Admítelo, acéptalo, súfrelo, supéralo, olvídalo, recuérdalo y ríete.
.
.
.
Admítelo
No entendía por qué el Uchiha estaba actuando tan extraño, ni tampoco quería pensar en el motivo. Tonto, ¿Verdad? El querer saberlo y hacerse el idiota a la vez. Pero así era él, y quería seguir fingiendo que todo era igual.
—Todo es lo mismo, eh? Deidara... —murmuró para si mismo en un intento por darse ánimos, observando la nota que Obito había dejado en la mesada.
''No me esperes en la noche''
Acéptalo
¡Era un idiota! ¡¿Por qué demonios tuvo que ir a la corporación Uchiha?! ¡Sabía con qué se iba a encontrar! ¡Sabía lo que sus ojos iban a observar!
A lo lejos, podía escuchar los gritos de Obito. Increíble, se animó a seguirme; pensó, mas no miró hacia atrás, fue suficiente ver a esa zorra...con él. Suponía que eso si podía entenderlo su ingenuo corazón, suponía que con eso...podría aceptarlo.
Súfrelo
Acomodó su abrigo, estaban en invierno y cada vez tenía más y más frío; sin embargo, sabía que no todo era culpa del clima, era su corazón que sufría. Sus ojos ya se habían secado de tanto llorar y sus mejillas, tan rojizas como sus labios, se encontraban ligeramente húmedas aún.
Era el día, no escucharía ninguna excusa suya, no miraría hacia atrás: era hora de decir adiós, ya nada era lo mismo.
Súperalo
¿Había una manera correcta de superar eso? ¿Había acaso una fórmula para no sufrir un desamor? Sabía que todo había cambiado, que nada sería igual; mas no podía superarlo tan fácil, al menos no como le gustaría.
Sus amigos, las personas que siempre estaban a su lado, fueron las encargadas de no dejarle caer aún más en la oscuridad; en un pozo sin fondo del que jamás podría salir, porque él era su todo, él era su mundo.
Olvídalo
Aquello parecía un ''Paso por paso para olvidar al amor de tu vida y superar una ruptura''; ah, tal vez debía dejar de mirar novelas con su Danna, eso estaba afectándole el cerebro. Al menos, había podido conseguir un pasaje para irse bien lejos, tan solo dejándole su nuevo número a las personas que más le importaba.
No había Facebook, no había WhatsApp, no había Ask, no había Twitter; no había nada, porque desde ese momento, él sería una nueva persona.
Él olvidaría.
Recuérdalo
¿Cuántos segundos, minutos, horas, días, meses, años; habían pasado? No era como si hubiera estado contando en un calendario, pero ahora que estaba ahí, sentado en su cama, formando las figuras de arte que tanto le gustaban, se preguntaba...¿Qué era de aquel chico al que tanto amó? ¿Habrá encontrado su felicidad? Pese a todo, esperaba que si; ya que aún con el paso del tiempo, una calidez seguía oculta en su corazón.
Recordarte ya no duele...Obito.
Ríete
Soltó una carcajada; de la nada, el recuerdo de un día en el parque con el Uchiha le asaltó. Habían estado paseando un largo rato hasta que a él se le ocurrió ir a comprar helado, no hacia falta decir que el señor que atendía le confundió con una chica. Obito estuvo toda la cita burlándose de él, y haciendo bromas tan ridículas que, de igual manera, le hacían reír.
—Viejos tiempos... —musitó, sin borrar la sonrisa de su rostro—...viejos tiempos, u-uhn...
