Disclaimers: Los personajes y el mundo de Harry Potter pertenece a J.K. Rowling y a los que han comprado parte de los derechos de autor, lo cual NO es mi caso, y sólo los utilizo sin intención de lucro alguno, la trama me pertenece, salvo los personajes y el mundo mágico, como ya se ha mencionado anteriormente.
Hola, bueno, yo debería estar escribiendo y avanzando en las otras historias que tengo, pero en lugar de eso, me he dedicado a escribir este Two Shots, uno como ya se ha dejado medio ver, es por "Navidad" soy mala respecto a eso, pero por el momento este ship gobierna mi mente, así que he decidido hacer algo lindo de ellos por Navidad y año nuevo, el otro shot lo subiré el 31 de Diciembre, espero que les guste.
Aprovecharé para invitarles a unirse al grupo de Facebook dedicado a ésta hermosa pareja, sólo tienen que colocar en el buscador de face Teddy & Lily, y si aparece el símbolo de corazón al final de los nombres de ellos, es ese, únanse, hagamos crecer el ship. Gracias por todo, nos leeremos el 31 con el final de la historia.
Así mismo aprovecho para decir que éstos dos shots están dedicados a FuneralColor.
Un Ángel de Nieve.
Había pasado un mes desde que los planes de Scorpius de hacer en Octubre la mejor fiesta de disfraces se había arruinado, así que usando su influencia en sus dos mejores amigos, Albus Severus Potter y Rose Weasley, había organizado dos de las mejores fiestas de disfraces, tan épicas ambas, que estaban destinadas a pasar a ser una tradición de esas tres familias, al menos, hasta que ellos fueran ancianos y sus hijos tomaran la responsabilidad de extender eso por más generaciones.
Teddy estaba de pie, bajo el marco de la puerta, observando la discusión sobre la decoración, obviamente no había poder humano que pudiese ganarle a Rose Weasley una discusión, después de todo, era la viva imagen de su madre, tan inteligente y brillante, sumando a esa enorme desventaja, en esa discusión estaba involucrada Victoire la perfección Weasley, la persona perfecta para las decoraciones, y vaya que él lo sabía, después de todo, habían estado saliendo por dos años, aunque… hacía cuatro que habían terminado.
Sintió un escalofrío cuando la discusión se detuvo y de ellos salió un "Tú qué opinas, Teddy" podía salir de eso, pensó, y si quería salir con vida, era mejor que se inclinara por la respuesta más prudente.
—Ellas tienen razón, chicos, nadie mejor que Vic para elegir la decoración –sonrió.
—Ganamos –sonrieron las mujeres.
—Pero seguimos siendo tres contra tres –se quejó Scorpius, señalando a Albus, James y él.
—Pero Teddy vale por dos –sonrió Rose.
— ¿En serio? ¿Por qué?
—Nos dobla la edad a todos –sonrió Rose –así que ganamos.
—Gracias por hacerme sentir anciano –frunció el ceño.
—Lo siento, Ted, pero si no te digo anciano no puedo ganar esto, y no perderé de ninguna forma, así que Vic y yo nos dedicaremos a decorar todo.
—Bien, tienen 24 días –sonrió Scorpius.
—23 –corrigió la pelirroja poniendo los ojos en blanco.
—Disfraces muggles –recordó Victoire sonriendo –tendrás que investigar mucho, Scor, porque no puedes repetir disfraz al menos los siguientes cinco años, en ninguna de las dos fiestas.
—Ya me encargaré de eso.
La discusión se tranquilizó, así que Teddy pudo alejarse sin temer por alguna vida humana entre sus primos, entró a la cocina, donde estaba la pequeña Lily, intentando alcanzar un tarro de galletas, siempre era lo mismo con ella, siempre robando las galletas de su abuela, así que se acercó a ella, la sujetó de la cintura, asustándola y la elevó un poco para que alcanzara, era su tradición, él siempre que la veía intentando robar, la levantaba para que las alcanzara, y es que bien podía bajarlas para ella, pero eso no funcionaba con ella, la pequeña niñita pelirroja que era peor que un huracán en su vida.
