31 De Octubre (Halloween)
Un cráneo de azúcar y huesos de pan,
La muerte es dulce, la vida es sal,
Una termina, la otra comienza
Y las dos se ponen a bailar…
—Harry, no. No pienso hacerlo—.
—Pero Sev... —.
—Nada de "pero Sev", he dicho que no—.
—Pero... es Halloween—.
—Harry, no me voy a poner un disfraz para ir a pedir dulces, además ambos somos adultos, nadie nos va a dar dulces—.
—Pero podemos salir a pasear disfrazados y repartir algunos dulces—.
—Mi respuesta sigue siendo no—.
—Bien, entonces iré yo solo a pedir los dulces—.
Harry se fue azotando la puerta y Severus se quedó pensando una vez más del porqué del volátil temperamento del Gryffindor, no es que el suyo fuera mejor, pero se contenía más por no maldecirlo.
Las peleas eran una constante en su relación y ya se había acostumbrado por decirlo de alguna manera, los dos eran tercos, Harry por ser un Gryffindor y Severus por ser... Severus. Era una segunda naturaleza para el otrora jefe de la casa Slytherin.
La verdad de las cosas, Severus no entendía por qué Harry estaba tan empeñado en pedir dulces, con el añadido de ir disfrazado. Eran cosas que hacían los niños con sus fam... ¡Oh mierda! Severus por fin cayo en la cuenta de por qué su leoncito estaba tan enojado.
A Severus nunca le había importado la noche de Halloween o Samhain como los Malfoy solían llamarle. Ambas festividades venían importándole un reverendo comino. Su madre jamás le inculco el amor por Samhain, y su padre se encargó de que odiara el Halloween al llevarlo a pedir "dinero" en vez de dulces, y siempre consiguiendo que le dieran dinero a Severus. Dinero que Tobías terminaba gastando en la cantina.
Pero Harry, Harry tenía dos cosas por las cuales odiar el Halloween y aun así quería celebrarlo. La primera razón se debía a que era el aniversario luctuoso de sus padres, y la segunda es que su "familia", sus tíos, solían encerrarlo en la alacena mientras ellos salían con el cachalote varado de su hijo a surtirle más material con que cebarse. En pocas palabras, tenía que soportar que su primo si fuera a pedir dulces mientras él era excluido deliberadamente de la fiesta que los niños aman más que nadie porque significa dulces gratis.
Aun así, su leoncito amaba la idea del Halloween, recordaba haber visto su cara en el gran comedor mientras era estudiante y adoraba las decoraciones, los guisados alusivos y los dulces que daban. Aunque en un Halloween peleo con un troll y en otro lo hicieron participe de una competencia mortal. Definitivamente Harry tenía más motivos que nadie para odiar Halloween y, aun así, ahí estaba el león convenciendo a la serpiente de mudarse de piel para la ocasión.
Severus suspiro. ¿Por qué siempre le ganaba su "buen corazón"? En realidad, él solo quería ver feliz a Harry. No quería verlo triste de ninguna forma, quería verlo sonreír siempre y si su felicidad significaba ponerse un ridículo disfraz, bueno, lo haría... pero luego se lo cobraría a su león.
Severus subió a la azotea de su edificio, siempre que peleaban, Harry subía a la azotea a serenarse, "poner distancia mental" como él decía. Ahí en un sillón debajo de un techado, estaba Harry, mirando hacia el horizonte cuando el sol empezaba a ponerse. Severus suspiro una vez más y se acercó al Gryffindor.
—¿Esto es importante para ti? — Harry solo asintió con la cabeza sin voltearlo a ver—Supongo que podría hacer el esfuerzo de ponerme lo que sea que hayas pensado ponerme encima, si es algo tan importante para ti—.
Harry no contesto enseguida, sino que se levantó con calma y abrazo a Severus escondiendo su rostro en el cuello de su amado—Gracias Sev—.
—Bueno, ya basta de cursilerías, ¿Qué tienes en mente? —.
