Era un día como cualquier otro, las clases habían acabado y casi todos lo estudiantes se habían ido ya que era viernes y al fin disfrutarían del fin de semana.
En el salón del consejo estudiantil solo se encontraban tres personas, la callada presidente del consejo Rise Matsumoto, la chica con lentes que frecuentemente tiene hemorragias nasales Chitose Ikeda y la vicepresidente que suele hacer juegos de palabras Ayano Sugiura.
—Bueno me despido por hoy, con permiso — dijo Ayano abriendo la puerta del salón
—Hasta luego, Ayano-chan.
—…
Ayano había salido del salón del consejo estudiantil, estaba a punto de bajar unas escaleras para por fin salir de la escuela, pero, antes de que pusiera un pie en el primer escalón, se detuvo y fue corriendo hasta un salón que estaba casi vacío, en su interior se encontraba solo una persona, una chica de cabello rubio que estaba borrando la pizarra.
La chica del cabello recogido que se encontraba afuera del salón mirando a la rubia por medio de la ventana de la puerta estaba sacando algo de su bolso, era una carta, estaba cerrada por medio de una pequeña estampa de corazón. Parecía que dejaría la carta por debajo de la puerta para que alguien la encontrara, pero antes de hacerlo se detuvo.
—Espera…¿qué haré si ella no ve la carta?, si la carta se queda en el suelo sin ser vista…puede que alguien más la encuentre y lea, y ¡eso seria muy vergonzoso para mi! — pensaba la chica de cabellos purpuras antes de decidirse a dejar la carta.
—Además… ella es muy despistada así que dudo mucho que llegué a notar la presencia de mi carta, ¡Bah!, s-su- supongo que lo tendré que hacer personalmente —pensaba Ayano que estaba muy sonrojada.
—¡Bueno… aquí voy! — dijo finalmente en voz baja para luego subir extremadamente el tono y abrir de golpe la puerta de aquel salón —¡TOSHINO KYOKO! — fue lo que grito mientras abría la puerta.
—¿Ehh? ¿Ayano?...mmm ¿Qué pasa? — preguntaba la hiperactiva chica del moño rojo, que aunque ya estaba acostumbrada a las excéntricas entradas de su compañera, estaba un poco sorprendida.
—Ahh…bueno,¡ n-no es que viniera a buscarte ni nada!, yo, yo solo quería venir a ver si ya estaba el salón en orden, después de todo es mi deber — se excusaba la chica intentando ocultar sus verdaderas intenciones.
—Ohh, así que solo era eso… bueno el salón ya casi esta listo, solo me falta limpiar la pizarra y es lo que justamente estoy haciendo ahora —
Respondía Kyoko mientras movía su brazo hacia arriba y hacia abajo con un borrador en su mano derecha.
—¡Vaya que la sensei ha exagerado conmigo!, dejarme de castigo limpiar todo el salón, solo por dormir a diario en su clase…¡Mou! que mala es— se quejaba mientras seguía limpiando el pizarrón.
—Ahh…p-por cierto,…bueno..yo… — comenzó a balbucear muy apenada Ayano, para luego tornarse un poco agresiva —¡Yo vine a decirte algo!— le respondió a la rubia.
—¿Ahh?, pero yo pensé que solo habías venido a ver el salón, bueno eso fue lo que tu dijiste hace unos momentos— decía extrañada Kyoko de las palabras de Ayano.
—¡C-callate!, yo, ¡yo se lo que dije antes!...p-pero,eso…¡eso era solo una excusa!—grito Ayano mirando al suelo, ya que estaba sonrojada.
—Oh, ya veo. Entonces ¿qué es lo que me quieres decir?
—Bu-bueno..yo, yo, yo vine a decirte que…— seguía balbuceando, mientras jugaba con sus dedos, temblaba y sudaba. Estaba muy avergonzada ya que se le estaba declarando.
—Tu has venido a….?— decía curiosa Kyoko tratando de que Ayano completara la frase y finalmente saber a que había venido.
Finalmente la chica de cabello recogido en una coleta, frunció el ceño, cerró los ojos, apretó sus manos y gritó. —¡Yo quiero que sepas que tu me gustas!
—¡Mou! Ayano, pensé que me dirías otra cosa , pero si era "eso", entonces yo ya lo sabia… — respondió un poco decepcionada Kyoko, haciendo pucheros.
—¿Eh? ¿qué ya lo sabias? — preguntaba Ayano parpadeando,con su cara confusa por aquella respuesta.
