"Esto no debería ser así… esto EN VERDAD no debería ser así, ¿o sí?" Este fue su primer pensamiento en cuanto sus ideas volvieron a conectarse a su cerebro, algo que raramente pasa, pero que en esta ocasión era lo natural de su situación.
Nunca lo vio venir, su brillante mente nunca lo vio llegar, simplemente llego como un golpe directo a su cara con una fuerza tal que bien pudo haberle tirado algunos dientes, era Steven Rogers o "Cap" como siempre le decía cuando trataba de ser él mismo, el Anthony Stark que todo mundo conoce y unos pocos entienden…
- Wow… Cap… ¿Qué haces? - De pronto le falta un poco de aire, realmente no está preparado para lo que esta pasando. - D-detente, bebiste demasiado, este no eres tú. – Habiendo dicho eso se da cuenta que eso no es posible, que solamente es una excusa, seguidamente vienen a su mente varias preguntas, preguntas que son como aves de rapiña a la espera de poder comer a su preciosa víctima: "¿…no eres tú? ¿Y yo? ¿Quién soy yo? ¿Quién es realmente Anthony Stark? ¿Quién es él y que lo llevo a este preciso momento de su vida en el que se ve obligado a hacerse todas estas preguntas?"
"Recapitulemos un poco." Se dice a sí mismo mientras aún trata de que su mente y su cuerpo trabajen en conjunto, lo cuál seamos honestos es un tanto difícil cuando un rubio, fornido, ojíazul de 1.84cm de alto trata de abrazarte. – S-Steve! – Piensa un poco más antes de seguir hablando. – Dame un poco de espacio. – Diciendo esto, logra separarse de una pared en la que el Capitán lo tenía acorralado para así poder caminar hacía el mini bar que está a unos cuantos pasos para poder servirse otro trago.
"Hijo de Howard y Maria Stark, actual cabeza de "Stark Industries", genio, multimillonario, playboy, filántropo… Espera un momento ¿Déjà vu?... Eso a quién le importa." Claramente no podía poner sus ideas en orden, después de todo el como se sentía no era del todo nuevo para él, ya llevaba varios días, varias semanas, incluso varios meses esperándolo… o más bien deseándolo.
– ¿Sabes algo Cap? No es algo que comparta todos los días, pero por las noches… no puedo dormir. – Aprieta con un poco más de fuerza el vaso old fashioned donde sirvió un whisky en las rocas, mientras que por su mente revolotean como abejas en su panal imágenes vívidas de sus pesadillas, de sus miedos nocturnos. – O mejor dicho… – Se tranquiliza y toma un poco de aire antes de voltear para encontrarse con esos ojos azules como el cielo que ve todos los días. –…no podía dormir. Porque ahora puedo… desde que vivimos aquí... juntos. –
Y así se quedó todo en silencio, pasaron apenas unos 5 segundos que parecieron una eternidad para Tony, él era el único que estaba hablando, deseaba que Steve dijera algo, lo que fuera. Sin embargo eso no pasó, el silencio de 5 segundos se volvió un silencio de 10, y luego de 15, Tony lentamente empezaba a sentir un agujero en su pecho, uno que no tenía nada que ver con su reactor sino con algo aún más profundo y que no se puede ver ni tocar, sus ojos empezaron a hundirse un poco, a perder el poco brillo que tenían después de tantas noches en vela trabajando en sus armaduras, sentía que el mundo se obscurecía, que perdía su brillo. ¿Por qué Steve no decía nada? ¿Por qué se sentía de esa manera? ¿Por qué esa confesión había salido de sus labios? "Maldición…" Solo pudo susurrase a si mismo antes de dejar su whisky en la barra del mini bar para caminar a paso apresurado rumbo a la salida de la habitación.
"Soy tan estúpido, ¿qué esperaba ganar con todo esto?" Seguía maldiciéndose de mil formas diferentes mientras intentaba huir de su situación, de su angustia, de su destino… De pronto sin poder hacer nada al respecto se detiene, su cuerpo no puede dar un paso más hacía adelante porque algo lo detiene y lo invita a quedarse, su cuerpo hormiguea a la vez que un poco de calor llega a su rostro, es ahí cuando se da cuenta de que su mano esta atrapada, entrelazada con la de Steve.