Harry por fin se separó y le sonrió maliciosamente a Severus, "Esto no puede ser bueno", pensó Severus, tragando en seco al imaginar que quería Harry que se pusiera. Harry jalo a Severus hacia su departamento y en cuanto llegaron a la habitación, saco una caja debajo de la cama y la abrió.
—¡Debe ser una broma! —Severus no sabía si reír o llorar con la elección de disfraz de Harry.
Severus iba dándose golpes mentales sobre porque había aceptado vestirse de vampiro. La respuesta le dio un delicioso beso en ese momento, por Harry, por SU Harry, mejor dicho. El muy... Gryffindor... había elegido un disfraz demasiado Slytherin para su temperamento, aunque tomando en cuenta lo que le había dicho hace unos meses sobre su "debate" con el sombrero seleccionador, quizás no debía sorprenderle tanto.
Harry iba vestido de diablo, un diablo demasiado tentador.
Mientras él iba enfundado en negro (¡Gracias dulce Merlín por eso!) con una capa tan buena como la que usaba cuando aterrorizaba estudiantes (¡Ahh, los buenos tiempos!), su cabello arreglado y unos colmillos de muy buena manufactura en porcelana, en palabras de Harry ¡Muérdeme vampiro! (Severus supuso que a Harry le gusto como se veía en el disfraz); Harry iba disfrazado en rojo, en un entallado traje rojo oscuro (casi sangre) de tres piezas que delineaba perfectamente su "cuerpecito", con la cola y los cuernitos y el tridente, junto con una capa y corbata negras de satín. En vez del clásico maquillaje de cara roja, Harry había optado por resaltar los mejores atributos de su rostro (sin usar rojo en su cara), haciéndolo aún más tentador que de costumbre y con su cabello revuelto... Severus aún se preguntaba como salieron del departamento sin haber tenido sexo al menos unas tres veces.
Cuando estuvieron en pleno centro de Montmartre, Severus se sintió menos solo en su dolor. La calle estaba inundada de personas disfrazadas y niños pidiendo dulces de la mano de sus padres. Algunas chicas se acercaron a ellos pidiendo "una foto", turistas supuso Severus. Harry accedió en cada ocasión. Algunos niños les dieron dulces a ellos, porque decían que sus disfraces eran excelentes, sobre todo el de vampiro.
¡Genial! Su disfraz siendo validado por un mocoso de quizás 7 años dándole un dulce, uhmm, aunque este mocoso en particular le dio una barra de chocolate oscuro con naranja. Severus pensó que no mataría al mocoso... hoy.
—Mira Sev, en ese bistró están dando ponche gratis si vas disfrazado, ¡vamos! —Severus fue arrastrado por el entusiasmado Gryffindor hacia el bistró donde les dieron ponche de manzana especiado. Una de las cosas favoritas de esa época de su Gryffindor... y él, pero no le daría a Harry el gusto de saber eso.
En cuanto avanzo la noche e iban desapareciendo los niños, y quedando solo los adultos, varias fiestas "improvisadas" empezaron a aparecer por aquí y allá, bandas de música que salían casi de las sombras, tocando de todo. Harry lo arrastro hacía una y saco a bailar a su "vampiro favorito".
La música era alegre y rítmica, Severus se permitió "perder el porte" un poco y bailaba con su pareja, ya que nadie ahí lo conocía, solo era otro individuo disfrazado entre otros tantos, había muchos vampiros y diablos, además de "magos y brujas", duendes, trolls, hadas, zombies (muy parecidos a los inferi), asesinos con una sierra (¿Para qué les servía una sierra? Solo podían matar de uno en uno), y toda clase de criaturas variopintas, incluso disfraces muy medievales como funambulistas*, tragafuegos y juglares**, vamos, hasta ponis de color arcoíris. Había una libertad embriagante en estar disfrazado, que te diferenciaba y a la vez uniformaba a otros, todos jugando por una noche, a ser alguien más.
