Amor Inmortal. Porque el amor del alma siempre es inmortal
"¿Cuánto tiempo pasara?
Antes de que aceptes; amor, lo que ya sabes.
Con palabras, acciones.
¿Cuánto más me harás esperar?
No importa, porque nuestro amor es:
Inmortal"
La mayor parte de los personajes que aparezcan en este fic son propiedad de Kuramada y eventualmente puede aparecer alguno de Shiori.
Aclaraciones necesarias: En este fic Saori tiene un cuerpo más acorde a su edad.
Ligeramente modificado.
…
Capitulo Primero. Decisión de dos almas.
Mansión Kido.
La oscuridad reinaba a esas altas o muy tempranas horas de la noche (o de la mañana), la gran casa que conformaba una de las más valiosas y caras posesiones de la actual reencarnación de la Diosa Athenea, se encontraba bastante concurrida durante el día, aun mas en esa semana que la joven Saori Kido, su confiable mayordomo y sus jóvenes santos se habían instalado temporalmente mientras que ella resolvía algunos asuntos de las empresas y la fundación Kido. Normalmente, durante el día y parte de la noche, la casa se encontraba llena de risas, charlas o escándalos, lo que le daba un aire lleno de vida; ahora todos dormían, o al menos así debería ser. En una de las habitaciones, esa que quedaba justo al frente del de la Diosa, un joven de cabellos color castaño oscuro se removía inquieto en su cama de sabanas de seda azules.
-¿Panthea? -Susurraba una voz femenina dentro de la penumbra que conformaba su visión. Su tono estaba cargado de tantos matices que parecía mas una sinfonía, podía identificar las emociones que manaba de ella, preocupación, calidez, añoranza.
Abrió los ojos con lentitud sentía un dolor increíble en gran parte de su cuerpo ¿Cuando había sido herido? ¿Estaría bien la mujer? La angustia que se apodero de su ser fue lo que lo impulso a tratar de despertar completamente, la mujer tenía el cabello de color negro como la más oscura de las noches o del color de la brea, muy largo y liso, le caía suavemente sobre el rostro y su propio pecho ya que se encontraba inclinada sobre él, busco rápidamente sus ojos quedando maravillado al instante, sus iris eran del color del hierro fundido, pronunció unas palabras con una sonrisa pero de sus labios no salió sonido alguno. Ella lanza una risita alegre, con un timbre dulce y armonioso, llena de júbilo. Se sintió desesperado de pronto, no se encontraba ya en la cama, sino que se hallaba parado a un lado viendo todo desde el exterior, solo un espectador.
-¡Ah! -Exclamo sorprendido, asustado y molesto. Temblaba ligeramente mientras se sentaba -¿Que ha sido eso? -Pensó un momento después, luego de haberse tranquilizado continuo con sus cavilaciones -Fue solo un sueño -Afirmo -Tan real. Panthea, se me hace tan conocido ese nombre -Seiya sacudió su cabeza con fuerza para sacar todas esas ideas de su mente, observo el reloj que conservaba sobre la mesita de noche, marcaba la una de la madrugada, apenas había dormido una hora, aunque estaba cansado se encontraba muy consternado y por eso mismo estaba seguro que no podría conciliar nuevamente el sueño con facilidad. Decidido, se levanto de la cama y se dirigió a la puerta, si tenía suerte conseguiría a alguien más despierto, lo dudaba por la hora, pero no perdía nada por intentarlo. Al salir miro con atención las demás puertas, pasando por alto de forma deliberada la de Saori, cuando acepto que ninguno de los otros santos estaba en el mundo de los sentidos sino bien perdidos en el de los sueños, se fijo en la luz que pasaba por debajo de la puerta de ella.
-¿Saori esta despierta? -Se cuestiono con sincera curiosidad antes de atravesar el corto espacio del pasillo y tocar con los nudillos suavemente la puerta de madera, le toco esperar unos minutos antes de escuchar un leve "adelante" giro la manija y se adentro con timidez en el cuarto, este era mucho más femenino que el resto, una alfombra de un bonito color beige decoraba el suelo y las paredes eran vestidas por tonos de rosa y blancos, sentada frente a un gran escritorio la chica lo miraba con curiosidad, llevaba puesto una franelilla de color blanco y unos pantalones de color lila, él se apeno ligeramente porque solo llevaba el mono azul que usaba para dormir.
-¿Saori? -Pregunto todavía dudoso.
