Ohhh, soy yo con otra historia, y si tendria que estar actualizando Pacto Infernal pero tenia la urgente necesidad de comenzar esta nueva no se por que xD, antes que nada es una historia pura y meramente centrada en el Cargan (aunque hay kames, no se angustien) y me gusta porque el prota es Carlos y le di una personalidad para nada parecida a la suya o a la de la serie...
Leanlo y lo averiguaran!
Disclaimer: BIG TIME RUSH no me pertenece.
Hola, Soy Carlos García…si, lo sé; es un terrible comienzo. Empezare de nuevo. Soy Carlos García, tengo 16 años. Nací y crecí prácticamente toda mi vida en Florida. Y acá va lo más gracioso de todo, a partir de hoy viviré en Minnesota. Así es como oyen, pasare de vivir de las acaloradas y veraniegas playas de Florida a la fría y agobiante nieve de Minnesota.
¿Se nota que estoy feliz? Si su respuesta es no, están en lo correcto.
Aun que el hecho de que nos estemos mudando de Florida a Minnesota no me molesta tanto, mi vida allá era una total mierda: no tengo amigos, para mis padres solo soy el hijo mayor rebelde que prefieren evitar a pesar de que mi padre es policía y esta sea la razón por la que nos mudamos, y algunas veces tiene que lidiar conmigo por terminar en algún que otro problema con la ley. Y sé que en Minnesota mi vida no cambiara, seguirá siendo una porquería. MI madre siempre dice que estamos haciendo esta mudanza por el bien de nuestra familia pues ella lo atribuye a las buenas cosas que ella y mi padre hace, en otras palabras, ella lo atribuye al karma.
Lo sé, mi madre está loca. Uno ya nace con una suerte, como yo, mi vida es una porquería y no importa si hago un millón de "buenas" acciones, mi karma no cambiara.
¿Quieren saber porque realmente estoy molesto? Imagínense estar sentado en un automóvil por 17 horas oyendo a mis padres cantar country y bachata, por si no se dieron cuenta soy de descendencia latina, es atroz. Sumándole a mi molesto hermano menor de 12 años, Javi, y como plus a mi teléfono sin batería por las últimas 6 horas.
Odio al mundo en este momento, sobre todo a quien creó a mi teléfono, ¡¿Por qué no le hiciste una batería más durable?!
-¿Cuándo vamos a llegar? –pregunta Javi, por millonésima vez en el viaje.
-Llegaremos cuando tengamos que hacerlo –le respondió tranquila mi madre para continuar cantando una vieja canción country.
-¡Pero estoy aburrido! –grito haciendo berrinches Javi, dando patadas y puñetazos al aire, sus gritos me vuelven loco.
-¡Porque no cierras la maldita boca, estoy harto de tu actitud estúpida! –no pudo contenerme y le grite, de inmediato mi madre me lanzo una mirada furtiva.
-¡Cuidado con ese vocabulario y discúlpate con tu hermano! –me cruce de brazos y mire por la ventana para ignorarla, solo la hice enfadarse más -¡discúlpate con tu hermano, Carlos!
-Oblígame –murmuro para mí.
-Carlos, discúlpate con tu hermano –dice mi padre sin quitar la mirada de la carretera –no me obligues a que te quite tu teléfono celular.
Ok, lo admito, me dio donde más me dolía. Sin mi teléfono no puedo vivir, no porque sea la persona más sociable del mundo si no porque toda mi música está allí y que es la que hace mi día a día menos tedioso y torturante posible. Gruñí de mala gana mirando a mi hermano quien sonreía triunfantemente haciéndome maldecirlo para mis adentros aun más.
-Lo lamento –recite cada palabra secamente, el poco orgullo que tengo fue destrozado por la risa estruendosa de Javi al oírme.
Para mi desgracia se vuelve a repetir en mi cabeza por los siguientes 45 minutos mientras continuamos el viaje.
-¡Nieve! –alli esta otra vez mi hermano gritando de emoción pegado al vidrio de la ventanilla al ver los primeros copos de nieve que nos dan la bienvenida a Minnesota.
