Hola a todos, este es mi primer fic de esta magnífica serie Full metal Alchemist y como no podía ser de otra manera, es de mi pareja favorita Riza/Roy espero que les guste, sin más que decir, aquí va:
La fe en una promesa
Una nueva mañana comenzaba en ciudad central, y con ella la misma rutina de siempre, un ahora general Mustang holgazaneando sin hacer su papeleo y una teniente Hawkeye presionándolo para que termine. En fin, un día normal en ciudad central, sin embargo ese día seria todo menos normal para Roy Mustang…
El mencionado general se encontraba sentado en su cómoda silla, que de cómoda ya no tenía nada pues se sentía entumecido de tanto estar sentado en ella, para variar, rodeado de torres y mas torres de papeles atrasados y como siempre, su fiel teniente presionándolo para que terminara, al menos la mitad de ellos.
-General quiere darse prisa tuvo toda la semana para terminar esos papeles –regaño al notar como su superior se disponía a "descansar los ojos" es decir, dormir- y siempre los deja a última hora en verdad no tiene remedio
-Ahora los hago teniente –contesto el aludido de mala gana mientras tomaba entre sus manos el molesto papeleo- esto es molesto…
-¿Dijo algo señor? –Pregunto la rubia mientras disimuladamente revisaba las municiones de su arma-
-N-no nada… -respondió con una sonrisa nerviosa mientras intentaba leer el bendito papel- Ya estoy trabajando…
No hubo tiempo para más quejas de parte del general, ni amables "sugerencias" de su teniente pues en ese momento la puerta se abrió dando pase a un soldado de la edad de Mustang aproximadamente, alto, cabello negro, tez blanca, buen porte, atlético y unos ojos claros, celestes como el mismo cielo además de una sonrisa que derretiría a cualquiera chica que estuviera cerca.
-Disculpen -Dijo el recién llegado mientras se rascaba la nuca con cierto nerviosismo- ¿Es esta la oficina del general Mustang?
-Si, quien pregunta –cuestionó la teniente dejando de sermonear al susodicho-
- Soy el coronel Steve Nightray –Respondió el aludido mientras tomaba una postura recta y hacia el saludo militar- acaban de transferirme a ciudad central y me ordenaron estar bajo sus órdenes general Mustang- Agrego dirigiéndose a quien supuso era el general-
-Entiendo disculpe el atrevimiento de mi teniente –Contesto el aludido- normalmente no tenemos visitas
-Mis más sinceras disculpas coronel Nightray –Se disculpó la rubia mientras hacia el saludo militar a su superior-
-Descuide teniente –replicó el aludido restándole importancia al asunto- la gente normalmente no cree que sea coronel
-Aun así le ofrezco una disculpa –insistió la mujer-
-Dado el caso, acepto con gusto –Contesto el pelinegro- por cierto ¿cuál es su nombre Teniente?
-Teniente primera Riza Hawkeye
-Es un honor conocerla señorita Riza –dijo con una sonrisa, para luego darle un beso en la mano-
-...
-Espero no haberla incomodado con este gesto –replico al no recibir respuesta de la mujer viendo con extrañeza como los otros miembros presentes en el lugar lo miraban aterrados murmurando cosas como "es hombre muerto"-
-N-no para nada señor –Contesto la única mujer de la brigada sintiéndose extrañamente nerviosa mientras sus compañeros veían con asombro que no le disparo al pobre coronel-
-Por alguna razón me siento ignorado- pensó Mustang- ¡Quien se cree para acercarse así a Mi teniente!, ¡Un momento! ¡¿Dije mí?
-Solo venia a reportarme señor y a ponerme a su completa disposición-dijo Steve sacándolo de sus cavilaciones-
-Muy bien coronel puede retirarse
-Con su permiso señor, hasta luego teniente-Se despidió dirigiéndose a la teniente dándole una sonrisa que derretiría a cualquier chica para luego cerrar la puerta-
El silencio reino brevemente en la habitación, los miembros de la brigada de Mustang aun no se recuperaban del shock al ver que la teniente no le disparo al coronel y el general Mustang solo podía pensar en lo desagradable que se le hacia aquel sujeto, sin embargo, algo que no podían negar era que Steve sería uno de los más populares soldados de central, no había duda la competencia de Roy Mustang había llegado...
Horas más tarde en la oficina de Mustang el incomodo silencio continuaba, mostrando cierta tensión en el aire de parte del general que, cada cierto tiempo miraba a su teniente hasta que por fin, se aventuro a preguntar aquello que rondaba por su cabeza.