Ya casi eran las 11 de la noche y el ambiente de la callé empezó a tornarse bastante "para audiencias mayores de edad". Con las sombras como cobijo y la embriaguez del alcohol repartido como río desbocado, empezaron a aparecer parejas en los lugares más oscuros y "recónditos" de las calles. En una esquina, detrás de un auto, en un callejón que en el día era usado para "sentarse y meditar" (había pequeños jardines escondidos en varios de esos callejones por toda la ciudad). Harry estaba bastante feliz con toda la algarabía, pero Severus le dijo que se hacía tarde.
Con renuencia, Harry aceptó que era hora de irse a dormir, y se fueron hacia su departamento que estaba ya al menos a 10 calles. Una caminata a la luz de la luna.
Conforme avanzaban, fueron dejando atrás los ruidos de fiesta de sus "compañeros" de disfraz y se adentraron por las familiares calles, alumbrados por la luz de la luna y el sonido de la noche. El aire soplaba dándole una atmósfera algo "sobrenatural" a la calle, entraron por uno de esos jardines escondidos y Harry se aferró al brazo de Severus.
Severus pensó que así asustado, se veía adorable y tan "comestible"... tenía ganas de "hincarle el diente".
Como siempre que salían, Severus cargaba su varita, así que con un movimiento "imperceptible", redondeo las puntas de sus colmillos y se acercó al cuello de Harry, rozando con cuidado la nieva piel de su amante.
—S-sev... No hagas e-eso... —.
—Hacer ¿Qué? —Severus continuo con su "ataque" a su pobre víctima.
—Eso con tus colmillos, ohh, n-no lo h-hagas, ¡Merlín! —Harry se detuvo ante el "ataque" a sus terminales nerviosas.
—No parece que te desagrade mucho—Severus ahora mordisqueaba con delicadeza el sensible cuello de Harry arrancándole suspiros de placer.
—Sev, compórtate, ya casi llegamos a c-casa—.
—Pero me gusta tenerte así, a mi merced, después de todo, soy un vampiro, quiero devorarte, sorber el "elixir" de la vida de tu cuello, tu delicioso cuello— Una mordida más contundente fue sentida por un sensible Harry, despertando su miembro y haciéndolo sentir más que excitado.
Severus llevó a Harry hasta una banca de ese "jardín de callejón" y empezó a besarle con ganas, cuidando sus colmillos.
—Pon hechizos de silencio y de confusión, no quiero interrupciones—Ordeno Harry, y Severus estaba feliz de obedecer este tipo de órdenes. Su varita lanzo varios hechizos haciendo "casi" invisible el callejón hasta para los que tenían casas que estaban ahí.
En cuanto terminó, Severus volvió a morder a su "pobre victima", su diablito estaba ardiendo de deseo y él no podía permitir eso. Le desamarro la corbata y abrió la camisa con rapidez, dejando su pecho libre para "comerlo". Severus paso sus colmillos por un pezón, arrancando jadeos de los labios de Harry.
Cualquiera que los viera, juraría que había un vampiro de verdad atacando a un pobre muchacho disfrazado, pero parecía que dicho muchacho estaba disfrutando mucho de ese ataque. Los colmillos redondeados de Severus ofrecían toda una gama de nuevas sensaciones para Harry, el contacto de la fría porcelana sumado al cálido aliento de Severus y las caricias que sus manos repartía en todo su cuerpo, estaban haciendo que su pene estuviera dolorosamente erecto.
—P-por favor, Sev, me estas m-matando—.
—Apenas estoy comenzando a torturarte amor mío—.
Sin dejar de mordisquear sus pezones, Severus llevó sus manos hacia el pantalón de Harry y dejo libre su miembro, empezó a masturbarlo lentamente, haciendo sisear al joven, obligándolo a mover sus caderas para moverse dentro de esa mano que aprisionaba su carne.
—¡Merlín, Severus, Piedad! —.