Mis padre se sonríen felices al momento en que entramos en la ciudad, el toma su mano y la besa, yo solo tuerzo los ojos más que asqueado. Los odios, a ambos.
Unos 15 minutos después el auto para en una agradable casa pintada de azul con un patio delantero rodeado de flores y con un camino de piedras que guiaba desde el garaje hasta la puerta de entrada. Al fin, tierra, me dije aliviado de poder estirar mis piernas y sentirlas por primera vez desde que ese ridículo viaje empezó.
Javi se baja emocionado y corre hacia el interior de la casa seguido de mi madre que le advierte que tenga cuidado ya que los de mudanzas le dijeron que el piso estaba encerado y podría tropezarse. Yo rogaba porque eso pasara, lo sé, soy maldito por pensar eso ¿y qué? Si yo era un desgraciado, los otros tenían que probar un poco de mi desgracia de vez en cuando.
Entro a la casa y veo que es grande, me gusta pero prefiero no decirlo en voz alta ya que al principio me opuse al ver las fotos que mi madre trajo de la inmobiliaria, ya no tengo orgullo para hacerlo. Traigo unas cuantas cajas con mis cosas y subo las escaleras dirigiéndose a la última habitación a la derecha del pasillo. Mi próximo cuarto me aguarda tras esa puerta blanca, suspiro antes de entrar y ver mi cama en medio de la misma junto a mi escritorio y mi estante justo sobre esta, tiene el mismo espacio que mi vieja habitación. No tan grande ni tan pequeña, lo normal y lo más apropiado para mí.
Dejo mis cosas en el escritorio e inspecciono el baño privado en mi cuarto, la puerta está justo al lado de esta, es agradable también, típico baño, no es la gran cosa. Guarde mis cosas en el gabinete arriba del lavamanos sin que una cosa pase desapercibida a mi mirada. Mis cuchillas para rasurar, siguen en su empaque original sin alterarse, las miro detenidamente ya que hacía tiempo que las tenía así sin abrir.
Sacudí la cabeza intentando olvidarlas pero en ese momento oigo a mi madre llamarme desde la puerta, las escondo rápidamente. Me dirijo allí intentando ocultar mi nerviosismo tras mi actitud fría.
-¿Qué sucede?
-Termina rápido lo que sea que estés haciendo, necesito que vengas conmigo al supermercado, no hay nada de comida aquí –me informo para luego irse. Suspire aliviado.
Minutos después estoy estancado en el asiento del acompañante con mi madre que animadamente iba tarareando más canciones. "Haz que se detenga" me ruego para mí. No sé porque pero ese día ese tipo de inmenso poder sobre nosotros estaba de buenas conmigo pues llegamos a un supermercado no muy lejos de casa. Casi estaba oscureciendo cuando entramos al lugar, mi madre me pidió conseguir un carrito y nos embarcamos entre las góndolas a conseguir algo de comer porque para ser sinceros el hambre comenzaba a atacarme.
-Ok, conseguiremos un poco de carne, mantequilla de maní, jalea, pan, leche, huevos…-enumeraba muchas cosas que yo ignoraba por mirar las cosas en los estantes –Carlos, ¿tu quieres algo?
Me saco de mis pensamientos tomándome desprevenido, pestañeo unos segundos antes de decir que no que así estaba bien, entonces ella se fue a buscar algunas cosas de su lista encargándome el resto a mí. Con pesadez fue a internarme a buscar mi comida y no me tomo mucho tiempo encontrar casi todo, solo me faltaba…
-¿Dónde demonios estas pepinillos en conserva? –dije irritado caminando por el mismo pasillo por 12° vez en busca de ese maldito frasco de esa cosa verde que a mi papa tanto le gusta, estaba comenzando a desesperarme y no quería llegar hasta ese punto.
-¿Puedo ayudarte en algo? –oigo una voz detrás mío, volteo a ver a un chico rubio alto, de piel pálida y ojos verdes observarme con una etiquetadora en su mano.
Traía unos jeans negros, una camiseta verde, un gorro gris y un delantal rojo con el nombre del loca en el. Supuse que trabaja allí así que si, podría servirme de ayuda así me largaría más rápido de ese lugar.
