Zack tenía un humor de perros. Bufó muchas veces en el camino y cuando llegó a su casa, cerró la puerta de una patada.
—Tú no eres mi hermana—objetó Zack a Ray, apuntándola con su dedo indice.
Esas palabras que durante todo el camino quiso expresar, pero no lo hizo para no detenerse a mitad de la calle con la mirada de esas putas personas que pasaban por ahí.
No sabía porque le molestaba esa palabra. Pero no quería ser su hermano, Ray pareció pensar de ese modo. Al estar de acuerdo con lo dicho.
Esto sucedió porque una vendedora idiota, proclamó que Ray era su bonita hermanita. ¡Demonios, no!
—No eres mi hermano —dijo la chica afirmándolo.
—Exacto.
Y ella pareció ponerse a pensar, con su mano puesta en su barbilla.
—Entonces, ¿Que somos?
—¿Huh?
—¿Cómo está compuesta nuestra relación? —Interrogó—¿Que somos?
Esa preguntó lo desencajo. Nunca fueron catalogados.
—Yo soy Zack—dijo simplemente—Y tú eres Ray —para cerrar el tema— Fin.
—Lo sé—repuso—Pero, ¿Que somos? ¿Amigos?
Zack no respondió como si la idea no fuera del todo mala pero tampoco buena. Hubo silencio, no la apoyaba, pero tampoco la descartaba. Ray pareció no tener muchas ganas de ser amigos.
—¿Mejores amigos? —sus labios no hicieron sonar mejor esa palabra.
—Olvídalo —haciendo un gesto despotrico con su mano.
—¿Compañeros? —sugirió Ray.
—Creo que pasamos muchas cosas para ser unos simples compañeros —expresó aburrido— Hasta hicimos un juramento.
—¿Compañeros de juramento?
Zack hizo una expresión molesta.
—No me gusta.
—Ya veo —volvió a pensar— No somos una familia —espetó como descartando esa palabra, aunque realmente no quería. Sonaba bien y le daba un sentimiento cálido en su pecho.
—¿Por qué?—preguntó sin poder evitar, Zack. Carraspeó, luego de dejar salir eso.
—Para eso deberíamos estar relacionado por sangre, aunque —pareció pensarlo—Tampoco es necesario... ¿Somos una familia? —lo observó fijamente. Un brillo emitía sus ojos, uno, que incomodó al individuo.
—Qué se yo —cruzándose de brazos y desviando la mirada al sentirse avergonzado.
—No somos una pareja —añadió.
—¿Pareja? —sus vendas se sentían más calientes, nop, su cara.
—Sí, novios... esposos... me refiero a mantener una relación sentimental —dijo ella mirándolo y mientras tanto, imaginándose como seria eso.
Zack se quedó estático. No sabía que responder... en el fondo de su ser, no le parecía una mala idea. Solo que su decencia no le permitía ir mas allá con una niña.
— ¿Que somos? —preguntó, sacándolo de sus pensamientos y los propios de ella, aun mirándolo a los ojos, como si el tuviera la respuesta.
—Somos humanos.
Ray sonrió levemente.
—Sip, lo somos.
Por ahora, eso estaba bien. Zack y Ray: humanos. No un monstruo, no una bruja.
Aunque debían admitir que a sus oídos, pareja y familia no sonaban tan mal. En un futuro, quizás podrían llegar a catalogarse de esa manera.