—Pues claro que yo ya lo sabia, digo, después de todo eres muy obvia Ayano, hahaha— contesto la rubia, riéndose levemente. —Bueno y yo pensé que jamás te me confesarías…pero ahora que lo has hecho… quiero decirte que ¡acepto tus sentimientos! — decía felizmente Kyoko, mientras se abalanzaba contra la otra chica para abrazarla.
Kyoko estaba muy eufórica abrazando a Ayano, pero de esta parecía no haber ninguna respuesta, estaba tiesa como una estatua y su rostro estaba confundido y su mirada perdida.
Al notar eso Kyoko deshizo el abrazo, se alejo un poco de ella y sacudió su mano enfrente de la mirada de esta—¿Eh? ¿Ayano? ¿Estas bien? — preguntaba mientras seguía sacudiendo la mano.
Ayano parpadeo un poco y salió de aquel transe que le había provocado el escuchar aquella respuesta. Después fijo su intensa mirada en Kyoko, parecía muy enojada, y finalmente le contesto —¿Qué si estoy bien?, en serio me preguntas ¿qué si estoy bien? ¡Claro que no estoy bien!...bu-bueno no digo que no me sienta feliz por tu respuesta pero…¡No estoy bien del todo!, s-sabes, confesarlo fue muy vergonzoso… y si tu sientes lo mismo p-por mi… ¡¿por que no lo hiciste tu?! — decía muy acelerada Ayano mientras cambiaba de un estado emocional a otro en segundos, gritaba algo muy enojada para luego tornarse tímida y comenzar a balbucear sonrojándose.
Al terminar de escuchar aquel discurso, Kyoko tenia una cara confundida pero después de unos instantes comenzó a reír—Hahaha, pues por eso mismo no me confesé yo primero— decía apuntando a Ayano con su dedo.
Ayano comenzó a ver desesperadamente su ropa ya que Kyoko la estaba apuntando—¿Eh?, ¿de que me hablas?,¡¿qué tengo en la ropa que es tan gracioso?!
—Hahaha,no, no tienes nada en la ropa Ayano, yo no me reía por eso— respondió Kyoko limpiándose una lagrimita del ojo que tenia por reírse tanto.
—¡Ahh!?, entonces ¿de que te reías? — dijo Ayano dejando de verse la ropa y cruzándose de brazos viendo a Kyoko un poco enojada.
—Bueno…yo me reía por tu comportamiento de hace un momento vaya que cambias muy rápido de estado, y por eso mismo, yo no me confesé primero…quería ver como lo hacías tu, supuse que seria una confesión muy tsundere y así fue, hehe—respondio Kyoko —Aunque… sabes, yo sabia que algún día lo harías, nunca pensé que lo harías hoy, ¡me sorprendiste Ayano! — termino Kyoko, quien le mostraba a Ayano su mano derecha con el pulgar arriba.
—¿E-enserio te sorprendí?...bueno graci… ¡eso no es el punto!, así que no te confesaste primero solo porque ¡¿querías ver como me confesaba yo?!..v-vaya Toshino Kyoko si que eres tonta.
—Hahaha, perdón, perdón. Ayano…sabes ya puedes dejar de decir mi nombre completo todo el tiempo, después de todo tu y yo ya estamos saliendo— decía Kyoko con una sonrisa en su rostro.
—T-tu…y y-yo..¡¿estamos..s-saliendo?! —grito Ayano sonrojándose.
—Ahh..si, ¿no?, digo…tu me confesaste tus sentimientos y yo los acepte…—respondió Kyoko confundida—Ohh…bueno..¿quieres salir conmigo?
—Ahh..ahh, c-claro que quiero…Kyo..Kyoko— dijo finalmente Ayano. —Bu-bueno, yo, yo ya me voy, ¡Adiós! — finalizo Ayano, que tomo su bolso y salió casi corriendo hasta la puerta del salón.
—¡Espera! — grito Kyoko, haciendo que Ayano se detuviera antes de salir del salón. —Ayano, ¿quieres salir mañana conmigo a algún lugar?
Ayano volteo su cabeza y asintió —Claro, por que no —
—Bueno, entonces te llamo en la noche, adiós. — dijo Kyoko sacudiendo su mano en forma de despedida.
—¡A-adiós! — fue lo único que pudo decir Ayano totalmente sonrojada, mientras salía corriendo de la escuela como un rayo. Estaba tan avergonzada por lo que había hecho, pero a la vez tan feliz de haber sido correspondida.
—Vaya, vaya, si que eres linda Ayano...— pensaba Kyoko mientras cerraba la puerta del salón y observaba como su nueva novia salía corriendo a toda velocidad por la escuela.