-¿Seiya? -La chica se restregó los ojos con las manos antes de fijar su vista en él -Pasa.
-¿Qué haces despierta a esta hora? -Cuestiono cerrando la puerta para acercarse.
-Estoy trabajando -Contesto señalando la gran cantidad de papeles que se encontraban amontonados sobre el escritorio de madera -Tengo que dejar todo listo para cuando decidamos volver a Grecia.
-¿Puedo acompañarte? -Saori parpadeo varias veces antes de sonreír por respuesta, luego palmeo una silla que se encontraba justo a su lado invitándolo a sentarse en ella.
-¿Qué haces despierto? -Curioseo regresando parcialmente su atención a los informes que necesitaban ser terminados, miro de reojo como Seiya se acomodaba a su lado y luego abría la segunda gaveta sacando un dsi de color azul, lo prendía con rapidez y se acomodaba.
-Tuve un sueño que me despertó y ahora no puedo dormir -Le contó mientras escogía la partida. Saori lo miro con atención esperando que continuara.
-¿Me quieres contar? -Inquirió.
-Claro -Seiya puso el juego en pausa apoyo la cabeza en las manos y los codos sobre la mesa mientras la veía escribir con una sonrisa -Fue muy raro, yo estaba como durmiendo pero también estaba despierto, había una mujer que me hablaba, tenía una voz tan hermosa, lo único que pude escuchar que me decía era un nombre; Panthea. -Al pronunciar el nombre el lapicero que Saori usaba para rasgar el papel se detiene en medio de una palabra, sus ojos azules se clavan con intensidad sobre su compañero -Cuando por fin logré ver, quede impresionado -Seiya esbozo una sonrisa radiante -Es la mujer más hermosa que he visto, su cabello era de color negro y lo que más me impresiono fueron sus hermosos ojos grises -Sus miradas se cruzaron -Se que me decía algunas cosas, se reía pero yo no podía escucharla de repente era solo un observador. Hay me desperté. -Finalizo -¿Sucede algo?
-¿No escuchaste el nombre con el que la llamabas? Panthea
-No, pero no era necesario. Yo ya sabía quién era. -Seiya contesto con seriedad sosteniéndole la mirada, ambos con expresiones serias -No hubo necesidad porque ya lo sabía. Eras tú Athenea.
-Pensé que no me reconocerías -Susurro -Después de todo han pasado muchos siglos desde ese recuerdo -Sonrió con cansancio.
-Lo sé, creo que desde entonces he pasado muchas veces por tus brazos -Musito -Pero nunca he vuelto a estar en tus aposentos en el Olimpo -Ambos se sonrojaron intensamente cuando termino de hablar y en ese preciso instante también se mordió la lengua con nerviosismo.
-Ese momento fue muy riesgoso para ambos -Murmuro por lo bajo la chica regresando su atención a su trabajo.
-¿Qué sucedió? -Le pregunto luego de un minuto de silencio retomando su juego portátil, Saori le contesto con un "mmm" -¿Que sucedió luego de que te fuiste? Ahora estoy recordando muchas cosas, antes tenía destellos de mis memorias en este momento tengo algunas cosas tan claras y otras son tan borrosas.
-Nada interesante -Saori lo miro con dulzura durante una fracción de segundo -Discutí con los demás dioses, lo que fueron, Dionisio, Afrodita, Heracles y Hestia se pusieron de mi lado y me apoyaron.
-Ya veo -Dijo no muy convencido luego detuvo la mano con la que escribía y la hizo soltar el lapicero para proceder luego en la acción de entrelazar sus dedos.
-Estoy siendo sincera, de verdad no ocurrió la gran cosa -Acaricio el dorso de la mano de Seiya con su pulgar -¿Que tienes?
-¿Es del Santuario? -Pregunto con curiosidad mientras tomaba la carta con su mano libre.
-Si, Shion está preocupado por cómo se han ido desencadenando las cosas desde que los regrese a la vida. Las cosas no están muy bien... Le preocupa mucho y a mi también como se están relacionando todos los dorados, creo que fui muy inocente cuando pensé que todo quedaría en el olvido luego de lo que sucedió en el Muro de los Lamentos, parece que me equivoque. -Su voz tomo un matiz de tristeza- Algunos consideran que los "traidores" no tiene derecho de permanecer en el Santuario, hay muchas amistades quebradas, Milo y Camus, Aioros, Aioria y Shura, Saga y Kanon comparten el mismo techo pero se evitan cuanto puedan. Debo terminar esto para volver a Grecia.