Sus cabellos estaban húmedos, y olían diferentes, sus ojos olivo brillaron cuando su rostro quedó a la altura de los de él, y una sonrisa traviesa apareció en sus labios, siempre lo hacía su cómplice, y eso era lo que los hacía tan unidos.
—Gracias –sonrió cuando Ted la dejó en el suelo –la abuela los deja en lo alto, porque sabe que no crecí lo suficiente, y soy la única que las roba –hizo puchero.
—Tranquila, pequeñita –acarició su cabeza y sonrió, para terminar alejándose.
Se sentó en la sala, que estaba tranquila, Victoire y Rose se habían ido a la mansión Malfoy, donde harían la fiesta el 24 y el 31, cada una con diferentes decoraciones, así que tenían mucho que hacer, se relajó entre tanta paz y el crujido de la madera en la chimenea.
—Eso no es verdad –se quejó Lily un poco irritada.
—Oh vamos, ratoncita, sé que te encanta, lo he notado –se burló Scorpius.
—Vuelve a llamarme así y…
—Nos dejarás sin hijos ¿Verdad?
—Scorpius –se quejó ella, Teddy abrió los ojos para poder ver la escena donde el rubio acercó su rostro al de la pequeña pelirrojita.
—Los dos –los llamó –no querrán que los vean tus hermanos ¿o sí Lily?
—Ya no soy una niña, Teddy –le soltó enfadada y giró hasta Scorpius, jalándolo del suéter, sus labios se unieron para un segundo después, el rubio apresurara el beso.
—Sí que eres una niña –habló desde el sofá –hace ni quince minutos te estaba alzando para que alcanzaras el tarro de las galletas –se burló.
—No besa como una niña –sonrió el rubio sarcástico.
—Podemos hacer una encuesta, para todos aquí, eres la pequeña Lily.
—Sí, porque estoy del tamaño de un duende –reprochó la chica y golpeó el estómago del rubio cuando soltó una carcajada.
Puso los ojos en blanco y huyó de los dos, ante la burla de Scorpius Malfoy, que se giró hasta Ted, fue hasta él y se dejó caer.
—Irás a la fiesta ¿verdad?
—Disfraces muggles –elevó una ceja.
—Anticuado –gruñó –es obvio que será atractiva la idea –dime ¿no estás ansioso por saber cómo se disfrazarán? –elevó una ceja.
—La verdad no –se encogió de hombros.
—Yo muero por ver de qué se disfrazarán –admitió –no me imagino un personaje en el que Lily pueda ir disfrazada –rió.
—También hay duendes navideños para los muggles ¿no? –ambos rieron, al imaginar a la pequeña pelirroja asistiendo a la fiesta de Navidad como un pequeño duende.
—Pero no podrá ir de otro duende en la fiesta de año nuevo –comentó intentando controlar la risa Scorpius.
—Bueno, puede ir de pulgarcita, recuerdo que ese libro muggle le encantaba –sonrió Teddy.
—Posiblemente sabía que se quedaría de ese tamaño –sus risas inundaron la tranquilidad de la sala.
De la nada, Scorpius había interesado a Ted Lupin sobre la elección de disfraz de Lily, si tenían que ir de algo parecido a ellos, sin duda un duende y pulgarcita serían las mejores elecciones para la pequeñita Lily Luna Potter.
—&—
A lo largo del mes, Teddy y Scorpius habían intentado sonsacar a Lily sobre que usaría para la fiesta, y ella sólo había respondido que no asistiría, por lo cual, intentaban aconsejarla de que habría algo de lo cual pudiese ir disfrazada, el rubio incluso había dicho que los muggles tenían duendes, y no eran tan espantosos como los reales, que ella luciría tierna vestida como uno, ella sólo se había enfurecido y los había llamado idiotas, alejándose.
—Lily no irá –soltó Scor abatido –hemos intentado persuadirla y siempre se ha negado.
—Ya imagino como la persuadirán –negó Victoire –nos veremos aquí a las ocho y media –observó el reloj de la vieja casa de los Black –intentaremos persuadirla.
—Bien –sonrió Teddy divertido.
—Pero les advierto, si se atreven a reír de ella, los golpearé personalmente.
Sin duda ellos fueron los primeros en terminar de arreglarse, Scorpius había elegido a Thor, mientras Albus a Loki, James iba disfrazado de Alexander Delarge, mientras que Hugo iba del sombrerero, los demás se habían quedado de verse directamente en el lugar.