-Y… ¿Que le pareció el nuevo coronel, teniente?-pregunto Mustang fingiendo poco interés-
-¿A qué se refiere señor? –respondió la rubia sin quitar la vista de los papeles que revisaba-
-Me refiero a su primera impresión de él – contesto dejando de firmar los documentos que tenía en el escritorio-
-Me pareció un hombre educado y respetuoso señor
-Si claro lo dices solo porque te beso la mano –dijo sin siquiera pensarlo-
-No lo digo por eso señor –Respondió la aludida extrañada ante la pregunta de su superior pero sin demostrarlo- además usted pidió mi opinión yo solo dije lo que pienso
-Es solo un mujeriego –dijo en lo que él creyó un murmullo-
-Pues usted no está en condición de juzgarlo
-Ahora lo defiendes
-Solo digo lo que pienso, y le pediría que deje de flojear esos papeles son para hoy –replico la mujer con severidad-
-Seguro que él los haría más rápido ¿verdad?
-Eso no lo sé señor –dijo ya un poco molesta- solo sé que usted tiene que entregar esos papeles hoy y será mejor que se dé prisa
-Ya voy –respondió desganado el general-
-Nada de "ya voy" –Regañó su teniente- tiene que termi...
- Disculpen- Dijo Steve interrumpiendo a la teniente mientras asomaba la cabeza tras la puerta – Es hora del almuerzo y no sé donde está la cafetería ¿Podrían ayudarme?
-No puede pedirle a alguien más que lo guie coronel-Replico Mustang algo enojado–
-Es que no conozco a nadie aquí y se me hace difícil hablar con la gente –se defendió el aludido ligeramente avergonzado-
-Y eso que tiene que ver con...
-Descuide coronel yo lo llevare –Intervino Riza-
-¿En serio? –Preguntó mientras se le iluminaba el rostro como si fuera un niño pequeño- muchas gracias teniente la verdad me estoy muriendo de hambre
-Pe-pero teniente aun no hemos terminado con los papeles -Intervino Mustang-además...-
-Lo siento señor le dije que se diera prisa –confronto la rubia- es la hora del almuerzo y tengo permiso de salir así que me retiro
-Maldito –dijo Mustang en un susurro-
-Dijo algo señor –pregunto Riza-
-No nada que disfruten su comida –contesto desviando la mirada-
-Lo mismo para usted señor, ¿Nos vamos coronel? -Pregunto Riza dirigiéndose al recién llegado-
-Si claro –Respondió el aludido para luego dirigirse a Mustang- nos vemos general
Y una vez fuera de la oficina...
-Disculpe teniente –Llamo Steve-
- ¿Necesita algo señor? –Cuestiono la rubia-
-No nada –Respondió el coronel- es solo que me dio la impresión de que el general estaba un poco molesto
-No le preste atención coronel Nightray –sugirió la teniente- el es peor que un niño
-Pues yo creo que estaba celoso –Insistió Steve-
-Eso no es posible señor –Replico la rubia- el es mi superior
-No sé él, pero yo estaría celoso si tuviera una teniente tan linda como tu Riza
-¿Riza?
-Perdón, tengo el mal hábito de llamar a la gente por su nombre espero no te moleste
-No, claro que no, pero preferiría que no lo hiciera dentro de los cuarteles podría prestarse a malos entendidos
-De acuerdo teniente Hawkeye
-Bien ya llegamos esta es la cafetería –Informo la rubia teniente ya en el lugar-
-Muchas gracias Riz... digo teniente
-De nada, puede sentarse donde quiera señor
-¿He? ¿No vas a sentarte conmigo?
-Disculpe señor pero tengo que vigilar al general o nunca terminara el papeleo –respondió Riza- Ahora con su permiso
-Veo que aun te sigue importando ese tipo –Dijo Steve en un susurro mientras ocultaba su celeste mirada tras el flequillo de su cabello-
-¿he?
-No nada -Contesto el aludido esbozando una sonrisa- entonces nos vemos más tarde
-Si señor – respondió antes de dirigirse a la salida-
Sin decir más Riza regreso a la oficina, no sin antes llevarle algo para comer a Mustang, en verdad ese hombre era peor que un niño, un niño al que ella decidió proteger.
