SONRIE A CÁMARA, MI MUSA

Capítulo 1. Un día normal en mi no tan normal vida

Los rayos del sol que se cuelan por la ventana me dan en los ojos, molestando mi tan cómodo sueño. Me giro de lado para evitar que me sigan dando y me dispongo a seguir durmiendo, cuando un ruido molesto empieza a meterse en mi cabeza. Ahora si que no puedo volver a soñar, porque lo que suena es, sin duda, el maldito despertador que me recuerda que como no me levante, voy a llegar tarde a clase. Abrí pesadamente los ojos a regañadientes y paré el estúpido cacharro que siempre me trae de vuelta a la realidad de mi mundo de ensueño. Aunque son las 7:00 de la mañana, ten por seguro, que con la vida que llevo, llegaré, como todos los días, tarde a clase, y eso que empiezan a las 8:30. Aún no me he presentado… Mi nombre es Kaoru Kamiya, tengo 22 años y estudio mi último año de carrera. Quiero poder ejercer como maestra el año que viene.

Tengo el cabello muy negro, los ojos azules oscuros, soy inteligente, deportista… bueno, eso lo puedes deducir tú a tu gusto.

En fin, soy una chica normal y corriente… No, por desgracia no es así… Cómo desearía decir que soy una chica normal…

Bueno, todo comienza como un día normal. Después de que el imbécil del despertador me despierte, me tengo que levantar de la cama obviamente. Abro la ventana para que se ventile mi habitación, y dejo que la brisa mañanera juegue con mi larga melena haciéndolo ondear. Preparo la ropa, más bien, el uniforme que, si no fuera porque es azul, mi color favorito; es lo más soso que he visto en mi vida. A continuación, voy al baño a darme una ducha para terminar de despejarme. Eso me encanta, darme una ducha por la mañana. Salgo de ella, y mientras seco mi cabello con una toalla, me preparo un desayuno ligero. Dejo el desayuno en la mesa y subo a vestirme. Una vez que tuve puesto el uniforme con el emblema de la Universidad cosido en la camisa, bajo a la cocina con mi mochila para tomar el desayuno. Cuando acabo, dejo todo recogido. Recojo mi pelo, no del todo seco en una cola alta, me colocó mi mochila y salgo de mi casa. El jardín que rodea mi casa es grande, porque mi casa hace esquina y comunica a través de una verja alta de madera y una puerta escondida, con la casa de al lado, que por cierto está en venta; o por lo menos, eso creía, pero acabo de ver algo interesante. Corro hasta salir a la calle y allí veo un gran camión de mudanzas aparcado delante de la casa de al lado. Me acerco curiosa a investigar, a ver si conozco a mi nuevo/a vecino/a o vecinos. Pero no había nadie, ni los mozos de mudanza, ni ninguna otra persona.

Consulté mi reloj… las 7:30… Veis, aunque me levante temprano siempre pasa igual. La Universidad queda a 10 minutos… 15 si vas muy despacio. Abandono las ganas de conocer a mis vecinos y me pongo en camino. Andar por Tokyo es bastante sencillo, aunque hay siempre mucha gente en cualquier sitio. Ya iba por la gran avenida, todo recto estaba la Universidad. Eran las 7:45… hoy iba despacio.

Pero de repente escucho un ruido, y ahí empiezan mis problemas…

- ¡¡UN INCENDIO!!

- ¡¡ESE EDIFICIO ESTÁ ARDIENDO!!

- ¡¡TODAVÍA HAY GENTE DENTRO!!

Corrí hacia el lugar donde ocurría la catástrofe. Había un montón de gente a su alrededor. Los bomberos intentaban por todos los medios, aunque sin éxito, contener las llamas.

- ¡¡TODAVÍA QUEDA UNA FAMILIA DENTRO!!- gritó una señora

Yo no lo pensé. Busqué rápidamente un callejón oscuro y solté allí mi mochila, pero con algo más sobre ella… mi uniforme.

- ¡¡MIRAD ALLÍ!! ¡¡QUÉ ES ESO!!- el hombre señaló al cielo, el cual yo atravesé rápidamente y entre en el edificio rompiendo una ventana.

Hacía mucho calor, y costaba mucho respirar. Todo el edificio estaba en llamas… Miré a todos lados, intentando encontrar algún indicio de las personas atrapadas. Entonces lo hallé…

- ¡¡MAMÁ!! ¡¡PAPÁ!!- era la voz de un niño

Corrí cubriéndome los ojos con el brazo, aunque ya me los cubría también el antifaz. Llegué a la habitación, toda en llamas, pero aún se podía entrar. Busqué con desesperación al niño, y lo encontré acurrucado con las rodillas en su pecho en una esquina de la habitación. Me agaché al lado de él, el pequeño levantó la cabeza y descubrí sus lágrimas, pero de pronto de abrazó a mí…

- Tranquilo pequeño… te voy a sacar de aquí…- intenté calmarlo. No tendría más de 7 años- ¿Cómo te llamas?