— ¡Faltan cinco minutos para las nueve! –chilló Albus histérico.
—Ya, sólo nos faltaban unos pocos detalles para Lily –informó Rose bajando.
Hugo sonrió al ver a su hermana, al menos iban parecido, el disfraz de Rose era el de Merida, le sonrió a sus amigos y se burló de Scorpius, diciendo que les faltaban los músculos tan marcados como a su personaje, a lo cual el rubio rebatió que lo único diferente que le encontraba era el vestido, pero el cabello ni siquiera se había tomado la molestia de arreglarlo, ganándose un golpe en el brazo de una molesta y divertida Rose.
Las siguientes en bajar, fueron Dominique y Molly II, la primera había elegido a la sirenita, cuando envuelta en un saco amarrado con un lazo, la segunda había elegido a Jean Grey, de los X-Men.
—Ahora entiendo todo –sonrió Teddy desde el fondo.
—Entender ¿qué? –frunció el ceño Victoire bajando.
La rubia había elegido bastante bien, porque tanto Teddy como Scorpius habían abierto la boca incrédulos al verla disfrazada como Tinkerbell, el vestido ajustado resaltaba sus curvas.
—Se les cae la baba –soltó divertida Rose –dile a Lily que baje.
—Esperen, pero todos estamos disfrazados de personajes que tienen el color de cabello igual que nosotros –todas las chicas asintieron al cuestionamiento de Scorpius –díganme que hay un duende en el mundo muggle pelirrojo o que al menos pulgarcita lo era.
—Eres un grosero –lo golpeó más fuerte Rose, sofocándolo.
—Lily, es hora –gritó Victoire.
—Nos iremos adelantando –gruñó Scorpius cuando Lily no hizo caso.
—Espero que aparezca –negó Rose apenada.
Teddy, Hugo y James se quedaron un momento más, pero el último se había terminado yendo después de un minuto.
—Lily, ya se fueron en su mayoría –gritó Hugo.
—Que bien, porque no entiendo porque…
La pelirroja se quedó a mitad de la escalera, cuando sus ojos se toparon con el hombre vestido de anaranjado y azul, tragó saliva ante la atenta mirada que le dio.
—Dijiste que se habían ido –chilló y fulminó con la mirada a su primo.
—En su mayoría, aclaré –se burló –vamos, llegaremos más tarde.
—De-de qué se supone que vas disfrazada –indagó aclarándose la garganta Teddy.
—Jessica Rabbit, amigo –informó Hugo –vamos, Lily.
—Iré con ustedes –soltó apresurado Teddy, sujetando a Lily de inmediato.
Ted Lupin no prestó atención a la decoración que le había tomado 20 días a Rose y a Victoire, su vista seguía en la pelirroja, con el cabello suelto y arreglado de forma sensual, y ese vestido ceñido que dejaba ver que tenía un cuerpo con curvas, nunca se había detenido a pensar que tan desarrollado estaba su cuerpo.
—Ya la viste –soltó Scorpius sorprendido –joder, Teddy, Lily se ve sensual.
—Ahora entiendo porque quieren sacarla a bailar –soltó enfadado Ted.
—Oh, primo –lo observó –no sé si lo notaste, pero tiene casi diecinueve –sonrió elevando las cejas –deberías ir a sacarla a bailar.
—No –se negó –está ocupada y…
—Está con Stuart McLaggen –elevó una ceja –recuerdo que su hermano jamás te agradó y son muy parecidos –se encogió de hombros y se alejó.
Teddy observó hacia la dirección de Lily, se acomodó el traje anaranjado, y su cabello se volvió azul, para fascinación de sus amigos, que le levantaron los pulgares.
En algún momento en la noche, había quitado "la pequeña" para sólo llamarla Lily, incluso en su mente, ese adjetivo no le iba, ya era toda una mujer, diecinueve años, joder, que rápido se había ido el tiempo, y él seguía llamándola "pequeña".
—Lils –sonrió junto a ella que le sonrió.
—Teddy –casi gritó –pensé que te habías ido, ya sabes, no te vi –sonrió.
—Cambiemos eso, a menos que tengas trato con McLaggen.