El líder de los vengadores lo habría alcanzado y le había atrapado de tal manera que el playboy simplemente no podía hacer nada para seguir con su graciosa huida, Tony solo decidió voltear a verlo, a confrontarlo. – Steve, ¿Qué hace… –
– TONY! – Nervioso Iron man ante la fuerte interrupción del líder de los vengadores decide escuchar. – Yo tampoco podía dormir cuando me encontraron… cuando tu me encontraste, dormí durante 70 años y me decía a mi mismo que no lo necesitaba, pero en realidad era porque el mundo de ahora me abrumaba, porque pensé que este no era mi lugar y que no había nada que pudiera hacer al respecto. Pero tú no me dejaste atrás, tú el máximo símbolo de este futuro en el cual no se supone debería estar, a la vez eres lo que me mantiene aquí… lo que me mantiene con los pies sobre la tierra. –
Tony abandonó cualquier intención restante de querer irse así que tomó una postura inerte, juntó sus piernas y relajo su brazo libre, dejo escapar un pequeño suspiro mientras apretaba con fuerza la mano del Cap, en el fondo era algo así lo que había querido escuchar desde un principio.
– Mentiría si dijera que no me recuerdas a tu padre, uno de los hombres que me ayudaron a ser lo que soy ahora… – Tony frunció un poco la frente y apretó sin darse cuenta la quijada, el tema de su padre siempre ha sido difícil de tratar y Steve lo sabía, así que dándose cuenta de que pisaba terreno peligroso siguió hablando cuidadosamente: – … pero tu significas para mí alguien totalmente diferente, puedo saber por tus ojos y por tus acciones que eres un gran hombre y no el egocéntrico malcriado que la mayoría piensa. –
Un súbito comentario viene a la mente del genio "¿Egocéntrico malcriado? Si yo solo tengo fans ¿no?"
Steve suspiró mientras aun tomado de la mano de Tony lentamente lo acercaba a su cuerpo para al final tomar entre sus manos el rostro de el castaño con barba de candado: – Tu eres para mí un vínculo con mi pasado pero al mismo tiempo eres mi presente y futuro, quiero estar contigo, nunca quiero abandonarte, quiero luchar para protegerlos a todos, para protegerte a ti. –
La piel de Tony se erizó a la vez que sentía como su corazón se aceleraba, no podía apartar la vista de Steve, de sus ojos; no podía dejar de estremecerse con la sensación de las manos de Steve en su rostro, unas manos grandes y toscas debido a todo el entrenamiento militar, sentía el calor proveniente del cuerpo del rubio impregnándose en él a la vez que percibía el ligero y dulce olor a alcohol que provenía del aliento del Cap y que lo intoxicaba poco a poco. "Con que así que siente" Pensó por un breve instante, tratando de hacer memoria de las mujeres que habrían pasado por las sábanas del codiciado soltero Stark.
Y entonces pasó, la mente de Tony simplemente decidió que era un excelente momento para dejarse llevar, para no pensar más y simplemente disfrutar del momento; cerro sus ojos y acercó su rostro al de Steve para dejarse sumergir en el sabor de sus labios y de su boca, reconoció el sabor a cerveza enseguida, pero tenía algo diferente, algo único, algo que no estaba dispuesto a dejar de probar. Steve por el otro lado dejaba en libertad la barbilla de su antes únicamente compañero vengador para tomar a Tony de la cintura y acercarlo aún más a su cuerpo, no podía evitarlo ahora, era un impulso automático el que lo llevaba a querer tener a Tony junto a él por siempre. Pasado un rato separaron sus labios y Tony solo dijo: – Este es oficialmente tu primer beso desde 1945 – A lo cual Steve respondió con una pequeña sonrisa.
El primer instante fue único para lo dos, un beso que se espera entre dos personas que nacieron para conocerse, sin embargo como hombres que son sus instintos comenzaron a hacer de las suyas, en especial de Steve que tomo la ventaja de la situación al bajar una de sus manos hasta el bien formado trasero de su compañero, apretando lo suficiente como para que Tony dejara escapar un gemido de excitación. Con su otra mano libre alentaba a Tony a seguir con lo que ambos habían desatado de manera que acercaba la cabeza del castaño a la suya para nuevamente probar su sabor, el sabor a café y whisky.
Los intervalos entre cada beso y cada espacio para tomar aire se hacían cada vez mas pequeños y para prueba de eso solo hacía falta fijarse en Tony, que ya se había sujetado a Steve con ambas manos de su nuca para no dejar que sus rodillas perdieran fuerza y así poderse sostener en pie. Steve tomó nota de ello y dejo libre los ahora rosas labios de Tony para susurrarle al oído: – Creo que es hora de ir a un lugar más privado. –
Fin del Capítulo 1
