Bitácora de Lune
¿Que puedo decir en esta bitácora? El mundo es un lugar extraño, y mucho mas el de la dimensión paralela de la nuestra…donde rondan los dioses de la muerte. No escribiré fechas aquí, lo juro, si alguien encuentra este cuaderno espero que pueda completar las piezas de esta historia con los demás puntos de vista, la historia de mi vida como una asesina terribles experiencias por ello.
Así es, me llaman por muchos nombres: Dios del nuevo mundo, Killer, Light of the milenial…pero el nombre que yo escogí, el que he preferido, es Lune.
Bueno, encontré un cuaderno de cuero negro con las palabras Death Note escritas en el. Mis tendencias depresivas me hubieran hecho escribir mi nombre primero. Sin embargo no lo hice, escribí sobre una maestra que todos detestábamos…
Carrie Montés
Muere accidentalmente al caerse de las escaleras. En sus agonizantes momentos escribe con sangre: El arte no se enseña, se vive.
Sonreí, después de haber leído las instrucciones, yo tenía el cuaderno guardado esperando tranquilamente a ver lo que sucedería. Para mi sorpresa, horror y placer…vi como ella cayo de las escaleras, descalabrándose. Como una persona normal solté un grito de alarma, alertando a todos los de los salones de bilingüe a salir.
Igor, el chico que alguna vez consideré mi hermano, fue uno de los primeros en salir. Mis compañeros de clase también, al ver lo que vi se horrorizaron.
Ese fue de los primeros incidentes…He hecho más…Políticos han muerto, gente que manipula y lastima a otros lo ha hecho también. Hasta hora esto es lo que han escrito en total:
El arte no se enseña, se vive
La literatura es libre
¿Ahora quién nos perdona?
Lune, el dios del nuevo mundo observa
Cerca, más cerca
Hasta que la corrupción desaparezca
Y un mundo sea limpio
La justicia es mi fin
Ahora, solo queda la duda, quien va a poder resolver este acertijo. Debo irme, llevo tres semanas escribiendo en este cuaderno a horas aleatorias. Me pregunto quién es el dios de la muerte responsable de esto.
Poco sabía que era más cercana de lo que creía. Que me había regalado el cuaderno…y como precio…mi corazón.
Bitácora de A
Cuando comenzaron las muertes, una tras otra, cual orquesta en su último acorde, cuan ola arrasando la arena de la costa.
Frases que formaban un poema fúnebre, accidentes demasiado conicidenciales, se había convertido en algo más que una desagradable coincidencia, ahora era un caso de preocupación global.
Y yo iba a encontrar al culpable.
Aunque tuviera que buscar en cada rincón, resolver cada enigma que me presentara mi nuevo enemigo, aunque necesitara hackear cada código binario existente.
Lune, oh, Lune.
Nadie puede escapar las garras de A.