—Ya sabes que hacer Harry—Severus bajo su boca hacia el erguido miembro y lo trago completo haciendo al Gryffindor soltar un grito de sorpresa, Harry había olvidado los colmillos. Sentirlos sobre su delicada anatomía, no había hecho otra cosa que exacerbar las sensaciones ya de por sí intensas.
Una mano de Severus fue hacia la boca de Harry y este empezó a chupar los dedos con deleite, imaginando que era el miembro de Severus, sabía que eso ponía a punto al aludido, incluso sintió el gemido de Severus en su miembro mientras este le estaba dando la mamada de su vida (Por ahora. Severus siempre se superaba a sí mismo).
Cuando Severus sintió que sus dedos estaban suficientemente lubricados, y agradecía a todos los magos que ya lo estuvieran porque su miembro no iba a aguantar mucho, separo su boca del miembro de Harry y levanto a su amante, sentándose él en la banca ahora. Bajo los pantalones de Harry dejando su redondo y apetecible trasero descubierto y tomándolo de la cintura, lo acerco a él mientras lo besaba y él mismo se desabrochaba los pantalones sacando su miembro que ya estaba más duro que una piedra.
Sentó a Harry encima suyo, acunando su trasero encima de él, pero sin dejar que su miembro lo penetrara, quería prepararlo bien porque toda esa semana, habían estado muy ocupados para el sexo y vaya que quería enterrarse en su amante.
Con los dedos ensalivados, penetro su apretado esfínter y empezó a embestir lento, al tiempo que mordisqueaba sus oídos y mordía esa carnosa parte del lóbulo que le fascinaba por los gemidos que arrancaba de su amante, Harry era muy ruidoso y a Severus le gustaba, le gustaba saber que él era la causa de sus gemidos.
Pronto, Harry estaba tratando de profundizar el contacto con los dedos de Severus en su interior, Severus los saco y los reemplazo con su miembro que estaba ya demasiado hinchado, demasiado ansioso de entrar en ese delicado cuerpo que le pertenecía solo a él. Y solo él había tenido la dicha y el placer de probar y penetrar una y otra vez, las veces que su amante quisiera, hasta quedar satisfecho.
Con una presión firme, su miembro fue tragado suavemente por el recto de Harry. Sintió como era absorbido hasta la base por el redondo trasero, la presión interna de ese miembro en su interior hizo a Harry arquearse, dejando expuesto su cuello que ya presentaba ligeras marcas de sus juegos con los colmillos.
Severus entonces empezó a moverse adentro y afuera, levantando a Harry de las caderas, haciendo que su cuerpo brincara sobre el suyo. Solo podían oírse sus gemidos casi animales y el sonido de la piel golpeando otra piel.
—¡Muérdeme Severus! —.
Severus abrió su boca, mostrando los colmillos como si un vampiro real lo hubiera poseído y mordió el cuello de Harry, arrancándole un grito de placer.
—¡Ahh! ¡Más! ¡Muérdeme más! ¡Severus! —.
Mientras empezaba a acelerar las embestidas, Severus empezó a repartir mordidas en el resto de su cuello, en sus orejas, en sus carnosos hombros, mientras Harry con cada mordida siseaba, gemía, y gritaba. En un punto, Harry llevo una de sus manos y tomando a Severus de la nuca, hizo que profundizara una de las mordidas, dejando marcas profundas de los colmillos en sus hombros.
Eso hizo que Severus empezará a embestir ferozmente. Gruñendo palabras obscenas a los oídos de su amante, el traje de diablo le quedaba bien, era un pecado andante el maldito Gryffindor.
Harry empezó a masturbarse mientras Severus lo mordía y penetraba.
—¡Muérdeme! ¡Muérdeme más! ¡Me excita tanto Severus! ¡Más! ¡Más duro! —.
