Me limpi la g lova con una toalla humeda de un uso, esas t picas de los bares de moloko de los 60.
Estaba realmente dolorido, como si fuera a snufar odinoco, y cansado pero sab a que unos pocos de cuchillos me animarian la naito en no bolche tiempo.
Pareciendo que iba a snuffar tras el esfuerzo dije yo oh ah oh, s s , yo yo, vuestro drugo scar, pues, ante este bolche problema en el que me hallaba ni Bogo podr a ayudarme en absoluto, yo slus unos slobos realmente duros ante ese starrio drugo m o, que diga... ese viejo amigo m o, yo le ment lo siguiente, bolchemente serio, como un bugato de ciudad parloteando sobre su dengo rentista:
- Qu yarclobos hago yo en este starrio y destartalado mesto? Esto es peor que una sanguijuela extrayendo toda la sangre de mis yarclobos sifiliticos, qu liudos m s nasos, qu molodos m s malencos de sentido com n. La moloko del garito es pura basura y se percibe a la legua que los cuchillos -que m s parec an mera maslo sobre la espesa, densa moloko, como con los poses del chai- est n cortados hasta el extremo, ahora son pura bazofia drugito m o.
-Yarclobos sifiliticos. Yarclobos sifiliticos dices t eh... hum. D jame en paz drugito m o.
-S CAME DE ESTE SUCIO SOVIET DE NASOS YA.- Crich yo con randras. Vuestro Humilde estaba ciertamente furioso y besu o como una cabra starria con los scharros irritados de tanto escalar todo el d a, crum crum crum, y toda esa cala.
-No hay apologias drugito, a la biblio si quieres paz.
- A la biblio? Hahahaha.- Finj una risa realmente pat tica y rid cula, vergonzosa- Jorosch , jorosch , ahora que lo comentas, en la biblio seguro que hay menos b buchcas besu as y m s bratos, menuda cala cala cala, CALA!
Encend un cancrillo -otro, otro- en mi desesperaci n y mientras lo agotaba entre calada y calada jugu con el yesquero de carmano, jugu con l para calmar mi bolche ansiedad, queria putamente clopar a mi drugo Miguel en el cluvo hasta hacerle expulsar crobo rojo rojo rojo a borbotones.
No voy a un pelo a mi mismo hermanos en mi relato, Miguel inhalaba pegamento industrial, el bote con forma de choscho tra a a las chinas y dedones de la gloria de trabajo y todas esas bolches y colosales calas por el estilo, no obstante el dibujo estaba manchado por el goteo y, que Bogo me perdone, pero ese vapor era lo mejor para evaporar antes los 25, si se me permite escribir esta cala po tica.
Me dol a la golov , los glasos los ten a tan llorosos que a penas pod a videar las ltimas p ginas er ticas de la gasseta.
Golosa bonita y sonora, como canto de ngel, gorlo amplio, con gran nuez, el vocalista era un maestro de ese g nero tan menospreciado pero mi dolorida golova me impedia apreciar objetivamente la m sica, yarclobos!
Me sent a glupo, los chuchillos en polvo duraban poco, su subid n era abrupto y dejaban secuelas, pero al menos yo no era como el bolche glupo de Miguel; aunque, ciertamente, dicen que la miseria adora la compa a y los liudos que idearon ese proverbio tienen bolche raz n, s s .
-Lo que tomas es jorosch si pretendes snuffar horriblemente en malencos a os, hermanito m o.- Le slob .- S , s , escucha glupo, para, s lo para para.
-Pues tu chuchillo colombiano es caro e in til, no me sobra dengo ni paciencia, ya ves, ya ves drugo. Y-y la pr xima ocasi n gu rdate esos duros slobos en tu ronco garlo de fumador compulsivo de cancrillos baratos y vitaminados.
Yarclobos! No fue scorra la cosa. Estuvimos con toda esa cala hora y media, mir ndonos a las u as gordas de los pies como glupos y besu os, discutiendo como seniles b buchcas quien estaba peor de salud pero a la inversa que hacen las susodichas b buchcas, este era un concurso de quien la ten a m s bolcha.
Y todo el dengo que gaste en esa condenada sesi n! Abundaba pero no sobraba.
Y toda esa condenada cala cala cala!

-Higrostato