—Ahm, no –sonrió divertida, lo sujetó de la muñeca y lo llevó con ella hasta la pista.
Lily Luna era una joven encantadora, de carácter sencillo, pero cuando se le hacía enfadar, podía ser peor que un dragón enfurecido, eso lo había heredado de las mujeres de la familia Weasley; pero era divertida, sarcástica e intrépida como los varones de ambas familias.
Bailaron toda la noche y gran parte de la madrugada, entre bromas de la pelirroja, que decía que él era demasiado viejo como para poder llevarle el ritmo, y cuando les dieron las cuatro de la mañana en la pista, ella rodeó con sus brazos el cuello del hombre, que la acercó a él a causa de la música lenta.
—El primer baile de mi madre fue con un hombre mayor –sonrió –vamos, sé que no se llevaban diez años, pero… también duraron hasta que el baile termino –sonrió –me alegra que soportaras bien el ritmo.
—Bueno, eres una jovencita llena de vida –puso los ojos en blanco.
—Los cuarenta son los nuevos veinte, tranquilízate –río divertida.
—Bonita elección de disfraz, por cierto.
—Lo eligió Hugo cuando le dije que tú y Scorpius se burlarían de mí.
—Bueno, hasta ayer en la noche, siempre pensé en ti como la pequeña Lily –admitió.
— ¿Sirvió de algo lucir como una mujer fácil? –sonrió.
—Luces atractiva, sensual, pero no como una mujer fácil.
—Gracias –pellizcó la mejilla del hombre que la acercó más a él.
Lily escondió el rostro en el pecho de Ted, su colonia era deliciosa, eso le complicaba demasiado enfocarse en una charla coherente, el metamorfo tenía cuatro años gustándole, y Scorpius siempre la molestaba con ello, sin olvidar a Hugo, que por fortuna, había elegido un disfraz espectacular, la forma en la que la había estado viendo desde que la vio bajar por la escalera, hacía que se derritiera por dentro, la había notado, ahora era la chica de diecinueve años, no la niña de cuatro.
—Debería irme ahora –protestó ella, pero se sentía tan cómoda entre sus brazos.
—Eres Jessica Rabbit, no la cenicienta, Lils –se burló.
—Cierto –río –significa que no olvidaré mi zapatilla y el príncipe no me buscará con desesperación.
—Tal vez te esté sujetando y no tendrá la necesidad de buscarte, porque no te dejará ir.
—Lo siento, Gokú –palmeó los hombros del hombre –pero el príncipe es Vegeta –sonrió ante la cara de confusión de Ted.
—Ni siquiera sé de qué vengo disfrazado, me han obligado Albus y Scorpius –aceptó.
—Es una lástima, mi esposo debe estar buscándome –le guiñó un ojo y después rió divertida –te veré después.
—Déjame llevarte a La Madriguera –la acercó a él, aproximando su rostro al de ella.
—Lily –los interrumpió Scorpius –Hugo y yo nos iremos, si te quedas, te tocará barrer junto a los elfos –se burló.
—No, ya nos vamos ¿cierto, Gokú? –se burló.
—Jessica Rabbit engañando a Robert Rabbit con Gokú, que escándalo –rió.
—Thor revolcándose con el sombrerero, mega escándalo –le guiñó un ojo y besó la mejilla de Ted –nos veremos después.
—Iré con el sombrerero –señaló a Hugo.
—Te alcanzo –sonrió ella y se giró hasta Ted, que la había sujetado del brazo.
—Te marchas con ellos pero no conmigo ¿Qué tan justo es eso? Además es Navidad –sonrió.
—Tengo sueño –informó con una sonrisa.
—Tengo una cama –rebatió.
—Ellos tienen una extra para mí –se acercó a él para besarlo en la mejilla.
Giró su rostro atrapando los labios de la pelirroja que para su asombro, devolvió el beso de forma automática, aumentándolo, la sujetó bien, desapareciéndose con ella, la chimenea se encendió de forma automática cuando ellos aparecieron aun besándose en el apartamento de Ted, las manos estaban pegadas a la cintura de la chica.
—Feliz Navidad, Lily –musitó alejándose de sus labios.
—Feliz Navidad, Teddy –volvió a besarlo suavemente.