Mientras tanto en la oficina, el mencionado general Mustang no podía sacarse de la cabeza el hecho de que ese tipo se haya atrevido a invitar a comer a SU teniente y lo peor es que ella había aceptado abandonándolo con todo el trabajo, algo que nunca antes había pasado...
-Ese maldito mujeriego queriendo conquistar a Mi teniente –pensó-y ella que acepto comer con él.
-¡Maldición!–grito el general creyéndose solo-
-Al parecer no hizo nada señor –dijo Riza entrando a la oficina-
-Te-teniente –dijo recuperando la compostura- ya terminó su comida con el coronel... ¿cómo es que se llamaba?
-Nightray –dijo la rubia- y no, no comí con él, solo le enseñe como llegar a la cafetería
-si claro, por eso tardaste tanto –replico el general con cierta ironía-
-Me tarde por traerle esto -dijo mientras le extendía un sándwich al tiempo que un suspiro escapaba de su boca- empezare a creer que esta celoso general
-¿Ce-celoso yo? No tengo porque estarlo-dijo poniendo cara de niño regañado-
-En verdad es peor que un niño señor...- Dijo la rubia teniente esbozando una ligera sonrisa- ¿No está molesto verdad? –Cuestiono al no obtener respuesta de su superior-
-De que es el sándwich –Pregunto tratando de parecer aun enfadado-
-De carne como siempre –Respondió Riza sabiendo que no estaba enojado-
-Gracias –dijo en un susurro apenas audible-
-Venga cómalo de una vez aun tenemos trabajo que hacer
-Estábamos tan bien… -respondió Mustang con cierta molestia al recordar la torre de papeles a firmar para luego esbozar una ligera sonrisa al observar a su teniente acompañándolo-
No pudiste conmigo Nightray –pensó-
Y así, transcurrió un día más en ciudad central, era ya la hora de salida y como era de esperarse el general Mustang fue el primero en partir debido a que tenía una "misión de reconocimiento" cerca de la florería de ciudad central, era más que obvio para todos que tenía una cita. Mustang salió dejando a Riza en la oficina sin darse cuenta del ligero cambio que esta tuvo en su mirada al escuchar de su "misión", dejándola completamente sola.
Al verse sin su compañía en medio de esa inmensa oficina, no pudo soportar más su careta y rompió en llanto, siempre lo hacía cada vez que estaba sola y se enteraba de alguna de las salidas de Mustang, ella estaba consciente de que era un mujeriego empedernido, pero eso no evitaba que le doliera el comportamiento de ese tonto general, y ella se sentía aun más tonta al continuar enamorada de él después de tantos años… estaba completamente sumida en sus pensamientos, y no se percato de la presencia de cierto coronel en la oficina hasta que el hablo
-¿Riza? –La llamo con cierta preocupación- ¿Te encuentras bien?
-Co- coronel Nightray -replico en un susurró la rubia mientras trataba de secar sus lagrimas- ¿Qu-que hace aquí?
-Venia a despedirme de ti y qué bueno que lo hice –respondió mientras se acercaba a la chica y la tomaba por los hombros- mira en qué estado te encuentras, ¿Acaso Mustang te hizo algo?
-N-no señor, no paso nada, estas son solo cosas de mujeres- dijo riza zafándose del agarre de sus superior- no se preocupe
-No mientas –Refuto con severidad el coronel-
-¿He? –Cuestiono confundida la teniente-
-Siempre fuiste así –Contesto el aludido sorprendiendo a la rubia- siempre pretendiendo ser fuerte a pesar de estar sufriendo, y siempre el motivo era… era el…
-no lo entiendo señor –Replico con desconfianza la teniente poniendo instintivamente una mano sobre su arma- habla como si me conociera
-¿Es que aun no me recuerdas… pequeña halcón? –Pregunto con una ligera sonrisa-
-E-ese nombre… -susurro Riza ensanchando los ojos por la sorpresa- no, no es posible…tu… tu, eres
-Si soy yo –Contesto el aludido dedicándole una nostálgica mirada- ¿Ha pasado mucho tiempo verdad riza?
-Pero tú… -Replico la teniente aun sorprendida- ¡Estabas muerto!
-Esa es una historia muy larga, ya te la contare luego –Dijo el coronel mientras le sonreía nuevamente- después de todo ahora tenemos mucho tiempo…
Notas de la autora
Al fin termine, este es el primer capítulo de esta historia, espero que haya sido de su agrado, se aceptan todo tipo de comentarios XD bueno eso es todo, hasta la próxima