-Que mal, están perdiendo tiempo que podrían aprovechar para disfrutar juntos -Comento -¿En que ayudaría que fueras al Santuario? ¿En que no se maten mientras estés presente? -Saori lo miro durativa considerando sus palabras.
-¿Qué propones que haga entonces? -Su voz salió mas ruda de lo que esperaba incluso algo molesta.
-¿Por qué no los invitas a quedarse aquí? -La muchacha alzo una ceja con expresión dudosa -Mira, si los invitas podrían distraerse, pensar en otras cosas, arreglar sus diferencias y mejorar sus relaciones. Además tú no estarías tan estresada por el trabajo, estamos en tiempo de Paz - La reencarnación de la diosa medito durante algún rato hasta que un beso en su mano la regreso de sus cavilaciones.
-Me parece una buena idea. Mañana mandare una carta a Shion para explicarle lo que hemos dicho en este momento -Sonrió con cariño.
-Oye, Saori. -Seiya llamó la atención de su diosa con una voz traviesa -Si te pregunto algo, Athenea ¿Me responderías con la verdad? -Cuestiono con seriedad.
-Sabes que si lo haría -Le contesto. Aunque realmente nada la hubiera preparado para la pregunta en cuestión.
-¿Todavía me amas, Athenea? -Pregunto dejando entrever toda la admiración y el amor que sentía por ella, Saori levanto el rostro del escritorio muy rápido con las mejillas sonrojadas con intensidad y él aprovecho para acercarse y juntar sus labios, solo por un segundo, solo un roce pero que fue significativo para los dos. Luego se alejo con la piel de sus cachetes muy coloreados -Yo sigo amándote a pesar del tiempo.
-¡Seiya! -Saori recupero la voz en cuanto la sorpresa inicial se desvanecía de ella, estaba muy nerviosa y se había llevado los dedos a los labios -¡Recuerda lo que prometimos! -El Santo de Pegaso que se había puesto de pie para poner algo de distancia entre ellos se agacho para poder juntas sus frentes. -Panthea, Tenma, Seiya -Musito.
-Tranquilízate ¿sí? -Exclamo divertido -No ha sido nada malo. -Le acaricio la mejilla con los dedos -No es la primera vez que te besó... bueno al menos en esta vida si pero...
-Esta vez fue ella la que lo callo con un beso muy cortico, separándose con un color mas rojo en el rostro si eso era posible -Calla -Le dijo -Entiendo porque lo haces, porque yo también lo siento. Pero también conoces las razones del porque no deberíamos hacerlo.
-Todavía no entiendo porque no podemos estar juntos -Rezongó.
-Sabes el motivo, el principio, la razón, como quieras llamarlo -Contesto -No podemos estar juntos, no debemos.
-Antes lo comprendía ahora no. Esta Guerra Santa ha sido diferente a otras. Han logrado sobrevivir muchos santos, hemos luchado con varios dioses y continuamos vivos.
-Tienes razón, claro -Reconoció amablemente intentando ser condescendiente -Esa vez ha sido diferente a todas, pero eso no quiere decir que debamos arriesgarnos -Se permitió recostar la cabeza en el pecho del Santo de Pegaso -No sabes o al menos no te imaginas como lo deseo yo también -Seiya comenzó a acaríciale el cabello.
-Creo que sientes que menosprecio tus sentimientos y no es así -Bufo algo ofendido -La diferencia está en que yo tengo más libertad de poder expresarme -Rió por lo bajo.
-Sabes que podría pasar si estamos juntos -Insistió con voz firme.
-¿Y si nadie se entera? -Pregunto esperanzado.
-Eso sería mentir -Puntualizo ella levantándose -Además andar a escondidas es de niños tontos.
-No sería mentir, solo ocultar la verdad -Dijo Seiya con una carita muy inocente lo que le saco una sonrisa a la joven Kido -Y no sería tonto seria emocionante.
-Me gustaría poder estar contigo -Admitió con un asentimiento de la cabeza -Pero no estoy segura de que sea buena idea.