Severus perdió todo cuidado y sin salirse de Harry, hizo que este se quedara parado, y lo inclino en la banca, haciendo que se sostuviera del respaldo y empezó a embestirlo en esa posición, haciendo a Harry sentir aún más grande su ya de por sí enorme miembro en su interior.
—¡Merlín Severus! ¡Muérdeme! ¡Tócame! ¡Casi me vengo! —.
Severus obedeció, llevando una de sus manos al miembro cada vez más palpitante de Harry e inclinándose sobre su espalda, alcanzo a morder fuertemente su hombro y Harry llegó al clímax en un grito.
—¡Severus! —.
Mientras Harry languidecía por el violento orgasmo, Severus estaba sintiendo el suyo, mientras las estrechas paredes de Harry lo exprimían hasta la última gota, arrancando el "elixir" vital de su cuerpo, arrancando un gruñido animal de su garganta. El semen lleno la estrecha cavidad del Gryffindor haciendo que este sonriera, sabiendo que su amante había disfrutado de ese encuentro tanto como él.
Severus se separó y se sentó de vuelta en la banca, sentando a Harry en su regazo y lo abrazo al tiempo que besaba esos labios que eran su perdición. Los sonidos de la noche los envolvieron de nuevo, mientras recuperaban el aliento. Severus cubrió el cuerpo "casi" desnudo de Harry con su capa, por si algún mago curioso cancelaba los hechizos de silencio y confusión. Siempre existía esa posibilidad.
—Eres mío— Dijo Severus a Harry mientras capturaba los hinchados labios en un nuevo beso, cuidando que los colmillos no incomodaran a su amante.
—Soy tuyo, me has marcado—Se rió Harry enseñándole las mordidas. Severus solo rió, se quitó los colmillos con un pase de varita, y empezó a besar la maltratada piel.
—Te amo—Severus no era un hombre demostrativo, pero podía ser tierno y romántico, solo con Harry, solo con su Harry.
—Y yo te amo a ti, mi vampiro, mi sexy y sensual vampiro—.
Luego de varios minutos de besarse y repartir tiernas caricias, se limpiaron con unos hechizos y empezaron a arreglarse la ropa para continuar su camino a casa, después de todo, faltaba un cuarto de hora para la media noche y ambos tenían algo más que hacer en su departamento, antes de caer rendidos a los brazos de Morfeo. Cancelaron los hechizos de silencio y confusión y partieron del callejón-jardín.
A la distancia, escondidos en el techo de una de las casas, dos vampiros de verdad estaban absortos observando la calidez y ternura que esos dos emanaban luego de la pasión desmedida con que se habían unido. Uno de ellos había estado tomando nota mental de lo que los dos magos habían hecho, para aplicarlo después con su pareja inmortal.
Nota al margen: las definiciones son de Wikipedia.
*Funambulista: Funámbulo o funambulista se llama al artista que camina sobre una cuerda o alambre tensado. Puede usarse como sinónimo de trapecista, acróbata, equilibrista, saltimbanqui, volatinero y artista circense
**Juglar: Un juglar era un artista ambulante en la Europa medieval. A cambio de dinero o comida, ofrecía su espectáculo callejero en las plazas públicas, y en ocasiones era contratado para participar como atracción y entretenimiento en las fiestas y los banquetes de los reyes y nobles.
Odaxelgania: parafilia donde se encuentra placer sexual al morder o ser mordido por la pareja, se considera una forma leve de sadismo.
Cada día a partir de hoy y hasta el día 3, publicare un capítulo de este regalito con motivo de la mejor época del año (para mí gusto) que es Halloween y Día de Muertos. Soy bastante ecléctica y me gusta la idea de celebrar Samhain/Halloween (o como se le llama en realidad All Hallow's Eve, Halloween era una contracción del nombre) y luego celebrar el día de muertos, que es una tradición antiquísima de mi país, México.
Con todo lo que ha pasado en las últimas semanas en mi nación, creo que es bueno dar algunos motivos de alegría al mundo, y el snarry nos hace felices a muchas y muchos.
Disfruten.
