunas de motivos florales, otras de arcoíris, otras de mariposas. Inmediatamente las mejillas del joven príncipe se encendieron con un color rojizo impresionante y, con más vergüenza que furia, gritó:

"¡BRA!"