-Has dicho muchos "peros" -Indico él con una sonrisa burlona luego agrego más serio -Ya te lo he demostrado antes, me enfrentaría a todo por ti, no porque solo eres mi diosa, sino porque eres la diosa que amo. Porque eres Athenea y Saori. Quiero poder estar contigo, junto a ti, solo tú eres para mí, no ha existido ni existirá otra. -Saori se sonrojo con intensidad al sentir la mirada penetrante y llena de adoración que le dedicaba el muchacho -Estoy dispuesto a cargar con toda la culpa si algo llegará a ocurrir -Rozo sus labios con la yema de sus dedos disfrutando de su textura -S ´agapo, Athenea, a ti y a cada una de tus reencarnaciones.
-Las manos de la chica viajaron a sus mejillas, se las acaricio con suavidad mirándolo a los ojos, sus cosmos se levantaron ligeramente casi imperceptiblemente aunque lo suficiente como para permitirles conocer los sentimientos del otro, entonces ella dejo que sus brazos rodearan el cuello del santo para abrazarlo descansando su cabeza sobre su pecho a la altura del corazón, el chico le correspondió abrazándola por la espalda.
-¿Eso es un sí? -Pregunto muy emocionado.
-Somos muy jóvenes, Seiya. -Murmuro con cansancio -Todavía falta un tiempo para tu cumpleaños ¿Y si cambiamos de opinión? -Cuestiono desde el espacio entre su hombro y su cuello.
-Que seamos chicos no tiene nada que ver, mi amor por tú viene desde antes que mis ancestros decidieran nacer -Refuto- ¿Es un sí? -Repitió.
-Podemos intentarlo -Suspiro.
-Nos haces muy felices a los dos, ya lo veras -La beso en la frente casi saltando de la emoción - Te haré muy feliz.
-Siempre lo has hecho, Pegaso -Cuando se separo y levanto el rostro para mirarlo se encontró con que sus ojos estaban muy abiertos en una expresión sorprendida - ¿Que sucede? -Pregunto ansiosa.
-Igual que en mi sueños -Comento embelesado, al verla ladear la cabeza confundida le informo con una risa -Tus iris del color del hierro fundido. Tienes los ojos grises -Señalo maravillado ante la sorpresa de su compañera.
-¡Ay, no! -Se separo rápidamente y con voz angustiada -Se van a dar cuenta.
-No sé de qué te preocupas tanto, de todas formas íbamos a decirles al menos a los chicos ¿no? ¿Porque íbamos a decirle no?-La detuvo de los hombros para calmarla -Tus ojos son lo más hermoso que existe.
-Ya -Saori se sonrojo ligeramente por el halago -Claro que le diremos a los muchachos en ningún momento he dicho que no lo íbamos hacer -Concedió- Con ellos no va a ver problemas, yo lo decía por los Santos de Oro. Si van a estar por aquí no pueden verme con mis ojos originales pueden sospechar que esta o va a ocurrir algo.
-En eso tienes razón, no sabemos cómo puedan reaccionar -Seiya asintió comprendiendo su preocupación -Eso lo resolveremos sobre la marcha.
-Eres tan optimista -Musito -Tengo que terminar todo esto -Señalo el escritorio que había quedado abandonado -Ya son pasadas las dos de la mañana. ¿Me ayudas?
-Yo no sé nada de negocios -Se desentendió del tema al instante regresando a la silla que había ocupado y tomando el dsi entre sus manos.
-Puedes decirle eso a los demás pero no a mi -Rió Saori-Has estado estudiando conmigo y los chicos con los tutores, vamos ayúdame a adelantar todo esto.
-De acuerdo -Contesto con desgano -¿Es muy tarde o muy temprano?
-Depende de cómo lo veas, puede ser muy tarde en la noche o muy temprano en la madrugada -Respondió Saori.
-Unas horas más tardes la alegría había regresado a la mansión como cada vez que los muchachos despertaban junto al alba, igual que el astro rey iluminaban y llenaban de calidez el ambiente. Los cuatro Santos de Bronce se encontraban en la mesa del comedor charlando con entusiasmo mientras esperaban que bajaran Seiya y Saori. Del lado derecho se encontraban sentados Shiryu, todavía vestido con su pijama de color verde, en una de las puntas de la mesa (o cabecera) se encontraba Ikki leyendo un periódico y vestido con su usual camisa azul y sus pantalones, en el lateral izquierdo de distal a proximal (tomando como referencia la cabecera vacía) estaba Shun con una sonrisa amable en su rostro aun usando su pijama de color azul oscuro y Hyoga que estaba a su lado iba ataviado con un pijama negro, su cabello estaba enredado y alborotado. Los cuatro miraron con sorpresa cuanto Tatsumi entro hecho una furia por la puerta que daba a las habitaciones y se marchaba por la que continuaba a la sala con un enojo muy marcado, seguidamente aparecieron Saori y Seiya, tomados de las manos y con expresiones cansadas.