- Yahiko… Mioyin…

- Bien Yahiko… ahora has de ser fuerte…

- Mamá… papá…- me señaló a la habitación de al lado.

Yo miré a donde me indicaba, pero ya era demasiado tarde, las llamas eran muy grandes. Probablemente ya estuvieran… muertos… pobre niño. Abracé fuertemente a Yahiko y me apresuré a salir de ahí, pues el aire comenzaba a ser turbio y venenoso y el calor insoportable. Pero cuando iba a salir por la puerta, el techo cedió y la madera ardiendo me cortó en paso. Miré desesperada a todos lados buscando una solución. Entonces vi la ventana. Unas llamas la cubrían, pero eso no sería problema alguno. Extendí mi mano y dije:

- ¡¡AGUA!!- y de mi mano comenzó a emanar agua.

Cuando la ventana estuvo libre, apreté a Yahiko contra mí y salí de allí rompiendo el cristal de la ventana.

Una vez fuera y mientras descendía con el niño, vi débilmente un destello. Descendí a tierra y vi acercarse a mí a un hombre con el cabello rojo como el mismo fuego del que acababa de salir, acercarse hacia mí con una manta.

- ¿Estáis bien?- nos preguntó

- Si… eso creo…- intenté que Yahiko me soltara, pero todavía estaba muy asustado y no quería- Vamos… ya pasó… tienes que ser valiente… Venga, ve con este señor… yo ahora tengo que irme…- al final conseguí que me soltara.

- Ha sido toda una hazaña…- me felicitó el hombre- ¿puedo saber su nombre?

Pero ya comenzaba a acercarse muchas personas y eso no es bueno. Aunque ya llevaba algunos años haciéndolo, nunca me había dejado ver. Ascendí delante de él.

- En otra ocasión será…- y me marché volando

Regresé al callejón y volví a ponerme mi azulado uniforme. Miré el reloj… 8:30… otra vez igual… Aunque corrí en un tiempo récord porque si volaba me vería la gente… cuando llegué a la Universidad ya habían cerrado la puerta. Salté la valla y entré al edificio. Me dirigí a mi clase y descorrí sigilosamente la puerta. Todos mis compañeros estaban allí, pero no había ni rastro del profesor.

- Uf… esta vez me salvé…- me dije aliviada, pero esto no duró mucho

- ¿Eso cree señorita Kamiya?- escuché una voz a mi espalda

Me giré para encontrarme de cara con mi profesor.

- Se… ¡Señor Ichida!

- Ya sabe lo que le toca…- me dijo y entró en la clase

- Al pasillo…- me resigné

Me dejé caer en el suelo, sentándome sobre mi cartera. Siempre igual… ya era rara la vez que llegaba temprano a clase.

Como habéis visto no soy tan normal… Tengo estos "poderes" desde pequeña, y en mi familia, cada miembro tiene unos diferentes. Hace tiempo que no los veo… demasiado… desde que me escapé de casa… Mi padre quería que me casara con un completo desconocido, solo para que el linaje se mantuviese. Pero yo no quiero eso… yo no quiero casarme por amor… No con el hijo de un amigo de tu padre, porque este lo diga… Va en contra de mi honor…

En cuanto a lo de usar los poderes para ayudar a la gente… mi familia nunca lo ha hecho, no que yo recuerde… pero yo no me pienso quedar de brazos cruzados…

Levanté la cabeza y me puse a mirar el cielo a través de las ventanas. Pero había algo que no se marchaba de mis pensamientos… una cabellera rojiza, largo cabello del color de las llamas… La verdad es que el hombre me pareció amable y guapo…

- ¿Pero que cosas piensas Kaoru?- me reprendía, pero mis mejillas estaban ardiendo, ¿me había sonrojado?

Tenía ganas de volver a verlo…

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N.A: y aquí les dejo el primer capítulo de "Sonríe a cámara, mi musa"

Bien, un finc de personajes con poderes… ya venía dándole vueltas a hacer uno así, hasta que se me ocurrió este. Lo del incendio a lo mejor les parece que esta demasiado explicado, pero es que fue así como se sintió mi tío cuando rescató a mis primos de las llamas.

Como os habréis dado cuenta, este capítulo lo cuenta Kaoru, y así será en la mayoría del finc, solo cuando ponga que se cambia de personaje, es cuando lo cuenta este desde su punto de vista.

Díganme que les parece mi idea… más adelante irán saliendo más personajes… ah! Y no me maten por dejar huérfano a Yahiko en el primer capítulo… Ya veréis porque es así.

Lo siento mucho, pero esta vez no hay adelanto, sino no tiene aliciente este finc.

Nos vemos en el segundo capítulo, del que les diré que se llama "Mi nuevo vecino" de "Sonríe a cámara, mi musa"

Matta-ne

Kisa-Chan-sohma