-Ahm, si, Kendall –me fijo en la etiqueta con su nombre -¿sabes donde están las conservas?
Intento sonar amable pero la costumbre me gano y soné algo brusco por la expresión de antipatía en su rostro, pero la disfrazo con una sonrisa.
-Están en el pasillo 7, junto a los enlatados –señalo a cierta dirección -¿algo más?
Esta vez no note hostilidad en su voz así que solo levante las cejas sorprendido.
-No, gracias.
Estaba dispuesto a marcharme hacia allí.
-No eres de por aquí –dijo a modo de observación haciéndome volver hacia el –si no te hubiera reconocido.
-¿Y que si no soy de acá? –conteste a la defensiva sin motivo.
-Solo digo, es raro ver gente de afuera por aquí. Por cierto ¿Cómo te llamas?
-No tengo por qué decirte –finalice la conversación enfadado, ahora finalmente me dispuse a buscar los pepinillos cuando un chico y una niña pasaron por mi lado.
-Logan, Katie, ¿hacen aquí? Mi turno no termina hasta dentro de 30 minutos –dice Kendall a ambos, los observo un segundo por el hombro y el corazón se me detiene en ese momento.
El chico tenia cabello negro como la noche, piel blanca como la nieve que caía afuera, y unos ojos color chocolate que te hipnotizaban…incluida esa sonrisa seductora en su… ¡qué demonios estoy diciendo! Ah, otro dato, al parecer se llama Logan…
-Eso no significa que no podemos acompañarte hasta que termines después de todo tenemos que hacer nuestro proyecto de ciencias, y es implica que tengo que dormir en tu casa –le dijo Logan con su gran sonrisa –y Katie quería verte.
Sonrió a la pequeña niña que tendría casi la misma edad que Javi, no pasaría los 14 años, de cabello castaño y ojos oscuros, debe ser su hermanita o algo por el estilo.
-Solo quería pasar tiempo con mi hermano mayor favorito –rio dulcemente y abrazando a Kendall por la cintura.
-Sabes que soy tu único hermano mayor ¿no?
Lo sabía.
-Solo cállate y abrázame –respondió la niña.
Demasiado dulzura para mis ojos, blanqueo los ojos y una vez más, para mi suerte, mi madre llego con el resto de las cosas.
-Ok, Carlos ya tenemos todos, vamos a casa el hambre me está matando –soltó una risita jocosa.
-Con que tu nombre es Carlos –una vez más Kendall sonó por detrás llamando la atención de mi madre.
-Veo que hiciste amigos –me dice con cierta alegría en sus ojos, pues que la disfrute por que se la voy a destrozar.
-¿Amigo, yo de él? –señale a Kendall sin preocuparme de ser grosero –jamás.
Le puntualice largándome de allí, finalmente molesto.
Mi madre suspiro resignada antes de disculparse con los 3 chicos por mi comportamiento blablablabla, no me importa, solo quiero irme a casa y dormir. Es lo único bueno de esta vida, dormir, después de la comida y la música, ah y de internet.
Pagamos y nos fuimos a casa donde mi padre y Javi nos esperaban ansiosos para ver que traíamos de comer. Cenamos pasta al final, levantamos los platos y de inmediato me encerré en mi nueva habitación a escuchar música con mi teléfono ahora cargado, aprovechando que nos fuimos al supermercado con mi mama.
Puse de inmediato mi lista de reproducción y la voz gutural de Vic Fuentes comenzó a sonar, "A King for a Day", me gustaba esa canción no sé por qué. Y de inmediato pensé en el chico del supermercado…Logan, Logan, Logan…me gustaba su nombre…me gustaba sus ojos, su sonrisa, había algo en ella que me quitaba el aliento…
Oh no, aquí vamos de nuevo con esos pensamientos. Tome mi almohada al lado mío y tape mi rostro gruñendo molesto por no poder controlar mi mente. Incluso creo que ¿me sonroje?
¿Qué mierda estaba pasando conmigo?
Nota mental para el Karma: TE DETESTO.
Antes de terminar, me olvide decir que Dustin estara tambien en la historia...y ya averiguaran quien sera, muajajajaja...
