Disclaimer: Takeshi Konomi es el dueño de lo que reconocéis, contenido...mío.


**Tarde Calurosa**

_Capitulo Único_


Sakuno se paró de su silla y miró hacia el cielo con irritación… estaba cansada, acalorada y exasperada de que Ryoma siguiera en entrenando aun después del entrenamiento y decidiera no salir pronto para ir a hacer la tarea de inglés.

Espero 5 minutos mal y el sudor resbaló desde su ceja izquierda hasta el comienzo de su blanquecino cuello.

-Mmmgh- Suspiró mientras cambiaba de posición debajo del árbol de cerezo en el que se encontraba acostada. – ¡Iré por un Helado, Ryoma-kun!- A lo lejos Ryoma asintió sin interés.

Caminó hasta la entrada del parque y consiguió un expendedor de helados, compró dos y se devolvió a las canchas.

-Ya acabé-

-Toma, te traje esto…Ryoma-kun- Le dio el helado y empezó a caminar hacia la parada del autobús.

El calor estaba en su auge y el helado se derretía rápidamente, Sakuno tomó la mano de su novio y siguió caminando hacia la parada.

-Gomen- Oyó susurrar a Ryoma y ella se enterneció porque él nunca pedía disculpas después de darle más tiempo al tenis que su tiempo juntos, entonces tomó su mano y la acercó a su boca para darle una caricia con la mejilla, pero el helado de él cayó en uno de sus masculinos y largos dedos y ella sin pensarlo lo estiró y metió en su boca. Lamió el helado y lo largo y alrededor de todo su dedo y gimió por el sabor dulzón que tenía el helado en su dedo.

Ryoma la miró sorprendido, casi sonrojado y con la mirada gélida sobre ella.

Tenía una mezcla de deseos de repente nacidos dentro de su ser… es decir…ya habían tenido sexo, claro que sí, pero nunca en la vida Sakuno había hecho algo tan simple e inocente como eso causando una excitación tan grande. De repente su mirada se marcó en fuego, y con brusquedad la tomó de la nunca, estampándole un beso salvaje, lamiendo cada espacio de su pequeña y delicada boca, y robándole todo el aliento.

Sakuno gimió con placer y dolor al sentir un mordisco en su labio superior y se alejó con brusquedad cuando sintió su seno izquierdo ser tocado tan deliberadamente en un sitio público.

-¡Ry…Ryoma…Ryoma-kun!- Exclamó con la boca roja y los ojos bien abiertos.

-Gomen- Contestó él con cara de pervertido y sonrisa ladina.