-Supongo que esto significa que están juntos ¿no? -Cuestiono Hyoga desperezándose y olvidándose del sueño que tenia, una sonrisa burlona apareció en sus labios, ambos se sonrojaron pero asintieron con timidez tomando sus lugares, Saori en la cabecera y Seiya a su derecha a un lado de Shiryu.
-Sí, algo así -Contesto.
-A Tatsumi no le hace ni pizca de gracia eso ¿verdad? -Apunto Shiryu con una sonrisa amable, eso resultaba muy obvio para los presentes y por lo mismo se rieron.
-No -Admitió Saori -No lo ha tomado para nada bien.
-Casi le dio un ataque cuando se lo dijimos más temprano, horita esta calmado lo hubieran visto antes -Contó Seiya - ¿Y a ustedes? -Pregunto intentando parecer calmado pero se podía notar su ansiedad con facilidad.
-En realidad era algo bastante obvio -Dijo Shun con su voz dulce -Nos dimos cuenta de eso hace mucho, y lo confirmamos durante la batalla en el Hades.
-Sí, nos preguntábamos cuanto tiempo tardarían en juntarse -Le siguió Shiryu con tranquilidad esbozando una sonrisa para calmarlos.
-Claro que nos alegramos -Finalizo Hyoga luego de mantenerlos en suspenso por algunos segundos en los que se había quedado mirando al techo con gesto pensativo.
-Nos parece bien -Dijo Ikki doblando el periódico y dejándolo a un lado con su rostro serio -Nos parece bien -Repitió dando énfasis a sus palabras los demás notaron que era momento de prestar atención- Para nosotros puede que esté bien, pero que yo sepa -y estoy seguro ustedes también- Athenea es reconocida en la mitología como una diosa virgen a la que nunca se le conoció amante alguno -Saori asintió con la mirada fija en el Santo de Fénix ignorando deliberadamente la preocupada de Seiya- Me imagino que hay algo detrás del hecho de que estés usando lentes de contacto ¿no? -La pareja lo miro sorprendidos -Ese tono de azul no es el tuyo, tu iris tiene una tonalidad mas celeste.
-Te dije que se darían cuenta -Seiya afirmo con triunfo -Tus ojos son más bonitos que este color.
-Seiya -Dijo Saori avergonzada -Tienes razón en todo lo que has dicho, Fénix -Todos notaron que usaba el tono de la diosa algo que resultaba en parte intimidante al ver sus ojos grises -A Tatsumi le daría algo si me viera así, suficiente tiene por hoy con enterarse de lo de Seiya y yo. -Saori suspiro pesadamente -Tienen que entender algo, estamos arriesgándonos al hacer esto, no es un capricho de Saori o Seiya, es algo que ha estado latente desde hace mucho. Pienso traer a los Santos de Oro para que compartan con nosotros un tiempo y para ayudarlos a mejorar su relación, no puedo permitir que me vean con estos ojos, sospecharían. -Por segunda vez dejo escapar el aire de sus pulmones -La idea no es ocultarlo para siempre... Solo queremos hacer la prueba y ver qué ocurre.
-Solo queremos estar juntos en paz, un tiempo. Antes de tener que enfrentar a todos -Intervino Seiya - Sabemos que puede haber problemas por lo que dijo Ikki, pero tenemos una buena explicación.
-Panthea y yo tenemos una historia muy antigua -Los cuatro chicos la miraron desconcertados, se apresuro a aclarar -Panthea es el nombre que llevaba el primer Santo de Pegaso en la Era del Mito -Todos asintieron y la animaron a continuar -Ambos hablamos y consideramos que lo mejor es que nada mas ustedes y Tatsumi lo sepan por ahora, los Santos de Oro no están bien emocionalmente para lidiar con más cosas.
-Les contaremos nuestra historia, desde el principio -Informo Seiya.
-Una historia que tiene muchos siglos de antigüedad -La pareja se sonrió con complicidad.
-Y muchos perjuicios de por medio -Agrego Seiya con una ligera amargura en su voz -Es algo bastante complicado.
…
Modificaciones leves, corrección de acentos y de estructura.
Aclaración: Proximal se refiere a lo más cercano a un punto. Distal a lo más lejano de un punto.
